-Los
viajeros con destino a Londres, por favor aborden por la plataforma V-2, el
vuelo saldrá en 15 minutos –Nos indicó una voz femenina a través del auto parlante
del aeropuerto.
-Pam,
tenemos que irnos- Apure a mi hermana que no soltaba a papá de su agarre.
-Oh, está
bien- Cedió a regañadientes- Te voy a extrañar papá- Dijo y pude ver como una
lagrima se asomaba por su ojo.
Papá nos
envolvió a ambas en un gran abrazo-Yo también las voy a extrañar niñas-
Nos
mantuvimos así durante un par de minutos, en silencio.
-¿Recuerdan
todas las indicaciones que les di?-
Ambas
asentimos mientras nos tragábamos las lágrimas.
-Tengan
mucho cuidado- Se inclinó para besarnos la mejilla a cada una antes de volver a
abrazarnos.
-Papá, tenemos
que irnos-Le recordé mientras me zafaba de su agarre.
-Sí-Con
sumo esfuerzo se apartó mientras sorbía sus lágrimas-Es mejor que suban al
avión ahora.
Con rapidez
comenzamos a alejarnos. Antes de entregarle mi pasaje a la azafata me volteé
para echar un último vistazo a papá. Lo encontré de la mano con Suzanne, mi
madrastra, ambos me dedicaron una sonrisa. Suspiré conteniendo una lágrima que
amenazaba con salir.
Sabía que
era estúpido ponerme así, este no era un ‘adiós’, si no un ‘hasta pronto’. Me
obligué a devolverles la sonrisa. Aunque suene loco creo que incluso iba a
extrañar los caprichos de Suzanne, si bien a veces me exasperaba, no era tan
mala.
Finalmente
entregué mi boleto y me monté en el avión. Seguí el rodete de cabello castaño
de Pam entre los pasajeros hasta nuestros asientos. Me tocó junto a la ventana. Con calma dejé mi mochila
en el porta equipaje y tomé asiento.
-Esto es…
el comienzo de tu nueva vida Fiona Moore-Pensé con ánimo.
Realmente
iba a ser un cambio extraordinario. Gracias a que mi hermana Pam había sido
aceptada en Oxford tres años antes yo había decidido aplicar para la misma
universidad. La abuela Lynn, madre de mi
padre, nos hospedaría en su casa de Londres hasta que las clases iniciaran. Pam
empezaba el lunes de la próxima semana, yo por mi parte tendría que esperar
hasta el próximo semestre.
Me recosté
en mi asiento del avión y cerré los ojos esperando que el largo viaje de siete horas no se me hiciera
eterno. Odiaba los aviones, este medio de transporte consume una cantidad grandísima
de combustible, lo que es perjudicial para nuestro medio habiente. Si todos se limitaría a
quedarse donde les corresponde….
-Fiona- Me
llamo mi hermana.
-¿Si?
-La azafata
te está preguntando si quieres una almohada- Informó con enfado. Siempre decía
que pasaba mucho tiempo en las nubes y que debería prestar más atención en lo
que sucede en la tierra.
-Sí,
por favor- Respondí con una sonrisa
amable y extendí los brazos para tomar el almohadón blanco que me tendía.
Pam puso
los ojos en blanco y se recostó en su asiento colocándose los auriculares
blancos de nuevo en sus oídos. Decidí ignorarla, sabía que todo este proceso de
separarse de papá era algo duro para ella. Desde la muerte de mamá le aterraba
la idea de estar alejada de él. Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos.
Recordaba poco de mi madre, dado que ella murió cuando yo era una bebé, tenía
cáncer. Sin embargo Pam ya era mayor, así que sus recuerdos eran mucho más vivos
que los míos.
Trate de relajarme
y dormir pero no pude. Recordé a Luke, mi Beagle, quién estaba encerrado junto
con las demás mascotas. Me hubiera venido bien tenerlo conmigo en aquel
momento, acariciar su lomo siempre me calmaba.
Frustrada
me revolví en mi asiento, reacomodé mi almohada y me lamenté por no haber
traído un libro o revista. Mis ojos comenzaron a cerrarse, aunque volvieron a abrirse un
par de horas después. Viendo que mi hermana estaba dormida decidí que no le
importaría si tomaba prestado su Ipod. Me coloqué los auriculares blancos y comencé
a tararear al ritmo de las canciones de Little Mix.
