21 feb 2013

Capítulo 26


-Suelte el embriague con cuidado- Gruñó mi instructor de manejo. Bufando lo obedecí.
Con demasiada lentitud solté el embriague y el auto se impulsó hacia atrás. Feliz le sonreí al hombre, hacía tres clases que intentaba ir marcha atrás sin buenos resultados.
-Muy bien ya era hora, por fin podemos avanzar- Dijo en su tono agrio habitual- La próxima clase seguiremos con estacionar, por hoy terminamos- Esbozo una sonrisa falsa y bajo del auto.
Suspire y apoye mi cabeza en el manubrio con mucha fuerza golpeándome la cabeza.
-Ouch- Exclame pasándome la mano por la frente golpeada.
Todavía con la mano en la frente salí del vehículo ignorando las risas de mis demás compañeros de clase.
Me coloqué los auriculares y emprendí el camino a casa, que me tomaba caminando aproximadamente unos 20 minutos.
Mire el reloj. Eran las 5:40 pm, tenía que llegar a español en media hora. Luego de llegar a casa esa misma tarde me había recostado para tomar una pequeña siesta, aunque por lo visto se me había ido de las manos.  Rápidamente tome mi bandolera negra que estaba sobre la cama y grité a mamá.
-¡Es tarde, es tarde!
Ella me esperaba en la cocina sentada entre una pila de cuadernos, mamá es maestra de grado.
-Si no te entretuvieras tanto tiempo con la computadora no estarías tan cansada.
Fruncí el ceño. Definitivamente mamá no entendía la importancia de revisar mi Twitter todos los días para estar al tanto de lo que mis ídolos hacían.
Estaba a punto de hablar cuando mi estómago rugió. Corrí hasta la cocina y tome un paquete de Oreo, mis masitas preferidas, de la alacena.
-¿No se te hacia tarde? Me regañó mientras tomaba las llaves del auto.
-Para el camino. Dije con una sonrisa de inocencia.
Mamá suspiró y me señaló la puerta. –Vamos, no hagamos esperar a la Señorita Rodríguez.
Con el paquete de comida en la mano la seguí  fuera de casa hasta el auto. Un Chevrolet Traverse de color rojo.
Una vez que estuvimos en marcha me concentré en las masitas. Peleé unos minutos con el paquete hasta que logré abrirlo. Aunque gracias al tiempo perdido no logré comer más de una o dos masitas antes de llegar al instituto.
Abrí la puerta pero mamá me detuvo.
-¿Cómo vas a volver a casa?
Miré al cielo, estaba gris, pero pensándolo bien, vivo en Londres, los días soleados no son muy comunes. –Voy a caminar.
-¿Estás segura? Inquirió algo desconfiada.
Le dedicó mi mejor sonrisa. –Si.
-Está bien, nos vemos en casa entonces.
-Chau. Dije y luego cerré la puerta.
Revisé el reloj de mi celular y me percaté de que solo faltaban dos minutos para las 6. ¿Cómo es que se me hizo tan tarde?
Rápidamente corrí los pocos metros que me separaban del instituto. Tanto que  estuve a punto de chocar a un par de estudiantes que reposaban tranquilamente en el hall.
Apurada me limité a un ‘perdón’ al aire en un intento por no quedar como una maleducada.
Jadeando llegue justo cuando la Señorita Rodríguez estaba haciendo pasar a James al aula.
-Lo siento- Dije con el poco aliento que me quedaba- Se me hizo tarde.
-No hay problema, pase por favor señorita- Me indico la profesora en español.
Mi compañero, que ya estaba sentado en su banco, reía por lo bajo. Lo fulmine con la mirada antes de sentarme junto a él
-Bien, hoy vamos a aprender países y nacionalidades. Comenzó a explicar mientras escribía en el pizarrón. - Italia, Alemania, Francia, Argentina, España, Estados Unidos….
-Nuestro país se llama Reino Unido- Continuo- y tu país James se dice Irlanda.
James se tensó en su asiento y abrió los ojos como platos.
Creo que la Señorita Rodríguez acababa de hablar de más.
¿Irlanda? ¿James es irlandés como Niall?
Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos. Las pruebas eran muchas, está bien,  pero aun así no puedo creer que él este sentado a mi lado como si nada. ¿Por qué se arriesgaría a ir a un instituto? Estoy segura de que tiene el dinero suficiente como para pagar clases particulares. Además ¿por qué justo termino en mi curso y no en cualquier otro? Serían demasiadas coincidencias.
Me acomode en la silla para poder recobrar mi atención en la clase.
¿Qué iba a hacer de todas formas? ¿Acusarlo sin más?
Ya habíamos visto por lo menos veinte países más cuando alguien toco la puerta.
-Adelante- Contestó la profesora.
Un hombre de unos 50 años se asomó a la puerta. Al igual que mi profesora vestía elegantemente, un traje en tonos de gris y una corbata negra. Su cabello canoso prolijamente peinado hacia atrás-Disculpe señora pero la necesitan en recepción, un alumno quiere hablar con usted- Explico. De seguro es el secretario, la verdad es que no presto mucha atención a los funcionarios del instituto.
-Oh, está bien- Con su habitual delicadeza depositó la tiza sobre el escritorio. –Por favor sigan copiando, enseguida vuelvo- Dijo para luego salir del aula tras el secretario dejándome a solas con James.
Mi compañero le restó importancia a lo sucedido y siguió con lo suyo.
Yo, en cambio, sin poder seguir ignorando el rugido de mi hambriento estómago  decidí que podría aprovechar la situación para comer por lo menos una masita. Estaba muerta de hambre.
Con disimulo pase mi mano por el cierra de la bandolera, el paquete estaba abierto y estratégicamente depositado de forma tal que solo tarde unos segundos en encontrarlo. Mire de soslayo a James  para asegurarme de que no se percataba de mi plan. Efectivamente, estaba encorvado en su silla copiando mientras tarareaba una canción que no reconozco y moviendo el pie al son de una música que solo él oía.
Me concentré en su ropa. Al parecer no era la única que vestía informal. Él llevaba una remera gris, zapatillas negras y un jean claro que dejaba entrever sus medias blancas. Abrí los ojos sorprendida.
-¡Medias blancas! Niall usa medias blancas para la suerte.  Pienso y me muerdo el labio.
Contengo la respiración. Un parecido más se agrega a la lista de parecidos.
Me tomo unos minutos antes de seguir analizando los hechos. Saco una de las masitas Oreo del paquete y me la llevo a la boca disimuladamente.
Pero… él lo nota.
-No se puede comer en clases ¿Sabias?- Me recuerda con un deje de humor en la voz. Es la primera vez que me dirige la palabra y noto que está fingiendo.
-Ya se- Respondo malhumorada- Es que tengo mucha hambre, no comí en toda la tarde- Explico.
-A mí no me molesta pero si la Señorita Rodríguez te ve- Deja la frase incompleta.
-Pero no tiene por qué enterarse ¿no?- Desafío al chico de ojos grises. Nos quedamos mirándonos el uno al otro, ninguno aparta la mirada y puedo notar el destello de su verdadero color de ojos. Celestes.
-Yo no digo nada si vos me das una- Propone.
Pongo los ojos en blanco. Esto definitivamente es muy típico de Niall.
Saco otra masita de la bandolera y extiendo la mano para dársela. Él la toma con una sonrisa de satisfacción.
-Gracias.
Estaba a punto de responder pero la profesora entró en el aula interrumpiéndome.
-Problema solucionado, volvamos a la clase- Dijo y ninguno de los dos hablo más.
El resto de la clase se me hizo bastante densa. No lograba alejar esa estúpida idea de mi cabeza.
Analizando los hechos se podía decir que Niall y James era extrañamente similares. Irlandeses, medias blancas, ojos celestes, hablan un español casi perfecto, debilidad por la comida. Aún así  esas características podían compartirlas con otro montón de chicos irlandeses.
Suspiré. –Tengo que dejar de leer tantos Fanfics, mi imaginación es incontrolable.
En el mejor de los casos, suponiendo que soy la chica más suertuda del mundo y verdaderamente estoy sentada en un aula junto a Niall Horan, ¿cómo puedo probarlo? ¿Me lanzo sobre él y le arranco la peluca?
-Con esto termina la clase chicos, ya pueden ir a casa- La maestra habla y me saca de trance.
Algo aturdida comienzo a juntar mis cosas y guardarlas en la bandolera. James a mi lado ya casi termina.
Me apresuro, tengo que encontrar una excusa para volver a hablar con él, necesito aclarar esto de una vez.
-Adiós- Nos saluda la profesora.
Mi compañero se detiene en la puerta. –Hasta el Viernes.
Antes de volver a voltearme él ya se ha ido.
-Mierda.
-Hasta luego Señorita Rodríguez- Digo y salgo con desanimo.
Cuando por fin alcanzo el hall me percato de que está lloviendo a cántaros.
-Genial, me voy a empapar- Digo en voz alta creyendo que estoy sola –Mamá me va a regañar cuando llegue a casa.
Rebusco mi celular en la bandolera, mamá está en su clase de aeróbica a estas horas, aún así sospeso la posibilidad de llamarla, tal vez haya faltado por el mal clima.
Estoy concentrada en mi móvil cuando oigo un par de risas.
-¿No tenés paraguas?
Avergonzada miro a James parado en la puerta.
-Yo… este… -
-¿Te llevo?- Me ofrece con una sonrisa amable.
Trago saliva. Está bien, dejando a un lado mi teoría de que es Niall Horan igualmente es un chico lindo y educado. ¿Qué daño haría?
-No es necesario que te molestes-Miento para no sonar tan desesperada. En verdad no me entusiasma la idea de mojarme.
-No es molestia- Insiste.
-Si supieras lo lejos que vivo no te ofrecerías. Pienso pero no digo nada.
-¿Por favor?
Me acomodo el pelo colorado que no tuve tiempo de peinar antes de venir a clase.-Está bien.
James sonríe. –Genial, vamos.
Me toma por la muñeca y corremos juntos los metros que nos separan de su auto.
Al ver la Range Rover negra estacionada no tardo ni un segundo que saber que es de él. Esto definitivamente son demasiadas coincidencias.
Rápidamente nos subimos para resguardarnos de la lluvia.
Mi compañero arranca el coche. -¿A dónde?
Tardo en contestar porque estoy demasiado ocupada admirando el auto, que es inmenso, ¡Por Dios estoy dentro de una Range Rover con un potencial Niall Horan!
-¿Estás bien?- Inquiere algo extrañado.
-Tu auto es genial- Digo y luego agacho la cabeza avergonzada –Lo siento, a veces no controlo lo que digo.
-No es nada- Responde entre risas.
Tomo aire y procedo a decirle mi dirección. A él parece no importarle la lejanía, aunque reiteradas veces propongo que me deje en una parada de autobús insiste en llevarme a casa.
Se produce un silencio incómodo entre ambos lo que me recuerda que esta es mi oportunidad para socavarle información.
-Entonces sos irlandés-Empiezo a decir algo nerviosa -¿Qué te trajo al Reino Unido?
Observo como su cuerpo se tensa. –Trabajo.
- ¿Cuál es tu trabajo?- Me apresuro a preguntar, no pienso dejar pasar mi chance.
Aprieta sus manos con fuerza en torno al volante – Soy… músico.
-Genial- Finjo sorpresa- Mi papá es maestro de música en la Royal Academy of Music, ¿vos?
-¿Tu papá es maestro en la RAM? ¡Es genial!, ¿cómo se llama? Tal vez lo conozca… Intenta cambiar de tema.
-¿Cuántos años tenés?
-¿Siempre haces preguntas de la nada? Contraataca chistoso.
Ladeo la cabeza –Ya te dije que no controlo lo que digo.
-Dieciocho. Responde después de un rato -¿Vos?
El corazón se me detiene por una milésima de segundo, ¡¿qué otra prueba necesito?! ¡Es él no cabe duda! Me muerdo el labio para no chillar de la alegría e intento recobrar la calma.
-Dieciséis.
Está a punto de contestar cuando suena su celular.
-Diga- Atiende y yo abro los ojos como platos.
-¡No hables por teléfono cuando manejas!- Lo regaño en voz baja para que no puedan oír al otro lado.
Él ignora mis comentarios y sigue con su conversación. –Está bien, cuando llegue hablamos. Nos vemos Harry – Se despide y cuelga.
¡¿Harry?! ¡¿Estaba hablando con Harry Styles?!
-Respira Lucy, respira- Monologo.
Por fin el conductor vuelve su atención a mí.
-¿Sabías que acabas de cometer una infracción?- Lo acuso.
-Fue una conversación corta- Responde entre risas. -¿Qué sos? ¿Policía de tránsito?
- Eso no es excusa- Espeto – Es una de las primeras normas que me enseñaron en las clases de manejo.
-¿Clases de manejo?, ¿tan mala sos que no pudieron enseñarte en casa?
Le lanzo una mirada asesina-¡Yo no soy mala manejando!, es sólo que no me tiene paciencia.
Él  suprime una risa.
-Cuando tenga mi auto no te voy a llevar.
Sin poder contenerse más  rompe a reír a carcajadas. Al principio me hago la ofendida pero llega un punto en que tampoco puedo soportarlo y me uno a sus risas.
Estábamos ya más calmados cuando el auto ingreso en mi barrio.
-Es acá- Digo señalando mi casa.
Mi acompañante detiene el coche.
-Gracias por traerme.
Él sonríe –Cuando quieras.
Lentamente abro la puerta y me bajo –Nos vemos.
-Hasta pronto Lucy- Responde él con ese acento español suyo tan perfecto.
Le dedico una sonrisa antes de cerrar la puerta y comenzar a alejarme.
Estoy parada frente a mi casa cuando oigo el ruido de la Range Rover acelerar. Espero unos minutos antes de entrar a casa, necesito calmarme. Tengo demasiada información que asimilar, demasiadas cosas que aún no termino de comprender, aunque hay algo de lo que estoy completamente segura. Mi nuevo compañero de español es efectivamente, Niall Horan.

