Desperté sintiendo que un camión me había atropellado.
Con cuidado intenté sentarme, lo que fue una terrible idea porque en el momento
exacto en el que me moví me dio una punzada en la cabeza. Me llevé las dos
manos a la sien y me las dejé allí hasta que el dolor paró. Tardé unos minutos
más en darme cuenta en dónde me encontraba. Recorrí el cuarto en busca de Liam.
Lo encontré acostado con las piernas colgando en un sillón individual. Me lo quedé mirando un largo rato, se ve que mi
mirada lo empezaba a incomodar porque sus ojos se abrieron abruptamente.
Le dediqué una sonrisa. –Hola.
Comenzó a estirarse. –Buenos días.
Vi como intentaba descontracturar su espalda. –No
deberías haber dormido así, es tu casa después de todo.
-No te preocupes-Se acercó hasta la cama y me tomó las manos. -¿Cómo te sentís?
Como si me hubiese tirado debajo de un tren. –Bien-Mentí.
-¿Querés desayunar?
Mi estómago rugió otorgándole la respuesta que estaba
buscando.
Rió. –Voy a la cocina a preparar algo.
Cuando salió de la habitación me apresuré a entrar en el
baño. Hubiera deseado no verme al espejo pero era inevitable. Como era de
imaginar estaba echa un desastre. Por suerte encontré un peine e intenté
acomodar un poco mi cabello, luego utilicé algo de un enjuague vocal que encontré
junto al lava manos, traté de usar lo menos posible, después de todo ni siquiera
lo había pedido prestado. Me mojé la cara con agua fría, me sequé y salí.
Camine por el pasillo que conducía hacia donde él se
encontraba. Estaba a unos pasos cuando me congelé del miedo. Me asomé por la
mesada y pude ver a Liam preparando unas tostadas con algo de café. Se lo veía
tan tranquilo, mientras que yo era una bola de nervios. Vi como entre
movimiento y movimiento se llevaba la mano al cuello y me sentí culpable.
-Vamos Emma, no seas tan tonta- Susurré.
Finalmente suspiré y me senté en el desayunador.
Al sentir el ruido de la silla él se dio vuelta. -¿Con
qué vas a querer tus tostadas?
-Me da igual- Intenté sonar tan segura como Liam.
Colocó sobre la mesa un plato cargado concomida y a su
alrededor un montón de aderezos. Luego me tendió una taza con lo que suponía
debía ser té.
La tomé y se lo gradecí. Cuidando de no quemarme comencé
a darle pequeños sorbos. Él se limito a mirarme.
-¿Tengo algo?-Pregunté.
Negó con la cabeza.
-¿Entonces por qué me miras?
Me dedico una de esas sonrisas que me encantan. –Porque
sos linda.
Tuve que contenerme para no escupir todo el contenido de
la taza, aunque mis mejillas ardían. -¿Te funciona eso con las chicas?
Liam rió. –Sos la primera con la que lo intento.
Reí, pero en mi interior no pude dejar de pensar en
Danielle, ¿le diría lo mismo a ella?
Terminamos de desayunar y decidí que era mejor irme antes
de que mamá empezara a sospechar. Él insistió en llevarme o conseguirme un chofer
pero le aseguré que sería mejor que me tomara un taxi, sólo por si acaso mamá
me pedía el vuelto de lo que había gastado anoche. Luego de una breve discusión
aceptó. Me acompañó hasta la puerta de su departamento ya que ir juntos hasta
el hall sería muy peligroso, no sabíamos que tanto podíamos confiar en la gente
del edificio.
-Entonces ¿qué vas a querer para tu cumpleaños?-Estaba
apoyado en el marco de la puerta.
-Nada.
-Esa no es una opción.
-Es mi cumpleaños- Espeté.
-Por eso mismo, no te vas a salvar de que te regale algo.
-Eso está por verse- Contraataqué antes de colocarme en puntas de pie y besarlo
en la mejilla. -Nos vemos luego- Agregué mientras me alejaba por el pasillo.
Él no contestó sólo se me quedó mirando hasta que las
puertas del ascensor se cerraron.
Cuando llegué a la calle el taxi ya me estaba esperando.
Camino a casa le dejé un mensaje a Lucy para pedirle que por favor fingiera que
me había quedado a dormir en su casa,
luego llamé a Amy para asegurarme que me cubriera con mi tía, lo que
accedió a hacer luego de que le pidiera perdón por haberla abandonado la noche anterior.
