8 jun 2013

Capítulo 41

-Vamos Kirsten no es la muerte- Insistió Gemma al notar que me había quedado inmóvil frente a la puerta de salida del instituto.
No quería avanzar, mi cabeza daba vueltas y no podía creer todo lo que había pasado. ¿En que estaba pensando cuando acepte? De ninguna manera podía concebir que yo, Kirsten Hoppe, perdiera una pisca de orgullo alojándome en su casa, preferiría dormir en algún hotel mugroso que pueda pagar con la tarjeta que papá me había dejado para gastos de emergencia.
Me había pasado los minutos anteriores a mi ‘rendición’ sopesando las posibles alternativas a esto. Sin embargo todas estas incluían hablar con Beth, lo que inmediatamente provocaría que se pusiera en contacto con mis padres, lo que era impensable. Lucy y Emma no podían ayudarme, sus padres estaban en la misma posición que Stella y en el instituto los cuartos estaban todos ocupados.
Luego de ingeniar un mentira para Beth, le hicimos creer que Gemma era mi prima lejana y que me alojaría con ella,  armé mis medio desechas valijas y me apresuré a partir.
Cerré los ojos apretándolos fuertemente, tal vez así todo desaparecería y me despertaría en mi nueva habitación con Wittchen a mis pies sabiendo que todo fue un mal sueño.
-Kirsten, es tarde y Harry va a matarme- Casi suplico la morocha.
Suspire. Mis intentos no servirían de nada  y lo único que estaba haciendo era perder el tiempo, así que me arme de valor y cruce la puerta dejando atrás la academia y dirigiéndome hacia el auto de Gemma.
-Por fin- La morocha abrió la puerta del conductor y se desplomo en su asiento.
-Me podes recordar por qué estoy haciendo esto- Estaba haciendo lo que ella quería, tenía permitido al menos quejarme ¿No?
Suspiro- Harry te está haciendo un favor, no sé qué paso entre ustedes dos que no querés verlo pero te aseguro que es lo mejor que vas conseguir.
Asentí. Para mi pesar ella tenía razón.
Sin embargo me sorprendió que él aceptara lidiar con todo esto. Luego de que Gemma le aclarara quién era ‘su amiga’, Harry no cambio de opinión. Yo me hubiera esperado  que pusiera una excusa para retractarse pero no lo hizo, tal vez no era tan malo.
Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos.
-Seguro lo hace para molestarme-Susurré.
Por suerte la música del estéreo de la conductora tapó mi suave voz. Continuamos nuestro camino tarareando las canciones del chart de la BBC.
Al llegar al edificio donde se suponía que vivía Harry los nervios me invadieron. ¿Qué es lo que iba a decirle? Gemma me empujo fuera del auto pero al llegar a la puerta de entrada volví a trabarme.
-¡Kirsten por favor no!- Exclamo.
-Gemma no puedo hacerlo- Mi orgullo comenzaba a interponerse y cuando eso pasaba nada podía ganarle.
-Si podes, ya vas a ver- Dijo y al instante me quito mi bolso de Chanel blanco donde se encontraba Wittchen escondida.
-¿Qué está haciendo?- Exigí saber.
-Me llevo tu bolso… y a Wittchen- La cabecita de la gata se asomaba por el borde del bolso blanco.
-¡Gemma no! ¡Mi bolso Chanel no! Es mi favorito- Me queje.
-Si no entras y subís esas escaleras hasta el departamento de mi hermano tu bolso Chanel va a ser historia.
Entre cerré los ojos con rabia ¿Cuánto hace que nos conocemos? ¿Cómo puede saber cómo chantajearme?
-Está bien- Accedí. Me dirigí hacia el ascensor con paso firme y derramando rabia por donde pasaba. El chico de la recepción me observó pasar junto a él con extrañeza, no le di importancia y continúe con mi camino.
