-¿Tenés una
idea de lo preocupada que estaba?-El tono de mi voz se elevó por lo que recibí
algunas miradas de las demás personas que se encontraban en la librería.
-Te juro que
no fue mi intención, pero necesito que me cubras- Me rogó.
Suspiré.
-¿Fue el chico misterioso princesa?
Dudó unos
minutos. –Sé que te vas a reír cuando te lo cuente pero, él me hace feliz.
Suprimí una
risa.
-Sos tan
insensible a veces.
-Perdón,
perdón- Intenté calmarme.
-¿Me vas a
cubrir sí o no?
Puse los ojos
en blanco.-Si, está bien, pero la próxima vez que decidas desaparecer por favor
tomate la molestia de avisar.
-¡Gracias,
gracias, gracias!
Tuve que
alejar mi oído del parlante del teléfono porque casi me deja sorda. –No te
creas que te salvaste, cuando salga del trabajo voy a ir a tu casa y me vas a contar todo.
-Te digo que
no fue nada tan importante.
-Emma… Empecé
a decir pero me interrumpió.
-Amy, necesito
que confíes en mí.
Me mordí el
labio. -¿No estarás metida en nada raro no?
Escuché la
risa de mi prima al otro lado. –No, solamente estoy pasando los mejores momentos
de mi vida en mucho tiempo.
Tal vez
debería haberme negado o por lo menos insistir en que me contara más acerca de
ese chico, ella no era de esa clase de personas que guardan secretos, pero era
la primera vez en años que la veía tan feliz, desde la muerte de su padre
siempre se podía divisar un atisbo de tristeza en sus ojos.
Si él lograba cambiar eso no podía ser tan malo.-Sólo porque soy la
mejor prima del mundo lo voy a dejar pasar, pero tarde o temprano me las vas a
pagar.
-¡Sí, lo que
quieras!
Comencé a
caminar por las estanterías del lugar mientras con la vista revisaba los
títulos de los libros. –Bien, ahora si me disculpas estoy comprando un libro
nuevo.
-Oh, está
bien, nos vemos después entonces.
-Nos vemos-
Colgué y luego continué revisando, ante
de guardar mi celular me fijé en la hora
eran las 4:45, en el trabajo me esperaban a las 5pm, estaba a punto de darme
por vencida cuando en un extremo, podría decirse oculto, divisé la tapa verde
que buscaba. Rápidamente lo tomé y tuve que contener las ganas de ponerme a
gritar de alegría. En su tapa se leía: ‘The Perks of Being a Wallflower’.
-¡Sí, al fin!-Suprimí un gritito.
Con toda mi emoción me dirigí la caja para pagar por él.
Con toda mi emoción me dirigí la caja para pagar por él.
-Gracias por
su…-No le dejé terminar la frase a la empleada porque prácticamente le arranqué
la bolsa de la mano. Necesitaba apurarme si no quería llegar tarde. Estaba ya
junto a la puerta cuando mi teléfono comenzó a sonar. Con una mano intentaba
sacar el móvil del bolsillo de mi jean, al mismo tiempo peleaba con el cierre
de mi mochila y como ya ni tenía más manos con la boca sostenía el libro.
Estiré mi pie y empujé la puerta. Gracias a mi apuro y lo incómodo de mi
posición no logré ver al chico que ingresaba al lugar mientras yo salía. Para cuando logré reaccionar mis cosas ya
estaban desparramadas por todo el suelo, el cual estaba húmedo porque hasta
hacía unos minutos había estado lloviendo.
-¿Por qué no
te fijas por dónde vas?-Dije con cara de poco amigos.
-Vos sos la
que no mira cuando camina-Replicó.
Lo fulminé
con la mirada y luego me agaché a juntar mis cosas. Él hizo lo mismo, pero para juntar sus cosas que también
estaban desparramadas por toda la calle.
-¡No!-Grité
al ver que mi nueva adquisición había caído justo sobre un charco de agua.
Estiré la mano y sosteniéndolo en alto dije. -¡Era nuevo!
Él me miró.
–Perdón, pero, es solamente un libro.
Puse los ojos
en blanco. – ¿Solamente un libro? Contuve las ganas de golpearlo. –Como sea, no
espero que lo entiendas.
