16 dic 2012

Segunda Parte: Capítulo 13


-¿Tenés una idea de lo preocupada que estaba?-El tono de mi voz se elevó por lo que recibí algunas miradas de las demás personas que se encontraban en la librería.
-Te juro que no fue mi intención, pero necesito que me cubras- Me rogó.
Suspiré. -¿Fue el chico misterioso princesa?
Dudó unos minutos. –Sé que te vas a reír cuando te lo cuente pero, él me hace feliz.
Suprimí una risa.
-Sos tan insensible a veces.
-Perdón, perdón- Intenté calmarme.
-¿Me vas a cubrir sí o no?
Puse los ojos en blanco.-Si, está bien, pero la próxima vez que decidas desaparecer por favor  tomate la molestia de avisar.
-¡Gracias, gracias, gracias!
Tuve que alejar mi oído del parlante del teléfono porque casi me deja sorda. –No te creas que te salvaste, cuando salga del trabajo voy a ir a  tu casa y me vas a contar todo.
-Te digo que no fue nada tan importante.
-Emma… Empecé a decir pero me interrumpió.
-Amy, necesito que confíes en mí.
Me mordí el labio. -¿No estarás metida en nada raro no?
Escuché la risa de mi prima al otro lado. –No, solamente estoy pasando los mejores momentos de mi vida en mucho tiempo.
Tal vez debería haberme negado o por lo menos insistir en que me contara más acerca de ese chico, ella no era de esa clase de personas que guardan secretos, pero era la primera vez en años que la veía tan feliz, desde la muerte de su padre siempre se podía divisar un atisbo de tristeza en sus  ojos.  Si él lograba cambiar eso no podía ser tan malo.-Sólo porque soy la mejor prima del mundo lo voy a dejar pasar, pero tarde o temprano me las vas a pagar.
-¡Sí, lo que quieras!
Comencé a caminar por las estanterías del lugar mientras con la vista revisaba los títulos de los libros. –Bien, ahora si me disculpas estoy comprando un libro nuevo.
-Oh, está bien, nos vemos después entonces.
-Nos vemos- Colgué y luego  continué revisando, ante de guardar mi celular me  fijé en la hora eran las 4:45, en el trabajo me esperaban a las 5pm, estaba a punto de darme por vencida cuando en un extremo, podría decirse oculto, divisé la tapa verde que buscaba. Rápidamente lo tomé y tuve que contener las ganas de ponerme a gritar de alegría. En su tapa se leía: ‘The Perks of Being a Wallflower’.
-¡Sí, al fin!-Suprimí un gritito.
Con toda mi emoción me dirigí la caja para pagar por él.
-Gracias por su…-No le dejé terminar la frase a la empleada porque prácticamente le arranqué la bolsa de la mano. Necesitaba apurarme si no quería llegar tarde. Estaba ya junto a la puerta cuando mi teléfono comenzó a sonar. Con una mano intentaba sacar el móvil del bolsillo de mi jean, al mismo tiempo peleaba con el cierre de mi mochila y como ya ni tenía más manos con la boca sostenía el libro. Estiré mi pie y empujé la puerta. Gracias a mi apuro y lo incómodo de mi posición no logré ver al chico que ingresaba al lugar  mientras yo salía.  Para cuando logré reaccionar mis cosas ya estaban desparramadas por todo el suelo, el cual estaba húmedo porque hasta hacía unos minutos había estado lloviendo.
-¿Por qué no te fijas por dónde vas?-Dije con cara de poco amigos.
-Vos sos la que no mira cuando camina-Replicó.
Lo fulminé con la mirada y luego me agaché a juntar mis cosas. Él hizo lo mismo,  pero para juntar sus cosas que también estaban desparramadas por toda la calle.
-¡No!-Grité al ver que mi nueva adquisición había caído justo sobre un charco de agua. Estiré la mano y sosteniéndolo en alto dije. -¡Era nuevo!
Él me miró. –Perdón, pero, es solamente un libro.
Puse los ojos en blanco. – ¿Solamente un libro? Contuve las ganas de golpearlo. –Como sea, no espero que lo entiendas.