-¿A qué piso vamos?- Pregunte a Gemma cuando ya nos encontrábamos dentro del ascensor.
-16- Dijo dejando escapar una risita contagiosa ¿Yo le parecía graciosa?
-¿Tengo algo en la cara?- Indague ya que ella continuaba riendo.
-Sí, esta roja- No pudo contenerse más y comenzó a reírse a carcajadas. No pude evitarlo y también empecé a reír. Su risa era muy contagiosa.
-Debe ser la ira- Respondí entre risas- Me pongo colorada cuando me enojo.
-Ya veo- Contesto Gemma con el poco aire que le quedaba.
Seguíamos riendo cuando las puertas del ascensor se abrieron.
-¿Se puedo saber que es tan gracioso?- Pregunto una voz desde fuera del ascensor.
Me trague la risa y fulmine con la mirada al chico de ojos verdes que se encontraba frente a mí.
-Nada- Dijimos al unísono.
Harry nos examinó a ambas con la mirada y luego la dirigió hacia mi bolso clavando la vista allí. Wittchen maullaba desde dentro de este mientras realizaba por su parte un análisis de Harry.
-¿Y este tierno gatito de donde lo sacaron?- Pregunto Harry y saco a Wittchen de su escondite. El animal escondió su cabeza entre sus brazos mientras él acariciaba su pelaje.
-Es de Kirsten, lo encontró en una caja abandonado en la calle-Explico Gemma.
-Oh es muy hermoso ¿Quién pudo abandonarlo?- Al parecer a Wittchen y Harry se habían hecho amigos en muy poco tiempo. Traidora.
-Es hermosa y se llama Wittchen.
-¿Wittchen? Qué clase de nombre es ese.
Puse los ojos en blanco- Es alemán y…
-De ahora en más para mi vas a ser Chloe- Harry me interrumpió hablando con la gata.
-Wittchen es mi mascota y yo decido como se va a llamar- Quite a Wittchen de sus manos y la envolví en mis brazos en forma protectora.
-Eh… Harry por qué no le mostras donde va a dormir a Kirsten-Gemma intervino antes de que comiensara la guerra.
El chicos de rizos me fulmino con la mirada- Por acá- Hizo un ademan con las manos para que lo sigamos y nos encaminamos dentro del departamento número B53.
El lugar era muy espacioso y la decoración era magnifica. Un sillón negro en forma de semicírculo ocupaba el living y por una de las puertas laterales se podía ver una parte de la cocina de estilo moderno.
-Creo que voy a poder acostumbrarme a esto- Pensé.
Harry nos condujo por un pasillo con varias puertas y entro en la tercera de la izquierda.
-Esta es tu habitación provisional- Anuncio.
Me asome en la puerta para poder contemplar mi nuevo cuarto. Tenía aproximadamente el mismo tamaño de mi habitación de la academia pero con la diferencia de que las paredes eran totalmente blancas y la única decoración era un armario de madera gigante.
-¿Y tus valijas?- Inquirió Harry al notar que no las traía.
-Están en el auto- Le informo su hermana.
-Dame las llaves, voy a buscarlas.
-Bueno nosotras te ayudamos- Ofreció Gemma.
-No importa voy yo- Insistió el castaño.
Accedí mientras reía para mí misma –Como quieras,  pero después no te quejes- Quería ver cómo se las arreglaba para traer todas mis valijas solo.
Harry partió hacia el auto para buscar mis valijas y Gemma y yo nos enfrascamos en una conversación sobre cómo arreglar la habitación para que no parezca tan deprimente, no es que fuera a quedarme por mucho tiempo pero este cambio favorecería también a futuros visitantes. Cuando ya teníamos una vaga idea de cómo queríamos arreglar el cuarto Harry llego cargando con mis valijas, parecía agotado y apenas atravesó la puerta las dejo caer al piso mientras tomaba una bocanada de aire fortalecedor.