-¿Qué cosa?-Inquirió mientras me tendía el móvil.
–Nada- Con brusquedad lo tomé. Di media vuelta
y continué mi camino todavía terminando de guardar mis pertenencias en la
mochila- Idiota. Susurré cuando me encontré a una distancia en la que consideré
él no podría oírme.
…
Serían las 5:15 cuando logré llegar al
Starbucks donde trabajaba. A medida que
atravesaba la puerta rogué que mi supervisor no hubiera notado mi retraso. Ya
me había costado mucho trabajo convencer a mamá de que era lo suficientemente
responsable para trabajar, lo último que necesitaba era un problema en mi
primera semana.
Con sigilo me coloqué detrás del
mostrador.
-¿Retraso en tu tercer día? Eso no se
ve nada bien- Dijo una voz en mi espalda.
Di media vuelta esperando encontrarme
a Jake, mi supervisor, sin embargo me encontré con mi compañero de turno, Kurt.
-Pero vos no vas a decir nada ¿cierto?-Lo amenacé.
Él negó con la cabeza y al realizar el
gesto su espesa cabellera rubia giro de un lado al otro. –Pero…
Puse los ojos en blanco.-Pero…
-Hoy te toca lavar la barra a vos-
Contestó mientras me lanzaba un repasador que apestaba a productos de limpieza.
-El cloro me daña la piel de las
manos.
-Oh, pobre, que difícil que es tu
vida- Bromeé sarcástica.
-¿Querés que te cubra o no? Intentó
mantenerse serio pero pude ver una media sonrisa fugaz en su cara
Suspiré. –Está bien.
-¿Cubrirla con qué?-Esta vez sí era
Jake el que hablaba, se asomó por detrás de las máquinas expendedoras de café.
Era sólo un par de años mayor que nosotros, de unos veintitantos, pero desde
que lo habían ascendido a ‘supervisor’ se creía el jefe y nos hacía cumplir
todas las reglas a raja tabla. Para ser sincera no me agradaba.
Abrí los ojos como platos porque no tenía ni idea que
contestar.
-Amy
quiere estar en la caja- Se apresuró a mentir mi compañero.
Jake dudo unos minutos. –No sé, ¿crees
que vas a poder manejarlo?
-Oh, sí, creo que deberías darme una
oportunidad- Intenté sonar convincente, en realidad no me agradaba nada la idea
de tener que interactuar con los clientes, era malísima socializando.
Luego de meditarlo unos minutos
contestó. –Bueno, vas a tener tu oportunidad, espero que sepas aprovecharla.
Forcé una sonrisa amistosa.-Gracias
Jake.
El teléfono sonó por lo que se dio
media vuelta y atendió antes de contestarme. En cuanto estuve segura de que no
me veía le dediqué un silencioso ‘gracias’ a Kurt a lo que él me respondió con
otro ‘de nada’.
No estoy segura de cuánto tiempo habrá
pasado Jake al teléfono pero sé que a mí ya me estaría doliendo la oreja de
tener el tubo tanto tiempo pegado. Evidentemente no era un simple pedido. Como
sea, el local ya estaba abierto y la gente se amontonaba, con nuestro
supervisor ocupado Kurt y yo nos pusimos a trabajar. Al parecer hoy estaría en
la caja. El trabajo no era muy difícil, tenía que tomar el pedido de los
clientes, cobrarles lo que correspondía y preguntarles su nombre para que luego
los llamáramos cuando estuviera listo, además entre pedido y pedido debía ir a
limpiar la barra con ese trapo asqueroso. Nada de otro mundo. No es por
presumir pero creo que estaba haciendo un gran trabajo, incluso Jake llegó a
darme unas palmaditas en el hombro que era su manera de decir ‘lo estás
haciendo bien’. Por lo menos, así era hasta que cierta persona entró.
-Quiero un Café Frapuccino- Dijo sin
siquiera mirarme.
–Sí, claro- Contesté entre dientes.
Creo que mi voz le pareció familiar
porque alzó la vista de su Ipod para observarme. -¿Vos no sos…?
Lo interrumpí dedicándole una
mala cara.- Son £6
Llevó su mano al bolsillo trasero de
sus jeans gastados.- ¿Seguís enojada por lo del libro?
