29 dic 2012

Capítulo 15

Me miro nervioso pero no contesto.
-¡Podes decirme quien sos!- Exigí furiosa. Estaba a punto de contestarme cuando un trueno junto con un par de gotas lo interrumpió.
-Te lo voy a decir pero primero necesitamos ir a un lugar privado donde no nos puedan encontrar y nos proteja de la tormenta- Dijo a modo de respuesta mientras tomaba nuevamente mi mano y me empujaba hacia el edificio de Emma.
Trate de soltarme de su agarre pero me fue imposible, Javadd, Zayn o como se llame, tenía mucha fuerza.
Subimos por el ascensor y me pareció que nos dirigíamos hacia el piso de Emma pero no dije nada hasta que mi acompañante toco la puerta del departamento de mi prima.
-¿No me digas que se conocen?, ¿Algo más que me estés ocultando?- Lo interrogue mas enojada.
Cuando Emma abrió la puerta me di cuenta de que no lo esperaba porque quedo paralizada en su lugar por un largo rato.
-Emm ¿Estas bien? ¿Podemos pasar?- Pregunte. Mi prima miro al chico que estaba junto a mi extrañada, él solo se encogió de hombros, de verdad se encontraba muy nerviosa.
Emma nos permitió pasar y  cerró la puerta rápidamente. Fulmino con la mirada a Javadd que estaba totalmente pálido.
-Zayn ¿podes decirme que paso?- Lo interrogo mi prima.
-No, a mi es a la que tienen que contarle lo que paso ¿Desde cuándo se conocen?- Dije en un tono de voz demasiado alto.
Emma quiso empezar a hablar pero no pudo porque Zayn la interrumpió.
-Emma dejame contarle a mí, después de todo yo fui el que ocasionó todo esto.
 Ella solo asintió.
-Muy bien, voy a empezar por lo principal- Trago saliva- Mi nombre es Zayn Javadd Malik y soy integrante de una banda llamada One Direction…
-¡Vos callate! Lo interrumpí. –Emma, por favor explícame lo que está pasando.
Mi prima titubeo.
-Emma ¿de dónde lo conoces?
Bajo la mirada suspiró y luego hablo. –Otro chico de la banda, Liam, es mí…
-¿Es tu qué?
-Es mi novio.
Arquee las cejas, era demasiada información que procesar. -¡¿Y cuándo pensabas decirnos que estaba saliendo con un cantante?!
Quiso contestar pero no la dejé.
-¿Todo ese discurso de que era muy tímido era una mentira? Suspiré. –No puedo creer que nos ocultaras algo así, somos tus amigas.
-Quería estar segura primero,  no fue hasta después de mi cumpleaños.
-¿Cuándo desapareciste sin dejar rastro? ¿A dónde estuviste?
-Creo que deberías calmarte. Se entrometió Zayn
Lo fulminé con la mirada. – ¡No te metas!
-Amy… Empezó a decir ella, con un gesto de mi mano la callé.
-Deja. Di media vuelta. –No quiero saber ahora. Me apresuré hasta la puerta y la cerré de un portazo al salir.
Se podría decir que prácticamente corrí las cuadras que quedaban hasta mi casa. No quería hablar con nadie en ese momento. En realidad no era que Emma tuviera novio el problema, eso me alegraba de hecho, pero, nunca habíamos tenido secretos entre nosotras. Puedo entender que se lo ocultara a Lucy, pero yo, siempre le contaba todo.
Una gota de lluvia chocando contra mi rostro me sacó de mis pensamientos, ya me encontraba parada frente a la puerta de mi edificio, ya un poco más calmada entré. Tomé el ascensor y por fin llegué a mi departamento. Eran poco más de las 9, mamá me esperaba con la cena lista. Me senté en silencio.
-¿Cómo está Emma? Preguntó.
-Bien. Respondí con un hilo de voz.
-¿Todavía no llego  tu tía de su viaje de trabajo?
-Nop
-Oh, pobre se la pasa trabajando.
Asentí con la cabeza y luego tomé una gran porción de puré y me la mandé en la boca, al menos así no tendría que hablar por un rato largo.
El resto de la comida transcurrió en silencio. Cuando terminamos ayudé a mamá lavar los platos. Luego, tomando el libro que debería haberle entregado a mi prima, me dirigí a mi cuarto. Cansada me tiré en la cama. El teléfono no tardó en sonar. Sabiendo de quién era la llamada ni me moleste en mirar el identificador.
-Lucy. Dije.
-¿Y  bien? ¿Lograste algo?
Me mordí el labio. Estaba considerando seriamente la posibilidad de contarle todo lo que había averiguado, después de todo, ella también había sido engañada, pero a pesar de todo, creí que le correspondía a Emma tomar la decisión de a quién, cuándo y cómo contarle. No importa que tan enojada estuviera con ella, nunca haría cosas a su espalda. Además tampoco tenía demasiada información. –Nada.