-¿Qué tenes ahí adentro?- Pregunto indignado.
-Ropa, zapatos… cosas de mujeres- Explique esbozando una media sonrisa.
- Cosas que pesan una tonelada- Se quejó.
- Entonces Gemma vos te vas a quedar ¿no?- Dije ignorando su último cometario  y cambiando de tema.
-Por esta noche si pero mañana debo volver a casa, tengo asuntos que atender en Homes Chapel- Me dedico una mirada de disculpa.
-Pero…- Iba a reprochar pero mi amiga me detuvo.
-Ya es tarde, vamos a dormir mañana hablamos de esto- Me interrumpio.
Iba a seguir las órdenes de Gemma pero un recuerdo se me vino a la cabeza.
-¿Gemma no habías dicho que Harry vivía con Louis?
-Por esta noche se queda en casa de Liam porque estas usando la habitación de Gemma- Aclaró Harry que ya se encontraba a mitad de camino de su cuarto, que casualmente estaba justo frente al mío.
Asentí con la cabeza y luego de despedirme ingrese a mi habitación provisoria cerrando la puerta tras de mí.
….
-¡Gemma por favor no me dejes con tu hermano!- Rogué. Estábamos en la estación de trenes, el de Gemma partía en unos minutos y nos estábamos despidiendo- No voy a sobrevivir a una semana con él,  ¡te necesito!
-Kirsten no seas melodramática- Me regaño la morocha.
Harry se encontraba a unos metros de nosotras, con sus lentes de sol y un gorro de lana sobre la cabeza. Intentando pasar desapercibido mientras nos daba unos minutos para hablar a solas. No había problema con que lo vieran con su hermana, pero una rubia desconocida, eso sería peligroso para mi salud. No quería fans persiguiéndome por toda la estación.
-Quiero que ustedes…- Una bocina que anunciaba la partida del tren me impidió escuchar lo que Gemma decía.
-Tengo que irme-Ella se inclinó para besar mi mejilla y luego dirigió un saludo disimulado a su hermano. 
Con parsimonia y una sonrisa en su rostro se montó en el tren.
Cuando todos los pasajeros estuvieron a bordo la bocina volvió a sonar, comenzó a salir humo por la chimenea y el tren se puso en marcha.
Suspire. ¿Y ahora que iba a hacer? Tenía que pasar toda una semana con Louis y Harry sola. No es que no esté acostumbrada a convivir con hombres, tengo dos hermanos que no son para nada tranquilos, pero esto era muy diferente. Primero a uno de ellos casino lo conocía y con el otro prácticamente nos odiábamos desde aquel mal entendido.
Con la cabeza gacha y la cabeza llena de pensamientos caminé hasta donde se encontraba Harry.
Su produjo un silencio incómodo entre nosotros, el cuál ninguno de los dos se molestó en romper. Para intentar distraerme miré mi reloj.
-¡Oh no! Es tarde- Proferí. Se suponía que debía estar en la academia a las ocho en punto.
-¿Tarde para qué?- Quiso saber Harry.
-Para mi primera clase, comienza a las 8 y son las 7:45.
-Vamos, yo te llevo- Dicho esto aceleró el paso hasta que nos encontramos frente a su Audi R8
Lo seguí algo desconcertada pero sin oponerme, debía llegar a la academia cuanto antes.
Cuando estuvimos acomodados cada uno en su asiento Harry acelero el auto y corrimos rumbo al instituto.
Él no me preguntó dónde quedaba, supongo que ya debía conocer bien la cuidad, además era un edificio bastante importante.
Para mi suerte llegamos en menos de quince minutos. Carrie me estaba esperando a fuera junto con otras compañeras de clase.
-Gracias- Dije cuando baje del auto, luego me dirigí rápidamente al encuentro de mis compañeras.
-Hola –Le dediqué una sonrisa a la chica de rizos rubios-¿Llego tarde?
