26 may 2013

Capítulo 39


Comencé a reír – Sí, claro, ahora, en serio, ¿qué paso?- Dije tratando de convencerme a mí misma de solo estaba jugando conmigo.
-Ya te conté lo que paso, no me hagas repetirlo- Harry se apoyó en el respaldar de la silla nervioso- Es tu decisión creerme o no.
Examine su mirada tratando de descubrir algún indicio de falsedad, algo que pueda indicarme que estaba mintiendo pero su expresión de preocupación, ansiedad y sobretodo miedo  era totalmente sincera. Era verdad.
Comencé a acalorarme. Esto estaba mal, muy mal.
-Kirsten ¿Estas bien?- Exclamo preocupado mi acompañante.
-Creo que va a ser mejor que me vaya.
-Te voy a llevar a casa de Amy, estas pálida- Sentencio.
-¡No!-Respondí con rapidez-No es necesario.
Harry suspiró-No hace falta que te pongas así, no fue la gran cosa.
Fruncí el ceño en un acto reflejo, ¿Qué mi beso no había sido la gran cosa?, ¿quién se creía que era para decirme eso?
-Sólo tengo dolor de cabeza Harry, no tiene nada que ver con vos-Dije a la defensiva.
Puso los ojos en blanco-Claro.
Lo fulminé con la mirada- ¿por qué debería afectarme? No es mi culpa que te hayas aprovechado de mí.
-Wow, Wow, ¿yo aprovecharme de vos?, créeme que fue de mutuo acuerdo.
-¡Sabías perfectamente que no estaba pensando con claridad!-Grité y volvimos a atraer las miradas de los comensales.
Harry parecía ofendido.-Me besaste porque quisiste, no intentes negarlo ahora.
Me crucé de brazos-¡Mentira!-
-¡Sh!-Volvió a callarme-¿Es que siempre sos tan gritona?
Suspiré frustrada-Como sea, lo que paso anoche no tiene importancia.
Me miró algo dolido-¿Entonces por qué de repente te incomoda mi presencia?
-Ya quisieras-Revoleé los ojos-Ni que fueras el primer chico al que besé.
-Probalo-Me retó mirándome fijamente a los ojos.  Con la emoción de la discusión me había notado lo cerca que estábamos uno del otro, podía sentir su respiración sobre mí.
Tragué saliva-Bien, ¿qué estás esperando? –Inquirí con brusquedad-Amy debe estar preocupada por mí.
Harry se encaminó a la puerta del restaurante y le dejó abierta para mí-Las damas primero.
Le dedique una sonrisa sarcástica pasé junto a él con la cabeza en alto.
Permanecí en silencio durante todo el camino y Harry tampoco aporto mucho. Después de un viaje que se volvió interminable llegamos a casa de Amy.
Baje del auto y cerré la puerta con brusquedad, si era como todos los chicos que conocía odiaría que maltratara a su precioso Audi R8.
-Lo siento-Dije con una sonrisa falsa mientras pasaba frente a su ventana-Gracias por traerme.
Él rechinó los dientes-No hay problema-Me giñó el ojo.
-Ay por Dios que hermosos ojos tiene- Sacudí la cabeza, ¡este no era momento para distraerse!
-Nos vemos Kirsten-Dijo y luego puso el auto en marcha.
Di media vuelta a penas terminó de habla y con rabia me encaminé al apartamento de Amy.
-¡Cómo me frustraba ese chico!-
Al entrar a la casa de mi amiga di un gran portazo. -¿Quién se pensaba que era?, ¿yo querer besarlo a él?, ni en un millón de años.
Amy, Lucy y Emma me miraron con preocupación.
-¿Kirsten estás bien?-Inquirió la última.
Me dejé caer  en el sillón junto a Amy y Lucy. Tomé uno de los almohadones, lo apoyé sobre mi cara y suprimí un grito.
-Kirsten, ¡para!-Amy me obligó a mirarla a los ojos.- ¿Qué paso?
-Harry me exaspera-Me quejé.
Lucy tocó mi hombro-¿Por qué?, ¿qué dijo?
-Dijo que mi beso ‘no había sido la gran cosa’, ¿cómo se atreve?
Emma, que estaba dando un trago a su vaso de jugo se atragantó-¡¿Qué cosa?!
Amy se acercó a Emma y comenzó a darle palmaditas en la espalda. Mientras Lucy manifestaba las preguntas de todas.
-¡¿Besaste a Harry?!
-¡Yo no lo besé!-Me defendí-Él me beso a mí y se está aprovechando de mi falta de memoria para culparme por eso.
Las tres chicas abrieron las ojos como platos- ¡¿Qué?!-Gritaron al unísono.
-Ay, no es la gran cosa- Intenté quitarle importancia-Ni siquiera creo que sea verdad
La chica de rizos termino de ayudar a su amiga y se acercó a mi-¿Cómo paso exactamente?
-¡¿Cómo es que nos lo perdimos?!-Insistió Lucy.
Amy se estiró para tomar un vaso con jugo de la mesa-¿Qué fue lo que dijo?
Tome aire dispuesta a contarles la historia y luego comencé a relatarla.
Me ahorre algunos detalles de la pelea que tuvimos antes de que Harry decidiera decirme la verdad y me fui directamente a la parte importante. Cuando finalice mi relato todas se quedaron mudas y me miraron con la boca abierta de par en par.
-¿Estás completamente segura de que no querías besarlo?-Inquirió Emma cuando asimiló la información.
-¡por supuesto que no Emma!-Respondí ofendida.
Lucy saltó a defender a su amiga- Estabas algo ida Kirsten y Hazza es bastante atractivo, no me parece una idea tan loca.
-Él ya te había echado el ojo desde el aeropuerto y cuando a Harry le gusta alguna chica esta difícilmente logra escapar de sus encantos- Aporto Amy haciendo comillas con las manos cuando pronunciaba ‘encantos’.
-Tal vez para el resto de las chicas sea así, pero yo no le veo la gran cosa.
-¿Ni siquiera sus hoyuelos?-Insistió Lucy.-Son tan tiernos
-No- Conteste con menos convicción de la esperada.
-¿Ni sus ojos verdes?-Emma se unió a su amiga.
-No…-Cada vez era más difícil sostener mi postura.
-¿Y qué hay de los rulos?-Amy se señaló su cabellera-No conozco una chica en todo Londres que no muera por uno de sus rulos.
