30 oct 2012

Capítulo 2


Se me quedo mirando expectante.
-¿Debería reconocerte de algún lado?- Solté finalmente.
-Sí. . . bueno, no- Respondió algo confuso.
-No entiendo, ¿nos conocemos o no?
-Algo así… ¿estás segura que no me ves cara familiar?
Me quede repasando mentalmente a las personas que conocía aunque sea de vista, pero su rostro no encajaba con ninguna de ellas, sin embargo, había algo familiar en él.
-¿Compartimos escuela alguna vez? Podría ser, a lo mejor jardín.
-Nop.
-Okey, entonces. . . seguro que te choqué alguna vez caminando por la calle, de eso seguro que no me acordaría, siempre me choco gente.
Una media sonrisa atravesó su rostro. –No, nunca tuve el placer de que me chocaras.
-Bien, si no es eso…  nos sentamos juntos en algún colectivo alguna mañana y estaba tan dormida que no me acuerdo.
-Probable, pero no.
-Mmm… ¿Sos mi hermano perdido? O, ¡mi gemelo malvado!
Liam comenzó a reírse. –No, no somos hermanos por suerte- Dijo al fin.
-Ya te gustaría ser mi hermano- Espeté haciéndome la ofendida.
Volvió a reír y me percate de lo hermosa y atractiva que me resultaba esa sonrisa.
-Sería muy malo tener una hermana tan linda.
Sentí como el color rojo subía por mis mejillas ante su último comentario, por suerte estaba oscuro, así que no lo notaría.
Continuamos caminando un par de cuadras más, hasta que no pude soportar más el silencio incómodo.
-Bueno, ¿me vas a decir de dónde nos conocemos o tengo que seguir adivinando?
-¿Todavía te quedan más teorías?
-Un par… -
Liam me tomó de la mano y me miro a los ojos. –Creo que es mejor así.
Quise protestar pero me tapo la boca con un suave gesto de su dedo.
-No es justo- Dije al fin.
Vi que comenzaba a mover su boca para contestar a mi queja pero en ese momento sentí el móvil vibrar en mi bolsillo. Era un mensaje de mi mamá, estaba preocupada porque ya era tarde y no sabía dónde estaba. Hasta ese momento no me había percatado de lo tarde que era, serían las 11 cuando deje el cine. Ya eran las 12am y yo mañana tenía escuela, ¿cómo es que tardamos una hora en caminar 10 cuadras del cine a mi casa? Para mi suerte estaba tan distraída conversando con Liam que no me di cuenta de que nos habíamos detenido justo a la vuelta del edificio donde vivía.
-Bien- Empecé a decir.-A partir de acá es mejor que siga sola.
-¿Estás segura?
-Sí, tranquilo, que vivo acá a la vuelta, creo que me las puedo arreglar para sobrevivir  media cuadra sola.
–Está bien- Contesto aunque algo desconfiado todavía.
-Nos vemos- Di media vuelta y me alejé de él.
Cuando me encontré a una distancia prudente me fije por el rabillo del ojo para ver si seguía en la esquina, mala suerte, estaba ahí y me vio justo cuando gire la cabeza, agito su mano para saludarme y yo le devolví el gesto.  Posiblemente tarde unos 10 minutos en caminar la cuadras hasta mi casa,  no sé qué esperaba en realidad, de todas formas no pasó nada.
Entré en el edificio, tomé el ascensor y seleccione el piso 8, no era demasiado alto, apenas unos 12 pisos, yo vivía en el departamento 14C. El elevador se detuvo y salí. Con calma me dirigí a mi número, intente hacer el menor ruido posible pero para cuando abrí la puerta mi mamá ya estaba parada frente a mí con cara de pocos amigos. Me dio el típico sermón sobre que no debo andar sola a estas horas, que mañana hay escuela, bla, bla, bla. Obviamente no le conté nada del incidente con el chico alcoholizado, primero porque le aterraría y no me dejaría salir sola hasta los 40 y segundo porque estaba demasiado cansada para inventar una historia en la cual no tuviera que mencionar a Liam. Le prometí que no pasaría otra vez y me retiré a mi pieza.
Rápidamente me puse el pijama, me lavé los dientes, me metí en la cama, cerré los ojos y me quede dormida.