-No, vamos a tener una clase especial con Sarah Lamb y se está preparando- Me informo Carrie- ¿Te trajo el hermano de Gemma?
La mire sorprendida por su pregunta- Si- Respondí restándole importancia.
Mis otras compañeras de clase se miraron entre si susurrándose algo que no conseguí oír.
-¿Pasa algo?- Inquirí.
-Creo que no es extraño que hayas llegado tarde- Comento una de ellas que llevaba un rodete tirante en la cabeza.
Fruncí el ceño confundida y algo ofendida, ¿qué estaba insinuando?
-¿Hay mucha diferencia entre revolcarse con un inglés y un alemán?- Agrego una morocha de pelo largo y cejas gruesas.
-Yo no me estaba revolcando con nadie- Proteste.
-Si claro- Dijo la chica del rodete en tono baja pero que todas pudimos escuchar.
La fulmine con la mirada- Piensen lo que quieran, no me importa-
Empecé a caminar hacia la puerta de entrada con la cabeza en alto, nadie iba a pasar por encima de Kirsten Hoppe y menos esas patéticas bailarinas. Carrie me siguió luego de dedicarles una mirada de reproche a sus compañeras.
-No les hagas caso-Me consoló-Es la presión.
-No importa Carrie-La tranquilicé-No es nada.
Me mordí el labio, por supuesto que no era nada. Eran un montón de cosas, ¿por qué todos piensan que me siento atraída por Harry?, ¿es acaso alguna clase de regla?, ¿todas las chicas deben estar a merced de Harry Narciso Styles?
Suspiré, no tenía sentido seguir gastando mis energías en eso. En su lugar me concentraría en humillar a esas chicas en dónde más les doliera, en la pista de baile.
La clase con Sarah fue muy productiva, ella es artista principal en la opera de la academia y nos dio muchos consejos para mejorar nuestro estilo de baile. Por su parte el dúo, como yo llamaba a la chica de rodete y a la morocha, ya que no recordaba sus nombres, se pasaron toda la clase observándome con rencor. Opte por ignorarlas y todo fue de maravillas. Aunque debo admitir que me aseguré de rebajarlas con las miradas cuando Sarah me felicitó por mi ‘perfecto Jeté pas’.
Al terminar las clases me quede un rato hablando con Carrie, realmente no había pasado gran cosa desde el momento en que me fui. Ella había estado vigilando a Beth en caso de que no se hubiera tragado nuestra historia y hubiera llamado a mis padres de todas formas. Pero todo parecía ir bien. Además ninguna de las alumnas había hecho demasiadas preguntas.
Por el rabillo del ojo miré a tonta y retonta, como había decidido bautizarlas, y me figuré que pronto empezarían a esparcir cualquier clase de rumores.
-¿Kirsten?-Mi amiga me trajo de vuelta la tierra-¿Me estás escuchando?
-Sí claro-Mentí con la mejor cara de amigos que pude.
Carrie no se lo creyó ni por un minuto-Claro, ¿estás pensando en el hermano de Gemma?
-¿Vos también?-La acusé
Ella intento contener su risa-Hey, con ese auto, da que pensar.
Revoleé los ojos-Después yo soy la materialista.
La chica me golpeó en el hombro-Por supuesto.
-¡Ouch!-Me quejé-¿No es que las bailarinas de ballet son delicadas?
Carrie hizo un ademán con las manos-Es una leyenda urbana, en realidad nos encerramos a practicar boxeo.
Ambas comenzamos a reír ante la ocurrencia de mi amiga. Cuando logramos recobrar la compostura me acompañó a tomar un taxi. Nos despedimos y parti rumbo al departamento de Harry y Louis.
Luego de rebuscar en mi bolso por unos veinte minutos por fin encontré la pequeña llave de metal. La encajé con la cerradura.