-Oh. Estaba decepcionada. –No importa, ya la vamos a agarrar cuando esté despistada.
Fingí una risa. –Claro.
-Bien, creo que mejor me voy, tengo tarea de español esperándome.
-¿Tarea?
-Aunque no lo creas, empecé un curso de español la semana pasada, no soy tan burra después de todo ¿no?
Volví a reír pero esta vez fue sincera. –Yo nunca dije eso.
-Pero lo pensaste. Me acuso.
-Nos vemos Lucy.
Suspiró y finalmente cortó.
Aún tenía el móvil en la mano cuando me llegó un mensaje de texto.
Emma está preocupada, quiere saber si llegaste bien a casa. –J
Puse los ojos en blanco.  Al parecer Javaad-Zayn, se había tomado la molestia  de agendar mi número.
-Genial,  ahora no me va a dejar de acosar nunca. Pensé.
Dejé el móvil sobre la mesita de luz  y fue entonces cuando vi el libro. En mi defensa voy a decir que solamente empecé a leerlo porque estaba aburrida, además tal vez me ayudaría a entender por qué Emma se había empeñado en mantener el secreto, no es que me interesara la vida de él o algo por el estilo. Lo tomé y me dirigí al balcón aprovechando que ya había dejado de llover.
La mañana siguiente desperté con el ruido de mi celular vibrando contra la madera del mueble donde lo había dejado la otra noche.
Buenos días, ¿cómo durmió gruñón? J
Creo que no hace falta aclarar de quién era el mensaje. Contuve las ganas de responderle insultándolo porque me había despertado. Sólo por orgullo.
Me volví a dormir y desperté en mi horario habitual, seguí la misma rutina de todos los días y continúe leyendo en el balcón hasta que tuve que ir a trabajar.

Se podría decir que esto se repitió los siguientes tres días, mi vida no era de lo más emocionante como podrán notar. Y por si se lo preguntan, no, los mensajes no dejaron de llegar, al contrario, se multiplicaban, uno por la mañana, dos o tres por la tarde y uno en la noche. Ya empezaba a perder las esperanzas de que algún día me dejara en paz. El jueves llamé a Kirsten y me conto que estaba emocionada por una prueba de danza para una beca de una academia inglesa. Le desee buena suerte y me prometió que iba a llamarme cuando les den  los resultados. El viernes Kurt se ofreció a ayudarme, pero le dije que no hacía falta hacer un escándalo de eso, tarde o temprano se resignaría.  El Sábado Jake me regañó por a ver estado mandando mensajes durante la hora de trabajo, lo que me hizo querer golpear a Zayn. Por fin mi turno terminó, aunque yo había insistido en lo del trabajo siempre se sentía bien saber que la semana había terminado.
Caminé con más lentitud de la normal hasta casa. Era el día libre de mamá así que cuando llegué me la encontré terminando de limpiar la casa, bajo el ruido de la aspiradora me saludó. Sin quitarme los auriculares le devolví el saludo y me metí en mi habitación. Todavía no había vuelto a hablar con Emma. Con algo  de culpa sostuve el teléfono en mi mano, estaba a punto de marcar su número cuando me llegó un mensaje.
¿Me vas a contestar o me voy a ver obligado a tomar otras medidas?
La rabia volvió y me llevó a desistir de mi intención. Deje el aparato  donde estaba y me encamine hacia el baño para poder bañarme, necesitaba relajarme así que me tome todo el tiempo necesario en asearme, cuando por fin estuve lista con mi pijama puesto tome el libro y me puse a leer. Generalmente no era tan lenta leyendo. Pero en este caso me tomaba mi tiempo para asimilar la mayor cantidad de información posible. Después de todo no podía confiar en lo que Zayn me había dicho, y no le había dado a mi prima oportunidad para contarme nada.
Me sumergí en mi lectura hasta que mamá me llamo para que pusiera la mesa. Luego de cenar ella se fue a su cuarto a ver una película, ‘A Lot Like Love’, tuve que luchar para convencerla de que ya la había visto y no estaba interesada, creo que herí un poco sus sentimientos, pero de verdad no estaba de humor para ver películas de amor.
Me apresuré al balcón antes de que cambiara de opinión. Me senté en mi rincón de siempre sobre un almohadón que había dejado allí apropósito, pasar horas sentada en el frío piso puede ser muy incómodo. Crucé las piernas apoyando el libro sobre ellas y continué leyendo. Era una noche especialmente cálida para ser primavera y, como era de esperarse un sábado en la noche, todo estaba más ruidoso que de costumbre, pero mi Ipod no tenía batería así que tuve que soportarlo.