Cuando el despertador sonó sentía que hacia 5 minutos que me había acostado, ¿cómo es que las 6am llegaron tan rápido? Fue entonces que me percaté de un cosa, por primera vez en tres semanas no  tuve ninguna pesadilla. Estaba sentada en la cama  pensando en ello cuando mamá vino a asegurarse de que ya me estuviera preparando. Me apuré a ponerme de pie y empezar a cambiarme. Seguí la rutina de todos los días y para las 8am ya estaba en el colegio.
-¿Cómo la pasaste anoche? Preguntó Lucy al verme entrar.
Me sorprendí al verme sonriendo ante los recuerdos de la noche anterior, obviamente no mi encuentro con un borracho algo agresivo, pero si al recordar a Liam, bueno, no a Liam, sino el momento en el que me salvo, digo, ¿todo un alivio no?
-Bien- Me limité a responder.
-Bien… quédate tranquila que ya estoy planeando nuestro fin de semana juntas, el  Viernes venís a dormir a casa.
-Genial- Respondí, me alegraba pasar tiempo con mi amiga, solamente esperaba que no me cancelara  otra vez.
-¿Supiste de Amy?- Inquirió cambiando de tema.
Negué con la cabeza. Amy era mi prima de parte materna. Tenía la misma edad que Lucy y yo, por lo que compartíamos clases. Volvería de su viaje a Irlanda, junto con mi tía, en un par de días- Cuando llamamos al hotel mamá y mi tía se acapararon el teléfono.
El resto de la jornada escolar estuvimos planeando que hacer el Viernes. Hicimos una lista de películas, que yo me comprometí en ir a alquilar y una de comida de la que Lucy se iba encargar de comprar. Sólo esperaba que no se trajera el supermercado completo, no sé dónde le cabía tanta comida. Otra vez el tiempo voló, el timbre que anunciaba el final de la jornada sonó provocando una reacción de euforia y felicidad en los alumnos.
-Emma – Lucy me detuvo justo cuando me disponía a abandonar el aula de Literatura- Antes de que te vayas tengo algo que darte.
Me quede parada frente a ella expectante mientras abría su mochila y sacaba de ella un par de CDs.
-Toma, son los CD de los que te hable el otro día- Explico.
-Ah,  sí, el de Conor y el de los chicos esos que tanto te gustan ¿no?- Dije recordando la charla que habíamos tenido hacia una semana.
-Exactamente- Confirmó.
Rápidamente los tomé y guardé en mi mochila. Ya tendría tiempo para revisarlos en  casa.
Decidí pasar a alquilar las películas en el camino de regreso. Para mi sorpresa el tráfico estaba peor que de costumbre, algo sobre un grupo filmando un video musical en el centro. Tome nota mental ‘alejarse del centro’, no me gustan las multitudes; pero el destino tenía otros planes para mí.
 El videoclub al que iba siempre estaba cerrado por ‘vacaciones’ ¿quién se va de vacaciones en Marzo?, y ¿adivinen dónde quedaba el más cercano? Si, en el centro.
 Sopesé la posibilidad de irme a uno más alejado, no me importaba caminar, pero le había prometido a mamá llegar temprano para ayudarla en casa, no tenía opción.
Ese día la suerte no estaba de mi lado, el centro rebosaba de fanáticas gritando, llorando y desesperadas por ver a sus ídolos, subí el volumen de mi Ipod para no escucharlas;  leí un par de carteles y llegué a la conclusión de que la banda se llama ‘One Direction’,  hice un sondeo mental rápido y recordé una canción que Lucy me había enseñado hacía bastante tiempo,  pero no le presté demasiada atención.
Estaba a unas tres cuadras del videoclub cuando me di cuenta de que la cantidad de gente en lugar de disminuir aumentaba. Las chicas se amontonaban y empujaban, intenté zafarme pero era imposible luchar contra la corriente. Me vi obligada a seguir avanzando hasta chocarme contra una valla de metal.
-Tranquilas, tranquilas- Escuche que un tipo grande decía detrás de mí.-Ahora, necesitamos que algunas de ustedes vengan con nosotros, ¿voluntarias para aparecer en el video?
El grito que dio la multitud podría igualarse al de 100 bombas explotándome en el oído ¿de dónde sacaban estas chicas tanto aire?
Me puse frente al grandulón y logre leer la palabra ‘Security’ en su remera, tal vez el pudiera ayudarme. Levante la mano  e intenté hablar, pero los gritos de las fans no lo dejaron escucharme a pesar de nuestra proximidad. Finalmente me vio, con descuido me tomó de la muñeca y me arrastró fuera de la multitud.
-Gracias, me estaban matando ahí- Dije cuando recuperé el aire.