17 feb 2013

Tercera Parte: Capítulo 25


-Perdón por tardar tanto en devolvértelo- Se disculpó mi amiga al mismo tiempo que me extiende el libro.
-No hay problema, ya lo leí cientos de veces- Respondí  restándole importancia.
-Ya pasaron los 5 minutos- Nos interrumpe el rechoncho y molesto encargado.
Le dedico mi mejor cara de pocos amigos mientras ella pone los ojos en blanco y se levanta de la mesa que ocupamos.
-Va a ser mejor que vuelva al trabajo.
-Está bien, tengo que apresurarme si no quiero llegar tarde a mi clase de Español- Con cuidado me paro. Con una mano tomo mi Cappuccino  de la mesa y con la otra guardo el libro en mi bandolera.
-¿Seguís con eso?
Cruzo los brazos ofendida. –Claro, cuando me propongo hacer algo siempre termino.
-Está bien, está bien, perdón, no quise ofenderte- Mi amiga con el cabello ondulado suprime una risa.
Revoleo los ojos. –Adiós Amy- La salude en un español bastante decente.
-Nos vemos Lucy- Contesta y noto sorpresa en su voz.
Sin detenerme me dirijo a la puerta y por fin logro salir del Starbucks donde trabaja Amy.  En la hora de historia esa mañana habíamos decidido que pasaría a buscar mi libro de One Direction por su trabajo, ya que ella siempre olvidaba traérmelo.
El Cervantes Institute, al que asistía tres veces por semana de 6 a 7:30 pm, estaba ubicado a unos 9 minutos del Big Ben, o sea a unos 7 minutos de mi posición actual.
Tome Victoria Street con paso firme al mismo tiempo que daba un gran sorbo a mi Cappuccino.
Antes de lo esperado me encontré con el imponente edificio blanco. Por fuera conservaba su fachada antigua, con grandes y trabajadas aberturas pero, por dentro era bastante más moderno.
Me vi obligada a bajar el volumen de mi música porque las demás personas que entraban y salían del edificio comenzaban a mirarme algo extrañados. Tal vez mi grandes auriculares blancos llamaban demasiado la atención.
Sin detenerme en el hall, donde los estudiantes esperaban sentados en elegantes sillones me dirigí directamente a mi aula. 
Mi profesora, la Señorita Rodríguez me esperaba sentada en su escritorio como siempre.
-Lucy, puntual como siempre- Dijo dedicándome una sonrisa.
Haciendo uso de mis bueno modales le respondí la sonrisa.
Con cuidado colgué la bandolera de uno de los pupitres y me senté. La mujer esperó pacientemente a que sacara mis libros y mi cartuchera. Una vez lista me la quedé mirando.
Era joven, entre 30 y 40 años. Siempre vestía trajes elegantes de colores apagados, tonos marrones o grises y el maquillaje haciendo juego. Llevaba la cabellera castaña, larga y lisa prolijamente recogida en una media cola. Al principio me sentí desubicada yendo a clases con mis jeans viejos y mi cabello colorado atado en una simple cola, con el tiempo me fui acostumbrando.
-Vamos a esperar a nuestro nuevo estudiante-  Anunció sacándome de mis pensamientos.
-¿Nuevo estudiante?- Intenté disimular mi sorpresa. Dado que había empezado mi curso algo tarde era la única alumna.
-Si, te lo mencione la clase pasada- Tomo la taza humeante frente a ella y la revolvió.
-Oh, lo siento, a veces tengo la cabeza en cualquier lugar- Me excusé.
Ella estaba a punto de volver a hablar cuando un chico irrumpió en la sala.
-Oh James, ahí estás-La profesora le señaló el pupitre junto a mí. –Toma asiento, esta es tu compañera, Lucy Stevenson.
-Un gusto en conocerte Lucy-Dijo en un español casi perfecto.
-Lo mismo digo James- Respondí algo avergonzada ya que mi acento no era tan bueno.
Él era morocho, de estatura media y piel blanca, llevaba braquets transparentes que casi no se notaban. Lo que verdaderamente me intrigaban eran sus ojos, a simple vista me parecieron grises pero luego un destello azul se asomó, ¿usará lentes de contacto?
Creo que notó cuan fijo lo estaba mirando porque se revolvió incómodo en su asiento.
Tenés que controlarte Lucy. Me regañé a mí misma.
Clavé la vista en la pizarra, donde la señorita Rodríguez ya había comenzado a escribir. Sin embargo no pude concentrarme, definitivamente conocía a James, su rostro me era demasiado familiar.
-Bien, abran sus libros en la página 12, hoy vamos a repesar algunos verbos- Anunció la mujer.
Intenté centrar mi atención en la clase pero cada tanto miraba de reojo a James. Él golpeaba sus dedos en la mesa, parecía nervioso, ¿tan poco disimulada era?
-Lo estas espantando Lucy- Me dije. No quería que mi único compañero pensara que era una loca rematada.
Suspire tratando de relajarme. Basta de miraditas hacia el costado ¿Cuántas posibilidades hay de que en verdad lo conozcas? Posiblemente lo haya confundido con alguien más.
Aunque podría hacerle un par de preguntas cuando termine la hora, después de todo somos compañeros ¿Qué tiene de malo que nos conozcamos un poco?
-Lucy- La Sr Rodríguez estaba llamándome.
Revolví mi cabeza para poder concentrarme en ella- ¿Si?
-Te hice una pregunta- Contesto- ¿Te acordas cuál era o necesitas que te la repita?
El chico de al lado rió.
-Lo siento ¿Podría repetírmela por favor?
Después de responder a su pregunta en español  trate de no darles más vueltas al asusto del chico nuevo y concentrarme en lo que la profesora decía.
Cuando por fin la clase termino no pude llevar a cabo mi plan porque mi compañero, después dedicarnos un buenas noches en su envidiable español, salió corriendo de la habitación.
-Genial, espero que te guste estar sola,  acabas de espantarlo.  Dije para mis adentros.
….
Mi casa se encuentra en las afueras de la cuidad, apartado de prácticamente todo,  por eso, tomo lecciones de manejo. No puedo permitirme cuatro taxis diarios.
Cuando por fin logre abrir la puerta de casa me dirigí directamente al living para dejar mis cosas sobre la mesa. Will, mi hermanito de 9 años, estaba jugando a la play station. Con sigilo me acerque a él.
-¡Hola!- Lo salude poniéndome frente al televisor.
-Córrete que no me dejas ver- Se quejó mientras movía su cabellera rubia de un lado a otro tratando de ver la pantalla. Bajo los brazos derrotados- Estaba a punto de ganar- Me reprocho.
-Yo también te quiero- Dije ignorándolo. Me corrí de donde estaba para poder ir a la cocina.
-¡Le voy a decir a mamá!- Se escuchó que gritaba mientras yo me alejaba.
Puse los ojos en blanco- si claro- Susurre y una risita se escapó de mi boca.
-¿De qué te reís hija?- Pregunto intrigada mamá cuando entre en la cocina, creo que ya sé donde herede mi curiosidad excesiva- Espero que no estés molestando a tu hermano de nuevo.
-Em…
-¡Lucy!- exclamo.
-Él siempre me molesta a mí- Me queje.
Suspiro- Esta bien, ¿Cómo te fue hoy en español?- Pregunto cambiando de tema.
-Bien, tengo un compañero nuevo- Comente tratando de restarle importancia.
-¡Qué bueno! Así ya no tenés que estar sola- Su voz denotaba alegría, mamá era muy exagerada a veces.
-Si- Concorde con voz apagada porque mi mente volvía a divagar.
-¿Tenés hambre?- Pregunto mamá sacándome de mis pensamientos.
-¡Yo tengo mucha hambre!- Respondió Will, quién entraba por la puerta,  rápidamente se sentó en la silla a mi lado, no sin antes revolverme el cabello. Lo fulmine con la mirada.
-Will no molestes a tu hermana- Mamá lo regañó. Yo le saque la lengua.
-Papá no tarda en llegar, esperémoslo.
Cuando al fin papá llego de su trabajo comenzamos a cenar.
Comí muy rápido para poder ir a mi habitación, quería bañarme. Además tenía tareas que terminar para el día siguiente.
Después de un baño relajante y de haber terminado los deberes me acosté. Sin embargo, el sueño se negaba a llegar. Di vueltas en mi cama por lo que me parecieron horas. Finalmente mis ojos se cerraron y me quedé profundamente dormida.
…..
-¡Will te podes apurar voy a llegar tarde a la escuela!- Grite desde la entrada de casa.
-¡Ya voy, ya voy!- Exclamo mi hermano mientras intentaba ponerse la mochila.
-Cuando yo tenga mi permiso y mi auto no pienso llevarte- Dije con orgullo.
-Seguí soñando- Se burló.
-Chicos dejen de pelear y vamos- Nos regañó papá.
Gracias a mi hermano llegué justo cuando el timbre que anunciaba el comienzo de la primera hora sonaba.
Bufando entré en el aula y me senté en mi lugar al lado de Emma, ella y Amy cuchicheaban algo pero cuando llegue se callaron. ¿Hablaban de mí?
-¿Qué?- Las interrogue algo ofendida.
-Nada- Contesto Amy rápidamente.
-Saben que odio que me mientan- La escudriñé con la mirada mientras sacaba los libros de mi mochila.
A mi lado Emma suspiró. –No es el momento ni el lugar para hablar de esto.
Amy le lanzó una mirada asesina. –No le digas eso, ¡ahora se va a poner como una pesada hasta el viernes!
El profesor de biología irrumpió en la sala.
 -¡Yo no soy pesada! - Me crucé de brazos.
El maestro nos ordenó que abriéramos nuestros libros y resolviéramos una serie de actividades relacionadas con el sistema respiratorio. Las tres abrimos nuestros libros pero ninguna estaba trabajando realmente.
-¡Dejen de pelear y gritarse! – Nos regañó Emma.
Ambas nos quedamos mirándonos en silencio unos minutos. Por fin mi amiga ruluda rompió el silencio.
-Perdón.
Tomé una gran bocanada de aire. Estaba cansada y Will me había puesto de mal humor, mis amigas no tenía la culpa. Les dediqué una media sonrisa. –Está bien.
-Así está mejor - Emma se acomodó en su asiento.
-Entonces… ¿qué va a pasar el viernes?
Amy agachó la cabeza por lo que su prima se vio obligada a enfrentarme.
-Queremos presentarte a… -Dudo unos minutos. –Alguien.
Arqueé las cejas. -¿Alguien? ¿Es lo único que me van a decir? No pueden dejarme con la intriga tanto tiempo.
-Te dije que no le dijeras con tanta anticipación - Susurró la chica de rulos.
-¡Estoy harta de los secretos Amy!  - Se quejó Emma.
-¿Secretos? ¿Qué secretos? -  Inquirí  confundida.
-Es… -Otra vez la duda en su voz. –Complicado, de verdad va a ser mejor si hablamos de esto en un lugar más privado.
-¿Me pueden explicar por qué tanto misterio? ¿Acaso mataron a alguien?
Mis amigas rieron.
-El viernes, te vamos a responder todas las preguntas - Amy por fin tomaba cartas en el asunto.
Lo medité unos instantes. Luego suspiré y asentí con la cabeza. –Está bien, pero quiero que sepan que la duda me está matando… lentamente.
Amy puso los ojos en blanco. – ¡Que dramática!
Emma en cambio rió. –El viernes en mi casa, Amy tiene el día libre en su trabajo, ¿a las 6 está bien?
Negué con la cabeza. –Tengo clases de español a esa hora.
-Oh, entonces… ¿a qué hora estás libre?
Repasé mis horarios mentalmente. –Después de las 7:30.
-Señoritas quiero ver sus trabajos terminados sobre mi escritorio al final de la hora- Una voz masculina nos amenazó desde su escritorio.
Amy y yo le lanzamos miradas asesinas.
-7:30, en mi casa, el viernes-  Dijo Emma en un tono casi inaudible.
Ambas asentimos con la cabeza.
Ahora tenía dos cosas en que pensar, en  el chico que tan familiar me parecía de mi clase de español y el secreto tan importante que mis amigas me habían estado ocultando. ¿Tendría algo que ver con el chico misterioso de los mensajes de Emma?
-¿Cómo vas con el español? -Preguntó Amy, quién ya había terminado con su trabajo.
-Bien… - No estaba segura de cómo terminar la oración, me había tomado completamente por sorpresa. –Tengo un compañero nuevo.
-¿Cómo terminaste tan rápido? - Emma le arrancó el papel de las manos.
Ella se encogió de hombros. –Mientras ustedes  hablan yo escribo- Volvió a dirigir su atención hacia mí. –Compañero nuevo, ¿qué tal es?
-Está bien. Respondí pensando en James que tanto me intrigaban.
-Yo conozco esa mirada… Emma alzó la vista de su cuaderno para mirarme fijamente. -¡te gusta!
-¿Qué? ¡No!. –Grité y todos se voltearon a vernos.
-¡Sh!  Amy me hizo señas para que bajara la voz. –No hacía falta que te pusieras tan nerviosa.
-No me puse nerviosa – Le regalé mi mejor cara de pocos amigos – Es que odio cuando inventan cosas.
-Está bien, está bien.
-¿Es por Andy?- Preguntó Emma sin nada de tacto.
-No quiero hablar de Andy ahora, ¿está bien?, pasado pisado –Sentencié. De verdad lo último que quería hacer era hablar de mi estúpido ex novio.
-Andy es un idiota, te mereces algo mejor- Comentó Amy.
-Aja- Convino la otra
Bufé. –Se llama James.
Emma me sonrió -¿El chico de español?, ¿es lindo?
–Bastante, aunque…  - Ladeé la cabeza en busca de una respuesta que las dejara satisfechas pero que no me comprometiera demasiado –Tengo la sensación de que lo conozco de algún lugar.
Ambas me miraron extrañadas por lo que me vi obligada a darle una descripción física detallada del intrigante chico. Luego de escucharme atentamente y meditarlo unos minutos ninguna de las dos supo darme una respuesta. Definitivamente ellas no conocían a James, ¿qué otra prueba necesitaba para conformar a mi necia intriga?
Después de que el timbre que anunciaba el fin de clases sonara a la velocidad de la luz tomé salí del colegio. Manteniendo el ritmo llegué a casa en menos tiempo del habitual. Verdaderamente tenía ganas de salir de ahí, más aún con tantas cosas dándome vuelta en la cabeza.
Abrí la puerta y el olor a comida recién hecha me impregnó la nariz. Mamá y Will me esperaban sentados en la mesa. Papá se asomó desde su estudio para saludarme.  Luego de tirar mi mochila en el sillón de la entrada me senté con ellos.
Una vez terminado el almuerzo  me dirigí directamente a mi cuarto para dormir. Tenía que recuperar el sueño perdido de la noche anterior. Me tiré en la cama y fue entonces cuando las preguntas reaparecieron en mi mente, ¿cuál era el secreto de Amy y Emma?, ¿por qué no podían decírmelo de una vez y ya?, ¿y qué hay de James? ¿Tendrá un hermano gemelo que yo conozco? ¿Mellizos separados al nacer?  Definitivamente este era un misterio y lo iba a resolver cueste lo que cueste.
 Clavé la vista en la pared frente a mí. Al igual que todo mi cuarto, estaba decorada con posters de mi banda favorita, One Direction.  Dirigí mi atención a una foto de Niall, el rubio, irlandés con ojos azules que me volvía loca. Era algo vieja, ya que todavía no tenía braquets.
-Braquets transparentes… -  Susurré. –James tiene los mismos.
Sacudí la cabeza a modo de negación.
-El segundo nombre de Niall es James- Me recordó mi conciencia.
-Niall habla español fluido… James también… Niall tiene ojos azules, ayer me pareció ver destellos azules en los ojos de James…
Me senté en la cama intentando organizar mis ideas. ¿Tan obsesiva me había vuelto?
Lentamente me levanté y me acerqué al poster. Si alguien me vía definitivamente iba a dudar de mi estabilidad mental… para ser sincera yo misma dudaba de mi cordura ahora.
-Estás loca - Monologué y volví a recostarme.