Continuaron así nombrando los ‘encantos’ de Harry, estaban torturándome, prácticamente no podían contener su risa.
-Está bien, está bien, puede que si sea algo atractivo-Admití al fin.
-¡Aja!—Gritó la colorada victoriosa.
-Pero eso no le da derecho a ser tan engreído-Apoyé la cabeza en el espaldar del sillón-Que mi beso no fue la gran cosa, Pff-Concluí refunfuñando.
Las demás rieron.
-Creo que el problema acá es tu ego-Comentó Amy por lo bajo.
-¿De qué estás hablando?-Inquirí.
-Digo que te gusta Harry pero no querés admitirlo porque sos orgullosa.
Emma y Lucy convinieron con la chica de rizos. Yo sólo me limité a mirarlas con cara de pocos amigos.
….
A la mañana siguiente me levante muy temprano, debía estar en la academia a las 7 am. Luego de que Emma y Lucy se fueran anoche Amy y yo decidimos ir a dormir temprano, por mi gran día.
Tome un baño rápido,  termine de organizar mi valija, antes de lo esperado estaba tomando un taxi hacia The Royal Ballet.
La entrada estaba abarrotada de jóvenes que entraban y salían de las instalaciones. Esquivando a todos y arrastrando mi pesado equipaje llegue hacia la puerta principal y me detuve frente a ella. Tome aire, este paso era muy importante para mí, a partir de ahora comenzaría un nuevo desafío y estaba lista para enfrentarlo. Empuje la gran puerta para abrirla y pise por primera vez el piso del que sería mi nuevo hogar a partir de ahora.
A pesar de que el exterior del edifico parecía bastante antiguo, algo común en Londres, el interior era muy moderno.
En el hall me encontré con un grupo de jóvenes bailarinas, todas vestidas con sus calzas, mayas y pulcramente peinadas. Tan pronto como entré pude sentir sus miradas sobre mí. Alcé la cabeza y las dejé admirar mi atuendo. Agradecí haberme puesto mis nuevos zapatos Oscar de la Renta y mi vestido blanco de Prada. Definitivamente me daba un  aire de seriedad.
Una mujer de unos 30 años se encontraba sentada frente a un escritorio lleno de papeles. Me dirigí hacia ella.
-Buenos días soy Kirsten Hoppe- Me presente.
-Hola querida,  ¿Programa de adaptación?- Sonrió mostrando una hilera de dientes blancos que impactaban.
-Exactamente- Confirme
Pude notar que  el grupo de espectadoras me miraba con intriga, si tan sólo se molestaran en disimularlo.
Presionó un par de teclas en la computadora- Muy bien,  Kirsten Hoppe, Alemana, tenés una beca ¿correcto?
Asentí con alegría, esto era muy emocionante.
-Tu habitación es la 240, tercer piso- Me entrego una llave que saco de uno de los cajones del escritorio- Carrie será tu guía durante tu primera semana,  por favor toma asiento, ah y bienvenida al Royal Ballet.
Le dedique una sonrisa de agradecimiento para luego obedecer a sus órdenes. Me senté en una de las sillas que se encontraban junto a la pared derecha.
Paulatinamente las bailarinas volvieron a su conversación olvidándose completamente de mi presencia. Ya estaba comenzando a cansarme de sus risitas histéricas cuando Carrie llegó.
La chica parecía un par de años mayor que yo, tal vez dos. Tenía cabello rubio ceniza, rizado y unos ojos color miel. No llevaba mayas como las demás, sólo una calza y un buzo al cuerpo, además dejaba sus rebeldes rizos al aire.
Me mordí el labio… rizos, como los de Harry.
Muy amablemente se presentó, su nombre completo era Carrie Flones, tenía 18 años, era la encargada del comité de bienvenida y me ayudaría con mi orientación.
-Habitación 240- Anuncio cuando llegamos hasta lo que sería mi nuevo cuarto- Espero que te sientas cómoda.
-Gracias- Esboce sonrisa amistosa.
Con entusiasmo abrí la puerta de mi nueva habitación. Dentro todo tenía una tonalidad clara con las paredes y muebles de tonos pasteles, era hermoso. Fotos de jóvenes bailando llenaban el cuarto, era el espacio perfecto para cualquier bailarina. Había dos camas así que imagine que pronto tendría una compañera pero por el momento no había alguna señal de que la habitación este habitada por alguien más.
Carrie me indico el camino para llegar a mi primera clase y luego se marchó dejándome sola para organizar mis cosas. Respire el aire de la danza y comencé a desempacar lo mas rápido posible ya que las clases empezaban en unas horas.
….

-Me alegro que todo este saliendo bien hija- Decía mamá, comenzaba a lamentar a ver decidido llamarla. Estaba en Harrods haciendo lo que me gustaba llamar ‘terapia de compras’. Luego del ajetreo del pasado fin de semana y de todas las emociones en la academia de verdad necesitaba relajarme. Decidí usar la tarjeta de crédito que papá me había dado para usar en  caso de ‘emergencia’, claramente esta lo era. Algunas personas lidian con sus problemas comiendo, otras van a yoga, otras al psicólogo, yo sostengo que no hay nada que un par de zapatos de diseñador no pueda curar. Mi primer día de clases fue agotador, Frau Troffea no exageraba cuando decía que eran muy exigentes
-Tengo que dejarte la sección zapatos me está esperando- Mire con anhelo la vidriera donde se exponían todos los zapatos.
-Está bien te dejo, no exageres demasiado con los gastos. Ich liebe dich kínder.
-Ich liebe dich auch, mándale saludos a papá y a los chicos- Colgué el teléfono y me concentre en mi objetivo.
La tienda estaba atestada de mujeres totalmente locas por los distintos modelos de zapatos. Di una vuelta por el local mirando con atención cada uno pero ninguno me convencía. Estaba por darme por vencida cuando los vi. Allí descansando sobre una mesita blanca, sobresaliendo de los demás se encontraban un par de zapatos negro sin tacón, innovadores, seguramente de la nueva temporada, no había visto a nadie con unos como estos y eso los volvía más atrayentes.
-Tienen que ser míos- Me dije.
Con decisión me encamine a ellos pero cuando me dispuse a tomarlos otras manos se interpusieron en mi camino impidiéndome llegar a ellos. Clave una mirada asesina a la chica de cabellos oscuros como la noche. Ambas permanecimos observándonos desafiantes por un tiempo que me pareció una eternidad.
