Bostece al
llegar a la cocina para desayunar. La abuela Lynn me esperaba con una taza de
té caliente sobre la mesa y Pam, con su cabello algo revuelto, tomaba la suya
en pequeños sorbitos.
-Fiona,
encontré algo que puede interesarte- Comento la abuela mientras me tomaba mi
té.
-¿Si?, ¿Qué es?-
-Un folleto
sobre un proyecto para los jóvenes, creo que es de Greenpeace- Me extendió el
papel para que lo contemplara.
En él
invitaban a los jóvenes de Londres a unirse a un proyecto de ‘Cuidemos los árboles’,
la actividad consistía en una reunión en los parques principales de las ciudad
para una jornada ‘masiva’ en la que se plantarían árboles.
-Se ve
interesante- Respondí algo entusiasmada mientras continuaba examinándolo con la
mirada.
-Oh, me encantaría poder ir- Hablo la abuela con
tristeza - Pero mis años de juventud pasaron hace rato.
Le dediqué
una sonrisa intentando darle ánimos- Estoy segura de que serías de gran ayuda
abuela.
Pam puso
los ojos en blanco y se puso en pie. –Será mejor irnos ahora- Anuncio algo
irritada, que era su humor vespertino habitual.
Suspiré
vencida mientras me levantaba de la silla para seguirla.
Pensé en
que no le vendría nada mal hacer un poco de yoga al despertar al igual que
yo. Nada como una buena elongación para
aclarar las ideas. No me sorprende que Pam esté tan tensa todo el tiempo.
….
-A la
estación Cotswold- Le indico Pam al taxista.
Nos
dirigíamos hacia la estación de trenes ya que Pam debía tomar uno hacia Oxford,
sus clases empiezan la semana entrante. Ella estudia leyes, algo sinceramente
aburrido para mí pero creo que ella tiene el carácter.
El taxista,
un hombre de unos treinta y tantos, asintió y emprendió camino. Con un gesto de
la mano me despedí de la abuela Lynn, quién nos observaba partir desde el
umbral de la puerta. Ella no podría acompañarnos, porque sus clases de pintura
se interponían con el horario de partida del tren. Además, mi hermana había
insistido en que ya sabía cuidarse sola y no necesitaba ser escoltada a todos
lados.
Intente
llevar una conversación con mi hermana, pero mis intentos se vieron frustrados
por su respuestas entre dientes y carraspeos. Opté por dejarla tranquila y contemplar
Londres por la ventanilla del auto.
Cuando
doblamos por la calle de Hyde Park mis
pensamientos se desviaron hacia la tarde anterior. Recordé a Luke escapando y
mi encuentro con ese extraño chico. Bueno, en realidad no tan extraño.
Me mordí el
labio para contener las ganas que tenía de comentárselo a Pam. Aunque lo mejor
sería no hacerlo, posiblemente no me lo creyera, hasta a mí me daba trabajo
creerlo. ¡Louis Tomlinson!
No es que
se me pudiera considerar una gran fanática de la banda, pero esto
definitivamente era una buena señal. Encontrarme con un famoso en mi primer día
en Londres, mi nueva vida había empezado con el pie derecho.
Me sentí un
tanto cohibida recordando que él había
contemplado mi accidente. Posiblemente se había reído de mis gritos
también. Aunque el chico parecía ser una
persona relajada y se podía afirmar que tenía los pies puestos sobre la tierra.
Aunque no sé que me esperaba realmente, digo, no es como si conociera muchos
famosos, por no decir ninguno.
-Hey-La voz
de mi acompañante me distrajo-¿Estás bien?, estás roja
Rápidamente
me lleve las manos a los cachetes en un gesto instintivo-Sí, estoy bien-
Se encogió
de hombros y volvió a girar su rostro- A
veces pienso que estás loca – Añadió
dejando en claro que la conversación estaba terminada-
Cuando
llegamos a la estación ayude a Pam con sus valijas y luego la acompañe a abordar. De Londres a Oxford
había 80 Km de distancia, serían unos 40 aburridos minutos de viaje. Pero mi
hermana parecía muy entusiasmada.
Tomó una
valija en cada mano, luego me miró- Cuida mucho de la abuela Lynn-
Asentí con
una sonrisa, podía hacerse todo lo dura que quisiera, todos sabíamos que en
fondo adoraba a esa mujer tanto como yo- Seguro-
-Y cuídate
vos también Fiona- Añadió con una sonrisa que me recordó a mamá –
-Bueno,
bueno, no te pongas tan sentimental-
Pam rió- Me
preocupa dejarlas a ustedes dos hippies solas, ¿quién sabe lo que podrían
hacer?
-Vamos a
estar bien Pam, además, son sólo unos meses, antes de darte cuenta me vas a
tener molestándote en el campus.
-Ah… mejor le voy advirtiendo a todo el mundo que
mi hermana loca llega dentro de poco, para que se preparen-
Puse los
ojos en blanco-Lamento que tengas que sacrificar tu reputación por mí-
Ambas nos
miramos y reímos, más para tapar nuestro nerviosismo que otra cosa. Luego de con
un asfixiante abrazo terminamos de despedirnos.
