-¿Zayn?-Disculpe pero se debe haber confundido- Conteste apenas pude.
-¿Quién
habla? ¿Y porque tenés el teléfono de mi amigo?- Me interrogo.
-Yo no tengo el teléfono de tu amigo vos debiste
haberte confundido de numero, ahora si me disculpas tengo un libro que leer-
Respondí secamente y corte.
Al finalizar
la llamada mire extrañada mi teléfono y fue ahí cuando caí en la cuenta de que
evidentemente ese no era mi móvil. De hecho era igual al mio pero con la
diferencia de que estaba más sano, el mio
tenia múltiples ralladuras en la carcasa, y que a modo de fondo de pantalla tenia una
foto del chico que me choco en la librería y luego me había molestado en el
trabajo junto con otros cuatro chicos mas.
Me quede allí
con la boca abierta como por una hora sin poder creer lo que estaba pasando. Me
estaba comenzando a desesperar, no sabia que iba hacer. Esto quería decir que
tendría que volverlo a ver para devolverle su móvil.
Frustrada me
tiré en la cama. Alcé en alto el celular y me lo quedé mirando, rogando que
todo fuera una pesadilla. Cerré los ojos y los volví a abrir, pero seguía ahí.
Suspiré e hice lo único que se me ocurrió. Con calma marqué mi número de
celular y llamé, por suerte tenía crédito.
Escuché el
tono de llamada.- ¿Ya me extrañas?
-Quiero mi
teléfono devuelta- Intenté ignorar su comentario.
- Bueno, no
hace falta que seas tan agresiva.
Suspiré.
-¿Cuándo nos podemos ver?
-Hay un Café
en el centro, Fleet River Bakery ¿te suena?
-Si, lo
conozco, ¿a qué hora?-Quería terminar con eso lo antes posible.
-Déjame
consultar mi agenda. Puse los ojos en blanco y esperé.
-¿A las 3
está bien?
Mentalmente
repasé mis horarios, mamá se iba a trabajar alas 2:30 y mi turno en Starbucks
empezaba a las 5. –Perfecto.
-Genial, es
una cita.
-No es una…-Comencé a decir pero me interrumpió.
-Sh, no
llegues tarde- Dijo y luego cortó dejándome con las palabras en la boca.
Tomé mi
almohada, la coloqué en mi rostro y suprimí con ella un grito de rabia. ¡Cómo
me exasperaba ese chico! Me quede en mi posición unos minutos hasta que logré
calmarme. Con suerte mañana todo esto habría terminado.
Lentamente
quité la almohada de mi rostro, giré la cabeza y me encontré con mi libro
reposando tranquilamente sobre mi mesita de luz. Lo tomé y continué leyendo.
No se porque
el tiempo pasa tan rápido a veces. No fue hasta que los ojos me empezaron a
arder que alejé la vista. Me estiré y tomé mi, su móvil para mirar la hora,
eran las 4am, por suerte mañana no había clases, estaba de vacaciones por
Pascua hasta el 31 de Marzo. Tener el teléfono en mis manos me hizo pensar en
él, lo que revivió el enojo en mí. Con torpeza lo solté y me acurruqué en la
cama. A los pocos minutos ya estaba sumergida en un profundo sueño.
…
Desperté la
mañana siguiente a eso de las11 del medio día. Mamá estaba a punto de volver
del trabajo. Cual zombie me levanté de la cama limpiándome las lagañas con la
mano y me metí en el baño. Tardé unos 20 minutos en lograr tener un estado
presentable, cepillé mis dientes, me lavé la cara con agua fría y ni siquiera
intenté hacer algo con mi cabello, ese montón de rulos eran indominables.
Cuando estaba
armando mi cama pude sentir que la puerta de calle se abría y unos pasos se
acercaban a mí.
-¿Cómo estás
hija?
-Bien-
Respondí mientras peleaba con mi cubre cama.
Mamá se
acercó para ayudarme. -¿Hasta qué hora leíste anoche?
-Eh… no muy
tarde, creo que eran las 2 o algo así- Mentí.
Puso los ojos
en blanco. -¿Qué voy a hacer con vos?