-¿Qué cosa?-Inquirió mientras me tendía el móvil.
 –Nada- Con brusquedad lo tomé. Di media vuelta y continué mi camino todavía terminando de guardar mis pertenencias en la mochila- Idiota. Susurré cuando me encontré a una distancia en la que consideré él no podría oírme.
                                                                        …                
Serían las 5:15 cuando logré llegar al Starbucks donde trabajaba.  A medida que atravesaba la puerta rogué que mi supervisor no hubiera notado mi retraso. Ya me había costado mucho trabajo convencer a mamá de que era lo suficientemente responsable para trabajar, lo último que necesitaba era un problema en mi primera semana.
Con sigilo me coloqué detrás del mostrador.
-¿Retraso en tu tercer día? Eso no se ve nada bien- Dijo una voz en mi espalda.
Di media vuelta esperando encontrarme a Jake, mi supervisor, sin embargo me encontré con mi compañero de turno, Kurt.
-Pero vos no vas a decir nada ¿cierto?-Lo amenacé.
Él negó con la cabeza y al realizar el gesto su espesa cabellera rubia giro de un lado al otro. –Pero…
Puse los ojos en blanco.-Pero…
-Hoy te toca lavar la barra a vos- Contestó mientras me lanzaba un repasador que apestaba a productos de limpieza.
-El cloro me daña la piel de las manos.
-Oh, pobre, que difícil que es tu vida- Bromeé sarcástica.
-¿Querés que te cubra o no? Intentó mantenerse serio pero pude ver una media sonrisa fugaz en su cara
Suspiré. –Está bien.
-¿Cubrirla con qué?-Esta vez sí era Jake el que hablaba, se asomó por detrás de las máquinas expendedoras de café. Era sólo un par de años mayor que nosotros, de unos veintitantos, pero desde que lo habían ascendido a ‘supervisor’ se creía el jefe y nos hacía cumplir todas las reglas a raja tabla. Para ser sincera no me agradaba.
Abrí los ojos  como platos porque no tenía ni idea que contestar.
-Amy  quiere estar en la caja- Se apresuró a mentir mi compañero.
Jake dudo unos minutos. –No sé, ¿crees que vas a poder manejarlo?
-Oh, sí, creo que deberías darme una oportunidad- Intenté sonar convincente, en realidad no me agradaba nada la idea de tener que interactuar con los clientes, era malísima socializando.
Luego de meditarlo unos minutos contestó. –Bueno, vas a tener tu oportunidad, espero que sepas aprovecharla.
Forcé una sonrisa amistosa.-Gracias Jake.
El teléfono sonó por lo que se dio media vuelta y atendió antes de contestarme. En cuanto estuve segura de que no me veía le dediqué un silencioso ‘gracias’ a Kurt a lo que él me respondió con otro ‘de nada’.
No estoy segura de cuánto tiempo habrá pasado Jake al teléfono pero sé que a mí ya me estaría doliendo la oreja de tener el tubo tanto tiempo pegado. Evidentemente no era un simple pedido. Como sea, el local ya estaba abierto y la gente se amontonaba, con nuestro supervisor ocupado Kurt y yo nos pusimos a trabajar. Al parecer hoy estaría en la caja. El trabajo no era muy difícil, tenía que tomar el pedido de los clientes, cobrarles lo que correspondía y preguntarles su nombre para que luego los llamáramos cuando estuviera listo, además entre pedido y pedido debía ir a limpiar la barra con ese trapo asqueroso. Nada de otro mundo. No es por presumir pero creo que estaba haciendo un gran trabajo, incluso Jake llegó a darme unas palmaditas en el hombro que era su manera de decir ‘lo estás haciendo bien’. Por lo menos, así era hasta que cierta persona entró.
-Quiero un Café Frapuccino- Dijo sin siquiera mirarme.
–Sí, claro- Contesté entre dientes.
Creo que mi voz le pareció familiar porque alzó la vista de su Ipod para observarme. -¿Vos no sos…?