Por fin el
avión tocó suelo Inglés y yo no podía estar más agradecida. Necesitaba bajarme
de esa cosa cuanto antes. Tal era mi necesidad que fui una de las primeras
pasajeras en salir.
Fuera me
encontré a la abuela Lynn. Llevaba un vestido
floreado y ruleros en su cabeza. Le hice un gesto con la mano para
indicarle que ya la había visto. Luego me di vuelta y busqué a Pam entre la multitud. Me acerqué a ella para
ayudarla con las maletas.
-Gracias-
Dijo sarcástica al ver que yo tomaba una valija.
Me limité a
ignorarle mientras corría a abrazar a la abuela Lynn.
Estaba tal cuál la recordaba, la última vez que nos habíamos visto yo tenía alrededor de diez años. Ella había ido hasta EEUU para el casamiento de papá y Suzanne. Al igual que yo, odiaba los aviones, así que ya no había vuelto a viajar. Y, dado que a la nueva esposa de papá el clima de Londres no le entusiasmaba en absoluto, nosotros dejamos de visitarla. Aún así, mantuvimos contacto a través de cartas, ya que la abuela Lynn se negaba a modernizarse.
Estaba tal cuál la recordaba, la última vez que nos habíamos visto yo tenía alrededor de diez años. Ella había ido hasta EEUU para el casamiento de papá y Suzanne. Al igual que yo, odiaba los aviones, así que ya no había vuelto a viajar. Y, dado que a la nueva esposa de papá el clima de Londres no le entusiasmaba en absoluto, nosotros dejamos de visitarla. Aún así, mantuvimos contacto a través de cartas, ya que la abuela Lynn se negaba a modernizarse.
Nos
envolvió a ambas en un cálido abrazo. Cerré los ojos y dejé que mi nariz se
impregnara del aroma a flores. A la abuela siempre le gustó la jardinería y la
naturaleza y se podría decir que yo herede el mismo amor.
-Abuela no
podías sacarte los ruleros antes de venir- Se quejó mi hermana avergonzada.
-A mí me
gustan-Defendí a mi abuela entre carcajadas.
-Disculpa
querida, no quería avergonzarte- Se disculpó, luego me guiño un ojo con disimulo.
Contuve una
nueva carcajada. Para mí la abuela Lynn
era un ejemplo a seguir, siempre sonriendo sin importar lo que los demás
piensen o digan de ella.
-¿Qué tal
el vuelo?- Preguntó cambiando de tema-
Pam no vaciló
y rápidamente se encontró enfrascada en un irritante monólogo de nuestra
partida. La abuela escuchaba atentamente, yo sólo asentía y aportaba algún
comentario de vez en cuando.
Para cuando
llegamos al auto ya casi había terminado.
-Dejen las
maletas a fuera, yo las guardo - Nos
ordenó mientras abría la puerta del baúl del Volkswagen New Beetle amarillo.
-Y esta es
la famosa Daisy- Enfatizo Pam señalando el auto con sus manos.
Ese era el nombre que mamá y papá le habían puesto a su primer auto. Ellos se conocieron cuando ambos estudiaban en Oxford, luego de casarse vivieron un par de años en Londres antes de trasladarse a Oxford por cuestiones de trabajo. En su mudanza dejaron varias cosas, el viejo New Beetle era una de ellas.
Ese era el nombre que mamá y papá le habían puesto a su primer auto. Ellos se conocieron cuando ambos estudiaban en Oxford, luego de casarse vivieron un par de años en Londres antes de trasladarse a Oxford por cuestiones de trabajo. En su mudanza dejaron varias cosas, el viejo New Beetle era una de ellas.
Reí- Es más
linda en persona- Bromee.
Tome a Luke,
que ahora se encontraba sano y salvo entre mis brazos, y me zambullí dentro de
Daisy.
El viaje a
casa de la abuela Lynn fue corto, ya que tanto el aeropuerto como la casa
quedaba en las afueras de la ciudad. Durante todo el trayecto nos estuvo
contando anécdotas de cuando papá era joven. Agrando sus propios comentarios
humorísticos al relato.
-Llegamos-
Anuncio la abuela estacionando frente a una casa blanca. El camino estaba
cubierto de flores al igual que las ventanas. Los tejados eran de color verde y
tres ventanales sobresalían del techo.