14 feb 2013

Capítulo 24


-¿Qué se supone que hay que ponerse para ir a ver un concierto de tu novio?- Pregunto Emma desesperada.
-No lo sé Emma sabes que no estoy familiarizada con esas cosas- Respondí mientras buscaba una remera decente para mi prima, ¿Por qué tenía tantas cosas de colores?
-¡Ya sé!- Grito con alegría- Esta- dijo mientras levantaba una remera rosa y blanca que decía ‘Wild At Heart’.
-¿Rosa?-Dije haciendo un mohín de disgusto.
-Si, rosa, y me la voy a poner digas lo que digas- Contesto enojada.
-Como quieras-Levante los brazos en un gesto para que se calme.
…..
La calle estaba llena de gente, especialmente chicas gritando y cantando las canciones que supuse eran de One Direction. Muchas tenían carteles que decían cosas muy extrañas, zanahorias, gatos, tréboles y otras hasta se habían pintado la cara con los nombres de los chicos. Cada vez que veía a una chica con un cartel dedicado a Zayn o con su nombre pintado no podía evitar sentirme algo incómoda.  A diferencia de mi, Emma estaba tranquila y sonreía como una tonta.
Perdida en mis pensamientos choque con una chica que llevaba una remera de todos los integrantes de la banda. Noté que otras chicas llevaban la misma remera, se habrán puesto de acuerdo. Inmediatamente me sentí descolocada con mi remera negra con letras blancas que decía ‘Hipsta Please’. Por el rabillo del ojo miré a mi prima, definitivamente no parecíamos fanáticas.
Emma tomo mi brazo para arrástrame a la cola de entrada del estadio Roundhouse.
-¿Qué te pasa?,  estas distraída- Me interrogó.
Me encogí de hombros-Nada, es que deberíamos avernos camuflado mejor.
-¿Vos decís con unas remeras y pintándonos las cara?
-No sé si lo de pintarnos,  pero con una remera de los chicos encajaríamos mejor.
Sospesó la idea. –Puede ser, aunque sería raro.
Una chica rubia de unos 14, 15 años adelanto a Emma en la fila como si nada. Mi prima me miro sorprendida.
-Es tu culpa- Le dije
Lanzó una mirada asesina a la colada antes de tomar una gran bocanada de aire.
Revoleé los ojos. -No sabes imponer respeto.
-Si Lucy estuviera  hubiera hecho un escándalo- Comentó intentando cambiar de tema.
-Si, ella de seguro que pasaría inadvertida- Concorde.
-Se moriría si se entera que vinimos a un show de ¡One Direction! Intentó imitar a todas las fanáticas que teníamos a nuestro alrededor, aunque sus gestos eran demasiado exagerados.
Ambas reímos.
-No deberíamos mentirle más- Dije apenada.
Emma agacho la cabeza-A mí tampoco me gusta mentirle.
Nuestro turno de entrar llego. Mi prima apretó mi mano intentando contener los nervios.
-Tienen buena suerte chicas, están en la primer fila- El chico que nos guiaba a nuestros asientos era castaño, algo bajito y con mucho acné. Su uniforme consistía en una remera roja y joggings negros, no tenía ninguna etiqueta que indicara su nombre.
¿Primera fila? Y después pretenden que no llamemos la atención.
Intenté buscar a Emma con la mirada pero a medida que nos adentrábamos en el estadio la gente parecía multiplicarse. Justo cuando estaba a punto de ponerme a gritar ella reapareció de entre la multitud.
Cuando llegamos a nuestros asientos el chico nos entregó una tarjeta dorada.
-¿Y esto que es?- Pregunte.
-Es una entrada para ir tras bambalinas- Explico- Me pidieron que se las entregue a las chicas que se sientan en estos dos lugares. Yo voy a venir a buscarlas al final del concierto.
Asentimos con la cabeza antes de dedicarle una sonrisa al empleado. Este dio media vuelta y se marchó.
-¿Porque no nos la dieron antes?- Dije mientas me colgaba la tarjeta en el cuello y me sentaba.
Ella hizo lo mismo- Porque si no llamaríamos mucho la atención.
-Ah, claro, porque sentarnos en la primera fila definitivamente no llama la atención- puse los ojos en blanco. Mi prima rio.
El concierto no tardaría en empezar. Habíamos llegado algo tarde porque cierta persona –Emma- estaba atravesando una crisis de ropa.
Las luces se apagaron y todos comenzaron a gritar. Quise taparme los oídos pero decidí que eso resultaría extraño para la fan que se encontraba sentada a mi lado derecho.
Tres pantallas se encendieron mostrando un video de los chicos en la playa. De tanto en tanto el video se congela para mostrar mejor a cada integrante  junto con datos personales.
-Dibujar, ¿Zayn dibuja?- Pensé.
¿Cuántas cosas de él no sabía? Creo que haber leído el libro no ayudo mucho en realidad.
La música empezó a sonar. Me había pasado todo el miércoles y el jueves escuchando canciones de ellos para no quedar muy descolocada. Si estaba en lo cierto la canción se llamaba Na Na Na.
Zayn salió a escena y mi corazón se paró. Llevaba unos pantalones blancos, una remera también blanca y una campera negra con una M roja.
Observé como Emma balbuceaba las primeras palabras de la canción. Ella tenía más experiencia en esto.  Yo no sabía la letra de los versos, pero me defendía bastante con el estribillo.
Las dos gritamos como locas junto con las otras directioners. Lo cierto es que eran muy buenos,  la música no estaba tan mal, me gustaban. Aunque obviamente no se lo diría a Zayn, no quiero alimentar más su ego.
Al principio intenté disimular la piel de gallina cada vez que él hacia un solo, ¿cómo es que nunca antes había notado la voz ten hermosa que tenía?
Más o menos a la mitad de la segunda canción me di cuenta de que Emma no se estaba fijando para nada en mí. Sólo tenía ojos para una persona, Liam.
Debes en cuando Zayn me guiñaba un ojo o me miraba disimuladamente para no levantar sospechas, en una ocasión Liam le tiro una beso a Emma que se puso totalmente colorada y provoco el grito de toda la audiencia.
En cierto momento  comenzaron a responder Tweets de la audiencia. Reí junto con Emma cada vez que hacían una locura. Tome nota mental para asegurarme de pedirle a Liam que me enseñara a hacer beatboxing como en el rap de Fresh Prince of Bel-Air.  
Así fue pasando el tiempo. Cuando cantaron Moments, escrita por uno de mis artistas favoritos, mi prima y yo casi perdemos la voz. Luego en  One Thing tiraron bolas de nieve y creo que hicieron vibrar el suelo con What Makes You Beautiful. El público se volvió loco.
Por fin el show termino. Nos quedamos en nuestros asientos viendo como el estadio se vaciaba. Luego de unos minutos que me parecieron eternos el mismo chico que nos había conducido en la entrada apareció.  Nos hizo un gesto con la mano para indicarnos que lo siguiéramos.
En silencio dimos la vuelta al estadio.
-¿Tenés idea de a dónde vamos? Le susurré a mi prima.
Ella negó con la cabeza.
Suspiré algo preocupada. ¿Y si alguna fan se daba cuenta? ¿Y si nos seguían?
-Relajate Amy, todo va a estar bien. Emma apoyó su mano en mi hombro.
Le dediqué una sonrisa torcida. Tenía razón, me estaba volviendo paranoica.
Finalmente nos detuvimos junto a una puerta negra algo oculta entre las sombras.  Sobre este un cartel brillante anunciaba ‘solo personal  autorizado’.
El chico sonrió mientras sostenía la puerta para que entráramos. –Que se diviertan.
Mi prima le dedico una sonrisa educada mientras yo me limité a seguirla con la vista clavada en el suelo.
¿Es que a él nada de todo esto le parecía extraño?
Una vez que cruzamos la puerta nos encontramos en un elegante pasillo. La gente iba y venía corriendo de un lado a otro. Si esto era así ahora que todo había terminado no quiero ni pensar en cómo debe ser durante el concierto.
Un carro lleno de perchas con diferentes cambios de ropa se dirigía a toda prisa en nuestra dirección. Una voz grito ‘muévanse’. En un acto reflejo Emma tiro de mí. El carro siguió su camino, una mujer rubia elegantemente vestida empujaba de él.  Antes de poder relajarnos otro carro lleno de comida cruzó el abarrotado pasillo.
