Me miro nervioso pero no contesto.
-¡Podes decirme quien sos!- Exigí furiosa.
Estaba a punto de contestarme cuando un trueno junto con un par de gotas lo
interrumpió.
-Te lo voy a decir pero primero necesitamos
ir a un lugar privado donde no nos puedan encontrar y nos proteja de la
tormenta- Dijo a modo de respuesta mientras tomaba nuevamente mi mano y me
empujaba hacia el edificio de Emma.
Trate de soltarme de su agarre pero me fue
imposible, Javadd, Zayn o como se llame, tenía mucha fuerza.
Subimos por el ascensor y me pareció que
nos dirigíamos hacia el piso de Emma pero no dije nada hasta que mi acompañante
toco la puerta del departamento de mi prima.
-¿No me digas que se conocen?, ¿Algo más
que me estés ocultando?- Lo interrogue mas enojada.
Cuando Emma abrió la puerta me di cuenta de
que no lo esperaba porque quedo paralizada en su lugar por un largo rato.
-Emm ¿Estas bien? ¿Podemos pasar?-
Pregunte. Mi prima miro al chico que estaba junto a mi extrañada, él solo se
encogió de hombros, de verdad se encontraba muy nerviosa.
Emma nos permitió pasar y cerró la puerta rápidamente. Fulmino con la mirada
a Javadd que estaba totalmente pálido.
-Zayn ¿podes decirme que paso?- Lo
interrogo mi prima.
-No, a mi es a la que tienen que contarle
lo que paso ¿Desde cuándo se conocen?- Dije en un tono de voz demasiado alto.
Emma quiso empezar a hablar pero no pudo
porque Zayn la interrumpió.
-Emma dejame contarle a mí, después de todo
yo fui el que ocasionó todo esto.
Ella
solo asintió.
-Muy bien, voy a empezar por lo principal-
Trago saliva- Mi nombre es Zayn Javadd Malik y soy integrante de una banda
llamada One Direction…
-¡Vos callate! Lo interrumpí. –Emma, por
favor explícame lo que está pasando.
Mi prima titubeo.
-Emma ¿de dónde lo conoces?
Bajo la mirada suspiró y luego hablo. –Otro
chico de la banda, Liam, es mí…
-¿Es tu qué?
-Es mi novio.
Arquee las cejas, era demasiada información
que procesar. -¡¿Y cuándo pensabas decirnos que estaba saliendo con un
cantante?!
Quiso contestar pero no la dejé.
-¿Todo ese discurso de que era muy tímido
era una mentira? Suspiré. –No puedo creer que nos ocultaras algo así, somos tus
amigas.
-Quería estar segura primero, no fue hasta después de mi cumpleaños.
-¿Cuándo desapareciste sin dejar rastro? ¿A
dónde estuviste?
-Creo que deberías calmarte. Se entrometió
Zayn
Lo fulminé con la mirada. – ¡No te metas!
-Amy… Empezó a decir ella, con un gesto de
mi mano la callé.
-Deja. Di media vuelta. –No quiero saber
ahora. Me apresuré hasta la puerta y la cerré de un portazo al salir.
Se podría decir que prácticamente corrí las
cuadras que quedaban hasta mi casa. No quería hablar con nadie en ese momento.
En realidad no era que Emma tuviera novio el problema, eso me alegraba de
hecho, pero, nunca habíamos tenido secretos entre nosotras. Puedo entender que
se lo ocultara a Lucy, pero yo, siempre le contaba todo.
Una gota de lluvia chocando contra mi
rostro me sacó de mis pensamientos, ya me encontraba parada frente a la puerta
de mi edificio, ya un poco más calmada entré. Tomé el ascensor y por fin llegué
a mi departamento. Eran poco más de las 9, mamá me esperaba con la cena lista.
Me senté en silencio.
-¿Cómo está Emma? Preguntó.
-Bien. Respondí con un hilo de voz.
-¿Todavía no llego tu tía de su viaje de trabajo?
-Nop
Asentí con la cabeza y luego tomé una gran
porción de puré y me la mandé en la boca, al menos así no tendría que hablar
por un rato largo.
El resto de la comida transcurrió en
silencio. Cuando terminamos ayudé a mamá lavar los platos. Luego, tomando el
libro que debería haberle entregado a mi prima, me dirigí a mi cuarto. Cansada
me tiré en la cama. El teléfono no tardó en sonar. Sabiendo de quién era la
llamada ni me moleste en mirar el identificador.
-Lucy. Dije.
-¿Y
bien? ¿Lograste algo?
Me mordí el labio. Estaba considerando
seriamente la posibilidad de contarle todo lo que había averiguado, después de
todo, ella también había sido engañada, pero a pesar de todo, creí que le
correspondía a Emma tomar la decisión de a quién, cuándo y cómo contarle. No
importa que tan enojada estuviera con ella, nunca haría cosas a su espalda.