-Discúlpenme señoritas pero necesito esos zapatos- Un empleado nos distrajo de nuestro intercambio de miradas amenazantes.
-¿Esos?- Pregunte señalando al par de zapatos negros.
-Claro- Respondió y luego esbozo una sonrisa.
-¿Y para que los necesita?- Se apresuró a preguntar la morocha que se encontraba a mi lado.
-Ah, la señorita que se encuentra allí- Señalo a una mujer junto a la caja que llevaba un vestido muy elegante, debía tener mucho dinero- Pidió que se los llevemos.
-¡Oh!- Dijimos al mismo tiempo.
-Bueno chicas, tengo que llevar esto rápido- Volvió a sonreírnos y luego dio media vuelta hacia la caja con el par de zapatos en sus manos.
-Sólo espero que no sufran el mismo destinos que esas botas-Comentó la chica por lo bajo.- ¿Qué estaba pensando cuando las combinó con ese vestido?
Suprimí una risa.-Si es que a eso se le puede decir ‘combinar’.
Ella me miró y ambas reímos.
Suspiré-Supongo que es para mejor…
-¿A qué te referís?-Inquirió.
-De vedad me gustaban esos zapatos y parece que a vos también, hubiera sido una fea pelea.
-Cierto -La extraña volvió a reír- Sólo espero que no estés pensando en comprarte ese bolso Gucci rojo también, porque ya  empezas a agradarme.
-¿Leíste mi mente o algo así?-
Ella me miró preocupada.
-Sólo estoy bromeando, pero definitivamente tenés buen gusto, así que también comenzas a agradarme-Extendí mi mano para estrechar la suya-Soy Kirsten por cierto.
La tomó y me dedicó una sonrisa-Gemma, Gemma Styles.

19 may 2013

Capítulo 38


-¡Vamos Kirsten levántate!- Insistió Amy, pero yo no tenía intención de levantar mi cabeza de la almohada, sabia cual eran las consecuencias de beber demasiado alcohol y no me sentía lista para enfrentarlas.
-¡Es tarde!- Exclamó con impaciencia- Tenemos que reunirnos con las chicas en una hora.
Bufe- Esta bien ya me levanto- Cedí, después de un rato.
Sin perder más tiempo despegue mi rostro de la almohada. La luz solar que ingresaba por el balcón me cegó, me tape el rostro con las manos. Además de la molestia en mis ojos el dolor de cabeza era insoportable y podía sentir las punzadas en mis pies, la desventaja de los zapatos de tacón.
Amy se percató de que no me sentía bien.
-¿Resaca?- Pregunto en tono burlón.
Le tire con el almohadón más cercano- No te rías, mi cabeza va a explotar.
-Voy a decirle a mamá que te traiga una pastilla, ya vuelvo- Dicho esto se puso de pie y camino hasta la puerta.
-Amy- La detuve. Me dirigió una mirada interrogatorio- No le cuentes a Stella… bueno, ya sabes, lo de anoche.
Mi amiga asintió mientras ponía los ojos en blanco –Por supuesto que no, ¿crees que soy tan tonta como para hacerlo?-Dio media vuelta y salió al pasillo.
Me tumbe en la cama nuevamente, aunque con demasiada rapidez porque sentí un gran mareo, cerré los ojos y me esforcé por calmarme. Finalmente Stella y Amy entraron en el cuarto.
Luego de someterme a un interrogatorio interminable la madre de mi amiga me extendió un vaso con agua y con este una pastilla.
-Deberías  tomártelo con calma a partir de ahora-Me aconsejó.
Abrí los ojos y la miré, lo sabía, era obvio, no se había tragado ninguna de mis mentiras-Yo…
-No es necesario que me expliques nada-Se apresuró a interrumpirme-Puede que no lo parezca pero yo también fui joven, sólo tené más cuidado la próxima.
Asentí una vez y luego me tragué la píldora sin chistar.
Una vez que Stella se fue tome un baño extenso, durante el cual Amy se la paso golpeando la puerta rogándome que me apresurara. Cuando la cabeza dejó de darme vueltas me vestí y luego fui a verme al espejo, sin saber con lo que me iba a encontrar. Trate de ocultar con el maquillaje las ojeras, hasta que me di por vencida y opte por usar lentes de sol, al fin y al cabo era verano.  Continuó inspeccionando mi cuerpo, todo parecía estar en orden, dejando a un lado unos moretones en mi rodilla derecha.
-Que raro-Me dije a mi misma-No recuerdo haberme caído.
Fue en ese momento en que me di cuenta de que en realidad, no recordaba nada de la noche anterior. Por lo menos no después del Vodka, ¿qué había hecho?
-Estás exagerando,  no es nada-Intenté calmarme.
Tomé unas cuantas bocanadas de aire, volví a mirar el espejo y forcé una sonrisa. Todo iba a estar bien. Una vez que abrí la puerta me encontré con la cara  enfada de mi amiga con cabello rizado.
-¿Ya está lista tu majestad?-Inquirió en tono sarcástico.
-Si plebeya, ya puedes llamar al carruaje-Respondí con el  tono más teatral del que fui capaz.
Las chicas nos estaban esperando sentadas en una mesa cercana a la ventana, por suerte estaban alejadas de la cocina, porque el humo que salía de ella seguramente dejaría un hedor horrendo en mi cabello. No necesitaba más cosas que arruinaran mi día, mi último día libre.
-Hola chicas- Las salude cuando llegamos a donde ellas estaban.
-Hola Kirsten- Respondieron ambas, se las veía de muy buen humor.
-¿Cómo te sentís?- Se interesó Lucy.
-Bien, la pastilla que me dio Stella hizo efecto rápido y ya no me duele más la cabeza pero…- Corrí los lentes de sol para poder mostrarle mis ojos- Estas ojeras son horribles y no hay maquillaje que las saque.
La colorada rio.
-¡¿Y por qué vos estas tan bien si también tomaste?!- Me queje.
-Porque yo me doy cuenta cuando es suficiente- Esbozo una sonrisa de autosuficiencia.
-Como sea-Solté una bocanada de aire-Es la última vez, mañana comienza la universidad, ya no voy a tener tiempo para estas cosas.