Antes de darme cuenta ya me encontraba frente a mi
edificio. Pagué al conductor y me metí dentro. Sigilosamente abrí la puerta de
mi departamento, para mi suerte a mamá le gustaba dormir hasta tarde en sus
días de franco. Miré la hora,las 10am. Entré a mi cuarto, me puse el pijama y
me acosté de inmediato.
…
El domingo a la mañana me desperté temprano con un canto
de feliz cumpleaños de parte de mi mamá quien traía una torta demasiado grande
para nosotras dos solas.
-¿A cuántas personas invitaste?-Dije señalándola.
-No a muchos, tu tía, Amy y Lucy, también tenia pensado
invitar a esos chicos que vinieron a casa el otro día pero no los vi más- Hizo
una mueca de disgusto- Son simpáticos deberías invitarlos.
-Em….Dude. Si, tal vez les diga que vengan, ¿a qué hora
vienen las chicas?
-A las 4.
-Ok- Me levanté de
la cama.
Mamá se me quedo mirando expectante. – ¿Los vas a invitar
o no?
-Es que ellos están muy ocupados- Esboce una sonrisa
falsa.
-Bueno como quieras- Me beso en la frente y luego salió
de mi cuarto para ir a la cocina a preparar el desayuno.
Lugo de que la puerta se cerrara tome el celular que
estaba sobre mi mesita de luz. Casi como si hubiera leído mi mente, comenzó a
vibrar. Sonreí y luego atendí.
-¡Feliz cumpleaños!-Escuché que me gritaban 5 voces.
Tuve que alejar mi oído del parlante por miedo a quedarme
sorda.
-¿Cómo amaneciste cumpleañera?.Preguntó Liam.
-Con una torta de 3kg en mi cara- Respondí sarcástica.
Escuche una voz en el fondo gritar. –Torta, ¿dónde?
-Niall, no interrumpas a Liam- Escuche que Zayn lo
regañaba.
-Perdón por eso.
-Está bien Liam- Me mordí el labio. –Ahora que lo pienso,
mamá menciono lo ilusionada que estaba por verlos de nuevo hoy.
-¿Me estás invitando a tu casa por tu cumpleaños?-Inquirió.
-LOS estoy invitando- Repliqué.
-¡Sí! ¡Comida, nosotros vamos!
-¡Niall!-Escuche como todos lo regañaban y me eché a
reír.
Liam suspiró-¿A qué hora vamos?
-Mis amigas vienen a las 4 así que… ¿a las 2 está bien?
-Claro.
-Bien.
Se produjo un silencio incómodo hasta que él volvió a
hablar.
-Nos vemos.
Le respondí y luego corté.
Me quedé parada en el medio de mi cuarto con una sonrisa
tonta en mi cara hasta que decidí cambiarme el pijama por una remera marrón
suelta y un pantalón negro. Me mire al espejo para comprobar mi apariencia,
solo para hacer algo hasta que el desayuno este listo, y fue en ese momento
cuando mi mundo se vino abajo. Allí junto con la foto de Amy había otra en la
que se podía observar a mi papá abrazándome cuando tenía cuatro años.
Una lágrima cayó por mi mejilla, mi cumpleaños no lograba
ser un día del todo feliz desde que papá murió cuando yo solo tenía 5 años.
Trato de olvidarme de eso pero duele saber que ya no puedo abrazarlo, ni
besarlo. Entiendo que ya pasaron muchos años pero aún sigo sin poder superarlo.
Este día siempre logra afectarme más que otros,
recordar a papá y mamá despertándome cada 24 de Marzo con una gran
torta, como la de este año. Ella hace su mejor esfuerzo por llenar ese vacío,
ocupar los dos lugares, pero ya no es lo mismo.
Con cuidado tomé la foto entre mis manos.
Con cuidado tomé la foto entre mis manos.
-No sabes cuánto te extraño- Le susurré como si pudiera
oírme.
Agite la cabeza para sacar el recuerdo de ella, si
alguien llegaba a entrar y me veía así me tacharía de loca, me seque las
lagrimas, dejé el porta retratos en su lugar y me dirigí a la cocina para
desayunar.
Mamá ya me esperaba sentada en la mesa con dos platos de Waffles recién hechos- Fingí una sonrisa y me senté.
Mamá ya me esperaba sentada en la mesa con dos platos de Waffles recién hechos- Fingí una sonrisa y me senté.
-Huele muy rico.
Ella sonrió orgullosa. –Sólo lo mejor para mi hija en su
día.
Comenzamos a comer, bueno, en realidad sólo mamá comía,
yo me limitaba a jugar con el jarabe en mi plato. Sé que me estaba portando
como una desagradecida, pero el recuerdo de papá me había dejado sin hambre.