Además tampoco tenía demasiada información. –Nada.
-Oh. Estaba decepcionada. –No importa, ya
la vamos a agarrar cuando esté despistada.
Fingí una risa. –Claro.
-Bien, creo que mejor me voy, tengo tarea
de español esperándome.
-¿Tarea?
-Aunque no lo creas, empecé un curso de
español la semana pasada, no soy tan burra después de todo ¿no?
Volví a reír pero esta vez fue sincera. –Yo
nunca dije eso.
-Pero lo pensaste. Me acuso.
-Nos vemos Lucy.
Suspiró y finalmente cortó.
Aún tenía el móvil en la mano cuando me
llegó un mensaje de texto.
Emma está preocupada, quiere saber si llegaste bien a
casa. –J
Puse los ojos en blanco. Al parecer Javaad-Zayn, se había tomado la
molestia de agendar mi número.
-Genial,
ahora no me va a dejar de acosar nunca. Pensé.
Dejé el móvil sobre la mesita de luz y fue entonces cuando vi el libro. En mi
defensa voy a decir que solamente empecé a leerlo porque estaba aburrida,
además tal vez me ayudaría a entender por qué Emma se había empeñado en
mantener el secreto, no es que me interesara la vida de él o algo por el
estilo. Lo tomé y me dirigí al balcón aprovechando que ya había dejado de
llover.
…
La mañana siguiente desperté con el ruido de
mi celular vibrando contra la madera del mueble donde lo había dejado la otra
noche.
Buenos días, ¿cómo durmió gruñón? J
Creo que no hace falta aclarar de quién era
el mensaje. Contuve las ganas de responderle insultándolo porque me había
despertado. Sólo por orgullo.
Me volví a dormir y desperté en mi horario
habitual, seguí la misma rutina de todos los días y continúe leyendo en el
balcón hasta que tuve que ir a trabajar.
Se podría decir que esto se repitió los
siguientes tres días, mi vida no era de lo más emocionante como podrán notar. Y
por si se lo preguntan, no, los mensajes no dejaron de llegar, al contrario, se
multiplicaban, uno por la mañana, dos o tres por la tarde y uno en la noche. Ya
empezaba a perder las esperanzas de que algún día me dejara en paz. El jueves
llamé a Kirsten y me conto que estaba emocionada por una prueba de danza para
una beca de una academia inglesa. Le desee buena suerte y me prometió que iba a
llamarme cuando les den los resultados.
El viernes Kurt se ofreció a ayudarme, pero le dije que no hacía falta hacer un
escándalo de eso, tarde o temprano se resignaría. El Sábado Jake me regañó por a ver estado
mandando mensajes durante la hora de trabajo, lo que me hizo querer golpear a
Zayn. Por fin mi turno terminó, aunque yo había insistido en lo del trabajo
siempre se sentía bien saber que la semana había terminado.
Caminé con más lentitud de la normal hasta
casa. Era el día libre de mamá así que cuando llegué me la encontré terminando
de limpiar la casa, bajo el ruido de la aspiradora me saludó. Sin quitarme los
auriculares le devolví el saludo y me metí en mi habitación. Todavía no había
vuelto a hablar con Emma. Con algo de
culpa sostuve el teléfono en mi mano, estaba a punto de marcar su número cuando
me llegó un mensaje.
¿Me vas a contestar o me voy a ver obligado a tomar
otras medidas?
La rabia volvió y me llevó a desistir de mi
intención. Deje el aparato donde estaba
y me encamine hacia el baño para poder bañarme, necesitaba relajarme así que me
tome todo el tiempo necesario en asearme, cuando por fin estuve lista con mi
pijama puesto tome el libro y me puse a leer. Generalmente no era tan lenta
leyendo. Pero en este caso me tomaba mi tiempo para asimilar la mayor cantidad
de información posible. Después de todo no podía confiar en lo que Zayn me
había dicho, y no le había dado a mi prima oportunidad para contarme nada.
Me sumergí en mi lectura hasta que mamá me
llamo para que pusiera la mesa. Luego de cenar ella se fue a su cuarto a ver
una película, ‘A Lot Like Love’, tuve que luchar para convencerla de que ya la
había visto y no estaba interesada, creo que herí un poco sus sentimientos,
pero de verdad no estaba de humor para ver películas de amor.
Me apresuré al balcón antes de que cambiara
de opinión. Me senté en mi rincón de siempre sobre un almohadón que había
dejado allí apropósito, pasar horas sentada en el frío piso puede ser muy
incómodo. Crucé las piernas apoyando el libro sobre ellas y continué leyendo.
Era una noche especialmente cálida para ser primavera y, como era de esperarse
un sábado en la noche, todo estaba más ruidoso que de costumbre, pero mi Ipod
no tenía batería así que tuve que soportarlo.