No contesté, en su lugar le dediqué
una mirada frívola.
-Perdón si te ofendí antes- Añadió
mientras me extendía un billete de £10.
Lo tomé con desánimo y presioné el
botón que abría la caja, el sonido de esta al abrirse fue toda mi respuesta. Le
di su vuelto y luego tomé una lapicera. -¿Nombre?
-Javadd.
Solté la lapicera. -¿Vos me estás
tomando el pelo?
-Ah, hasta que te dignas a contestar-
Parecía ofendido. –Y para tu información ese es mi verdadero nombre.
Hasta donde mi posición me lo permitía
observé que vestía una remera blanca con la estampa ‘cool kids don’t dance’ y
sobre esta una camisa roja a cuadrillé con negro. Llevaba el cabello peinado en
un hopo y este estaba atravesado por un mechón rubio que resaltaba entre el negro azabache del resto de su cabeza.
Suprimí una risa.- ¿Qué es árabe o
algo así?
-Pakistaní- Respondió con tono
condescendiente.
-Ah claro- Otra vez la risa. –Bien
Javadd, ya te podes sentar, te avisamos cuando tu Frapuccino esté listo.
-Gracias Amy- Me guiñó el ojo y luego
se sentó en la mesa más alejada del local, que no era demasiado grande.
Yo me quedé allí, parada, intentando
descubrir cómo es que ese extraño sabía mi nombre.
…
Pasaron unos 15 o 20 minutos hasta que
su pedido estuvo listo. Normalmente se
espera que los clientes vayan a buscar sus bebidas al mostrador pero como el
lugar estaba casi vacío me tomé el atrevimiento de llevarlo hasta su mesa, no
se iba a salvar de darme un par de explicaciones.
-¿Cómo sabes mi nombre?-Inquirí
mientras colocaba bruscamente su Frapuccino sobre la mesa.
Alzó la vista de su Ipod para mirarme.
-¿Qué?
-Mi nombre- Repetí. -¿Cómo lo sabes?
Lanzó una carcajada. -¿Tan desesperada
estabas por venir a hablar conmigo?
Encorvé las cejas. -¿Eh?
-Lo dice ahí- Contestó señalando el
pequeño cartelito que citaba ‘Amy’ en el extremo derecho de mi pecho.
Pude sentir el color rojo subir por
mis mejillas, aunque no estaba segura si era de rabia o vergüenza. –Ah- Fue
todo lo que pude decir.
-Ah- Se burló. –Admití que solamente
es una excusa para hablarme.
Puse los ojos en blanco. –Nada que
ver.
Rió.-Lo que digas.
Estaba a punto de contestarle cuando
pude escuchar que Jake me llamaba en la caja.
Di media vuelta y comencé a caminar.
-Te voy a estar esperando- Dijo Javadd
a mi espalda.
En ningún momento creí que lo decía
enserio por lo que decidí ignorarlo y continuar con mis labores. Por el rabillo
del ojo mire la hora las 6:30 mi turno terminaba a las 8:30 pm. Un cliente
entró y ordenó un Vainilla Latte. 7pm, con sutileza dirigí la mirada hacia
donde se encontraba, al parecer no era buena disimulando porque me dedicó una
sonrisa, a lo que yo respondí con cara de pocos amigos. 7:30, el teléfono
vuelve sonar Jake contesta y se sumerge en una conversación que anuncia ser tan
larga como la primera. 8 Kurt se acerca a hablar conmigo.
-¿Quién es el de la mesa 5?
Me encogí de hombros. –Un loco que
piensa que quiero hablar con él.
Mi compañero suprimió una risa. -¿Te
está molestando?
-No,está bien- Intenté restarle
importancia.
-Como quieras.
8:15 Jake, quien ya no hablaba por
teléfono, me manda a limpiar las mesas
antes de terminar mi turno. Obviamente dejé la suya para lo último, comenzaba
asustarme, y se podría decir que limpiaba con extrema lentitud. Finalmente no
pude evitarlo más y me acerqué. Intenté parecer indiferente.
-¿Otra vez me vas a ignorar?-Estaba
sentado con la cabeza entre sus manos.
Continué fregando la mesa.
-Bien- Suspiró.-Primero me buscas y
después te haces la difícil ¿quién te entiende?