No estoy segura de cuánto tiempo había pasado, tal vez una hora, tal vez dos pero un ruido a metal me desconcentró. Algo asustada me asomé al a la punta del balcón.
-¿Me podrías ayudar?
Colgando entre la escalera de incendios que recorría el edificio y el balcón donde yo me encontraba estaba Zayn mirándome con cara de angustia.
Consideré la opción de dejarlo ahí, después de todo se lo merecía por ser tan molesto, pero al final me dio lástima y lo ayudé.
Estiré la mano y el la tomó, luego con fuerza tiré de él para ayudarlo a cruzar. No era una gran distancia pero la escalare era débil y cuando intentó saltar se había movido dejándolo atrapado en una posición bastante incómoda de la que no habría podido salir sin ayuda.
-Gracias. Dijo una vez que tocó tierra firme.
-¿Qué haces acá? Me apresuré a interrogarlo.
-Te dije que si no me contestabas o iba a tomar otras medidas y heme aquí- Se justificó con una media sonrisa en la cara. Debía admitir que me gustaban esas medias sonrisas y su cara de niño malo cuando me desafiaba.
-Ah era por eso, entonces, ¿te metes en mi balcón solo porque no te conteste un mensaje?- Lo mire seria- ¡¿Y cómo supiste que este era mi departamento?!- Ya me estaba desesperando.
-En realidad no fue un mensaje, fueron varios, en realidad muchos. Y por lo del departamento, tengo contactos- Una sonrisa se expandió por su rostro.
Suspire.
- Eh pero veo que no me podes sacar de tu cabeza- Volvió a decir señalando el libro que estaba leyendo.
-No es por eso- Dije ruborizada- Es solo que estoy aburrida y era lo único que tenía para hacer- Trate de justificarme.
Zayn comenzó a reír- Me parece que me extrañas- Dijo entre risas.
Iba a protestar cuando escucho a mamá llamándome desde la cocina.
-¡Hija todavía estás leyendo!-Decía pero no le conteste me había quedado helada en mi lugar enfrente de Zayn.
El sonido de unos pasos me hicieron reaccionar
- Rápido, escóndete mamá no puede verte- Dije mientras lo empujaba hacia mi habitación y lo obligaba a meterse debajo de la cama.
-Bueno, puedo solo- Dijo mientras se arrodillaba para meterse debajo de mi cama- ¿Qué problema hay con que tu mamá me vea?- Se quejó.
-Ah no claro, porque encontrarse a tu hija con un chico, que no entro por la puerta, es tan normal- Conteste, Zayn puso los ojos en blanco mientras terminaba de acomodarse en su escondite justo a tiempo para que mamá ingrese a mi cuarto.
-Amy, ¿estabas hablando sola?- Me miro extrañada.
-No, ¿Por qué?- Dije tratando de parecer tranquila.
-No porque me pareció…., no importa- Suspire aliviada.
-¿Qué estabas haciendo?- Me interrogo.
-Estaba armando mi cama- Dije mientras alisaba la frazada.
Sentí que una mano agarro mi pie y tuve que suprimir un grito. Como venganza le propine una patada.
-Ouch- Se quejó.
-¿Qué fue eso?- Dijo mamá asustada.
-Eh…. ¡fui yo!, es que me golpee- Mentí.
Me miro sospesándolo- La comida ya está lista, ¿venís?- Dijo al fin.
-Si ahora voy- Conteste. Mamá me dedico una sonrisa y salió del cuarto.
Suspire aliviada y ayude a Zayn a salir de su escondite.
-Tu mamá tiene una linda voz, aunque me hubiera gustado conocer a mi suegra personalmente- Dijo mientras se ponía en pie.
Ignore su comentario y seguir hablando- Ya la escuchaste tengo que ir a comer, será mejor que te vallas.
-Está bien, me voy a ir pero con una condición- Volvió a esbozar una media sonrisa- Mañana vas a venir a comer a mi departamento junto con Emma y Liam para que se reconcilien.
Medite un rato. La idea de darle el gusto yendo a comer a su casa no me gustaba pero de verdad quería arreglarme con mi prima porque ya no podía aguantar más estar peleada con ella y por otro lado quería conocer al chico que la hace tan feliz.
-Voy a ir- Conteste.
-¿Enserio?- Dijo mientras su cara se iluminaba.
-Sí, ahora tenés que irte antes de que mamá decida volver.
-Bueno, paso a buscarte mañana a las 9:30- Beso mi mejilla dejándome sorprendida y luego volvió al balcón para descender por las escaleras.
Me quedé allí congelada, al cabo de un rato suspiré- ¿Qué es lo que este chico me está haciendo?- Pensé.

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