-Amy nos habló de eso, parece bastante exigente- Emma se unió a la conversación.
-Lo es, necesito impresionarlos, eso sí quiero que me contraten de forma fija para el Royal…
-Estoy segura de que sí- Acoto la chica de rizos-Deberías enseñarles como bailabas anoche.
Todas comenzaron a reír.
-Me imagino que debí haber bailado toda la noche-Dije sin poder contener la risa que me provocaba mi propia imagen bailando descontroladamente.
-¿Qué?, ¿No te acordas?- Pregunto Emma.
-La verdad es que no me acuerdo de nada después del tercer vaso- Admití con algo de vergüenza.
Las risas se hicieron más fuertes y comencé a pensar que se habían vuelto locas.
-¿Por qué se ríen tanto? ¿Qué hice anoche?- Comencé a preocuparme.
Ninguna contestaba, solo se limitaban a mirarse la una a la otra.
-¿Amy?- Incite a mi amiga para que hable.
-Yo no sé, Zayn y yo estuvimos afuera para alejarnos un poco del ruido- Explico- la última vez que te vi estabas bailando con Louis y Harry en forma demasiado provocadora.
Mi estado de preocupación se transformó en temor.
-Chicas díganme que ustedes saben que hice anoche-Mire a las demás.
-Lo siento pero yo estuve toda la noche con Liam y unos amigos, vi que estabas bailando pero de un momento a otro desapareciste.  Me fui a dormir tranquila porque Lucy me dijo que te habías vuelto con ella y Niall.
-Entonces… ¿Lucy?- Era mi última esperanza.
-Perdón, pero me paso lo mismo que a Emma, estábamos bailando con Niall y podía verte hacerlo con Louis y Harry pero luego me distraje y cuando volví a verte ya no estabas. Te perdiste toda la noche, imaginamos que estabas con los chicos. Cuando estábamos por volvernos apareciste de nuevo y te llevamos hasta la casa de Amy.
Apoye la cabeza sobre mis manos frustrada. Como odiaba no poder acordarme, podría haber hecho cualquier cosa, ¿con quién había estado?, ¿se quedaron Harry y Louis conmigo durante toda la noche? Aunque de haberlo hecho no creo que hubieran servido de mucho, su estado era igual y casi peor que el mío. Necesitaba averiguarlo, terminar con la duda, no podía permitirme ese tipo de distracciones. ¿Pero a quien más podría preguntarle?
De pronto mi cerebro logró ordenar el desorden de pensamientos y una idea surgió en mi preocupada cabeza.
-¿Alguna me puede pasar el número de Louis o el de Harry?
-Yo tengo el de Harry- Lucy tomo su teléfono que se encontraba sobre la mesa- ¿Qué vas a hacer?
-Voy a descubrir que fue lo que hice anoche- Anuncie
Abrí el paraguas que Amy me había prestado para protegerme de la lluvia,  sería un pecado permitir que un Prada se arruinara con el agua. Revisé mi reloj, estaba llegando tarde, la puntualidad era importante para mí, denotaba responsabilidad.
-Responsabilidad-La palabra retumbó en mi cabeza con un eco burlón, ser responsable era lo último que había estado haciendo desde el minuto en que puse un pie en este país.
-Dios, ¿en qué estaba pensando?, emborracharme en mi primera noche en un lugar y con gente desconocida-Sacudí la cabeza-Frau Troffea estaría tan decepcionada.
Por fin me detuve frente al lugar que Harry había mencionado en su mensaje de texto, The Espresso Room.  Luego de intentar llamarlo al celular unas diez veces las chicas lograron hacerme desistir de mi misión.
-Tal vez está ocupado, ¿por qué no intentas más tarde?-Me animó Lucy.
-No te desesperes Kirsten, estoy segura de que no paso nada malo-Emma también había intentado calmarme.
Para mi suerte,  mientras Amy tomaba una ducha, de vuelta en su apartamento, a Harry se le dio por devolver la llamada. No pareció extrañarle que intentara contactarlo, hasta parecía contento. A todo esto había que sumarle el hecho de que no podía creer que recordara quién era yo. Me dio esperanzas, tal vez él si  estaba lo suficientemente sobrio para recordar lo que había pasado.
A pesar de que yo no estaba convencida de la idea, él insistió en que nos encontráramos para discutir el asunto. Decidí no contarle nada a mi amiga. Si Harry quería hablarlo conmigo cara a cara no podía ser nada bueno y no quería que ella o las chicas se enteraran de lo que había hecho. Fuera lo que fuera, moriría ahí, en ese café londinense. Así que dije que quería dar un paseo para despejar mi cabeza. Le pedí a Harry que me detallara la mejor manera de llegar al lugar y salí.
Me armé de valor y entré. Tardé unos minutos en reconocer la bola de rizos entre el gentío, oculta en la mesa más alejada del lugar.
-Pasando desapercibido, por supuesto-
Aceleré el paso y me senté frente a él. Mientras me dejaba caer en la silla me percaté de que había una taza de té frente a mí.
-Me tomé el atrevimiento de pedir por vos-  Dijo sin esperar que yo hablara.
-Gracias-Respondí con un hilo de voz.
-¿Y bien?, ¿de qué querías hablar?-Inquirió dando un sorbo a su tasa.
Me revolví en mi asiento incómoda. De pronto sentí muchísima vergüenza, sea lo que sea lo que había pasado, Harry lo sabía, posiblemente me había visto y lo recordaba. ¿Qué pensaría de mí?
-Kirsten Hoppe, ¿desde cuándo importa lo que un chico como este piense?-Podía escuchar la voz de mi maestra regañándome.
Tenía razón, ¿por qué habría de importarme lo que Harry pensara de mí?, apenas si llevábamos un día de conocernos, además, su conducta tampoco era impecable, no era quién para juzgarme.
Sostuve el té en mi mano y di un sorbito, era de manzanilla-Quiero que me cuentes lo que paso anoche.
-Fuimos a Fabric-Contestó inmutable-Y tomamos Vodka.
Lo miré con cara de pocos amigos-¿Te estás burlando de mí?
-No-Continuaba inmutable.
-¡Harry ya basta!-Me queje-Esto es serio, ¡no recuerdo nada de lo que hice!
Él depositó su tasa sobre la mesa, el olor a café proveniente de esta me impregnó la nariz, lanzó una carcajada-¿Nada de nada?