-¡Niall ya conoces las reglas, nada de comida chatarra antes de cenar! Gritó el dueño del carro.
-Oh pero es solo un bocado, además no es como si después no pudiera seguir comiendo. Se quejó el chico rubio.
-Reglas son reglas.
Niall bufó. –Está bien. Por fin se percató de nuestra presencia. –Ah, hola chicas.
Emma le dedico una sonrisa divertida. –Hola Niall
Tenía el pelo mojado, posiblemente acababa de darse una ducha.
Yo me limité a dirigirle una media sonrisa nerviosa.
-¿Les gustó el concierto? Inquirió al mismo tiempo que nos hacía un gesto con la mano para que lo siguiésemos.
-Fue genial.  Respondimos ambas a coro.
Nuestro gruía rió antes de meterse en una puerta a la izquierda del pasillo. –Me alegro.
Ingresamos en una especie de sala de estar, había un par de sillones, una mesa café y sobre esta muchas botellas de agua mineral.
Niall se dejó caer en uno de los sillones más grandes. –Los chicos deben estar terminando de ducharse. Siéntense. Nos indicó dos sillones individuales junto a él.
Algo inseguras mi prima y yo obedecimos.
Luego de unos momentos de incómodo silencio el estómago de Niall rugió.
-¡Me estoy muriendo de hambre! Se quejó. -¿No tienen nada para comer de casualidad?
Me vi obligada a contener una carcajada mientras Emma negaba con la cabeza.
–Niall, no puedo creer que le estés regateando comida a las novias de tus amigos. Louis hizo su entrada al cuarto con una toalla en la cabeza. – Discúlpenlo chicas, los conciertos de verdad le abren el apetito.
-¿Los conciertos solamente? Comenté a modo de broma. Aunque me arrepentí casi al instante, ¿y si lo tomaban como un insulto?
-Esta chica es muy inteligente Niall, no te vio más de dos veces y ya te conoce. Harry apareció riendo y peinando su ondulado cabello.
Los demás, incluida Emma, se unieron a las risas.
Suspiré aliviada.
Los recién llegados tomaron asiento en el sillón con Niall. El chico rubio se quejo un poco al ver que lo obligaban a replegarse.
-Y bien… ¿van quedarse a cenar con nosotros? Preguntó  Louis.
Estábamos a punto de responder cuando Liam irrumpió en cuarto.
-Lamento decirte que Emma sale conmigo esta noche. Se acercó hasta donde estaba mi prima. -¿Cómo estás princesa? Añadió antes de darle un beso rápido y tierno en los labios.
Me revolví en mi asiento algo incómoda.
-Consíganse un cuarto. Bromeó Harry y todos reímos.
-Ustedes se lo pierden. Continuó el chico castaño. -¿Y vos Amy? ¿Te quedas con nosotros?
-Amy sale conmigo. Por fin Zayn entró en la sala de estar. Era el único de los cinco que llevaba el cabello seco y prolijamente peinado. Tal vez por eso había tardado más.
-Supongo que es noche de solteros entonces. Concluyó Niall.
Los otros dos asintieron.
-Que se diviertan. Dijo Liam tomando la mano de Emma y dirigiéndose a la puerta. –Nosotros nos vamos, tenemos reservaciones.
-Nos vemos. Respondimos todos a coro.
-Nosotros también nos vamos. Con cuidado Zayn tomó mi mano.
Asentí con la cabeza antes de dejarme arrastrar.
-Cuidado con lo que hacen ustedes dos. Nos amenazó Louis antes de que la puerta se cerrara.
Sentí como me ruborizaba. Zayn contuvo las ganas de reír.
-¿Qué vas a hacer?- lo interrogue preocupada al ver como sacaba un boul de la alacena de la cocina.
-Voy a cocinar pizza- Anuncio con voz de superioridad.
-¿Sabes cocinar?
-No, pero siempre hay una primera vez- Extendió las comisuras de los labios en una sonrisa.
Sentada en el desayunador observe como media la harina y el agua y los metía en el boul revolviendo con un cucharon.
-¿No es más fácil comprar algo que ya este hecho?- Sugerí
-¡No! Yo voy a hacer pizza y te va a encantar- Sentención.
Reí mientras él rompía unos huevos para meterlos en la mescla.
-¿Qué te causa tanta gracia?- Pregunto.
-Es que la masa de la pizza no lleva huevos- Rompí a reí nuevamente.
-¿No?
-Haber dame la receta- Zayn me paso un papel doblado por la mitad y mojado con agua. Despacio para que no se rompa lo abrí.
-200 gr de agua, 300gr de harina, ½ cucharadita de sal…. No, nada de huevos.
Zayn miro el engrudo del bol y luego a mí. Dudo unos minutos y luego habló. - Ok, vamos a comprar cómoda china.
-¡Si ¡- Celebre luego de mi victoria.
El cocinero puso los ojos en blanco mientras tiraba la masa en el basurero para después lavarse las manos. 
Tomo mi mano y nos dirigimos a la puerta pero antes de salir tomo un paraguas negro.
-¿Para qué el paraguas?
-Porque va a llover y no quiero que te enfermes.
-Ya tengo un papá y me sé cuidar sola- Le aseguré.
-Cierto, mi suegro, ¿dijo algo acerca de mí?
Arqueé las cejas.
Zayn rió y luego besó mi frente.
El chico del jopo  tenía razón apenas pusimos un pie fuera del edificio comenzó a llover. Abrió el paraguas negro mientras caminábamos hacia el restaurante de comida china.
Comencé a temblar, mi remera mangas cortas no era muy adecuada para protegerme del frío.
-¿Tenés frio?- Se preocupó.
-Ssssi- Mis dientes comenzaron a chasquear.
Zayn rodeo mis con hombros con su brazo libre para que entre en calor- ¿Mejor?
Asentí. El simple hecho de tenerlo cerca hacía que la temperatura aumentara.
Lo normal hubiera sido seguir caminando pero nos quedamos duros en nuestro lugar. Me tomo de la barbilla levantándome la cabeza para poder ver mis ojos. Sin darme cuenta me acerque más a él. Zayn también comenzó a acercarse dejando nuestros labios a unos pocos centímetros.
Un diluvio caía sobre nosotros mientras nos besábamos, pero esta vez era un beso de verdad. Rodeé su cuello con mis manos y él hizo lo mismo en mi cintura con un brazo mientas que con el otro sostenía el paraguas para no mojarnos. Me separe un poco para poder respirar.
-Estás temblando- Susurro, seguíamos estando muy cerca- Apurémonos no quiero que te resfríes- Dijo separándose y tomando nuevamente mi mano para luego correr hacia el local que estaba cruzando la acera.
Compramos la comida y volvimos en un minuto.
Cuando llegamos al departamento Zayn fue a su habitación para buscar dos toallas, aunque el paraguas nos había salvado bastante de la lluvia estábamos un poco mojados.
-Toma- Dijo extendiéndome una.
-Gracias- Conteste mientras la tomaba y comenzaba secarme.
-Si hubieras traído una campera no habrías pasado tanto frío. Me regañó.
- Hablando de camperas… creo que me voy a quedar con la roja- Me senté en una banqueta frente al desayunador.
Zayn rió- Esta bien, te la regalo, así no te olvidas de mí.
Estaba a punto de reprocharle cuando se acercó a mí con sigilo y volvió a besarme.
-¿Va a ser así de ahora en adelante? Inquirí.
Él me miró extrañado.- ¿Así cómo?
-Vas a besarme cada vez que quieras callarme.
-Este… Puso cara pensativa y luego volvió a besarme. –Sí.
Puse los ojos en blanco.-Idiota.
-Un idiota que te ama. Respondió con toda sinceridad.
Olvidándome de todo le dedique una amplia sonrisa.- ¿Qué dijiste?
-Que te amo. Reiteró sin vacilar.
Me le quedé mirando sin saber que decir. Lentamente Zayn tomó mi mano y la apretó contra la suya. Acercó su rostro al mío para volver a hablar pero lo detuve con un beso rápido.
Después de comer,  y de que él  me robe uno que otro beso,  nos sentamos en el sillón para ver la televisión. Creo que iban a dar la repetición de la entrevista en Irlanda.
Me acurruque a su lado y en silencio observamos la tele.
El programa empezó pero para ser sincera no le presté la más mínima atención. No podía concentrarme en otra cosa que no fuera el chico junto a mí. El mismo que despertó a mi corazón y lo enamoro, el mismo que me hizo sentir tan viva como nunca antes me había sentido. Él, Zayn Malik. Mi Zayn.


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Final Segunda Parte

Capítulo 23


-¿Amy que te pasa?- Pregunto mi amiga colorada, su cara demostraba sorpresa- ¿Acaso te gusta  Zayn? ¡No me digas que ahora sos Directioner!  Su voz denotaba felicidad.
Emma comenzó a reír como una desquiciada.
Sinceramente no veo lo gracioso en todo esto. ¿Qué se le paso por la cabeza a Zayn hacer lo que hizo? y ¿quién es esa tal Perrie con la cual tiene una supuesta relación? ¿Me lo habrá ocultado o será otro mal entendido? Decidí no sacar conclusiones por adelantado, ya tuve bastantes problemas por eso antes.
-¿Qué?,  ¡No!- Dije cuando logre separarme de mis pensamientos- Es solo que me sonó conocida y…- Dude, no soy muy buena mintiendo- Y quería saber quién era, nada más.
-¿Y por eso  gritaste como una loca?
Desde su lugar mi prima rompió a reír más fuerte.
-Em… ¿Si? Intenté sonar convincente pero fue en vano.
Lucy sopeso mi respuesta y luego asintió de mala gana. Estaba salvada…  al menos por ahora.
-Bueno- Ahora la que hablaba era Emma, recuperándose de su ataque de risa- Ahora nunca vamos a saber lo que respondió Zayn.
De pronto caí en la cuenta, ¿qué es lo que Zayn contesto al conductor? ¿Habrá confirmado su romance con Perrie o lo habrá negado? ¿Revelo nuestro algo más que amigos o se limitó a no dar detalles como Liam?, i¿Por qué no presté atención al programa?!
 La desesperación se apodero de mí, trate de controlarme para que no levantar más sospechas, pero debía averiguar quién era esta chica y más importante que había respondido Zayn en la entrevista.
Volví  a sentarme para seguir viendo el programa, decidida a no perderme nada más, mientras mis amigas me miraban expectantes, pero los chicos ya se estaban despidiendo y el conductor  anuncio los comerciales. Lo último que vi fue la cara sonriente del chico del jopo que tanto me confundía.
Suspire resignada, por el rabillo del ojo mire a Lucy y a Emma. O bien era malísimas disimulando o no les importaba que yo lo notara, no dejaban de mirarme como si fuera un bicho raro.
Entonces Emma rompió el incómodo silencio- ¿Quién es Perrie?- Pregunto dirigiéndose a Lucy.
Ella seguía mirándome cuando por fin hablo- Perrie es cantante, tiene una banda llamada Little Mix pero no veo porque te suena conocida su música no es para nada de tu estilo.
-Puede que yo se la haya nombrado- Mi prima intentó atraer su atención- A mí también me suena conocida.
Hice una mueca de agradecimiento hacia Emma antes de contestar – Si, creo que vos me contaste.
Lucy dudo unos minutos pero luego su expresión volvió a la normalidad. Tuvimos mucha suerte, no es fácil engañar a la colorada.
-También pude haberla nombrado yo, es que digo tantas cosas que a veces me olvido de lo que les cuento. Una media sonrisa se asomó en su rostro.
Permanecimos en silencio unos minutos más hasta que el celular de nuestra amiga comenzó a sonar.
Luego de una rápida conversación con quién creo debe haber sido su madre, corto
- Será mejor que vuelva a casa, ya es tarde. Se puso de pie para tomar su bandolera
-Sí, yo también debería irme. Convine.
Ambas nos dispusimos a salir del departamento cuando Emma me detuvo.
-Amy, en realidad necesito tu ayuda con… Meditó unos minutos, estaba mintiendo, se le notaba. –La tarea.
Arqueé una ceja para darle a entender que su excusa era demasiado débil.
Lucy ladeo la cabeza. - ¿Te quedas?
–Creo que puedo quedarme un rato más, no es como si viviera lejos.
Mi prima sonrió.
- Nos vemos mañana entonces- Sonrió como siempre lo hace antes de caminar a la puerta e irse.
La observé marcharse con culpa, ¿cómo soportaba Emma mentirnos así?
Tan pronto como estuvimos solas el interrogatorio comenzó.
-¿Celosa?- Pregunto Emma.
-¿Disculpa?- Me hice la desentendida. - ¿No necesitabas ayuda con tu tarea?
-Sabes que no quise que te quedaras para eso. Puso los ojos en blanco- ¿Te pusiste celosa cuando el conductor relaciono a esa tal Perrie con Zayn?
-Pff, no- Mentí. Esto se me está haciendo una costumbre.
-Si claro- Respondió imitando mi tono sarcástico habitual- ¡Amy no me mientas!
Bufé- Esta bien, puede que me molestara… un poco
Emma sonrió de oreja a oreja- ¡Ja! ¡Yo sabía!
-¿Entonces si sabias para que me preguntas?
-Porque quería que lo dijeras en voz alta. De repente divise en su cara preocupación. -No te vas a enojar con Zayn por esto ¿No?- Pregunto dudosa.
- Sí, bueno, no, no sé, es que estoy confundida- Trataba de procesar en mi cabeza todo lo sucedido pero no lograba pensar con claridad- ¿Vos crees que tenga algo con esa chica?
Negó con la cabeza-No creo pero… Me miro con cara traviesa. -  ¿Por qué no lo llamas para averiguarlo?
-No lo sé- La verdad es que no me animaba a enfrentarme con él aunque sea por teléfono.
-Tenés que llamarlo, es la única manera de terminar con tus dudas- Insistió.
Emma tenía razón, ya había tenido bastantes problemas por desconfiar de Zayn sin antes hablar con él, pero tenía mucho miedo de que todo sea cierto y tener que confirmar mis sospechas. ¿Por qué me importaba tanto?
Mi prima continuaba mirándome, expectante, intentando leer mis pensamientos.
Si éramos amigos ¿por qué la idea de verlo con alguien más me molestaba tanto?
Amy Scott, estás enamorada. Me acuso mi subconsciente.
Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos.
-¿Y bien? Inquirió nerviosa.
Suspiré frustrada, sólo había una forma de terminar con todo esto.
-Voy a llamarlo- Sentencie.
Emma extendió su mano para alcanzarme el mi teléfono que estaba sobre el sillón. Con demasiada lentitud, para la paciencia de mi prima, lo tome.
Dudosa busque el nombre de Zayn en la lista de contactos. Observe el numero por un largo rato, no me atrevía a llamarlo diga lo que diga estaba muy nerviosa.
-Dame eso- Dijo Emma impaciente sacándome el móvil de la mano y llamando a Zayn por mí.
-¡Emma!- La regañe. Ella puso su mejor cara de inocencia y me entrego nuevamente el teléfono.
Un tono, después el otro. No contestaba, ¿qué estaba haciendo?, ¿hablando con Perrie? Justo cuando iba a colgar arrepentida, atendió.
-¿Amy?- Pregunto.
-Hola Zayn- Dije algo nerviosa.
-¿Qué paso?- Se notaba que estaba sorprendido. No suelo llamarlo muy seguido.
-Nada- Trate de relajarme- ¿Por qué tendría que pasar algo?
-No sé, tal vez porque me estas llamando.
Trate de reír pero soné algo desquiciada así que lo deje.
-Entonces si no pasó nada malo ¿Cuál es la razón de tu llamada?
-Bueno yo…. ¿por qué debería tener un motivo?  Vos te la pasas llamándome- Mentí.
-Claro. Como era de esperarse no se creyó mi débil excusa. –Ahora enserio, ¿qué pasa?
Rebusqué en mi mente. -¿Qué tal tu día?
Emma que hasta el momento escuchaba atenta la conversación me echo una mira amenazadora.
 Note que él se relajaba y comenzaba a relatarme su día pero yo no prestaba atención.  
¡Dejá de darle vueltas al asunto Scott!
¿Acaso esperaba una acusación o un reproche de mi parte? ¿Se abra relajado al creer que no vi el programa? ¿Sera verdad lo de su relación con esa cantante? No veo porque no estaría con ella si es famosa, talentosa y de seguro más linda que yo.
Emma chasqueo los dedos frente a mí para hacerme reaccionar. Del otro lado del teléfono Zayn me llamaba.
-¿Es cierto lo de Perrie y vos?- Grite. Mi prima cayó al piso asustada por mi repentina reacción.
Zayn comenzó a reír en mi oído. Definitivamente no esperaba esa reacción de su parte.
-¿De qué te reis?- Exigí saber.
-Es que – No podía hablar a cause de su risa. Parecía que le hubiera contado un chiste muy bueno
De haberlo tenido frente a mí lo hubiera golpeado.
- ¿Estas celosa?- Pregunto agarrándome totalmente desprevenida.
-No, ¿Porque iba a estar celosa? Solamente quería saber si era cierto o no- Fingí desinterés.
-Y eso explica que haya perdido la audición de un oído por tu grito.
-Es solamente intriga. Insistí.
-Si claro- Suspiro- No.
-¿No qué? Lo interrogué como si fuera un criminal.
Volvió a reír- No sé qué escuchaste pero no es cierto lo de Perrie y yo, somos solamente amigos- Espero que yo hablara pero estaba demasiado ocupada procesando la información reciente. Si no está con Perrie porque….
-¡Entonces porque no levantaste la mano cuando preguntaron quienes estaban solteros!- Le reproche.
La risa se detuvo de repente. –Porque no lo estoy.
Sentí que el corazón me daba un vuelco, ¿a dónde quería llegar con todo eso?- ¿No lo estás?
-No, bueno, depende,  ¿vos estás soltera?
-Yo… Titubeé en contra de mi voluntad.
Él aguardo paciente mi respuesta.
-¡Yo soy la que hace las preguntas acá! Me quejé en un intento por desviar el tema de conversación.
Zayn suspiró. –Creí que sería divertido ver tu cara ¿te filmaron?
-No fue nada gracioso. Contesté ofendida-
Su alegría volvió- Fue muy gracioso, por lo menos para mí.
-Bueno para mí no- Dije pero no pude evitar reír. De pronto me acorde de que estaba en casa de Emma y que ya era muy tarde.
-Zayn es tarde y yo todavía estoy de Emma hablamos mañana ¿si?
-Ok, que duermas bien hermosa.
-No me digas así. Puse los ojos en blanco pero no pude evitar sonrojarme. Emma suprimió una risa. –Igualmente. Añadí con un hilo de voz antes de cortar.
 -¿Y bien? ¿Qué te dijo?- me interrogo mi prima que parecía muy emocionada.
….
-¿Amy podrías apurarte con el Frapuccino para la mesa 8 por favor? Me regaña mi supervisor desde la otra punta del local
Le lanzo una mirada furiosa mientras sigo peleando con la máquina de expresos.  Me froto los ojos con las palmas de las manos. Eso es lo que me gano por no dormir.
Luego de contarle un relato de mi conversación con Zayn a mi prima volví a casa para ducharme, cenar algo y dirigirme directo a la cama. Aunque no pude pegar un ojo.  Me pase la noche soñando con jopos y camperas de beisbol.
-Ya está el de la mesa 8. Grité para que Jake pudiera oírme y volví a concentrarme en los demás pedidos.
Por suerte ni Lucy ni Emma habían vuelto a tocar el tema ‘Perrie Edwards’ en la escuela. Estaba demasiado cansada para lidiar con eso.
Kurt interrumpe mis pensamientos-Un  Latte para la 2 Amy.
Suspiro agotada para darle a entender que lo escuche.
Hoy tenemos un día especialmente ajetreado en el trabajo. Es raro ver tanto movimiento un martes en primavera. Pero en el fondo estoy agradecida. Así puedo mantener  mi mente ocupada y evito pensar en cierta persona cuyo nombre empieza con Z.
Por el rabillo del ojo miro el reloj, 15 minutos más y mi jornada estará completa.
Suprimo un bostezo y coloco el último pedido sobre la barra. El cliente de la mesa dos, una chica rubia, alta vestida con ropa extravagante me dedica una sonrisa educada antes de tomar su vaso.
Me pregunto si ella será así, Perrie. Aunque confío en que Zayn me dijo la verdad. No puedo evitar pensar en cómo se verá ella, es cantante, posiblemente debe estar arreglada las 24 horas del día, vestida con ropa a la moda. Simpática, agradable. Todo lo que yo definitivamente no soy.
Con desgano tomo el trapo para limpiar las mesas que se van vaciando de a poco.
Mi compañero intenta detenerme, hoy es tu turno de lidiar con esa tarea.
-Está bien Kurt, me podés devolver el favor otro día. Digo y no espero su respuesta.
Para cuando termino de limpiar ya es hora de marcharnos.
Tomo mis cosas y salgo.
Afuera está caluroso, demasiado, húmedo, diviso un par de nubes en el cielo, va a llover, ¿cuándo no?
Arrastro los pies hasta el edificio donde vivo. Lo mismo hago hasta entrar en casa.
Mamá me espera sentada en el sillón. La saludo con una media sonrisa antes de meterme en el cuarto de baño. Necesito una ducha urgente.
No es hasta después de cenar que reviso mi celular. Un mensaje de texto de Emma y otro de Lucy. Tipeo respuestas rápidas para ellas. Continúo revisando. 5 llamadas pérdidas de Zayn.
-Genial, ahora sí que se debe haber enojado. Monologué.
Tomo una gran bocanada de aire antes de pulsar el botón verde.
Contesta al primer tono, lo que me hace pensar que estaba esperando mi llamada.
-¡Al fin! Ya comenzaba a preocuparme. Me regaño.
Me tiro en la cama. –Estaba trabajando.
-¿Estás bien? Suavizó un poco su tono de voz. –Sonas cansada.
Bostezo. –Anoche no dormí bien. No  es nada.
-¿Segura que no puedo ayudar?
Podrías dejar de usurpar mi mente.
-No, está bien, con una buena noche de sueño se me pasa- Insisto.
-Es porque me extrañas.
Pongo los ojos en blanco. –Pff, claro.
-Yo te extraño. Comenta con un deje de nerviosismo.
Sonrío al mismo tiempo que siento como mis ojos se van cerrando.
-Amy… -Zayn me interrumpe justo a tiempo. –Hay algo de lo que quiero hablarte.
-¿Qué pasa? Inquiero con voz apagada por el sueño.
Traga saliva. –Es sobre nuestra cita del viernes…
-No te voy a cancelar Zayn, podes estar tranquilo- Intento tranquilizarlo.
Suprime una risa. –No es eso, es que hay un concierto ese mismo día…
Automáticamente después de oír eso me despabilo. –Ah…  si estás ocupado entonces…
-¡No! Se apresuro a interrumpirme. –Quiero que vengas, es el Itunes Festival, Liam ya invito a Emma esta tarde, así que no estarías sola… Comenzó a hablar más rápido debido a su nerviosismo.
Algo más calmada vuelvo a apoyar la cabeza en la almohada. –Está bien. Respondo sin pensar.
Él detiene su cháchara. -¿De verdad?
Otro bostezo. –Ajá.
-Genial. Suspira como si hubiera estado conteniendo el aire. –Nos vemos el viernes entonces.
-Nos vemos-Conteste con un hilo de voz.
Zayn ríe al otro lado. –Que descanses Bella Durmiente.
Cuelga antes de que pueda replicar su broma. 
Estiro la mano para colocar el móvil sobre la mesita de luz.
Estoy a punto de dormirme cuando mamá irrumpe en mi cuarto.
-Amy, ¿ya estás dormida?
Hago un esfuerzo sobre humano para no gritarle. –No má, ¿qué necesitas?
Está asomada a la puerta. –Es que escuché un ruido, ¿con quién hablabas?
Escondo la cabeza entre las sábanas. –Era Zayn.
Mamá sonríe. – ¿Qué dijo?
Le dedico una mirada asesina. –Nada.
Me mira con ojos suplicantes. Es igual a Emma ¿es qué soy la única de la familia que conoce el significado de la palabra privacidad?
Consciente de que no va a dejar de molestarme hasta escuchar una respuesta decido hablar. –Me invitó a salir, el viernes. ¿Puedo dormir ahora?
Se acerca para arroparme y me besa en la mejilla. –Buenas noches hija.
-Buenas noches má.
Cerré los ojos e inmediatamente caí en la inconciencia soñando con música, fans gritando y el chico del jopo que tanto me vuelve loca.