El tren partió rumbo a Oxford. Agite mi mano
en forma de saludo hasta que la perdí de vista a lo que ella respondió con un
gesto casi tan efusivo como el mío.
Opté por
caminar el camino de vuelta, así podría comenzar a familiarizarme con el lugar.
Mientras caminaba rumbo a casa de la abuela Lynn pase por Hyde Park, otra vez. Suspire aliviada al
comprobar que había seguido correctamente las indicaciones de la mujer que
vendía los tickets en la estación de trenes.
-¡Hola!-
Una chica de más o menos mi edad se interpuso en mi camino.
-Hola- Dije
extrañada ¿Tenía que conocerla por alguna razón?
-Soy Emma-Se
presentó - Y quería invitarte a
participar de nuestro nuevo proyecto ‘Cuidemos los árboles’- Comenzó a decir la
castaña que llevaba el pelo corto hasta los hombros- Lo único que tenes que hacer
para participar es llenar esta forma-
Al
principio no comprendí de que me hablaba pero después recordé el folleto que la
abuela Lynn me había mostrado esa mañana.
-Muchos
jóvenes nos van a ayudar a plantar árboles, solo durara un día pero es algo muy
importante para el cuidado del medio ambiente- Continuo- Es el próximo
miércoles y puede que hasta algunos famosos participen- Luego de decir esto una
sonrisa de orgullo se dibujó en su rostro. Tal vez esa era su mejor técnica
para atraer reclutas. Pero no necesitaba
hacer todo eso conmigo. Yo ya estaba decidida a participar.
De todas
formas Emma prosiguió con su invitación por
unos 10 minutos más. La chica no paraba
de hablar, lo que me causo gracia. Cuando por fin termino su discurso sobre ‘la
importancia de tener muchos árboles dispuestos a ofrecernos oxigeno’ se me
quedo mirando expectante.
-Me
encantaría participar- Al fin pude contestar. En Boston yo era parte de
GreenFinder, un club formado por Greenpeace.
-¡Genial!-
Exclamo satisfecha-No te vas a arrepentir, ¿qué te parece si llenamos un
formulario ahora?
La obedecí
sin chistar. Rápidamente me condujo hasta dónde unas mesas estaban armadas para
que pudiera darle todos mis datos. Nombre, dirección, teléfono, experiencia
previa y lo demás.
-Muy bien, Fiona,
una cosa más- Emma comenzó a rebuscar en una caja de cartón que estaba oculta
bajo la mesa - ¿Sos talle M verdad?
Asentí algo
confusa.
Por fin me
alcanzo una remera blanca con la estaba de un árbol en verde y el logo de
Greenpeace estampados.
– Bienvenida al equipo-
Le dediqué
una sonrisa amigable, me caía bien- Gracias.
Luego de
despedirme de Emma y con mi remera bajo el brazo continué con mi camino.
Llegué a
casa antes de darme cuenta. Luke me recibió dando saltitos y ladrando a mí
alrededor, mientras que la abuela Lynn me gritó desde el patio, estaba
trabajando en su huerta, como era de esperarse.
Sin dudarlo tomé una pequeña palita que se encontraba sobre la mesa y me
dirigí a ayudarla.
Mientras
trabajamos en una planta de tomate que se había visto maltratada por una
inesperada helada, le comenté sobre lo ocurrido en Hyde Park. No de mi
encuentro con Louis, si no de Emma y el
proyecto para plantar árboles, incluso le mostré la remera.
La abuela
Lynn se mostró muy entusiasmada al respecto. Alegó que le recordaba a sus días
de juventud. No tardó demasiado en embarcarse en un largo relato acerca de cómo
ella y mi abuelo se habían conocido en una marcha de activistas.
La abuela
era una fanática de los Beatles, liberal y amante de la naturaleza. Junto con
un grupo de amigos se habían unido a un grupo que organizaba marchas contras
las compañías petroleras que se estaban instalando en la ciudad. Según ella
asistía a todas las marchas y fue en una de ellas que conoció al abuelo.
-Era
abogado hasta la médula, desde el primer
momento en que lo vi con su traje y su maletín supe que me iba a traer
muchísimos problemas-
Reí ante el
comentario de la abuela. Obviamente ya había escuchado esa historia cientos de
veces. La sabía casi de memoria. Pero a la abuela le encantaba contarla, era su
forma de recordar al abuelo, y yo no me cansaba de escucharla.
Estábamos
llegando casi al final de la historia. La parte en que el abuelo y la abuela
discuten en plena manifestación frente a toda la ciudad prácticamente. Cuando
decidimos dejar la huerta en paz y entrar al living para tomar algo de té.
Agotada me
dejé caer en la silla. Tomé el té de Yorkshire que la abuela me ofrecía, esa
era nuestra marca favorita. Y me tragué sus palabras junto con él.
-Me dijo
que era una loca rematada, que nunca había conocido a una mujer tan exasperante
y que le encantaría llevarme al cine algún día- La abuela sonrió y podría jurar
que algo de rubor subió por sus mejillas- Acepté y bueno… creo que te imaginas
el resto Fenie.