Con pereza
nos bajamos. Tan pronto como estuve fuera llené mis pulmones del aroma a
naturaleza que rodeaba la casa. Sonreí ante la expectativa de pasar tres meses
rodeada de ese olor.
-¡Fiona!-Oí
a Pam quejarse- ¿Acaso esperas que arrastre con tus valijas?
Bufé- Ya
voy, ya voy…
Mientras
sacaba mis maletas del baúl me percaté
de que en la casa vecina un chico
rubio lavaba un Honda Accord blanco, saludo a la abuela Lynn con un movimiento
de manos.
-Sra. Moore-
Empezó a hablar mientras se encaminaba hacia donde estábamos nosotras-¿Quiere
que la ayude?-
-Oh, me
encantaría cariño- Dijo con dulzura la abuela- Fiona, él es Matt Clawson - Me
lo presento.
Le sonreí.
-Matt, ella
es mi nieta Fiona, hermana de Pam.
-Un gusto
Fiona- Dijo devolviéndome la sonrisa.
Junto con
Matt subimos las valijas al piso de arriba donde se encontraban nuestras
habitaciones.
-Así que…
de Boston- Hablo el chico mientras sacaba a Luke de su jaula- Espero que nos
seas como tu hermana.
Reí- Si,
Pam suele ser algo…
-¿Amargada?,
Si y mucho.
Volví a
reí- Lo hace sin intención, en el fondo es muy amigable.
Nos
quedamos en silencio mientras Matt jugaba con Luke hasta que la abuela Lynn
hiso su aparición.
-¿Te quedas
a comer Matt?- Lo invito.
-Me
encantaría pero mi turno en el trabajo empieza temprano-
-Ah,
cierto-La abuela se limpió con un viejo repasador que sostenía en sus
manos-Matt trabaja en un hotel de celebridades Fiona.
-Famosos,
¿eh?- Comenté arqueando una ceja-Debe ser emocionante-
- Sólo soy
el recepcionista- El chico se llevo la mano a la cabeza nervioso-Y debería irme
ya si no quiero perder mi empleo.
Luego de
despedirse Matt dejo la casa y nosotras
bajamos a almorzar.
Fui la
primera en servirme una porción de tarta de espinaca. Amaba las tartas de la
abuela Lynn.
-Espero que
te guste Fenie-Sonreí al reconocer el apodo que la abuela tenía para mí- Lo
hice especialmente para vos-
-Sí, me
encanta gracias- Tenia que agradecerle las molestias que se tomaba por mí,
después de todo, ella era la única que aprobaba mi decisión de ser vegetariana.
Luego de
comer telefoneamos a casa. Hablé sólo unos minutos porque Pam estaba
desesperada por hablar con papá. Decidí dejarla tranquila y subí a mi nueva habitación a acomodar mis
cosas.
El lugar
era bastante amplio y tenía una ventana desde la cual se podía observar el
frente de la casa y la calle. Estaba pintada de un color verde apagado y
contenía un ropero de roble que pronto estuvo repleto de mis cosas. Colgué un par
de posters de Greenpeace que había obtenido trabajando con el grupo ecologista
en Boston en las paredes y mi esterilla para hacer Yoga junto a la ventana. Ya
comenzaba a sentirme un poco en casa.
Unos golpes
en la puerta me distrajeron de mi tarea.
-¿Puedo
pasar?- Pregunto Pam asomándose desde fuera.
-Claro.
Mi hermana abrió
completamente la puerta y entro sentándose en mi nueva cama recién armada-No
llevas ni dos horas en Londres y ya tenés un enamorado-Se burló.
Le dediqué
una mirada estupefacta-¿De qué estás hablando?-
-Matt, es
obvio que le gustas-
Carraspeé-¡Nos
acabamos de conocer!
-Por favor,
no te podía sacar la mirada de enzima-
Puse los
ojos en blanco- Pam siempre exageras las cosas- La acuse.
-¡Es
cierto!- Exclamo- Que vos no te hayas dado cuenta es otra cosa.
Odiaba
cuando se ponía en plan cupido.
-Fiona
siempre te costó darte cuanta cuando a un chico le gustas, pero eso es porque
sos muy despistada- Hablo con tono de superioridad-
Suspire-
Esta bien Pam, ¿No tenés que desempacar?- Trate de distraerla.
-Cierto- Se
paró de la cama de un salto- Después hablamos de esto- Me señalo con el dedo de
manera intimidante. Rodee los ojos.