No pude soportarlo más y tuve que
responder. – ¡Yo no te busqué!
-Si, claro- Comentó sarcástico.
Puse los ojos en blanco. –Me olvidé del
cartel gigante con mi nombre ¿Okey?, nunca te busqué, ni siquiera te conozco y
para serte sincera ya me caes mal.
-Ouch.
Tomé aire. –Ahora, ¿te podes ir?, de
verdad me estás incomodando.
-¿Si digo que si,salís conmigo?
-¡No!
-¿Por favor?
Me acerqué para asegurarme de que
entendiera mi respuesta. –NO.
-¿El rubio es tu novio?-Inquirió
señalando a Kurt. –Porque quiero que sepas que no me parece para nada tu tipo.
Se me escapó una carcajada sarcástica.
-¿Y vos sos mi tipo?
-Claro- Respondió orgulloso.
Suspiré.-Andante- Sentencié luego di media vuelta y volví al
mostrador.
-Me estás rompiendo el corazón- Bromeó
pero no respondí.
-Que tarado- Susurré.
No sé si fue mi mal humor, o tal vez
de verdad creyó que Kurt y yo estábamos saliendo, pero la cuestión es que por
fin se levantó de su asiento y salió por la puerta no sin antes pasar por la
caja y dedicarme un último guiño. En mi interior agradecí no tener que verlo
más, ya empezaba a preocuparme. Volví a mirar el reloj, 8:25.
-Justo a tiempo- Pensé.
Los últimos 5 minutos se me hicieron
eternos, no veía la hora de llegar a casa y empezar a leer mi libro nuevo. Por
fin se hizo la hora y prácticamente salí corriendo cuando la chica del otro
turno, Beth creo, llegó. Rápidamente me despedí y emprendí mi camino.
…
Llegué al edificio donde vivía unos 10
minutos más tarde. Mamá se asomó desde la cocina al oírme entrar. Mantuvimos la
conversación habitual, cómo estás, cómo
estuvo tu día, decidí omitir la parte de mi acosador para no preocuparla. Luego
de contarle una versión resumida de mi día y escuchar una que me pareció
demasiado extensa del suyo me excusé y me fui a bañar.
Le dedique mucho tiempo al baño para
poder relajarme. Finalmente, cuando decidí que ya estaba mejor, salí de la
ducha y me puse mi pijama que consistía en una remera clásica blanca, un
pantalón a cuadrille y unas pantuflas
Me acosté en la cama ansiosa por
comenzar a leer mi nuevo libro. Al cabo de unos minutos estaba sumergida en la
historia. Había llegado a una parte interesante cuando escucho sonar mi
celular. Algo molesta por tener que interrumpir mi lectura me dispuse a atender
el teléfono.
En la pantalla se podía divisar un
nombre, Niall.
-¿Niall? ¿Quién es Niall?- Me dije-
Esta debe ser Lucy con sus ocurrencias.
-Zayn, amigo te necesitamos ¿Dónde estas? Desapareciste toda la tarde- Dijo una voz
masculina extraña cuando conteste.
aaaaah!!! esta genial, espera Zayn sabe que Amy es la prima de Emma no?? si no, pero por que solo unooooo!!!! me dejaste con intriga
ResponderBorrarjajajaj, no puedo hablar! vas tener que esperar hasta el Domingo sorry u.u
BorrarRftgashdfkgjhed me encantaa! *__* quando colgaras otro?escribes jodidamente genial! <3
ResponderBorrargracias! subimos capítulos todos los Domingos :)
BorrarPorque solo los domingos????? igual vale la pena esperar toda la semana de verdad esta muy buena la novela :)
ResponderBorrarestamos VIENDO LA POSIBILIDAD de subir dos por semana, pero no nos queremos comprometer sin estar seguras :)
Borrarme vas a dar un paro cardiaco kgfjnbgfkjngfkjbjgfbngfkjnb necesito mas esta increible la amoooooo!
ResponderBorrarPor favor suban el nuevo captítulo! Muero por saber que pasa después! si?
ResponderBorrarporfis siguela :'3
ResponderBorrarME ENCANTHO SPZ GENIAL ME QUEDE TANTO CON DUDAS COMO SIN PALABRAS
ResponderBorrar