Lo interrumpí dedicándole una mala cara.- Son £6

Llevó su mano al bolsillo trasero de sus jeans gastados.- ¿Seguís enojada por lo del libro?
No contesté, en su lugar le dediqué una mirada frívola.
-Perdón si te ofendí antes- Añadió mientras me extendía un billete de £10.
Lo tomé con desánimo y presioné el botón que abría la caja, el sonido de esta al abrirse fue toda mi respuesta. Le di su vuelto y luego tomé una lapicera. -¿Nombre?
-Javadd.
Solté la lapicera. -¿Vos me estás tomando el pelo?
-Ah, hasta que te dignas a contestar- Parecía ofendido. –Y para tu información ese es mi verdadero nombre.
Hasta donde mi posición me lo permitía observé que vestía una remera blanca con la estampa ‘cool kids don’t dance’ y sobre esta una camisa roja a cuadrillé con negro. Llevaba el cabello peinado en un hopo y este estaba atravesado por un mechón rubio que resaltaba entre  el negro azabache del resto de su cabeza.
Suprimí una risa.- ¿Qué es árabe o algo así?
-Pakistaní- Respondió con tono condescendiente.
-Ah claro- Otra vez la risa. –Bien Javadd, ya te podes sentar, te avisamos cuando tu Frapuccino esté listo.
-Gracias Amy- Me guiñó el ojo y luego se sentó en la mesa más alejada del local, que no era demasiado grande.
Yo me quedé allí, parada, intentando descubrir cómo es que ese extraño sabía mi nombre.
Pasaron unos 15 o 20 minutos hasta que su pedido estuvo listo.  Normalmente se espera que los clientes vayan a buscar sus bebidas al mostrador pero como el lugar estaba casi vacío me tomé el atrevimiento de llevarlo hasta su mesa, no se iba a salvar de darme un par de explicaciones.
-¿Cómo sabes mi nombre?-Inquirí mientras colocaba bruscamente su Frapuccino sobre la mesa.
Alzó la vista de su Ipod para mirarme. -¿Qué?
-Mi nombre- Repetí. -¿Cómo lo sabes?
Lanzó una carcajada. -¿Tan desesperada estabas por venir a hablar conmigo?
Encorvé las cejas. -¿Eh?
-Lo dice ahí- Contestó señalando el pequeño cartelito que citaba ‘Amy’ en el extremo derecho de mi pecho.
Pude sentir el color rojo subir por mis mejillas, aunque no estaba segura si era de rabia o vergüenza. –Ah- Fue todo lo que pude decir.
-Ah- Se burló. –Admití que solamente es una excusa para hablarme.
Puse los ojos en blanco. –Nada que ver.
Rió.-Lo que digas.
Estaba a punto de contestarle cuando pude escuchar que Jake me llamaba en la caja.  Di media vuelta y comencé a caminar.
-Te voy a estar esperando- Dijo Javadd a mi espalda.
En ningún momento creí que lo decía enserio por lo que decidí ignorarlo y continuar con mis labores. Por el rabillo del ojo mire la hora las 6:30 mi turno terminaba a las 8:30 pm. Un cliente entró y ordenó un Vainilla Latte. 7pm, con sutileza dirigí la mirada hacia donde se encontraba, al parecer no era buena disimulando porque me dedicó una sonrisa, a lo que yo respondí con cara de pocos amigos. 7:30, el teléfono vuelve sonar Jake contesta y se sumerge en una conversación que anuncia ser tan larga como la primera. 8 Kurt se acerca a hablar conmigo.
-¿Quién es el de la mesa 5?
Me encogí de hombros. –Un loco que piensa que quiero hablar con él.
Mi compañero suprimió una risa. -¿Te está molestando?
-No,está bien- Intenté restarle importancia.
-Como quieras.
8:15 Jake, quien ya no hablaba por teléfono,  me manda a limpiar las mesas antes de terminar mi turno. Obviamente dejé la suya para lo último, comenzaba asustarme, y se podría decir que limpiaba con extrema lentitud. Finalmente no pude evitarlo más y me acerqué. Intenté parecer indiferente.
-¿Otra vez me vas a ignorar?-Estaba sentado con la cabeza entre sus manos.
Continué fregando la mesa.
-Bien- Suspiró.-Primero me buscas y después te haces la difícil ¿quién te entiende?
No pude soportarlo más y tuve que responder. – ¡Yo no te busqué!
-Si, claro- Comentó sarcástico.