-No te rías-Lo amenacé.
-Si  sos tan grosera no te voy a responder nada-Contraatacó.
Suspiré-Por favor Harry, ¿serías tan amable de relatarme los acontecimientos de la pasada noche?-Dije al fin en tono sarcástico.
-No lo sé, mi memoria está algo borrosa…-Se rascó la barbilla-Los recuerdos se me mezclan.
-Dämlich- Le dije en un incontrolable Alemán, estaba acabando con mi paciencia.
-¿Y eso que significa?
-Que sos un idiota-Respondí secamente-No puedo creer que me hayas hecho venir hasta acá para nada,  ¡por teléfono me dijiste que recordabas todo!
-Sh, baja la voz-Quiso calmarme porque comenzábamos a atraer la mirada de los demás comensales.
-¡No te atrevas a callarme!-Lo regañé poniéndome en mi mejor pose de nena consentida-¡¿Es que todo esto es un chiste para vos?!
-Yo...-Empezó a hablar pero no lo deje, estaba harta y la situación me había sobrepasado por completo. Estaba cansada, con resaca, confundida, atemorizada y tenía ganas de golpear algo.
-¡¿Tenés una idea de todo lo que me pudo haber pasado anoche?!¿Qué tal si me fui con alguien?-Apoyé la cabeza entre las manos-¡Ay por Dios! ¡¿Qué pasa si ya no soy virgen?!
Harry intentó contener la risa pero esta fue más fuerte que él, por lo que finalmente terminó cediendo.
Furiosa me levanté de la silla- ¡Esto es todo tu culpa!
-¿Y cómo es que tu irresponsabilidad es ahora mi culpa?-Se defendió-Estas bastante grandecita como para cuidarte sola.
Me sostuvo la mirada durante unos minutos. Podía sentir las lágrimas amenazando con salir de mis ojos, las contuve lo más que pude. No iba a llorar, no en enfrente de él, no podía darle ese lujo. Lamentablemente fue más fuerte que yo, una gota traidora escapó. Rápidamente la sequé con mi mano, pero enseguida otra la siguió y otra más, no podía controlarlo, no podía hacerlo parar. Me sentía avergonzada, frustrada y ya no podía con todo, no llevaba ni 24 horas sola y ya había cometido un montón de errores, Tal vez mamá y papá tuvieran razón, no estaba lista para esto.
-¿Kirsten estás llorando?-Harry se preocupó.
-No-Respondí sorbiéndome la nariz.
Puso los ojos en blanco y extendió su mano para rozar la mía.
-¡No estoy llorando!-Repetí con más avidez. Luego tomé mi bolso y me dispuse a marcharme, ya había sido suficiente humillación por el resto de mi vida.
-Podes calmarte un poco-Harry tomó mi muñeca y me obligó a volver a sentarme-¿Siempre sos tan histérica?
-¿Querés que me quede para seguir insultándome? Discúlpame si decido perdérmelo-Me crucé de brazos y sorbí una nueva lágrima.
Él suspiró abatido-Luego de que Louis se fuera te quedaste conmigo, toda la noche-Tragó saliva  y luego continuó-Bailaste y luego del cuarto vaso no te dejé tomar más porque parecías a punto de desmallarte, me golpeaste, me dijiste algún insulto en alemán que no pude entender y luego …
-¿Y luego?-Lo animé a que siguiera.
-Nos besamos- Alzó la cara para mirarme a los ojos-Pero estoy bastante seguro de que seguís siendo virgen, podes estar tranquila.
Abrí los ojos de par en par y sentí como el ardor subía por mis mejillas-¡¿Qué?!

12 may 2013

Cuarta Parte: Capítulo 37


-El vuelo ha finalizado, muchas gracias por viajar con aerolíneas Lufthansa- La voz que provenía del altavoz finalmente me anuncio que había  llegado a mi destino….Londres.
Desabroche el cinturón con impaciencia.  Quería tocar suelo firme cuanto antes. Aunque había viajado cientos de veces en avión, los aborrecía. El tipo que se sentó durante el viaje junto a mí, un hombre gordo y con mal aliento, no me permitía salir, por lo que me encontré atrapada entre la ventana del avión y su panza.
-Disculpe señor, ¿Podría dejarme pasar?- Trate de parecer cortes.
-Oh, sí, perdón- Dándose envión con el  apoya manos del asiento se puso de pie y se corrió unos centímetros para dejarme pasar. Intente hacerme lo más chiquita posible para poder pasar por el mínimo espacio que me había dejado. No solo que tenía mal aliento sino que también apestaba a transpiración. Arrugue la nariz con asco mientras me concentraba en mi camino hacia la libertad.
Cuando por fin logre salir tome aire aliviada de encontrarme libre para poder moverme. Gire sobre mis talones y me estire para tomar mi bolso del porta equipajes, pero este se había quedado atrapado entre las mochilas  de los demás pasajeros. Tome las tiras del bolso y tire de el con fuerza, logre sacarlo pero las demás mochilas también cayeron golpeándome la cabeza.
-¿Estas bien?- Me pregunto una señora que se aproximaba por el pasillo para salir y vio toda la escena.
-Sí, gracias, solo quería mi bolso- Dije señalando el Loui Vuitton de color rosa pálido que sostenía fuertemente entre mis manos. Acomode mi cabello y me alisé el vestido antes de encaminarme a la salida del avión.
En el aeropuerto había un montón de gente, que esperaban a sus familiares o amigos, estas sostenían  carteles con sus nombres.
Tomé mis dos valijas de la cinta donde se paseaba el equipaje de quien sabe cuántos pasajeros. Las reconocí al instante debido a su color rosa chicle. Luego de una dura batalla con el peso de todas mis provisiones logré sacarlas, volví a chequear me atuendo, tomé un espejo de mano de mi bolso y arregle mi cabello rubio. Una vez satisfecha lo cerré de un manotazo y lo devolví a su lugar. Alce la cabeza para buscar a Amy, habíamos quedado en que ella me vendría a buscar cuando llegara. A lo lejos divise un pequeño cartel con mi nombre escrito en él, la persona que lo llevaba no podía verse ya que la multitud la tapaba. El cartel subía y bajaba, reí imaginándome a Amy saltando para que yo pueda verlo.