Luego de un rato mamá soltó su tenedor, se limpio la boca
con una de las servilletas y dijo.
-¿Qué pasa?
Negué con la cabeza para restarle importancia. – Nada.
Estiró sus manos para tomar las mías. -¿Es por papá?
Bajé la vista, ¿tan obvia era?
-Las dos lo extrañamos Emm, y sé que es difícil, pero…
Las lágrimas caían sin control desde mis ojos. –Él hubiera querido que fueras
feliz.
Asentí con la cabeza. Mamá se acercó a mí y me abrazó.
-¿Puedo ver una sonrisa?-Susurró mientras me secaba las
lágrimas.
Me esforcé para hacer lo que me pedía. Entonces vi que
las lágrimas caían por sus mejillas también. La abracé con todas las fuerzas
que pude.
-Te quiero má- Dije.
-Yo también te quiero hija.
Nos quedamos así unos minutos, como dos taradas en la
cocina un Domingo a las 10am, llorando y recordando. Por fin mamá se puso de
pie secándose las lágrimas.
-Bien, pensaba hacer esto en la noche antes de irme de
viaje, pero, soy demasiado ansiosa. Dio media vuelta.
Me quedé allí sentada. Sabía que mamá saldría de la ciudad
esa misma noche, tenía que viajar a Oxford para dar un curso en la universidad,
cosas de trabajo. Había intentado cambiar las fechas pero no pudo.
-¡Feliz cumpleaños!- Dijo mientras me entregaba un
regalo. Destrocé el papel al abrirlo, esa es la parte que mas me gusta de
recibir regalos, romper el papel.
Abrí los ojos como platos- ¡Un Ipod! ¡Gracias, gracias,
gracias!- Dije mientras corría a abrazarla. Mamá solo dejo que la abrase
mientras sonreía. Y otra vez las lágrimas, aunque esta vez creo que eran de
felicidad.
….
Estaba entretenida investigando mi nuevo Ipod cuando
llegaron los chicos. Mamá les abrió y debo admitir que estaba más emocionada
que yo por su llegada.
Me acerque para saludarlos pero no pude porque empezaron
a cantarme el feliz cumpleaños. Mientras mamá reía yo me ponía cada ves mas
roja. Cuando la canción termino les agradecí y los salude a todos.
-Feliz cumpleaños princesa- Me dijo Liam en el oído y
consiguió que mi cara pasara de roja a bordó.
-Bueno, como nos enteramos ayer que hoy te volvías un año
mas vieja no tuvimos mucho tiempo para comprarte un regalo- Comenzó a decir
Louis.
-Pero creo que esto te va a gustar- Finalizo Zayn
mientras sacaba de su espalda una bolsa de color negro y me la entregaba.
Dudosa la tome y saque la prenda que tenia adentro. Mi
sorpresa volvió y casi grito pero me contuve. Era el buzo oficial de Ed Sheeran
-¡Muchas gracias chicos! Es un regalo genial ¡Me
encanta!- Les agradecí mientras me lo ponía.
-Pero Emma, ¿no hace mucho calor para ponérselo ahora?-
Pregunto Harry mientras reía.
-Si pero vale la pena aguantar el calor si es por este
buzo- Todos comenzaron a reír.
-Me alegro que te allá gustado, ahora ¿Dónde está la
torta que nos prometiste?- Dijo Niall mientras miraba hacia la cocina.
-Ah, vengan a la cocina-
Contesto mamá por mí.
-Para mi regalo vas a tener que esperar un poco mas-
Volvió a decirme Liam al oído y luego se unió a los chicos que ya estaban en la
cocina.
Dejándome con la duda.
Las horas se pasaron volando con los chicos haciendo
bromas que nos hacían reír a mí y a mamá. Niall prácticamente se devoró su
porción y estaba a punto de pedir una segunda cuando Liam lo regañó.
-Todavía faltan otros invitados.
El chico de cabello rubio bajo la vista decepcionado.
Debo admitir que mamá se sentía alagada por los
comentarios de Niall acerca de su comida.
Cuando ya faltaba poco para la llegada de Lucy y Amy le
hice una seña a Liam con la cabeza y los 5 se excusaron y luego se despidieron.
Los acompañé hasta la puerta mientras mamá los saludaba desde la cocina y los
invitaba a volver cuando quisiesen.
-Lo haremos- Prometieron al unísono.
Liam me besó la frente antes de cerrar la puerta.