Él se limitó a asentir con un gesto de su cabeza y me indicó que lo siguiera para unirnos con otro grupo de chicas.
Otros guardias igual de grandes que el mío trajeron a más chicas, casi todas con los ojos llorosos. Uno de ellos, que tenía un auricular en una oreja, empezó a hablar.
-Sé que todas están emocionadas por conocer a los chicos, pero les tengo que pedir que se calmen y traten de no gritar ¿sí?
Me limpié los oídos para asegurarme de haber entendido bien ¿conocer a los chicos? ¿Qué chicos? ¡Lo que yo quería era irme de ahí!
Intenté hablar para decirles que yo no debía estar ahí, que no tenía ni idea de quienes eran las personas a las que iba a conocer, que estaba ocupando el lugar de alguna otra chica que se había quedado llorando en la multitud por perder su oportunidad. Pero él me hizo un gesto con la mano para que me callara, mientras con la otra se apretaba el audífono a la oreja.
-Ahí vienen- Dijo al fin.
Casi inmediatamente después  una Van gris doblo y se estacionó frente a nosotros. Nos entrabamos en la fuente del centro, que está rodeada de edificios que aún mantienen una fachada antigua.
La puerta se abrió y observé como un chico castaño con rulos salía, y nos dedicaba a todas una amplia sonrisa.
Escuche el grito ahogado de una chica junto a mí. – ¡Harry!
El segundo tenía el pelo lacio, casi del mismo tono, también nos sonrió pero  de una forma más chistosa. Llevaba una remera rallada con tiradores y unos pantalones que le quedaban algo cortos, esperé a que el suspiro de una fan me dijera su nombre, Louis.
Le siguió Niall, por lo que escuche. Rubio, algo más bajito que los demás,  cuando nos sonrió pude notar sus braquets que le daban un toque más infantil. Nos dedicó un tímido ‘hola’ y casi instantáneamente distinguí el acento irlandés, igual al de toda mi familia paterna.
A continuación, Zayn. Con un aspecto algo más rockero, vestía una camisa roja cuadrille, jeans algo gastados y zapatillas Vans, de esas que usan los skaters.
Los chicos se acercaron a nosotras y por orden fueron avanzando sacándose fotos con cada una y dando algunos autógrafos. Me desesperé al darme cuenta de que era la única que no tenía cámara ni nada que darles para que firmen. Hasta que me acordé de los CD’s Lucy me había dado esta mañana para que escuchara. Crucé los dedos y empecé a hurguetear en mi mochila. Justo cuando estaba a punto de darme por vencida lo encontré, ‘Up All Night’, saqué un fibrón sharpie de mi cartuchera y puse mi mejor cara  de emoción.
Uno a uno fueron pasando por donde me encontraba y con grandes sonrisas en su cara me firmaron el CD de Lucy. Pensé en la cara que pondría cuando le contara todo esto.
Estaba hundida en mis pensamientos cuando una de las chicas, que se encontraba a mi lado,  le pregunto algo  a quién creo, era Zayn.
-¿Dónde está Liam?
Liam… cuando dijo ese nombre se vinieron a mi cabeza los recuerdos de la noche anterior. No, no podía ser el mismo Liam, en Londres debe haber cientos de Liam, no puede ser  justo él al que estas chicas estén esperando.
Me encontraba un poco más relajada cuando sentí de nuevo esos gritos de alegría. Rápidamente gire mi cabeza hacia la camioneta. Ahí estaba él con una camisa blanca, que por cierto le quedaba muy bien, y jeans azules.
Comenzó a caminar hacia nosotras y repitió las mismas acciones que sus compañeros. No podía creer lo que estaba viendo.
Mire la tapa del CD que tenía entre mis manos y luego a él. Repetí  seguidamente el movimiento. Primero el CD y luego Liam. Definitivamente era él, aunque en la portada llevaba el pelo más largo y enrulado pero su mancha de nacimiento en el cuello era inconfundible.
Se acercó a mí y tuve que concentrarme para respirar porque estaba hecha un manojo de nervios, ¿cómo se suponía que debía actuar?, extendí mi mano lentamente para alcanzarle el CD de Lucy,  él lo tomo y lo firmo, espere que hiciera un gesto, una palabra, una mínima acción que me demostrara que no estaba loca, que él también recordaba los sucedido.
 Lentamente me entrego el CD y se alejó para reunirse con los demás integrantes de la banda. Sin siquiera mirarme, dejándome  ahí parada, con un lío en la cabeza.