Me encogí de
hombros, ella solo río y luego desapareció en la cocina.
Me quedé a
terminar de ordenar unas últimas cosas y luego me uní a ella.
…
Una vez que
terminamos de comer y mamá terminó de lavar los platos se disculpó y se fue a
dormir, al menos a intentar dormir antes de tener que volver a trabajar. Yo en
su lugar me asomé al balcón de nuestro departamento dispuesta a terminar de
leer mi libro.
El edificio
en el que vivía estaba ubicado relativamente cerca del centro y a unas 4 o 5
cuadras de la casa de mi prima Emma. La terraza era definitivamente mi lugar
favorito. Como estaba en un 6 piso tenía un paisaje hermoso de la cuidad, el
ruido podía ser un tanto molesto a veces, pero no era nada que un par de
auriculares no pudiera solucionar. Otra
vez me desconecté del mundo y no fue hasta que mamá me aviso que ya se iba que
reaccioné. La salude con un gesto de mi mano desde el balcón. Ya debían ser las
2:30. Con calma conté las hojas que me faltaban para terminar mi libro, y
decidí que contaba con tiempo suficiente. Lo que no fue algo muy inteligente
puesto que cuando me di cuenta sólo me quedaban 15 minutos y aún llevaba mi
pijama. Tan rápido como pude me puse un
par de Jeans oscuros, una remera un par de talles más grande que el mío de
color blanco y mis habituales zapatillas Vans negras. Aún con los auriculares
puestos recorrí las 9 cuadras que me separaban de nuestro punto de encuentro.
No creí que estuviera afuera ya que el cielo estaba muy gris y parecía que en
cualquier momento llovería.
Llegué unos
10 minutos más tarde, al principio no le di importancia pero cuando no logré
distinguir su hopo entre la gente empecé a preocuparme. Hasta que vi que un
chico me hacía señas en la mesa más alejada. Me acerqué algo incrédula. Llevaba
un gorro de lana negro y anteojos Ray Ban que le cubrían casi todo el rostro,
de no haberme avisado no lo hubiera reconocido. Me apresuré a sentarme cuando
una mesera se acercó con dos tazas de
chocolate caliente.
-¿Chilli
and cherry – Love potion? Dijo alzando una taza.
Mi acompañante se apresuró a señalarme y no pude evitar poner
los ojos en blanco ante lo cursi de su elección.
-Entonces el Malted Milk es para vos ¿no?-Inquirió.
Asintió y le dedicó una sonrisa gentil a la que ella
correspondió antes de dar media vuelta e irse, sin siquiera mirarme.
-Me tomé el atrevimiento de ordenar por vos- Se defendió
antes de que yo lo atacara.
Ignorando su comentario saqué el teléfono del bolsillo y lo
coloqué sobre la mesa.
Él negó con la cabeza mientras tomaba un sorbo de su
chocolate. –No hasta que te tomes tu chocolate.
Carraspeé. –Hace calor.
-Parece que alguien no quiere recuperar su teléfono.
Luego de fulminarlo con la mirada tomé mi taza con las dos
manos. Al acercarla a mi nariz pude oler su delicioso aroma. Cerré los ojos y
me lo tragué todo de un solo sorbo, lo que no fue una muy buena idea porque
estaba demasiado caliente y me quemo toda la boca.
Solté la taza y la dejé sobre la mesa, luego me lleve la mano
sobre los labios para calmar el dolor.
Pude escuchar que intentaba suprimir una risa.
-¿Feliz?-Inquirí.
-Mm…. –Dudo
-Ash, ¿Vas a darme mi teléfono o no?
Suspiro mientras me lo entregaba. Me dispuse a irme pero
Javadd hablo antes
-Ah casi me olvido, te llamo una tal Kirsten pero le dije que
no estabas y que te llame mas tarde.
-¡Kirsten!, espero que no le hayas dicho nada raro- Lo
fulmine con la mirada.
Negó con la cabeza mientras sonreía como si se acordara de
algo.
-También te llamaron, un tal Niall, pero creo que era equivocado, porque querían hablar con Zayn.