A los pocos minutos llegó mi tía con mi prima. Corrí
hasta la puerta pero me detuvo en seco al notar que todavía llevaba puesto el
buzo que me habían regalado los chicos. Fui a mi cuarto rápidamente, lo
deposite con cuidado en mi ropero. Cuando volví las invitadas ya habían entrado.
Salude a Amy que tenia puesto una remera
gris mangas cortar, unos jeans y unas zapatillas negras, y Lucy,
con unas remera blanca ancha que tenía una estampa que anunciaba ‘1991’, unos jeans negros, su
bolso blanco que me encanta y unas zapatillas rojas, como siempre no puede
faltar algo rojo en su atuendo. Mi amiga estaba muy ansiosa por darme su
regalo.
-¡Felices 17 años amiga!- Dijo mientras me exprimía con
su abrazo.
-Gracias pero déjame respirar- Conteste tratado de no
asfixiarme.
-Lo siento – Se apartó para darle espacio a mi tía que me
deseo feliz cumpleaños y me abrazo también.
Feliz cumpleaños prima- Dijo Amy y milagrosamente me
abrazo.
-¡Wow Amy gracias!-Conteste sorprendida.
Ella puso los ojos en blanco. – Un abrazo anual- Me recordó.
Mi tía la fulminó con la mirada y todas reímos.
-Muy bien, ahora a abrir los regalos- Lucy me entrego el
suyo y después empujo a Amy para que me dé el de ella. Mi prima dio un paso al
frente.
-Mío y de mamá- Explicó extendiendo dos paquetes
cuadrados.
Tomé los tres regalos, el de Lucy, el de Amy y el de mi tía. Los abrí rompiendo el papel como siempre y me encontré con otra sorpresa.
Tomé los tres regalos, el de Lucy, el de Amy y el de mi tía. Los abrí rompiendo el papel como siempre y me encontré con otra sorpresa.
-¡Muchas gracias chicas enserio tenia muchas ganas de
leer estos libros!- Dije mientras las abrazaba a ambas. Me regalaron los tres
primeros libros de la saga Cazadores de Sombras, Ciudad de Hueso, Ciudad de Ceniza
y Cuidad de Cristal. Estaba empezado a ahorrar para poder comprármelos. Sonreí
de la alegría.
Luego de abrir los regalos mamá las invito a comer torta
y de nuevo las horas pasaron volando, entre chistes y anécdotas y algún otro
reto que mi prima recibía por parte de mi tía debido a sus comentarios
escépticos. Cuando me di cuenta ya eran
las 9pm, mamá debía estar lista las 10pm. Al notar la hora mí tía comenzó a despedirse,
mis amigas captaron la indirecta e hicieron lo mismo. Ambas las acompañamos
hasta la puerta.
Una vez nos encontramos solas le dije a mamá que yo
lavaría los platos así ella tenía tiempo para bañarse, al principio se rehusó pero terminó por darme la razón.
Ya casi había terminado de lavar cuando mamá se asomó a
la cocina con su valija. Alcé la vista hacia el reloj que estaba en la pared,
9:55 pm. Es increíble lo rápido que pasa el tiempo.
Quise acompañarla a tomar el taxi pero dijo que se
quedaría más tranquila si me dejaba dentro del departamento, sospesé la
posibilidad de discutir pero decidí que sería mejor hacerle caso. La ayudé a
colocar su maleta junto a la puerta.
-¿Segura que vas a estar bien?-Preguntó mientras revisaba
su bolso por última vez.
-Si má, quédate tranquila.
Se detuvo para mirarme a los ojos. –Cualquier cosa llamá
y si tenés miedo de pasar la noche sola hay una cama lista en lo de tu tía, ¿sí?
Suspiré. –Si má.
Suspiré. –Si má.
-No te acuestes tarde, no vuelvas tan tarde a casa, no
invites extraños….-Le hice un gesto con la mano para que callara.
-Son tres días, voy a sobrevivir.
Mamá suspiró resignada. –Ya sé. Se inclinó para besarme
la mejilla. –Nos vemos el miércoles a la noche.
Le devolví el beso. –Nos vemos.
Comenzó a avanzar por el pasillo. –Cerrá con llave.
-¡Que tengas buen viaje! Grité mientras cerraba la
puerta.
…
Serían las 11:30 cuando escuché unos golpes en la puerta.
Después de que mamá se fuera había terminado de ordenar, luego tomé un largo
baño y estaba leyendo Cuidad de Hueso, uno de los libros que me habían regalado.