Avergonzada clavé los ojos en la tapa de ‘Up All Night’ y fue entonces cuando lo vi escrito justo en medio de la tapa con su delicada letra:   ‘Hola Emma’.

Incrédula alcé la mirada para observarlo, algo confundida,  fue entonces cuando Liam Payne volteó y me guiñó el ojo.

21 oct 2012

Primera Parte: Capítulo 1



Con cuidado me senté en la cama e intente calmarme. Me llevé la mano al pecho y me enfoqué en los latidos de mi corazón hasta que estos se fueron calmando. Di unas inhalaciones profundas para volver a cargar de aire mis pulmones. Me llevé las rodillas al pecho y recapitulé, aunque no necesitaba hacerlo, conocía esa pesadilla como la palma de mi mano.
Me encontraba parada en el medio de una calle completamente desierta, los locales a mi alrededor parecían indicar que era algún lugar en el centro, pero la penumbra que cubría todo me dificultaba identificar la localización.
De repente observé por el rabillo del ojo una extraña figura negra en el extremo opuesto. Preocupada, aceleré el paso. La sombra me imitaba, parecía seguir cada uno de mis movimientos. Contuve las ganas de ponerme a gritar. A medida que avanzaba mis pies se movían cada vez más rápido. Comencé a trotar al sentir una  respiración sobre mi espalda. Por fin intenté correr pero ya era muy tarde, alguien me tomó del hombro, no puede zafarme, el pánico me invadió, estuve a punto de gritar cuando desperté.
-¡Emma!-Escuché la voz de mamá -¿Ya estás despierta?
Rápidamente giré la cabeza para chequear el  reloj sobre mi mesita de luz-En seguida voy- Respondí al tiempo que saltaba de la cama y comenzaba a prepararme.
Una vez lista salí al encuentro de mamá, quién me esperaba con el desayuno listo sobre la mesa.
Dejé que el olor a café recién preparado se colara por mi nariz. Volví a chequear el reloj, esta vez el que estaba colgado en la pared de la cocina. Le lancé una mirada de anhelo al café, tomé una tostada y me encaminé a la puerta.
-¿No vas a desayunar?-
-Es tarde- Expliqué mientras me colgaba la mochila al hombro y mordisqueaba la tostada.
Mamá suspiró luego sacó la billetera del bolsillo izquierdo de sus pantalones y me entregó unos billetes-No podes empezar la mañana con una tostada.
Asentí y tomé el dinero-Nos vemos má- Me acerque y besé si mejilla antes de salir por la puerta.
-¡Que tengas suerte!- Le oí decir mientras cerraba.
Di otro mordisco a mi tostada y emprendí el camino al colegio.

Al llegar me dirigí directamente al aula y con desgano tiré mis cosas sobre el banco.
-¡Buenos días Emma!- Escuché la voz alegre y aguda de Lucy.
-Hola- Contesté con una media sonrisa. Mi amiga tenía puesto el uniforme de la escuela y llevaba su cabello pelirrojo prolijamente atado.
Me quedé en silencio mientras ella me examina con la mirada-¿Estás bien?, te ves cansada.
-Estoy bien-Dije restándole importancia- Sólo un mal sueño
-¿Seguís con las pesadillas?-
No dije nada, sólo me limité a asentir.
-Deberías hablar con tu mamá al respecto-Sugirió con un tono de preocupación- Tal vez signifique algo.
-No quiero preocupar a mamá con esto, es una tontería.
Lucy se quedó en silencio unos minutos, analizando mis palabras. Viendo que yo no pensaba ceder decidió darse por vencida.
-¿Estás ocupada esta noche?-Inquirió cambiando de tema.
-Nope, ¿por qué?, ¿se te ocurre algo?
Me dedicó una sonrisa antes de darse vuelta y rebuscar algo en su mochila. Por fin volvió a voltear y me extendió dos papeles frente al rostro-¡Sorpresa!
Extrañada, tomé lo que me mostraba-¿Qué es esto?
-¡Entradas para Toy Story 3!- Explicó casi en gritos-No son la premiere, pero asumí que te gustaría.
-Genial- Respondí mientras estudiaba los tickets con más claridad.
-En realidad esperaba un poco más de entusiasmo de tu parte Emma-
Suspiré, tratándose de mi película favorita supongo que sus expectativas no estaban erradas. Pero mis pesadillas frecuentes no me daban tregua y mi buen humor se veía afectado por aquello.