13 feb 2013

M A R A T Ó N

Nos pusimos cursis con todo esto de San Valentín dando vueltas, así que decidimos hacer una mini maratón de dos capítulos este 14 de Febrero -sé lo que están pensando, ¿dos capítulos?, ¿nada más?, ¿qué hacen que no escriben?- peeero, nos está llevando más tiempo del que pensábamos, además con estos capítulos quedaría terminada la Segunda Parte de la historia y nos gusta hacerlas esperar un poco. El Domingo empezaríamos a publicar la Tercera Parte :)

Todavía no decidimos la hora, pero vamos a avisar por nuestro Facebook,  si son de ese 0,1% de la población que no usa Facebook  pueden seguir el Blog -fijense que al costado de la página aparece la opción -

9 feb 2013

Capítulo 22


¿Qué hacia papá acá? ¿Cuándo llego? ¿Por qué mamá no me dijo nada?
Eso no es importante ahora Amy, concéntrate.
-¿Cuándo llegaste?-  Inquirí pero note que no estaba prestándome atención, observaba muy entretenido  a mi compañero del mechón rubio en el pelo.
En mi cabeza visualicé todas las preguntas que se estaría haciendo.
-Ah, sí- Trate de distraerlo para que me mirara- Él es Zayn, un…. amigo- Esboce una sonrisa falsa.
-Encantado de conocerlo señor Scott- Sonrió y sentí como mis piernas comenzaban a parecer gelatina. Moví la cabeza para recuperarme.
-El gusto es mío Zayn- Papá también sonrió. Creo que le cayó bien, o eso espero. En realidad es difícil saberlo con él, es menos expresivo que yo.
-Bueno ¿No quieren pasar todos adentro a si charlamos tranquilos mientras tomamos un café?- Se escuche la vos de mamá que hablaba desde adentro, parecía que también estaba nerviosa.
Papá siempre fue un hombre muy sobreprotector para conmigo. Tuvo suerte de que yo no sea una chica que le guste mucho salir.
-Tenés razón Stella, ¿Nos acompañas Zayn?- Pregunto a mi amigo.
Contuve las ganas de gritarles -Zayn tiene que irse.
Busque en él un atisbo de nerviosismo o incluso miedo pero se veía muy relajado.
-Se lo agradezco pero mañana tengo que viajar temprano- Dijo aun con su sonrisa en la cara, luego volvió su mirada hacia mí- Nos vemos Amy.
 Cuando se acercó para besar mi mejilla casi le estampo una cachetada, su proximidad me altera y no puedo manejar tantas emociones juntas, no con mis padres mirándonos.
- Y acordate lo que prometiste- Susurró en mi oído. Me sentí temblar.
Mierda, Zayn, esta me la vas a pagar.
Él ya  estaba llegando al ascensor cuando reaccione
- Suerte en el viaje- Grite para que me oyera, se limitó a sonreír mientras las puertas del ascensor se cerraban frente a él.
Mi cuerpo se relajó al instante y me acorde de que papá estaba allí. Con demasiada lentitud gire para ver su reacción pero no puede adivinar que expresaba su cara.
-Vamos a dentro- Sentenció con una voz que me resultó demasiado amenazante.
Asentí con la cabeza y lo seguí.
Papá tenía la mirada puesta en mí y parecía que trataba de descifrar algo. Me ponía muy nerviosa pero trate de ignorarlo y disfrutar de su visita tan inesperada.
-Voy a hacer los cafés- Dijo mamá mientras se escabullía en la cocina.
-Cobarde- Susurre.
-¿Dijiste algo?
-No, nada- Mentí y sonreí, él  me devolvió la sonrisa.
-Entonces- Tardo un rato en seguir hablado y me preocupe- ¿Cuánto hace que se conocen?
-¿Quiénes? ¿Zayn y yo?- Trate de parecer indiferente.
-Sí, tu amigo y vos.
-No sé, creo que hace un mes o un poco menos- La verdad es que no había pensado en eso.
-Y ¿Dónde lo conociste? – Segura de que la respuesta ‘de la vida’ no funcionaría como con mi madre le otorgué un relato más detallado.
-En una librería- Respondí y recordé el libro de tapa verde manchado con barro, ¿cómo es que todo se volvió tan complicado después de eso?
Llevo sus dedos a la barbilla mientras analizaba algo. A lo mejor estaría pensando nuevas preguntas para hacerme o tratando de averiguar que hay entre Zayn y yo.
-El café ya está listo- Dijo mamá que estaba asomada en la puerta de la cocina. Agradecí su interrupción. Ambos la seguimos a la cocina.
-¿Cuándo llegaste papá?- Le pregunte cuando ya todos estábamos sentados a la mesa tomando nuestros café.
-A las 8:30- Respondió mientras daba un sorbo a su taza.
-Te iba a decir que venía pero te estabas yendo cuando me acorde y se te veía tan feliz con Zayn que decidí no molestarte- Casi me ahogo con el café.
-¿Salir? ¿Feliz? ¿Tuvieron una cita? ¿No eran amigos?- Me fulminó con la mirada, a qué no adivinan de qué lado de la familia viene esa costumbre
Puse los ojos en blanco, de todas formas a mí me sale mejor ser escéptica- Somos amigos y no era una cita.
-Pero…-  Papá quiso replicarme cuando mamá lo detuvo.
- ¡George!- Podes dejar de interrogar a Amy, ya es grande y cuando encuentre a alguien que le guste nosotros lo vamos a aceptar de buen agrado- Se acomodó de nuevo en el asiento. Ambos nos la quedamos mirando estupefactos, sin el valor para contradecirla, ella nunca se comporta así, es la ‘simpática’, pero también tiene su carácter.
-Lo siento Amy-  Wow, es increíble lo que mamá puede lograr. - Ya sabes que soy algo sobreprotector, no pretendía incomodarte- Se disculpó.
-Está bien papá, no pasa nada- Los dos nos revolvimos incómodos, mientras mamá nos escudriñaba con la mirada. Una vez segura de que ya no pretendíamos discutir se relajó y agregó un cubo de azúcar a su taza.
Ni papá ni yo somos muy cariñosos,  esa es una de las cuantas cosas en la que nos parecemos. Físicamente tengo el cabello ondulado de mamá, sus ojos verdes y según afirma Emma, su sonrisa –aunque no creo que la haya visto demasiadas veces. Con respecto a mi progenitor, tengo su cabello negro azabache, además de esta cariñosa, simpática y amigable personalidad.
Terminamos nuestro café en silencio, hasta que papá se levanto de su asiento.
-Es tarde y tuve un viaje largo, será mejor que me vaya a dormir y vos también Amy, mañana hay escuela
Contuve las ganas de hacer un comentario del tipo ‘si papá, gracias por recordarme mi horario’ y me limité a asentir con la cabeza.
-Paso a buscarte mañana por la escuela para ir a almorzar. Me beso en la frente, como hace siempre desde que tengo uso de razón. Es un buen padre después de todo, se las arregla como puede con las distancias y el trabajo. Le dediqué una sonrisa auténtica.
Finalmente se despidió de mamá y se fue.
Cerré los ojos y  suspiré aliviada.
-Ya paso, ya paso.- Monologué.
-Que linda campera- Comentó mi madre mientras ingresaba a la cocina.
Sentí como el calor subía por mis mejillas. –Yo, este…
-Ese amigo tuyo es verdaderamente muy considerado.- Agregó entre risas.
-Se la voy a devolver- Alegué en mi defensa antes de desaparecer en mi habitación. Por suerte papá no tiene ni idea de la ropa que uso.
 Luego de tomarme un baño de agua tibia me acosté y me quede profundamente dormida.
-¿Y? ¿Cómo estuvo? Mi prima no alcanzó a entrar al aula de clases para iniciar su interrogatorio.
-¡Sh! La mande a callar casi al instante, Lucy podría llegar en cualquier momento.
-Oh, no podes ser así, ¡quiero saber!
Revoleé los ojos. –Fuimos al bowling, se puso una peluca ridícula con la que sentía que todos nos miraban…
Emma me interrumpió con sus risas, como si recordara algo, ¿Liam usará pelucas también para salir con ella? –Perdón, seguí contando…
Me dispuse a continuar pero Lucy nos interrumpió.
-¡Amy Scott! ¡Cómo es eso de que tuviste una cita y no me contaste!- Grito como si estuviéramos solas en el salón.
-¡Sh!- La callamos al mismo tiempo.
-Perdón- Dijo mientras se sentaba en el asiento continuo al de Emma- Es que no puedo creer que no me hayas dicho nada.
-Lucy ya sabes cómo es Amy con estas cosas- Me defendió mi prima- Pero ahora me estaba contando que hicieron así que llegaste a tiempo- La fulmine con la mirada. Así que le contó, de esta no se va a salvar.
-¿Y bien?- Me animo Lucy para que continuara pero justo llego el profesor, esbocé una sonrisa de satisfacción.
-No cantes victoria- Lucy me fulmino con la mira, esas suyas que de verdad dan miedo. Puse los ojos en blanco y di media vuelta para prestarle atención al profesor que ahora pasaba a ser mi favorito.
Trate de evadir el tema el máximo tiempo posible pero, estábamos hablando de Lucy, a ella no se le escapa nada.
-Amy apúrate a contarnos ahora que estamos en el recreo- Comenzó, estaba muy emocionada y no entiendia que tan interesante podia ser una cita mía.
Suspire resignada, no voy a poder escaparme a sus interrogatorios por mucho tiempo, es mejor terminar con esto rápido.
-Como le decía a Emma…- Le conté toda la cita sin dar muchos detalles ni revelar la identidad de mi acompañante pero Lucy parecía satisfecha y contenta al igual que Emma.
El resto de la mañana pasó rápido y como lo prometió, papá vino a buscarme al terminar las clases para ir a almorzar.
Papá no era un hombre de muchas palabras, como yo, así nuestra única conversación en el transcurso del viaje de la escuela al restaurante fue -Hola, ¿Cómo estuvo la escuela?, -Bien, por suerte. Y eso fue todo.
Me senté en la mesa de mantel blanco frente a papá. Estábamos en un restaurarte muy fino llamado Skylon. Se ve que le va bien en el trabajo porque el lugar parecía muy caro.