Al entrar a mi hogar provisorio me sorprendí cuando sentí una pequeña bolita rosa golpeando contra mi pie y luego vi una bola más grande, blanca, que se abalanzaba sobre mí.
-¿Wittchen?-Exclamé preocupada-¿Qué estás haciendo?
Me agaché para tomar la cosa rosa. La sostuve a la altura de mis ojos para examinarla. Era una pelota de peluche, un juguete para gato, evidentemente.
-¿De dónde sacaste esto Wittchen?-Pregunté mientras la tomaba en mis brazos.
En ese momento una voz que venía del pasillo nos interrumpió.
-¡Chloe!-Harry apareció ante mí-Oh, ya llegaste…
Lo escudriñé con la mirada, llevaba un peluche en su mano derecha-¿Qué es eso?
Él también examinó mi rostro en busca de indicios pero procuré demostrar una cara de póker-¿Qué cosa?
Puse los ojos en blanco-Lo que tenés en la mano Harry.
-Ah, esto-Alzó el muñeco para que pudiera verlo, era un osito de peluche que ya estaba marcado con arañazos, posiblemente de Wittchen-Chloe estaba aburrida así que fuimos de compras.
-Primero que nada se llama Wittchen, es mi gata, yo decido el nombre-Dejé a la gatita en el suelo y luego proseguí-Y no necesita que le compres cosas, yo puedo hacerlo.
-Es TU gata, pero eso no te detiene para abandonarla una tarde entera-Me acusó.
-¿Perdón?-Le dediqué una mirada asesina-Explícate.
-Ya que Chloe se va a quedar todas las tardes conmigo, creo que eso me da cierto derecho sobre ella.
-¡Es Wittchen!-Ya estaba empezando a enfurecerme-Y es MÍ mascota, no tenés ningún tipo de derecho sobre ella-Me detuve para calmarme-Y en cuanto recupere mi cuarto me la llevo devuelta al instituto.
-¿Para tenerle encerrada en un ropero?-El chico de ojos verdes tomó a mi mascota en brazos y comenzó a acariciarle la cabeza-Ni lo sueñes, se queda conmigo.
Le lancé una mirada amedrentadora- No, no vamos a discutir esto, Wittchen se queda conmigo, yo la encontré-Intenté quitársela de las manos pero esta se resistió con un maullido.
-¿Ves?, me quiere.
Me crucé de brazos-¿Qué le hiciste?
Harry suprimió una risa.-Dicen que las mascotas se parecen a sus dueños, vos me querés, por ende ella me quiere.
Sentí  como el color rojo subía por mis mejillas-¡¿Qué?!
El chico de rizos suspiró-No volvamos con eso Kirsten, ya deberías haber supera lo del beso.
-¡¿Qué?!-Reiteré mi pregunta porque sinceramente no sabía que otra cosa decir, ¿cómo es que la conversación había terminado así?, ¿por qué tenía que sacar ese tema a colación?, ¿no podía dejarlo pasar?, ¡¿y cómo que yo no lo había superado?, no había nada que superar, su beso no había significado nada. Es más, ni siquiera lo recordaba.
Dejó a Wittchen en el suelo y se acercó a mi-Aunque claro, Wittchen no intento besarme.
-Ah, claro ahora sí recuerda el nombre-Pensé y tuve que controlarme para no pensar en lo bien que le salía la pronunciación.
-Ambos sabemos que si hubiera estado en mis cabales eso nunca hubiera pasado-Contraataqué en un momento de lucidez.
-¿Estás segura?-Se acercó otro poco más a mí.
Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración contra mi piel y nuestras narices casi se chocaban.
Una sensación  de deja vú me invadió, ¿había sido así la noche en que lo besé?  Me refiero al estómago hecho un nudo y la cabeza dándome vueltas.
Estábamos los dos en trance cuando la puerta se abrió y nos vimos interrumpidos.

-Traje la cena-Louis entró al departamento cargando un par de cajas. 

3 comentarios: