2 dic 2012

Capítulo 9


Liam suspiro –Esta bien – Tardo un rato en seguir hablando pero finalmente lo hizo.
-Es una ex novia que tuve pero ya hace bastante. Su nombre es Danielle- Se quedo callado esperando una respuesta de mi parte.
- ¿Nada mas?, ¿Solo eso? O ¿hay algo mas que deba saber? – Lo ataque con mis preguntas.
-No, es eso nada más. Matt me tiene celos por eso te dijo esas cosas- Contesto bastante relajado.
-¿Celos? ¿Por qué sos famoso?
-No – Sonrió – Porque sos mía- Y su bella sonrisa se hizo más grande.
- Yo no soy tuya – Dije desafiante.
- Pero te gustaría ¿O no?- Mi cara se transformo, empecé a ruborizarme y  solo me quede mirándolo sin poder responderle.
Liam cortó el silencio- Emm ¿Estás bien?
Asentí con la cabeza – Si, es solo que me tomaste por sorpresa.
Liam rio pero enseguida se puso serio y me miro con esos ojos que me hacen perder la cabeza- Emma… yo – Titubeo. Iba a seguir hablando cuando Zayn apareció por el pasillo.
-¡Hey! Comenzó a caminar hacia a nosotros pero se detuvo al vernos mejor. -¿Qué hacen comiendo acá? - Nos pregunto extrañado.
- Estábamos de picnic – Me adelante a responder.
Zayn rio- Extraño, pero no importa. Emma ¿Cómo hiciste para entran sin que te ataquen las fans?
Mire a Liam que observaba el piso – Digamos que me ayudaron, pero no sé como voy a volver.
-Bueno en eso Liam y yo podemos ayudarte –Liam levanto la mirada confundido.
-¿Cómo? –Pregunte.
-Nosotros podemos distraerlas mientras vos te escapas – Dijo y sonrió ampliamente.
-¿Estas seguro?
-Si, a mi no me importa y ¿a vos Liam?- Le pregunto a mi compañero.
-No pero antes tenemos que llamar al chofer para que la espere.
-Bueno entonces hagámoslo ahora porque ya es tarde y tengo que irme- Ambos asintieron.
Llamamos al chofer para que me prepare el auto y luego pusimos en marcha el plan de Zayn.
Observe desde mi escondite como las chicas se ponían como locas cuando Liam y Zayn llegaban a saludarlas. Cuando vi que todas estaban distraídas hablando con los chicos me dirigí a  la puerta del edificio con mucho cuidado de no llamar la atención, aunque en realidad no me costó mucho trabajo, parecía que lo único para lo que esas chicas tenían ojos eran ellos dos, bueno, no es como si pudiera decir mucho, en ocasiones la mirada de Liam también logra alterarme bastante. Los chicos hicieron muy bien su trabajo, sobre todo Zayn, a quién era obvio le encantaba tener tanta atención,  ya que nadie se intereso en lo que yo estaba haciendo.
Me subí al auto negro, salude al conductor y emprendimos el viaje de vuelta a casa.
….
A la mañana siguiente me costó mucho levantarme, la noche anterior había vuelto muy tarde pero debía ir a la escuela. Allí me encontré a Lucy y Amy discutiendo.
-Amy por favor tenés que venir no podes quedarte en tu casa leyendo – Le decía Lucy a mi prima.
- Si puedo – Puso cara de enojada y cruzo los brazos – Mira allá viene Emma- trato de cambiar de tema pero no le sirvió mucho.
- Emma ¿podes decirle a tu prima que tiene que venir con nosotros a Funky Buddha el viernes?- Dijo mientras la señalaba acusadoramente.
- ¿Vamos a ir a dónde el viernes? - Pregunte confundida.
- ¡JA! – Dijo Amy victoriosa.
- Sh – La cayó mi amiga – A Funky Buddha, un boliche donde va mucha gente interesante. ¿Venís? ¡Dale, dale! – comenzó a saltar.
Suspire – Si, si, está bien voy a ir pero si dejas de saltar.
-¡SI! ¿Viste Amy? Ella si viene – Dijo mientras le sacaba la lengua.
- Oh bueno si van las dos entonces yo también voy – Respondió Amy a regañadientes.
-¡Si! ¡SI! ¡SI! – Lucy comenzó a saltar de nuevo y provoco que todas empezáramos a reír.
El resto de la mañana nos la pasamos riendo y hablando de que nos pondríamos el viernes, bueno, para ser más exacta Lucy y yo decidíamos que ponernos mientras Amy sólo si limitó a poner los ojos en blanco, las salidas no eran la actividad favorita de mi prima.  Llego la hora de volver a casa, lo que agradecí profundamente porque ya casi no podía mantener los ojos abiertos del cansancio.
Una vez en casa prácticamente volé a mi habitación, al pasar junto a la  cocina salude a mamá y le dije que comería algo al día siguiente.
Con mi pijama puesto me metí en la cama y antes de darme cuenta ya estaba dormida. Sin pesadillas, sin vueltas, ni siquiera tuve que correr las cortinas para que el sol de media mañana que me golpeaba la cara no me molestara, en cuanto mi cabeza tocó la almohada mi cerebro se desconectó.
Desperté un par de horas después, en cuento abrí los ojos esperaba encontrarme nuevamente con la luz solar directo en mis ojos, para mi sorpresa ya había oscurecido ¿cuánto tiempo había estado durmiendo?, todavía algo grogui tomé el teléfono y vi la hora, eran las 6:30 pm.
-Genial, dormí toda la tarde, ¿cómo se supone que voy a dormir esta noche? Susurré sarcástica.
-¿Hija? Mamá se asomó por la puerta de mi cuarto. -¿Ya estás despierta?
Al verla me sentí inmediatamente culpable, este era su único día de franco en la semana, se suponía que pasaríamos tiempo juntas, en su lugar yo había pasado la mitad del día tirada en la cama.
Me apresuré a incorporarme. -¿Por qué no me despertaste?
-Parecías tan cansada que me dio lástima, además vino tu tía a visitarme y si fue hace un rato, así que podes estar tranquila, no me aburrí en toda la tarde- Me sonrió.
Como pude le devolví el gesto.
-Voy a estar en la cocina por si necesitas algo-  Dijo y luego cerró la puerta.
Caminé hasta el escritorio donde había dejado  mi notebook y la encendí. Con calma tipie mi contraseña y esperé. Me conecté a internet y abrí Google, fue entonces cuando mis dedos se congelaron. Sabía perfectamente lo que quería buscar, sólo que no estaba segura de si debía hacerlo, ¿no debería confiar en lo que él me había dicho?, se suponía que si, sin embargo no podía con mi curiosidad, lentamente escribí lo que estaba buscando. Otra vez me congelé, estaba a sólo un click de comprobar que soy una exagerada o que todos mis miedos tenían fundamento.
Ojalá nunca lo hubiera hecho, en realidad no se con que esperaba encontrarme, bueno, si sabía, todo lo opuesto a lo que encontré. Apenas presioné enter mi pantalla se lleno de fotografías de Liam caminando con una chica, un tanto más bajita que él, con cabello muy ondulado, tez morena, me concentré en la sonrisa de ambos cada vez que estaban juntos, su sonrisa cuando la miraba, me pregunté si me miraba así cuando me sonreía a mí, posiblemente no tanto. Se notaba que de verdad la amaba.
Continúe indagando soy masoquista y me gusta torturarme. Descubrí que su apellido era Peazer.
-Danielle Peazer- Leí en voz alta.
Danielle Claire Peazer, bailarina profesional,  modelo de medio tiempo, nacida en Londres, 24 años de edad, una hermana mayor. Intenté imaginar cómo sería un perfil de mi misma, Emma Tomson, estudiante mediocre, 16 años –casi 17, nacida en Londres, hija única, altura promedio. Si ella era el ‘tipo’ de Liam entonces yo no encajaba en lo absoluto. Al parecer se habían conocido mientras él participaba en The X Factor, ella bailaba durante las presentaciones. También encontré un par de videos de ella bailando, a toda su belleza había que sumarle que era extremadamente talentosa. Ya casi llegaba a la parte que me interesaba, lo que me había llevado hasta allí, lo que me daría esperanza, la ruptura. Casi intencionalmente mi celular empezó a sonar.
Di un salto en la silla. Con temor tomé el teléfono.
-Por favor que no sea Liam- Pensé.
Lentamente leí el nombre que marcaba mi identificador de llamadas.
Tragué saliva. – ¿Hola?
-Bueno, hasta que te decidís a contestar.
Me quedé en silencio, temía que al hablar denotara mi nerviosismo.
-Emm, ¿estás ahí?- Inquirió.
-Oh, sí, sí, perdón- Comencé a girar en la silla de mi escritorio. - Me quedé dormida y se me paso la hora.
-¿Dormiste toda la tarde?
-Algo así….- Confesé algo avergonzada.
Liam rió. –Sos toda una Bella Durmiente.
Me obligué a reír -¿Qué tal Wolverhampton? Pregunté luego de un rato.
Suspiró. –Igual que siempre, me trae muchos recuerdos volver. Aunque te extraño. Se detuvo unos momentos y luego continuó. – Prométeme que me vas a acompañar la próxima vez.
Mis pies se clavaron en el piso. De repente me sentí mareada.
Ante el retraso en mi respuesta él añadió. -¿Demasiado rápido?
-Algo- Contesté cuando logré que mi boca respondiera. –Digo, no hace tanto que… Traté de seleccionar mis palabras cuidadosamente. –Que nos conocemos.
- En realidad, de eso quería hablarte- Sonaba nervioso. –Emma yo…
Mamá irrumpió en mi dormitorio. –Voy a preparar la cena ¿Qué preferís tarta u omelette?
Me quedé boquiabierta. –Este…
-¿Con quién hablas?- Inquirió extrañada.
-Emma escucho ruido ¿estás con alguien?
Tardé unos segundos en volver a la realidad. –Con Amy má- Mentí. Luego añadí. –Creo que tarta va a estar bien.
Se  me quedó mirando, escudriñando mi rostro tratando de descifrar si lo que decía era verdad o mentira. Me esforcé para fingir una sonrisa inocente. Finalmente asintió. –Está bien, tarta entonces- Salió y cerró la puerta.
Suspiré y me apresuré a volver con Liam. – ¿Todavía estás ahí?
-¿A dónde más sino? Bromeó
-Perdón por eso, mamá no acostumbra a tocar antes de entrar.
-Está bien- Pude escuchar unos ruidos de fondo a través del teléfono. –Hablando de madres la mía me necesita en la cocina- Dijo.
-¿Necesita la opinión de un chef profesional?- Me burlé.
-Por supuesto- Contestó. –Hablamos después, ¿si?
-Claro.
-Nos vemos- Agregó antes de cortar.
Me quedé quieta un rato observando la pantalla de mi ordenador todavía con el celular pegado a mi oreja. La palabra mentirosa daba vueltas por mi cabeza, un sentimiento de culpa me invadió. No debería haber buscado nada, al fin y al cabo las comparaciones sólo lograban hacerme sentir peor, pero sobre todo había traicionado la confianza de Liam. Enojada conmigo misma apagué la computadora y me prometí no volver a buscar nada más relacionado con su vida privada. De ahora en adelante esperaría a que él decidiera contármelo. Era lo justo.
Ya algo más calmada me levanté del escritorio y me dirigí a la cocina para ayudar a mamá con la cena.
Se podría decir que Martes y Miércoles prácticamente no existí, si bien hasta ahora conocer a Liam solo había traído cosas positivas a mi vida, bueno, en su mayoría positivas, no hace falta aclarar que era una grandísima distracción, aún cuando no estábamos juntos se me hacía muy difícil concentrarme en otra cosa. Pero ya se acercaban las vacaciones por Pascua lo que significaba que debía entregar todas las tareas y trabajos que tenía atrasados, sin mencionar los exámenes. Decidí aprovechar esa semana ya que Liam se encontraba visitando a su familia. Aunque cada vez que recibía un mensaje de él tardaba varios minutos en volver a normalizar mi ritmo cardíaco y varias veces me encontré a mi misma mirando viejos videos de él cantando en The X Factor, sé que prometí no entrometerme más en su vida privada, pero ver videos de él en Youtube cuando lo extrañaba no es tan grave ¿no?
El jueves decidí tomarme un descanso. . Aunque suene raro era un día bastante soleado, el rayo de sol que se colaba en mi ventana no dejaba de recordarme que me estaba perdiendo uno de los pocos días no grises ni lluviosos encerrada en mi casa.  Iba a visitar a Amy en  su nuevo trabajo, en Starbucks. Me había hecho jurarle que no iría pero decidí hacerlo de todos modos, solo para molestarla. Hubiera sido divertido, de haber llegado.
Caminaba con mi Ipod escuchando Sunny Side Of The Street de McFly cuando sentí que alguien tomaba mi mano. Desconcertada alcé la vista para encontrarme con la sonrisa de Matt.
Era extraño verlo sin su uniforme. Llevaba unos jeans gastados, una remera con escote en V blanca y zapatillas DC. Ahora que no tenía puesto el ridículo gorro con la insignia del hotel pude ver mejor su cabello rubio.
-¿Cómo estás Emma? Preguntó despreocupado.
Me quede callada unos momentos, no quería hablar con él, no después de lo que había pasado el Domingo en la noche. Tal vez estaba equivocada en echarle la culpa de mi discusión con Liam, pero de no haber sido por él ¿cuánto habría tardado Liam en contarme sobre su ex?
-Bien, disfrutando del sol ¿vos?- Intenté sonar amistosa
-Disfrutando de mi día libre, ¿dónde está tu novio?
Su tono descarado me hizo sentir furiosa. –No sé de quién me estás hablando.
Puso los ojos en blanco.-Ah, sí claro, tu ‘amigo’.
-Creí que sabías todos los chismes del edificio- Lo desafié.
Calló unos minutos. –No me digas que estás enojada por lo de la otra noche.
-No estoy enojada- Traté de restarle importancia.
-Te hice un favor, de no ser por mí nunca te hubieras enterado.
-Como sea, ahora nunca lo vamos a poder comprobar.
Me percaté de que todavía me sujetaba e intenté zafarme. Él me retuvo.
-¿Por qué no vamos a tomar algo?
Lo miré extrañada. –Estoy algo ocupada ahora.
Sentí los músculos de su mano contraerse contra mi muñeca.
-Dale, déjame compensarte lo del domingo- Insistió.
Comenzaba a asustarme. –De vedad no puedo ahora Matt, otro día ¿si?
-¿Vas a verte con él?- Inquirió ofendido.
Tragué saliva. – No, Liam no está en la cuidad.
-Entonces no veo cual es el problema, yo no le voy a contar nada.
Fue ahí cuando me arrepentí de no haberle mentido, tal vez si pensaba que Liam me estaba esperando me hubiera dejado en paz. –Ya te dije que estoy ocupada, no toda mi vida gira en torno a él- Le lance una mirada furiosa. -¿Me podrías soltar?
-No hasta que aceptes tomar algo conmigo.
-Soltame- Exigí.
Al parecer mi enojo le divertía porque comenzó a reír y con más fuerza me tomó la otra mano.
En mi interior deseé que Liam apareciera del otro lado de la calle para salvarme como la última vez. En menos de un mes me había encontrado en la misma situación dos veces. De  verdad debía considerar empezar alguna clase de defensa personal o algo así, sería bastante útil. Estaba a punto de ponerme a gritar cuando...
-¿Te está molestando?- Escuche una voz familiar a mis espaldas.
Inmediatamente el gesto en el rostro de Matt cambió, paso de una amplia sonrisa burlona a una expresión seria y algo intimidada. Con rapidez me soltó.
-Solamente estamos hablando- Se excusó.
Lo miré acusadoramente. –Te dije que estoy apurada.
Me lanzó una mirada de furia.
-Ya la escuchaste- Dijo la voz.
-Como sea- Contestó Matt a medida que se alejaba de mí. - ¿Siempre salís con guardaespaldas?- Preguntó cuando ya se encontraba bastante lejos.
Pensé en contestarle pero no creí que fuera a escucharme. Además sus palabras me dejaron pensando. Con cuidado di media vuelta para encontrarme con ‘mi salvador’. Al ver su rostro lo reconocí inmediatamente. Es más, creo que jamás en mi vida había estado tan contenta de verlo.

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