Puse los ojos en blanco. –Me olvidé del cartel gigante con mi nombre ¿Okey?, nunca te busqué, ni siquiera te conozco y para serte sincera ya me caes mal.
-Ouch.
Tomé aire. –Ahora, ¿te podes ir?, de verdad me estás incomodando.
-¿Si digo que si,salís conmigo?
-¡No!
-¿Por favor?
Me acerqué para asegurarme de que entendiera mi respuesta. –NO.
-¿El rubio es tu novio?-Inquirió señalando a Kurt. –Porque quiero que sepas que no me parece para nada tu tipo.
Se me escapó una carcajada sarcástica. -¿Y vos sos mi tipo?
-Claro- Respondió orgulloso.
Suspiré.-Andante-  Sentencié luego di media vuelta y volví al mostrador.
-Me estás rompiendo el corazón- Bromeó pero no respondí.
-Que tarado- Susurré.
No sé si fue mi mal humor, o tal vez de verdad creyó que Kurt y yo estábamos saliendo, pero la cuestión es que por fin se levantó de su asiento y salió por la puerta no sin antes pasar por la caja y dedicarme un último guiño. En mi interior agradecí no tener que verlo más, ya empezaba a preocuparme. Volví a mirar el reloj, 8:25.
-Justo a tiempo- Pensé.
Los últimos 5 minutos se me hicieron eternos, no veía la hora de llegar a casa y empezar a leer mi libro nuevo. Por fin se hizo la hora y prácticamente salí corriendo cuando la chica del otro turno, Beth creo, llegó. Rápidamente me despedí y emprendí mi camino.
Llegué al edificio donde vivía unos 10 minutos más tarde. Mamá se asomó desde la cocina al oírme entrar. Mantuvimos la conversación  habitual, cómo estás, cómo estuvo tu día, decidí omitir la parte de mi acosador para no preocuparla. Luego de contarle una versión resumida de mi día y escuchar una que me pareció demasiado extensa del suyo me excusé y me fui a bañar.
Le dedique mucho tiempo al baño para poder relajarme. Finalmente, cuando decidí que ya estaba mejor, salí de la ducha y me puse mi pijama que consistía en una remera clásica blanca, un pantalón a cuadrille y unas pantuflas
Me acosté en la cama ansiosa por comenzar a leer mi nuevo libro. Al cabo de unos minutos estaba sumergida en la historia. Había llegado a una parte interesante cuando escucho sonar mi celular. Algo molesta por tener que interrumpir mi lectura me dispuse a atender el teléfono.
En la pantalla se podía divisar un nombre, Niall.
-¿Niall? ¿Quién es Niall?- Me dije- Esta debe ser Lucy con sus ocurrencias.
-Zayn, amigo  te necesitamos ¿Dónde estas?  Desapareciste toda la tarde- Dijo una voz masculina extraña cuando conteste.

10 comentarios:

  1. aaaaah!!! esta genial, espera Zayn sabe que Amy es la prima de Emma no?? si no, pero por que solo unooooo!!!! me dejaste con intriga

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    1. jajajaj, no puedo hablar! vas tener que esperar hasta el Domingo sorry u.u

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  2. Rftgashdfkgjhed me encantaa! *__* quando colgaras otro?escribes jodidamente genial! <3

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    1. gracias! subimos capítulos todos los Domingos :)

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  3. Porque solo los domingos????? igual vale la pena esperar toda la semana de verdad esta muy buena la novela :)

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    1. estamos VIENDO LA POSIBILIDAD de subir dos por semana, pero no nos queremos comprometer sin estar seguras :)

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  4. me vas a dar un paro cardiaco kgfjnbgfkjngfkjbjgfbngfkjnb necesito mas esta increible la amoooooo!

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  5. Por favor suban el nuevo captítulo! Muero por saber que pasa después! si?

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  6. ME ENCANTHO SPZ GENIAL ME QUEDE TANTO CON DUDAS COMO SIN PALABRAS

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