Llego el mozo y  pedimos nuestra comida, yo el Kids Menu, era el único cuyos ingredientes entendía,  mientras que papá pidió Skylon Grill Menu.
El mesero se fue, parecía bastante mayor, de unos veinti tantos, no creo que contraten adolescentes como en Starbucks, aunque tampoco me interesaría trabajar en un lugar como este. Mi uniforme ya es bastante malo, no me imagino con uno de esos pulcros trajes.
Papá se aclaró su garganta y me sacó de mis pensamientos.
Mi cuerpo se tensó, iba a volver a interrogarme sobre Zayn, estaba segura, sin mamá cerca no había nada que lo detuviera.
Tranquila Amy, respira. Intenté concentrarme.
-Estuve hablando con los padres de Kirsten- Comentó mientras tomaba uno de los grisines de la canasta.
Lo miré extrañada, ¿de eso vamos a hablar? ¿De Kirsten? –Me contó que entró en una academia de danza en Londres, parecía muy emocionada.
Asentí con la cabeza. –Comienza sus clases en Julio- Se detuvo para mirarme directamente a los ojos. –Hay algo que quiero pedirte.
Guardó silencio cuando el camarero apareció con nuestra orden, tan pronto como se fue vertí un poco de mi Sprite en el vaso y le di un gran sorbo.
-¿Qué favor?- Inquirí.
-Los padres de Kirsten fueron muy amables conmigo cuando me mudé, hasta se ofrecieron a ayudarme con el idioma- Comenzó a comer su bife.
Yo me limité a mirarlo. -¿A dónde querés llegar con todo esto?
-Quiero que ayudes a Kirsten a integrase, sus padres no están muy convencidos de dejarla hacer este viaje, yo les prometí que vos ibas a mostrarle la cuidad, podrías presentárselas a Emma y esa otra amiga tuya Lucy…
-Básicamente querés que haga de guía turística y le presente gente- Lo interrumpí.
Suspiró. –Algo así.
Me encogí de hombros y volví a concentrarme en mi comida. –No hacía falta que me lo dijeras, ella me cae bien de todas formas.
-Sólo me estaba asegurando.
El resto del almuerzo transcurrió tranquilo, hablamos de Kirsten un tiempo más antes de pasar a los temas típicos,  al parecer a papá e estaba yendo bien en su trabajo, arreglamos los detalles de mi próxima visita que sería en vacaciones de verano. Me pregunto qué haría Zayn si le digo que me voy a Alemania por dos meses, ¿se aparecería en casa de mi padre? No hay balcón ahí.  Rápidamente alejo eso pensamientos de mi cabeza,  no sea cosa que papá sospeche.
Por suerte el tema ‘tu amigo de anoche’ no sale a colación, lo que agradezco, creo que intenta darme mi espacio. O tal vez mamá llamó amenazándolo en la mañana ¿quién sabe?
Antes de darme cuenta estoy en la puerta de mi departamento despidiéndome de él.
-Perdón que mi visita sea tan corta pero es sólo un viaje de negocios  y tengo que estar de vuelta en casa para trabajar mañana.
-Está bien papá, ya vamos a tener tiempo para ponernos al día en las vacaciones. Digo e intento creerme que es verdad, que no va a estar demasiado ocupado para ese entonces.
Él sonrió y lo tome como una promesa. –Mandale saludos a tu mamá. Me da su típico beso en la frente antes de marcharse
Me quedo mirándolo caminar hasta el ascensor.
-Y Amy... con respecto a ese chico…
Pongo con los ojos en blanco ¿no podía dejarlo pasar? –Nos vemos papá.
Frunce el ceño. –Si te hace algo lo mato.
¿Qué era mi padre o mi hermano mayor? –Le voy a decir que lo tenga en cuenta.
-Confió en que sea así. Se sube al elevador y desaparece de mi vista.
Tomo una gran bocanada de aire y me meto en mi departamento.
Era más tarde lo que pensaba, faltaba solo una hora para que tuviera que ir a trabajar. Sólo una hora antes de tener que enfrentarme Kurt, ¿me hablaría siquiera? Me cambio y reviso en móvil antes de salir. Como era de esperarse hay un mensaje de Zayn diciendo que se encuentra en Irlanda, menciona un show de televisión, The Late algo. Tipeo una respuesta rápida y le recuerdo que no podrá usar el teléfono hasta que termine mi turno.
Cuando entro en Starbucks el aire frío me golpea la cara. La proximidad del verano cada vez se nota más, cada día me parece un poco más caluroso. Me ubico en mi lugar y busco a Kurt con la mirada.
Está junto a la caja, como siempre. Me mira con el rabillo del ojo y me dedica una media sonrisa.
Desconcertada se la devuelvo. ¿No me odia?
Los primeros clientes entran por lo que no podemos hablar. Jake no tarda demasiado en desaparecer y dejarnos solos con todo el trabajo.
Es casi hora de irnos cuando por fin tenemos un momento de tranquilidad. Lentamente me siento en una de las mesas vacías. Aprovechando que nuestro supervisor no nos ve Kurt hace lo mismo.
-Hola. Dice tímidamente.
-Hola.
Se acomoda de rubia cabellera.
-¿Me odias? Pregunto.
Él niega con la cabeza. –El sábado creo que si te odie un poquito, pero para el domingo ya estaba más calmado.
-Perdón. Es lo único que logro decir.
-Está bien Amy, no te tortures tanto.
Voy a contestar cuando nos interrumpen.
-¿Quién les dio permiso para tomarse un recreo?
Le lanzo una mirada asesina a Jake.
Kurt ríe y revolea los ojos. –Te toca limpiar las mesas. Añade lanzándome el trapo que apesta a cloro.
Lo tomo y le devuelvo la sonrisa. Las cosas vuelven a ser normales entre nosotros. Ya estamos bien.
Llego a casa ya más relajada. Abro la puerta y saludo a mamá pero otra voz me contesta.
-Tu mamá se fue al súper. Dice Lucy sentada en mi sillón.
-¡Lucy! Contengo las ganas de gritar. –Casi me muero del susto.
-Soy fea pero tampoco para tanto. Bromea.
La miro con cara de pocos amigos. –No seas tonta, ¿qué haces sentada ahí?
-Vengo a buscarte para ir de Emma, ¿no leíste mi mensaje?
Tomo el móvil de mi mochila. –Estaba trabajando, no puedo usar el teléfono.
Mi amiga suspira. -Ese supervisor tuyo es un pesado.
-No tenés ni idea. Convengo. -¿Mi mamá te dejo sola?
-Ajá, insistí en quedarme, es la única forma de sacarte de tu casa.
-Algunos de nosotros trabajamos y estamos cansados. Espeté.
-Claro. Responde sarcástica. –Vamos, se nos hace tarde. Añade antes de tomarme de la mano y arrastrarme fuera del apartamento.
-¿Tarde para qué? Pregunto pero no responde.
Mi prima nos espera con la televisión prendida y un montón de snacks repartidos sobre la mesa. ¿Cuándo planearon todo eso y yo no me enteré?
-¿Ya empezó? ¿Nos perdimos de algo? La interroga Lucy desesperada.
Emma ríe. –No, faltan unos minutos todavía, están en comerciales.
La chica colorada suspira aliviada y se deja caer en el sillón.
-¿Tarde para qué? Inquiero.
-Para ver The Late Late Show, con One Direction de invitados especiales. La cara de mi amiga colorada se ilumina.
-Adivino, ¿no leíste tus mensajes? Me acusa mi prima.
Me encojo de hombros recordando el mensaje de Zayn. –Estuve… ocupada.
-Me imagino con quién. Susurra y la fulmino con la mirada. Luego,  me recuesto con la cabeza colgando de uno de los sillones individuales.
El programa empieza. Lucy hace sus mayores esfuerzos por intentar controlarse, aunque no es muy buena en eso. Emma y yo nos miramos de tanto en tanto, si nuestra amiga supiera con quienes nos estuvimos viendo los últimos días le agarraría un paro cardíaco.
Una vez que el conductor termina de saludar a la audiencia llaman a los invitados especiales. ‘One Direction’  grita y el público aplaude como loco, incluida cierta persona colorada junto a mí.
Diviso primero a Liam, sonríe educadamente como siempre. Le siguen Louis, Harry y Niall, Lucy se pone como loca  cuando este último entra. Finalmente Zayn.
Pongo los ojos en blanco, seguramente está amando toda esa atención. Emma contiene una risa.
Todos se sientan en sillas individuales y el conductor comienza a entrevistarlos. Primero las típicas preguntas, ¿cómo estuvo el tour?, ¿qué tal la grabación del álbum nuevo?, y demás.
Me estiro y tomo un puñado de Cheetos del boul sobre la mesa. Ya llegaron a las preguntas personales. ¿Quién es el más haragán? ¿El más educado? Inconscientemente miro a Emma, quien sonríe como toda novia orgullosa, ¿el más vanidoso? Contengo una risa, esa es muy fácil, Zayn.
De pronto el conductor se pone serio, ¿quiénes son los solteros? Veo como todos excepto Liam y Zayn levantan la mano. ¡¿Qué está haciendo?!
Miro a Emma de hito en hito, ella luce tan sorprendida como yo. Lucy en cambio está completamente relajada, como si ya supiera todas las respuestas.
El público intensa persuadir a Liam para que dé algunos datos acerca de su chica misteriosa.
Sonrió para mis adentros, yo podría escribir la biografía de Emma en Wikipedia.
Al ver que este se niega continúan con Zayn. Intento relajarme y tomo otro puñado de Cheetos.
-Zayn… lo tuyo es definitivamente una sorpresa, aunque creo que todos en este salón sabemos quién ese chica especial.
Me atraganto y me veo obligada a tomar un sorbo de jugo de naranja.
Él parece tan sorprendido como yo.
-¿Por fin decidieron formalizar las cosas con Perrie Edwards? Pregunta el conductor y todo el mundo grita.
-¡¿Quién es Perrie Edwards?! Grito frustrada y mis dos amigas se voltean a verme.



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Como llegamos a los 500 likes en Facebook-wooooo- decidimos ADELANTAR la publicación del capítulo. Recalco ADELANTAR, lo que significa que esta noche no vamos a subir uno nuevo, van a tener que esperar hasta la semana que viene.