El resto de la mañana transcurrió tranquila, Lucy estuvo hablando todo el tiempo y yo cada tanto asentía con la cabeza o hacía algún comentario pero no mucho más de eso. Acordamos encontrarnos en E-Max a las 8:30, lo que me daba tiempo para llegar a casa, dormir un rato, hacer mis deberes y tener algo de tiempo para mí.

Al parecer mi madre tenía otros planes. Estuve toda la tarde yendo y viniendo, haciendo recados. Cuando me di cuenta ya era tiempo de encontrarme con Lucy. Rápidamente me bañé y me vestí con una remera simple de color blanco con la estampa de un corazón, unos jeans y mis converse rojas.
Llegue al cine y Lucy ya estaba ahí hablando por teléfono. Supongo que ya me lo veía venir, últimamente el tiempo que pasábamos juntas se había reducido a casi nada, gracias a una única razón, su novio, Andy. No me malentiendan, no es que no quisiera a Andy, pero con mi amiga ocupada con él todo el tiempo comenzaba a sentirme algo sola.
-¡Emma! Me dijo tras colgar.
-Hola Lucy. Respondí. -¿Era Andy al teléfono?
Ella tomo un mechón de cabello y comenzó a jugar con él algo nerviosa. – Si, quería que nos veamos, pero ya le dije que esta noche teníamos planes juntas.
-¡Oh!, no te preocupes por mí, yo puedo verla sola. Anda con él.
-No. Contesto con un movimiento de cabeza. – Dijimos que la íbamos a ver juntar, no quiero dejarte sola.
-Enserio, yo no. no tengo problema en verla  sola- Fingí una sonrisa.
-¿Estás segura? Pregunto
Asentí.
-¡Muchas gracias Em! Te prometo que te lo voy a recompensar. Dijo para luego girar y comenzar a alejarse de mí agitando su mano. –Nos vemos.
-Nos vemos Lucy- Contesté cabizbaja.
Me quede parada en la puerta del cine hasta que su figura se perdió en la oscuridad, luego entre con mis manos en los bolsillos. En cierto momento pensé en irme a casa, después de todo ¿Qué más patético que ir al cine sola?, pero ya estaba ahí, no quería desperdiciar las entradas y tal vez  Woody lograra levantarme el ánimo. Lucy  compró asientos en el medio, un buen lugar si estás acompañada pero no tan genial si se intenta pasar desapercibida, que es justo lo que yo quería.
Una vez sentada intenté no vomitar ante el olor asqueroso de la alfombra, me acurruqué en mi asiento, cuando estaba a punto de quedarme dormida me percaté de que un chico se sentaba junto a mí. Era alto, como de 1,78, no pude ver su cabello porque la capucha de su sudadera gris lo cubría, pensé en lo estúpido de usar capucha estando bajo techo y suprimí una risa sarcástica. Los lentes de realidad 3D no dejaban ver bien los rasgos de su cara, además de eso llevaba unos jeans claros y una zapatillas converse blancas parecidas a las mías. Una vez ubicado posó su vaso de Coca-Cola junto a mí, al parecer estaba solo, como yo.
Clavé los ojos en el suelo y me perdí en el ruido de la sala, hasta que una sensación húmeda me sacó del transe  al parecer mi compañero había tirado su bebida sobre mi pierna izquierda.
-Lo siento mucho- Dijo.
Carraspeé. – No pasa nada, pero ten más cuidado la próxima.
Inmediatamente él tomo una servilleta y con cuidado intento secarme el jean, me revolví en mi lugar algo incomoda.
-¡Oh!, lo siento, yo, este, no quiera incomodarte- Observé cómo le subía el color rojo mientras se apartaba de mí.
Para mi suerte justo en eso momento las luces se apagaron y aparecieron los créditos, por lo que nadie llego a ver cómo me sonrojaba.
Respiré hondo y me dispuse a disfrutar de la película. Transcurrió bastante rápido, moví los labios repitiendo  mis escenas favoritas, canté ‘You’ve got a friend in me’ y contuve las ganas de llorar al final aunque juraría que a mi ‘acompañante’ se le cayó una lágrima.
Al término de la película las luces se encendieron, me paré y comencé a salir un tanto alejada de la multitud, un par de veces me gire y vi que el chico de sudadera gris se quedaba sentado con las gafas puestas, me pregunté que estaría esperando pero asumí que no era de mi incumbencia.
Mientras pasaba frente al puesto de comida escuche rugir a mi estómago, tenía hambre. Palpé mis bolsillos y saqué dinero suficiente para un tarro de palomitas de maíz mediano, pague y emprendí camino a casa.
Había hecho unas dos cuadras cuando pasé frente a un grupo de chicos sentados en el cordón de la vereda delante de un bar, parecían algo alcoholizados así que opté por ignorar sus gritos desubicados y me concentré en mordisquear mis palomitas.
Seguí unos metros más cuando sentí unos pasos detrás, lentamente gire pero no vi a nadie, decidí que estaba paranoica y no darle importancia, continúe, al cabo de un rato sentí los pasos otra vez, deje de lado todo intento de calmarme y eche a correr. Sí, estaba paranoica. Mi perseguidor comenzó a correr también. Nunca fui muy buena corredora por lo que me alcanzó rápidamente. Me tomo por el brazo y me obligo a mirarlo, las palomitas volaron por el aire. Con la poca luz que había alcance a distinguir alguno de sus rasgos, cabello negro azabache despeinado, ojos  marrones irritados,  su cara estaba tensa, llevaba unos jeans rotos, un buzo color caqui y zapatillas Vans rotas.
-¿Qué hace una chica tan linda solita? Al hablar mi nariz se inundó con su aliento que apastaba a alcohol.
Estaba tan asustada que no podía respirar. Todo era igual que en mi pesadilla sólo que esta vez ya no podría despertar.
Creía que todo estaba perdido cuando repentinamente una figura extraña toma a mi captor y lo aleja de mí.
-Creo que sería mejor que no la molestes- Dijo.
-Y yo creo que esto no te incumbe- Replico mi atacante.
-Me parece que sí, porque es mi novia a la que estás reteniendo- Mintió.
En ese momento vi como la mano de mi agresor se alzaba en un puño contra mi salvador. Reaccione más rápido de lo que esperaba y me puse entre ellos.
-Ya vámonos, no tiene sentido seguir discutiendo.
Él me tomo de la mano y nos alejamos caminando dejando atrás la escena y con ella al asaltante.
Un par de cuadras más adelante pude dejar de temblar y solté su mano.
Nos entrabamos bajo la luz de un poste, por lo que pude  reconocer al chico del cine. Ahora si puede ver su cara ya que la capucha había caído y no llevaba los lentes 3D. Llevaba el pelo corto de color marrón claro, ojos color miel y con la mirada más tierna del mundo, aunque no me guste admitirlo era muy atractivo. Además noté una extraña marca de nacimiento en su cuello.
-Eso fue innecesario- Solté al fin.
-¿Qué cosa?- Inquirió.
-Que me tomaras de la mano.
Él bajo la mirada. –Lo siento no fue mi intención incomodarte, otra vez.
Aparté la cara para que no me viera ruborizarme al recordar aquel momento. –No te preocupes, de todas formas, gracias por ayudarme- Hice un ademan para irme.
-Espera- Me detuvo tomándome de la muñeca. –Creo que no deberías andar sola después de lo que paso.
-Me puedo cuidar sola- Conteste un poco ofendida.
-Si eso ya quedo claro- Replico sarcástico.
-¿Perdón?- Inquirí alzando una ceja y contuve una sonrisa.
Suspiro.-Solo quiero ayudar- Insistió.
Me detuve a meditar un minuto,  ¿cuánto sabía de este chico?, nada, ¿en realidad quería ayudarme? No lo sabía, pero había cierto sentimiento de seguridad me que embriagaba estando con él, difícil de explicar, en ese momento, parada a mitad de la noche con un completo extraño había encontrado la seguridad que había estado buscando semanas atrás cuando las pesadillas empezaron. Con ese extraño el sentimiento de soledad que me oprimía el pecho había desaparecido. ¿Es que no me bastaba con un ataque por noche?
-Está bien, de todas formas ya me salvaste una vez- Dije finalmente.
–Muy bien, vamos.
Caminamos en un silencio incómodo unos instantes hasta que él comenzó a interrogarme, por un lado lo agradecí, yo era pésima iniciando  conversaciones.
-Y entonces. .. ¿Cómo dijiste qué te llamabas?
Ahogué una risa burlona. –Emma Tomson, aunque nunca te dije mi nombre.
-Emma- Repitió lentamente. –Me gusta.
Puse los ojos en blanco y  me mordí el labio algo nerviosa - ¿y tu nombre era?
-Payne, Liam Payne. Respondió.