Sonreí pícaramente cuando la idea se me vino a la cabeza, sin llamar mucho la atención cruce el gentío, cargando con una valija a cada lado, lo cual me supuso un esfuerzo grandísimo. Sigilosa  me coloque a la espalda de mi amiga, quien no me había visto llegar.
-Creo que te tendrías que comprar unos zapatos de plataforma, están de moda y no tendrías que estar saltando- Susurre en su oído, Amy pego un salto sobresaltada. Mi broma había funcionado.
-¡Kirsten! ¡Me asustaste!- Exclamo la chica de los rizos descontrolados.
- ¡Hola Amy! Te extrañe mucho- Dije mientras abría los brazos para poder abrazarla. La expresión de su cara me hizo recordar su antipatía e inmediatamente los baje- Me había olvidado, nada de abrazos.
Amy sonrió satisfecha- Yo también te extrañe Kirsten.
Le devolví la sonrisa- Muy bien pero lo de los zapatos es enserio- Dije señalando sus Vans.
-Yo no uso zapatos y lo sabes- Me recordó.
-Cierto, pero tengo mucho tiempo para hacerte cambiar de opinión- Sonreí con malicia.
-Ya veremos- Me desafío con la mirada- Pero ahora vamos, Zayn nos está esperando en el auto-Sin esperar a que se lo pidiera tomó una de las valijas y empezó a caminar.
-¡No puedo creer que voy a conocer por fin a tu novio!- Dije mientras comenzábamos a caminar rumbo al estacionamiento del aeropuerto.
-Creo que ustedes dos se van a llevar muy bien- Comento.
-¿Si? ¿Por qué? ¿Le gusta comprar y Taylor Swift?- Indague.
-Nop, pero es bastante vanidoso y con eso alcanza.
-¡Eh! ¡Yo no soy vanidosa!- Me queje.
-Si claro y yo soy Madonna- Dijo sarcástica.
-Okey puede que sea algo vanidosa, pero eso no le hace mal a nadie ¿No?
Sin poder contenernos comenzamos a reír. Realmente había extrañado a Amy, su simpleza era algo que admiraba de ella. A mis otras amigas les gusta hablar de chicos y de moda pero con Amy no es lo mismo con ella me siento relajada y puedo ser yo misma.
Amy se detuvo cuando llegamos al Bentley Continental GT negro que estaba estacionado en lo más alejado del estacionamiento.
-Lindo auto- Dije encantada por la belleza del automóvil.
Amy me dedico una sonrisa al mismo tiempo que abría la puerta trasera del Bentley y me invitaba a entrar.  De pronto la puerta del conductor se abrió y un chico con cabello castaño, prolijamente peinado en hopo y ojos castaños se bajó para hacerse cargo del equipaje.
-Kirsten él es Zayn Malik- Nos presentó Amy.
-Un gusto conocerte Zayn- Esboce una sonrisa de aprobación, Amy había hecho un buen trabajo eligiendo novio.
Cuando recibí su llamada la semana pasada y me confesó lo de su relación con uno de los miembros de la banda pop del momento me costó algo procesarlo, al principio pensaba que todo era un chiste ‘que graciosa Amy, ahora enserio, ¿cómo se llama?’, pero no, todo era cierto. No se me podía considerar una fanática, sabía lo básico, One Direction, son cinco, tengo algunas de sus canciones en mi Ipod, y ahí terminaba mi conocimiento, aunque, siendo sincera luego de enterarme del secreto de mi amiga decidí hacer un poco de investigación, sólo para estar informada.
-Lo mismo digo Kirsten-Contestó mientras depositaba una maleta-Ustedes deberían ir subiendo-Añadió mirando a Amy de forma inquisidora, ella asintió y me hizo señas para que entrara al coche.
-Supongo que así son las cosas cuando sales con famosos-Pensé para mis adentros.
De buena gana me metí en el auto pero no era la única que se encontraba sentada allí, un chico de rizos castaños permanecía jugando con su móvil, cuando me acomode a su lado levanto la vista y sonrió al percatarse de mi presencia. Pude notar que tenía unos ojos verdes deslumbrantes y una sonrisa encantadora, era lindo…. muy lindo.
-Hola, soy Kirsten Hoppe- Me presente extendiendo mi mano, él la tomo y deposito un beso en ella.
-Harry  Styles,  a sus órdenes señorita.
Genial, el chico era todo un Don Juan.
- Muy bien, entonces, ¿las llevo ahora a tu casa?- Pregunto Zayn a Amy acomodándose en el puesto del conductor.
-Sí, tenemos que prepararnos, vamos a pasar la noche en casa de Lucy-La chica de rizos se giró para verme- Mis amigas están emocionadas por conocerte.
-Un pijama party ¡qué divertido!- Exclame ante la idea, quería aprovechar al máximo mis últimos dos día de libertad antes de verme condenada en el exilio de mis clases de adaptación en el  Salder’s Wells Ballet  Theatre.
Zayn arranco el automóvil y partimos hacia la casa de Amy.
El auto se detuvo enfrente de un edificio blanco,  de unos 10 pisos. Nunca antes había estado en casa de Amy, aunque se había visto un par de fotos de su apartamento. Una vez en la calle tomé mi primer gran bocanada de aire Inglés. Después de todo, esto era completamente nuevo para mí, todavía me costaba creer que hubiera conseguido ingresar al Royal Ballet, ¡era una locura!
-Kirsten, ¿me ayudas?-Pidió mi amiga que estaba peleando con mi equipaje.
-Sí, perdón-Me apresuré a tomar una de las valijas del baúl y luego cerré la puerta.
La chica de los rizos se acercó a la ventanilla del conductor e intercambio unas palabras con Zayn. Yo por mi parte me mantuve alejada y me limité a sonreír, conociendo a mi amiga lo mejor sería darle privacidad.
Una vez terminados los saludos ambas nos adentramos en el hall del edificio. Tomamos el asesor y subimos hasta el piso  5, departamento A12.
El lugar era muy acogedor. Al entrar nos encontramos con un mono ambiente bastante amplio que contenía el living y, dividido por una barra, la cocina; luego un pasillo que dirigía a las habitaciones. La de Amy poseía un bonito balcón desde el cual se podía ver una pequeña parte del Big Ben.
-Ya no estás en Alemania, eso es seguro-Me dije a mi misma.