-También te llamaron, un tal Niall, pero creo que era equivocado, porque querían hablar con Zayn.
Note que se revolvía nervioso en su silla.
-¿Pasa algo?-Ese chico era cada vez más raro.
-No nada- Me dedicó una sonrisa.
Puse los ojos en blanco- Muy bien, me voy- Di media vuelta y
me fui del bar ignorando al chico que todavía estaba sentado en su mesa.
Había caminado ya unas cuadras cuando por fin comenzó a
llover. Al principio no era más que una llovizna ligera, pero cada vez se
volvía más intensa. Agradecí no llevar puesta mi uniforme de trabajo. Guardé mi
Ipod en el bolsillo para evitar que se mojara y seguí mi camino, no estoy
segura de cómo pero en cierto momento dejé de sentir las gotas caer contra mi
cuerpo, mire a mi alrededor y noté que las gotas seguían cayendo, extrañada
alcé la vista y me encontré con un paraguas sobre mi cabeza.
-¿Se puede saber que estás haciendo?
-No deberías haber salido sin paraguas- Javaad se paró junto
a mí para cubrirse del agua.
Bufé. -¿Qué sos un acosador o algo así?
Rió.- ¿Me preocupo por vos y así me lo agradeces?
-Gracias, pero no gracias, no necesito que me cuiden- Di un
paso para salir de abajo del resguardo del paraguas.
-Se te va arruinar el pelo- Me advirtió.
No pude evitar reír ante su comentario.
-¿Qué?-Inquirió ofendido.
Intenté calmarme per estaba muy tentada. –Nada.
Puso los ojos en blanco luego me tomó de la mano. –Vamos.
-¿Qué hace? Me quejé pero él no hizo caso siguió caminando
mientras me llevaba a la rastra.
-Soltame porque empiezo a gritar- Lo amenacé.
Otra vez me ignoró.
Tomé una gran bocanada de aire y me preparé para gritar con
todas mis fuerzas, pero antes de poder emitir sonido colocó su mano sobre mi
boca.
-Sh, no me importa lo que digas si caminas hasta tu casa te
vas a enfermar- Estábamos parados frente a un Bentley Continental GT de
color negro. Estiró la mano y abrió la puerta.-Ahora te voy a soltar y quiero
que entres.
Lentamente fue quitando su mano de mi cara. Sospesé la opción
de salir corriendo, pero temí que me persiguiera, después de todo siempre podía
darle una dirección falsa y para ser sincera tenía muchas ganas de ver ese auto
por dentro. Me subí, él cerró la puerta y se ubicó del lado del conductor.
Cuando ya no pude soportar más mi curiosidad pregunté. -¿Qué
hiciste,robaste un banco?
Contuvo una risa. -¿Por dónde vivís?
Le indiqué el camino hasta el edificio en dónde vivía, creo
que lo de la dirección falsa fue una idea tonta, ¿qué iba a hacer? ¿Quedarme
parada fuera de una casa cualquiera esperando que se fuera?, nadie creería eso.
Condujo en silencio la mayor parte del trayecto. Yo tenía
unas ganas locas de acurrucarme en contra del asiento, pero estaba toda mojada
y temía arruinar el cobertor. El aire acondicionado estaba encendido por lo que
empecé a sentir mucho frío. Por fin el coche se detuvo.
-¿Es acá? Preguntó señalando el edificio.
Asentí con la cabeza. –Ajá. Di media vuelta y abrí la puerta
antes de bajarme añadí.-Gracias.
-Cuando quieras- Contestó con una amplia sonrisa en su
rostro.
-Nunca más- Pensé luego cerré la puerta. La lluvia seguía
siendo intensa así que tuve que correr los metros que me separaban de la
puerta. Una vez dentro pude ver como se marchaba. Suspiré aliviada y me monté
en el ascensor.
…
-Un Mocca Frapuccino- Gritó Kurt desde la caja.
Tardé unos minutos en reaccionar.
-Amy ¿está todo bien?
-Si, perdón, estaba ida- Le dediqué una sonrisa.