Iba recién por el tercer capítulo. Con calma me acerqué a la puerta. Me puse en
puntas de pie para observar a través de la mirilla. Casi inmediatamente
reconocí una peluca rubia.
Entre risas abrí la puerta. Al hacerlo me encontré con Liam
sosteniendo un muffin con una vela encendida en sus manos.
-¿Llego demasiado tarde?-Inquirió.
Arqueé una ceja -¿Tarde para?
-Para darte tú regalo- Contestó en tono burlón.
-O sea que mi regalo es un muffin- Dije con tono burlón
mientras tomaba un poco de crema con el dedo y le manchaba la cara.
-Ja, ja que chistosa. Puso los ojos en blanco. –Ahora
anda a cambiarte así puedo darte tu regalo.
-¿Qué tiene de malo lo que tengo puesto?
-Es un pijama- Espetó señalando mi atuendo.
-Oh, está bien- Me quejé, luego di media vuelta y me
dirigí a mi cuarto.
No sé cómo pero terminé
sentada en el suelo rodeada de una pila de ropa. Estaba a punto de
ponerme a llorar cuando escuché el crujido de la puerta.
-¿Puedo pasa?-Pregunto tímidamente.
-Si claro- Contesté desde mi lugar.
Se detuvo en seco. -¿Qué paso acá?
-Si no me decís a dónde vamos no sé que me tengo que
poner- Lo ataqué.
Liam rió.
Mi comentario no hizo más que aumentar su gracia. –Con lo
que sea que te pongas te ves linda.
Bufé. –Tu opinión no es de lo más objetiva.
Se me quedó mirando unos minutos. Luego empezó a revolver
entre mis cosas. Me lo quedé mirando. Finalmente sacó un par de pantalones y la
remera blanca con la estampa de corazón que me había puesto la noche en que nos
conocimos.
Lo miré extrañada.
-¿Qué? Inquirió mientras me tendía la ropa. -¿Tan mal
gusto tengo?
-No es que… esa remera..-No terminé la frase,
posiblemente él no lo recordara.
-Es la que tenías puesta la primera vez que te vi-
Sentenció al fin.
-¿Cómo te acordas?
Se limitó a encogerse de hombros.
Me paré, tomé la ropa de su mano y me dirigí al baño para
cambiarme. Cuando salí me encontré con Liam terminando de ordenar el desastre
que había en mi dormitorio.
-No tenías que limpiar- Expresé mientras me ponía un par
de zapatillas Nike blancas.
-Si no lo hacía íbamos a llegar tarde- Me regañó.
-Lo siento.
-No es tu culpa- Se acercó y me tomó de las manos. –Estás
hermosa.
Sonreír.
…
Cuando salimos del edificio me encontré con un chofer
esperándonos un par de cuadras más adelante. Nos apresuramos para evitar que
alguien nos viera o sospechara algo. Subimos al coche y este comenzó a andar.
Anduvimos en silencio hasta que no soporté más mi
curiosidad. -¿Me vas a decir a dónde vamos?
Liam negó con la cabeza.
-Es injusto- Le reproché.
Él rió y se negó a contestar el resto de mis preguntas.
Continuamos nuestro viaje por unos 10 minutos, pude notar
que nos dirigíamos hacia el oeste y que cada vez había más tráfico. Intenté
preguntar otra vez, pero fue en vano, ni una palabra salió de sus labios. Nos
aproximamos más hasta quedar atascados en una calle, estábamos rodeados de
autos. Fue entonces cuando vi el cartel que indicaba a dónde nos dirigíamos.
-¿London – Heathrow Airport?-Pregunté segura de que la
respuesta sería no.
Él sólo bajo la mirada.
Tomé aire. –Liam, por favor decime que no estamos yendo al aeropuerto.
Tomé aire. –Liam, por favor decime que no estamos yendo al aeropuerto.
Se encogió de hombros. –Está bien, no estamos yendo al
aeropuerto.
-¡Liam!
Intentó calmarme. –Si te lo decía desde un principio no
ibas a querer ir.
Respiré hondo para no ponerme a gritar. -¿A dónde estamos
yendo?
Liam alzó la vista y me miro con una sonrisa para
asegurarse de que no me podría negarme a irme con él –A París.
Me encanta, oye vana subir mas hoy o este fin??
ResponderBorrarSi, si, este Domingo subimos el capítulo 12 y ahora que estamos de vacaciones tal vez subamos dos por semana, pero todavía no hay nada confirmado, cualquier cosa vamos a avisar por acá o sino en nuestro fb: http://www.facebook.com/londonmadness1d
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