No estoy segura de cuánto tiempo había
pasado, tal vez una hora, tal vez dos pero un ruido a metal me desconcentró.
Algo asustada me asomé al a la punta del balcón.
-¿Me podrías ayudar?
Colgando entre la escalera de incendios que
recorría el edificio y el balcón donde yo me encontraba estaba Zayn mirándome
con cara de angustia.
Consideré la opción de dejarlo ahí, después
de todo se lo merecía por ser tan molesto, pero al final me dio lástima y lo
ayudé.
Estiré la mano y el la tomó, luego con
fuerza tiré de él para ayudarlo a cruzar. No era una gran distancia pero la
escalare era débil y cuando intentó saltar se había movido dejándolo atrapado
en una posición bastante incómoda de la que no habría podido salir sin ayuda.
-Gracias. Dijo una vez que tocó tierra
firme.
-¿Qué haces acá? Me apresuré a
interrogarlo.
-Te dije que si no me contestabas o iba a
tomar otras medidas y heme aquí- Se justificó con una media sonrisa en la cara.
Debía admitir que me gustaban esas medias sonrisas y su cara de niño malo
cuando me desafiaba.
-Ah era por eso, entonces, ¿te metes en mi
balcón solo porque no te conteste un mensaje?- Lo mire seria- ¡¿Y cómo supiste
que este era mi departamento?!- Ya me estaba desesperando.
-En realidad no fue un mensaje, fueron
varios, en realidad muchos. Y por lo del departamento, tengo contactos- Una
sonrisa se expandió por su rostro.
Suspire.
- Eh pero veo que no me podes sacar de tu
cabeza- Volvió a decir señalando el libro que estaba leyendo.
-No es por eso- Dije ruborizada- Es solo
que estoy aburrida y era lo único que tenía para hacer- Trate de justificarme.
Zayn comenzó a reír- Me parece que me
extrañas- Dijo entre risas.
Iba a protestar cuando escucho a mamá
llamándome desde la cocina.
-¡Hija todavía estás leyendo!-Decía pero no
le conteste me había quedado helada en mi lugar enfrente de Zayn.
El sonido de unos pasos me hicieron
reaccionar
- Rápido, escóndete mamá no puede verte-
Dije mientras lo empujaba hacia mi habitación y lo obligaba a meterse debajo de
la cama.
-Bueno, puedo solo- Dijo mientras se
arrodillaba para meterse debajo de mi cama- ¿Qué problema hay con que tu mamá
me vea?- Se quejó.
-Ah no claro, porque encontrarse a tu hija
con un chico, que no entro por la puerta, es tan normal- Conteste, Zayn puso
los ojos en blanco mientras terminaba de acomodarse en su escondite justo a
tiempo para que mamá ingrese a mi cuarto.
-Amy, ¿estabas hablando sola?- Me miro
extrañada.
-No, ¿Por qué?- Dije tratando de parecer
tranquila.
-No porque me pareció…., no importa-
Suspire aliviada.
-¿Qué estabas haciendo?- Me interrogo.
-Estaba armando mi cama- Dije mientras
alisaba la frazada.
Sentí que una mano agarro mi pie y tuve que
suprimir un grito. Como venganza le propine una patada.
-Ouch- Se quejó.
-¿Qué fue eso?- Dijo mamá asustada.
-Eh…. ¡fui yo!, es que me golpee- Mentí.
Me miro sospesándolo- La comida ya está
lista, ¿venís?- Dijo al fin.
-Si ahora voy- Conteste. Mamá me dedico una
sonrisa y salió del cuarto.
Suspire aliviada y ayude a Zayn a salir de
su escondite.
-Tu mamá tiene una linda voz, aunque me
hubiera gustado conocer a mi suegra personalmente- Dijo mientras se ponía en
pie.
Ignore su comentario y seguir hablando- Ya
la escuchaste tengo que ir a comer, será mejor que te vallas.
-Está bien, me voy a ir pero con una
condición- Volvió a esbozar una media sonrisa- Mañana vas a venir a comer a mi
departamento junto con Emma y Liam para que se reconcilien.
Medite un rato. La idea de darle el gusto yendo
a comer a su casa no me gustaba pero de verdad quería arreglarme con mi prima
porque ya no podía aguantar más estar peleada con ella y por otro lado quería
conocer al chico que la hace tan feliz.
-Voy a ir- Conteste.
-¿Enserio?- Dijo mientras su cara se
iluminaba.
-Sí, ahora tenés que irte antes de que mamá
decida volver.
-Bueno, paso a buscarte mañana a las 9:30-
Beso mi mejilla dejándome sorprendida y luego volvió al balcón para descender
por las escaleras.
Me quedé allí congelada, al cabo de un rato
suspiré- ¿Qué es lo que este chico me está haciendo?- Pensé.