La casa de mi amiga era completamente diferente a la mía. En mi familia éramos cinco, papá, mamá, mis Ky y Derek  y yo. Vivíamos en una gran casa en un barrio privado en Alemania. No solíamos salir mucho, sólo para ir a la escuela y en mi caso a mis clases de ballet,  que en los últimos tiempos se habían vuelto diarias y con una duración de tres horas.
Mamá y papá estaba obsesionados con  los muebles de época, del siglo XV y XVI, así que todo tenía un toque de antigüedad, tonos pasteles y pálidos. Completamente contrarios a  los posters de bandas colgados en el cuarto de Amy.
-Esta noche vos vas a dormir en mi cama y yo en un colchón en el suelo, ¿te parece?-Inquirió ella devolviéndome a la realidad.
-Yo podría dormir en el suelo, no quiero que te sientas usurpada-Comenté.
-No hay problema-Amy hizo un gesto con la mano para restarle importancia-Son sólo dos noches.
Me encogí de hombros-Como quieras, si te arrepentís avísame.
Iba a contestarme pero el sonido de unos golpes en la puerta de calle nos interrumpió.
Algo extrañada la chica de los rizos abrió.
-¿Emma?, ¿qué estás haciendo acá?-
-Vengo a comunicarte del cambio de planes-Respondió abriéndose paso. Tenía el cabello lacio corto sobre los hombros, llevaba una remera blanca con el logo de Aeropostales, unos jean claros y zapatillas converse.
-Hola-Dije para hacer notar mi presencia.
-Oh, vos debes ser Kirsten-Se acercó a mí y me estrechó la mano-Un gusto, yo soy Emma, prima de Amy.
-El gusto es mío-Respondí a su gesto con una sonrisa sincera-Amy me habló un montón de vos.
-No sé qué te habrá dicho, pero sea lo que sea, no es cierto-Bromeó.
Reí al ver como Amy ponía los ojos en blanco.
-¿Y bien?, ¿qué cambios de planes hubo?
-Ah, sí, eso-Emma se encaminó al cuarto-Esta noche vamos a Fabric.
-¡¿Qué? ¿Cuándo acordamos eso?!-Amy sonaba enfadada.
-Vos nunca-Respondió con naturalidad- Es cosa mía y de Lucy.
-¡Saben que no me gustan esas cosas!-Se quejó la chica de rizos.
Emma bufó-No seas así Amy, los chicos van a ir, es una forma de estar todos juntos, entre tanta gente vamos a pasar más desapercibidos.
Mi amiga se dejó caer en la cama, sabiéndose derrotada-Kirsten, ¿qué decís?
-Con una condición-Dije y luego abrí una de mis valijas, revolví unos minutos hasta dar con los últimos zapatos de plataforma Jimmy Choo que había comprado en línea.
Ambas chicas me miraron extrañadas.
-Tenés que usar plataformas-Sentencié mientras se los extendía con una sonrisa pícara.
Amy puso los ojos en blanco antes de tomarlos y taparse la cara con la almohada. – ¡Están todas complotadas en mi contra!
Emma y yo reímos victoriosas.
-No puedo creer que me hayan convencido de venir-Se continuaba quejando mi amiga de cabello rizado mientras hacíamos la fila para entrar a Fabric.
Según tenía entendido era un club bastante prestigioso. Con licencia para funcionar las 24 hs del día, se podía decir que nunca cerraba y recibía a miles de personas  cada fin de semana. El lugar perfecto para perderse entre la multitud.
Tomé el móvil de mi cartera color satén y  revisé mis mensajes. Mi madre había atiborrado mi bandeja de entrada, a pasar de qué habíamos estado como una hora hablando mientras Emma y Amy discutían en casa de mi amiga.
Luego de bañarme y seleccionar nuestra ropa Amy, Emma y yo habíamos tomado un taxi a casa de Lucy, la chica de cabello colorado. Allí cenamos y luego comenzamos a alistarnos.
Guardé el teléfono e inspeccioné mi vestido, un Chanel original color perla, noté una pequeño pliegue que me apresuré a estirar.
-Identificación por favor- Una voz gruesa y algo ruda me distrajo.
Con mi mejor cara de pocos amigos le extendí mi carnet al guardia de seguridad. Este la revisó y luego me dio permiso para entrar.
En cuento puse un pie dentro del lugar los flashes me segaron por un instante, hasta que mis ojos se acostumbraron a la oscuridad. Mi cuerpo temblaba al son de la canción que el DJ estaba mezclando.  Divisé a las chicas un par de metros delante de mí, aceleré el paso para no quedar atrás.
Me situé junto a Lucy, quién me dirigió una sonrisa amistosa.-El club tiene un sistema que te permite sentir las vibraciones de los bajos de las canciones a través de los pies- Dijo como si hubiera estado leyendo mi mente- Genial, ¿no?
Asentí algo impresionada.
-Tenemos que buscar a los chicos- Grito Emma sobre el ruido de la música.
-Niall me dijo van a estar en la zona VIP, vayamos allá- Respondió Lucy también gritando.
Esquivando a las personas que bailaban atravesamos la pista hacia el apartado VIP. Dos hombres con trajes negros custodiaban la entrada. Emma, que era  quien iba primero, se detuvo a unos pasos alejada de los guardias. Con decisión trate de adelantarla para enfrentar a los monstruos de negro pero una mano me detuvo.
-¿Estás loca?- Exclamo Amy que me tenía agarrada del vestido- ¿No viste lo grande que son esos tipos?  No hay forma de que nos dejen pasar.
-No tenemos pase VIP- La apoyo Emma.
-Por eso es que voy a hablar con ellos- Dije y me libre del agarre de Amy.
-O…- Esta vez fue Lucy quien me paro- Podemos pedirle a los chicos que nos ayuden a pasar.
-Ya intenté llamar a Liam, con la música no creo que escuchen sus teléfonos-Espetó Emma
Me mordí el labio intentando pensar- ¿Probaron llamando a los demás?
Lucy saco su celular del bolso rojo que llevaba colgado del hombro y Amy hizo lo mismo con su móvil. Ambas intentaron, en vano, llamar a los chicos.
Luego de unos minutos suspiré frustrada-Deberíamos intentar por nuestra cuenta, ¿qué tan malos pueden ser?
Las chicas se limitaron a encogerse de hombros y dejarme hacer lo que quería.
Tomé una gran bocanada de aire y me encaminé hacia los dos mastodontes que custodiaban el área VIP.