- Creo que
sí.
Ambas nos
miramos y luego rompimos a reír a carcajadas. Reímos hasta que me dolieron las
mejillas y el estómago.
Luego subí
a mi habitación para bañarme y cambiarme de ropa. Bajé a cenar con la abuela
Lynn y me acosté relativamente temprano.
El resto de
la semana fue bastante similar. Me levantaba temprano en la mañana. Hacía mis
ejercicios de yoga, luego bajaba para desayunar con la abuela. La acompañaba al
centro para hacer alguna que otra compra. Volvíamos, almorzábamos. En la tarde
trabajamos con la huerta y siempre lograba sacarle una nueva historia a la
abuela, lo que nos mantenía entretenidas hasta tarde. Además de sacar a pasear a Luke dos o tres
veces.
Podría
considerarse algo monótono, pero la verdad es que yo me la pasaba de maravilla.
Era un buen descanso antes de empezar la universidad.
…
El
miércoles por la tarde me encaminé a Hyde Park para encontrarme con Emma y el
resto del grupo.
Me puse la
remera que ella me había entregado. Llevaba pantalones de algodón, pensé en jeans pero no creí que fueran
convenientes para trabajar en la tierra y mis viejas Converse. Me sujeté el
pelo en un rodete algo desaliñado, mechones de cabello lacio se escapaban, pero
me gustaba así, me parecía que me daban un aire más natural. Yo no era una
persona alineada.
Al llegar a
destino me sorprendió la cantidad de gente que se había agrupado. Divisé varias
remeras similares a las mías. Pero no pude identificar a Emma entre el gentío.
Comencé a
avanzar, introduciéndome en la multitud. No té que muchos de los concurrentes
eran chicas, adolescentes, como de mi
edad, algunas más jóvenes, otras mayores. Todas estaban arregladas y no me refiero
a sólo jeans, algunas hasta tenían
pollera, lo que me hiso pensar que tal vez mis joggings no fueran bien vistos. Parecían
bastante emocionadas. Sonreí para mis adentros,
tal vez en Londres no me considerarían un bicho raro por interesarme en
la botánica.
Por fin
llegué a una mesa dónde reconocí el rostro de algunos de los chicos que estaban
con Emma el día en que me inscribí, pero ni rastros de ella por ningún lado,
¿estaba enferma acaso?
Para mi
suerte uno de los chicos recordaba mi rostro. Con un gesto de la mano me
llamó. Caminé hacia donde se
encontraba.
El chico
era joven, de unos 25 años, tenía cabello castaño oscuro y ojos verdes.
-¿Día
ocupado? – Comenté-
-Ni me
digas - Suspiró mientras anotaba algo en un cuaderno de forma frenética- Quién diría que un par de celebridades
podrían atraer tantas chicas.
-¿Celebridades?
, ¿O sea que no están acá por los árboles?
-Me temo
que no- Me dedicó una sonrisa torcida al notar la desilusión en mi voz – Pero
necesitamos más ayuda de la que pensamos, en tu ficha dice que sabes de
jardinería.
Asentí
orgullosa, gracias a la abuela Lynn esos conocimientos habían aumentado
bastante.
-¿Podrías
ayudarnos?, hay chicas que no saben ni como agarrar una pala-
Le dediqué
una sonrisa para calmarlo, se notaba que el pobre chico estaba estresado –
Seguro, yo me encargo-
-Genial,
las cosas están allá – Dijo señalando un extremo apartado del parque donde
descansaban varios plantines – Tenemos palas, guantes y todo lo que necesites-
-De acuerdo
- Di media vuelta dispuesta a marcharme.
-Gracias-
Añadió con un hilo de voz casi inaudible.
Iba a
responderle pero tan pronto como dejé mi lugar frente a la mesa un grupo de
chicas se abalanzó sobre él, lo que me imposibilitó volver.
Decidí que
no era importante y continué mi camino.
Cuando
llegue a donde estaban todas las herramientas me arrodillé y comencé a tomar algunas palas y pares de guantes. Pensaban llamar algunas chicas, armar un pequeño grupo e indicarles lo básico. No importaba
porque se encontraba ahí, pero mientras estuvieran, sería mejor aprovecharlas.
-¿Qué
celebridades habrán venido? – Pensé y la respuesta apareció como si hubieran
estado leyendo mi mente.
-No sabía
que te gustaba la jardinería – Me llamó la atención una voz familiar.
Me puse de pie para poder verlo y asegurarme
de que mis oídos no me estaban jugando una broma. Así que eran ellos, las ‘celebridades’ que
había atraído a esas chicas.
Efectivamente
allí estaba él. Había clavado una pala en la tierra y descansaba con el brazo
derecho apoyado sobre el mango.
-No sabes
mucho de mí aparte de mi nombre- Respondí – No sabía que participabas en
campañas ambientales-
Louis
respondió con una media sonrisa-No sabes mucho de mí aparte de mi nombre-
♥.♥
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