Tan pronto
como se fue me dispuse a terminar de ordenar mis cosas. Luego baje para ayudar a la abuela Lynn con su huerta.
La idea me entusiasmaba, en casa solía cultivar algunos vegetales, pero nuestro
patio no era de lo más extenso, además la abuela era una experta cultivando.
¡Podía aprender tantas cosas de ella!
-Las
semillas de rábano están en esa esquina- Me indico.
Se los
alcense y juntas comenzamos a hacer pósitos en la tierra. Luke se entusiasmó al
vernos y quiso ayudarnos con los posos lo que puso a la abuela histérica.
-¡Fiona por
favor aleja a eso perro de mi huerto!- Exclamo mientras protegía a sus tomates
de las garras de Luke.
Tome al
Beagle y lo arrastre dentro de la casa.
-Deberías
llevarlo al parque- Me grito la abuela Lynn desde el patio-Los viajes en avión
pueden ser estresantes.
Asentí, aunque
no estaba segura de si lo decía por ella o por el animal.
Mire a mi
perro que me observaba con sus ojitos tiernos. Le pedí a Pam que me indicara
como llegar al parque, até una correa
azul al cuello de Luke y partimos.
Para cuando llegamos ya estaba cansada de
correr arrastrada por él.
Gradualmente
su excitación fue calmándose, al mismo tiempo que disminuía el paso. Ya más
relajada decidí disfrutar un poco del paisaje.
Hyde Park
era realmente hermoso, aunque debía admitir que el pasto y los árboles tan
prolijamente recortados le sacaban la naturalidad. Estaba ensimismada en mis
pensamientos cuando una voz me llamó la atención.
-¡Cuidado!-
Fue lo último que escuche antes de recibir un pelotazo en la cara.
-¡Perdón!-
Volvieron a gritar. Ignore las disculpas mientras frotaba mi cabeza y buscaba a
Luke desesperadamente.
La correa se había escapado de mis manos a
causa del impacto. Lo divise a nos metros alejado de mi corriendo tras una
frisbee ajeno.
-¡Luke!- Grité
lo más fuerte que mis cuerdas vocales me permitieron. Él ignoro mis gritos y
siguió tras del frisbee.
Sin otra
opción corrí tras de él, pero me fue imposible alcanzarlo. De tanto en tanto
gritaba su nombre provocando que las demás personas en el parque se voltearan a
verme, sólo los ignoré.
Mis
pulmones ya no resistían y Luke seguía corriendo. En cierto punto se perdió
entre unos arbustos. Utilicé mis últimos restos de energía para
atravesarlos. Al hacerlo mi cuerpo chocó contra algo sólido, no pude distinguir que era hasta que fue
muy tarde.
-Perdón-
Dije con el último aliento que me quedaba-¿Estás bien?
El chico a
quién había atropellado se encontraba tirado en el suelo acariciando a Luke –No
te preocupes-
Lentamente
me puse de pie y empecé a limpiar mis jeans, que estaban llenos de pasto a
causa de la caída.
- Vas a
tener que tener más cuidado, estos perros son rápidos- Me aconsejo dejando al
cachorro en el suelo y alcanzándome la correa. Llevaba una gorra de lana bordo
y en su brazo se podían observar unos cuantos tatuajes.
-Es que
alguien me dio un pelotazo… - Quise explicar pero me interrumpió.
- Si
pude ver cómo te pegaban con esa pelota.
Me sonroje
al darme cuenta lo tonta que debía parecer. Luego con timidez tome la correa,
al hacerlo nuestras manos se rozaron. Me estremecí-Gracias.
- Louis
William Tomlinson para servirle señorita- Dijo haciendo una especie de
reverencia y tomaba mi mano a modo de broma.
¿Louis
Tomlinson? Ese nombre me sonaba de algún lado.
-Fiona,
Fiona Moore.
Asintió-Fiona-
-Es un
perro muy lindo- Cambio de tema al notar mi incomodidad.
Mire a Luke
que jugaba con una flor- Si, pero muy rebelde-Luego me concentré en el
chico, definitivamente me resultaba
familiar.
- ¿De
verdad?- Pregunto sarcásticamente- ¿Cómo se llama?
-Luke-
Conteste automáticamente mientras el rompecabezas se armaba en mi mente. -¿Louis
de One Direction?- Inquirí rápidamente.
-El mismo-
Respondió guiñándome un ojo.