-Es todo cuestión de actitud-Me dije para darme ánimos.
En vista de que ambos hombres nos ignoraron por completo mientras nos acercábamos decidí que tal vez podríamos colarnos al  VIP y no lo notarían. Giré la cabeza y les guiñé el ojo derecho a las demás para indicarles que me siguieran. Emma negó con la cabeza algo asustada, pero no le hice  caso, era nuestra única opción.
-Con confianza, con confianza-Volví a susurrar por lo bajo.
Al principio pensé que todo iba a salir bien, sin embargo tan pronto como puse en pie en el sector restringido un brazo fornido me detuvo.
-¿Y sus pases señoritas?-Inquirió uno de los hombres.
Con la mirada busqué apoyo de parte de alguna de las chicas, pero todas estaban tan nerviosas que solo podían balbucear.
-Es una historia bastante graciosa …-Empecé a decir con la sonrisa más cortés que pude fingir.
Él bufó-Déjame adivinar, ¿se los olvidaron en casa?
-¿Cómo supiste?-Fingí sorpresa, aunque en el fondo sabía que sólo se estaba burlando de mí-¿Sos adivino o algo así?
-Va ser mejor que se vayan, no queremos sacarlas-El otro guardia intervino por primera vez.
-Scheiße!-Dije a regañadientes, segura de que mis interlocutores no podrían comprenderme , luego puse mi mejor cara de pocos amigos y di media vuelta para retirarme con la frente en alto. En ese instante un chico apareció de entre la multitud.
-Está bien, están conmigo-Dijo Louis, quien volvía de la barra cargando con un vaso en cada mano.
-Hey Louis, ¿son amigas tuyas?-Inquirió el primer guardia.
-Amigas de la banda John-Louis le dedicó una sonrisa amistosa- ¿Cómo está tu sobrina?
-Muy bien, me ama después de que le conseguí esos autógrafos- Respondió mientras nosotras nos escabullíamos dentro del sector VIP- Te debo una de paso.
-No hay problema- El chico le restó importancia-Nos vemos John.
Continuamos avanzando hasta estar seguros de haber dejado a los otros dos hombres atrás.
-Gracias por salvarnos Louis– Dijo Lucy.
-De nada, ¿por qué no llamaron a alguno de los chicos?, se hubieran ahorrado todo ese problema.
-Intentamos, pero con la música no escuchan sus teléfonos-Espetó Amy-Por cierto, esta es mi amiga Kirsten.
Él giró la cabeza a su izquierda para saludarme-Louis Tomlinson, ¿te puedo ofrecer un trago?
-Yo..-Dudé unos minutos. No acostumbraba beber, aunque supongo que una copa no haría daño-Claro-Respondí al fin.
Louis me extendió el vaso que contenía un líquido transparente, lo olí y lo reconocí al instante, era Vodka. Aunque tenía un gusto bastante peculiar, como a cereza bastante dulce. Me gustaba, tanto que antes de darme cuenta ya había acabado con el  vaso entero.
Los demás me miraron sorprendidos.
-Wow, parece que es cierto lo que dicen acerca de los alemanes, aunque creí que sólo bebían cerveza, no Raspberry Vodka
Suprimí una risa-No tenés ni idea Tomlinson-
Continuamos avanzando entre risas hasta detenernos en unos sillones blancos, ubicados en una zona casi oculta del club, dónde los demás nos esperaban.
-¿Dónde está Niall?, quiero presentarle a Kirsten-Dijo Amy.
-Fue a buscar algo para beber-Respondió Zayn.
-Creí que Louis había ido-Comentó Lucy
-No te desesperes enamorada, como Louis tardaba tanto decidió ir por su cuenta, pero estoy seguro de que enseguida regresa-
-Tardé porque en el camino rescaté a sus novias de ser echadas del club por querer entrar al área VIP sin pases-Se defendió el chico castaño.
-Bien, supongo que luego los presentaré, mientras tanto, Kirsten, el es Liam Payne-Continuó la chica de rizos haciendo caso omiso a la discusión.
-Un placer-Liam se acercó para besar mi mejilla.
-Lo mismo digo-
Un chico rubio entró en escena cargando con una botella de, o que sorpresa, más Vodka, bajo el brazo-¿De qué me perdí?
-Niall, acá estás, justo a tiempo, te presento a Kirsten.
-¿Tu amiga alemana?-Niall depósito la botella sobre una mesa frente a los sillones luego se acercó a saludarme-Encantado de conocerte Kirsten
-Un gusto Niall-Repetí con la misma sonrisa amigable.
-¡Encontré los vasos!-Nuevamente nos vimos interrumpidos, sólo que esta vez era Harry -¿Qué hay de la bebida?
-En la mesa-Zayn señaló la botella.
Sin dudarlo Harry la destapó y con rápidos movimientos sirvió y comenzó a repartirlos.
Zayn tomó uno, al igual que Louis, Niall y Lucy. Liam, Emma y Amy se negaron. Curiosamente me dejó a mí para el último, tal vez sean ideas mías pero me daba la impresión de que lo hacía apropósito.
-¿Kirsten?
Volví a dudar,  como dije antes, yo no bebía, al menos no más de un vaso, mi profesora de danza , Frau Troffea, nos tenía terminantemente prohibido consumir alcohol porque disminuía nuestro crecimiento muscular y agotaba nuestras vitaminas. Sin embargo, esta sería mi  última noche de ‘libertad’ en quién sabe cuánto tiempo, una vez dentro del instituto mi único pensamiento sería la danza, después de todo no había viajado tanto para  fracasar. Decidí que esta noche sería mi despedida, bebería cuanto quisiese, bailaría como loca y tal vez, con algo de suerte,  besaría a algún inglés antes de encerrarme.
-Louis, ¿crees que podrías conseguirme más de ese Raspberry Vodka?-
El aludido lanzó una carcajada-Por supuesto-Dijo y desapareció entra la multitud
-Genial- Respondí con una sonrisa maliciosa mientras tomaba el trago que Harry me tendía. Sin pensarlo dos veces lo tomé todo de un solo trago y luego lo dejé sobre la mesa. Los demás a mi lado gritaron victoriosos , miré a mí alrededor y vi a la gente bailando, hasta sentí que la música aumentaba su volumen. Louis  reapareció con una botella en la mano. Mi sonrisa se ensanchó más, la noche recién empezaba.