Él me la devolvió. Me di vuelta y comencé a accionar la
máquina expendedora. Hoy habíamos vuelto a nuestros puestos normales, aún
cuando Jake dijo que lo había hecho ‘bien’ el día anterior, yo insistí en que
todavía no estaba lista. En realidad solamente quería mantenerme alejada de la
interacción con los clientes. Estaba concentrada en mi tarea cuando oigo una
voz detrás de mí.
-¿Me querés decir que problema tienen en tu familia con los
teléfonos?
Vi a mi amiga Lucy de brazos cruzados del otro lado de la barra.
La miré sin saber que responder.
-Te dejé un millón de mensajes. Primero Emma desaparece un
día entero y no contesta mis llamadas, ¿ahora vos también me ignoras?
-Perdón, me quede sin batería- Mentí.
Puso los ojos en blanco.
-Amy, ¿tengo que recordarte que estás trabajando?-Nos
interrumpió Jake.
Mi amiga le dirigió una mirada asesina. Metió la mano en el
bolsillo sacó un billete y lo lanzó frente a Kurt. – Un Iced Shaken Tea Verde.
Mi compañero se apresuró a cobrarle pero ni siquiera atinó a
preguntarle su nombre, calculo que fue por miedo a su reacción.
-Ahora soy clienta y los empleados pueden hablar con los
clientes. Desafió a mi supervisor.
Jake me miro a modo de desaprobación, luego recorrió el
local, ya casi terminaba mi turno y aparte de la mujer que acaba de ordenar no
había nadie más. Suspiró. –Tienen 5 minutos.
-Gracias Jake- Dije y luego me apresuré a sentarme con Lucy
en una de las mesas más alejadas, no quería que escuchara nuestra conversación.
-Ya escuchaste, tenés 5 minutos.
-¿Qué sabes de Emma? Porque se negó a contarme lo que estuvo
haciendo.
Suspiré. –Me pasó exactamente lo mismo.
-Esto no puedo seguir así- Comentó mientras jugueteaba con su
colorada cabellera.
-Estaba pensando en pasar por su departamento después de
trabajar, obligarla a hablar.
-Voy con vos- Exigió. –Tal vez entre las dos logramos sacarle
algo.
Asentí con la cabeza.
Vi que quería añadir
algo más pero justo sonó su celular. Por lo que escuché era su mamá y al juzgar
por las expresiones en su rostro algo andaba mal. Luego de discutir un rato
bastante largo cortó.
-Ah, nunca tengas hermanos- Se quejó.
-¿Qué paso?
-Mamá tiene que salir y papá está ocupado en el estudio,
tengo que ir a cuidar a Will- Suspiró. –Ya está grande, se puede cuidar solo.
-Tiene 9 años- La regañé.
-Yo a su edad me quedaba sola en casa.
-Si, claro- Respondí sarcástica.
-Como sea, vas a tener que ir sola.
Asentí con la cabeza.
Lucy sacó un libro de su bolso y me lo entregó.
–Dale esto a Emma.
Lo tomé y leí su nombre ‘Dare to dream life as
One Direction’. -¿Qué es esto?
-Es el libro de One Direction, no me digas que
no te acordas de ellos.
Me la quedé mirando.
-¡Amy!
-Tengo mala memoria.
-Vimos su video la noche de tu bienvenida y a
la mañana siguiente en McDonald’s, te mostré una foto.
Tardé a unos minutos en recordar. –Ah, sí,
cierto.
Ella puso los ojos en blanco. –Sos increíble.
-No es para tanto. Intenté restarle
importancia.
Observé mejor la tapa y pude ver que tenía la
foto de cinco chicos, me la quedé mirando unos minutos, había algo que me
resultaba tremendamente familiar pero no podía recordar qué.
-Amy- Oí a mi supervisor llamarme.
-Me tengo que ir- Dije y luego me paré.
-Si, yo
también, antes de que mamá enloquezca- Justo cuando dio media vuelta para
marcharse Kurt se acercaba a nuestra mesa con su pedido en la mano.
Lucy se limitó a ignorarlo, pasó a su lado,
cruzó la puerta y se marchó.
El chico rubio se me quedo mirando extrañado.
Me acerqué a él riendo.
-¿Qué hago con esto ahora?
-Ya está pago, tomatelo si querés- Respondí.
-¿Segura?
Asentí con la cabeza.
Él se encogió de hombros. –Ya que insistís-
Empezó a darle pequeños sorbos. -¿One Direction?-Inquirió señalando mis manos.
-No es mío, yo solamente soy el cartero.
Asintió con la cabeza mientras sorbía. –A mi
hermanita le gustan, no son tu estilo, para nada.
-La verdad no me interesa- Respondí luego
continué mi camino hacia la caja.
…
Por fin mi turno terminó. En el camino a la casa de mi prima
le mandé un mensaje a mamá para avisarle que llegaría más tarde. Miré al cielo,
aunque ya estaba más oscuro pude divisar nubes tormentosas sobre mí. Me
apresuré para evitar mojarme, otra vez, además como no había llevado mochila
tenía el libro en las manos y se iba a arruinar.
Cuando estaba abriendo la puerta del edificio donde vivía mi
prima sentí una mano sobre la mía. Alcé la vista y mis ojos se negaban a creer
lo que estaban viendo.
-Voy a empezar a creer que me seguís de verdad- Dije con tono
serio.
Llevaba el mismo gorro que en la tarde aunque ya no tenía los
lentes, asumí que era porque ya casi no había sol.
-Aunque molestarte es divertido, el que yo esté acá no tiene
nada que ver con vos- Replicó.
Lo miré desconfiada. -¿Entonces qué haces?
-Visito a una amiga.
-Ah- Fue todo lo que pude responder.
-¿Celosa?
Lo mire con cara de pocos amigos. –No empieces.
-¿Qué haces vos acá? Tu edificio está 5 cuadras más allá-
Añadió señalando el Sur.
-No tengo que darte explicaciones- Espeté.
Estaba a punto de quejarse pero unos gritos provenientes de
la esquina lo interrumpieron.
-¿No es ese el auto de Zayn?-Una chica rubia se acercó a
donde nos encontrábamos. Otro grupo la siguió, todas juntas formaron un
semicírculo rodeando el auto negro en el que Javaad me había llevado a casa.
-¿Será el de él?-Preguntó una chica cuyo cabello me recordó al
de Lucy.
-¿Quién sabe? A lo mejor está por acá cerca- Insistió la
rubia.
Todas asintieron con gritos de alegría.
Frente a mí pude sentir que mi acompañante tensaba su cuerpo.
Me tomó de la mano, Iba a quejarme cuando me hizo un gesto con el dedo para indicarme
que hiciera silencio. Sigilosamente me arrastró hasta una especie de pasillo
que había entre el edificio donde vivía mi prima y otro. Nos quedamos allí
hasta que las chicas se rindieron en su búsqueda.
Estaba oscuro por lo que no podía ver su rostro pero parecía
nervioso. Por fin sentimos unos pasos y las voces se apagaron. Él dio un gran
suspiro, como si hubiera estado conteniendo el aire todo ese tiempo.
-¿Se puede saber que fue todo eso? ¿Y quién es Zayn que todo
el mundo lo nombra?
Mis preguntas lo tomaron totalmente desapercibido. Pude notar como volvía su nerviosismo.
Mis preguntas lo tomaron totalmente desapercibido. Pude notar como volvía su nerviosismo.
-Yo…-Se quedó pensando. En ese momento un auto que pasaba por
la calle con las luces encendida iluminó su cara. Otra vez ese sentimiento de
familiaridad. Ese peinado raro, los
rasgos de su cara, podía escuchar ese nombre ‘Zayn’ dando vueltas en mi cabeza.
Como odio tener tan mala memoria. Intentando organizar mis ideas clavé la vista
en el libro. Fue ahí cuando lo vi, en uno de los extremos de la tapa, lucía
algo más joven y le faltaba el mechón decolorado, pero por lo demás eran
exactamente iguales.
Lo miré directamente a los ojos, al ver lo que tenía en mis
manos su preocupación aumentó.
-¿De dónde sacaste eso?
No respondí. -¿Quién sos?
AAAHH!! por favor suban el siguiente pronto =D
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