17 feb 2013

Tercera Parte: Capítulo 25


-Perdón por tardar tanto en devolvértelo- Se disculpó mi amiga al mismo tiempo que me extiende el libro.
-No hay problema, ya lo leí cientos de veces- Respondí  restándole importancia.
-Ya pasaron los 5 minutos- Nos interrumpe el rechoncho y molesto encargado.
Le dedico mi mejor cara de pocos amigos mientras ella pone los ojos en blanco y se levanta de la mesa que ocupamos.
-Va a ser mejor que vuelva al trabajo.
-Está bien, tengo que apresurarme si no quiero llegar tarde a mi clase de Español- Con cuidado me paro. Con una mano tomo mi Cappuccino  de la mesa y con la otra guardo el libro en mi bandolera.
-¿Seguís con eso?
Cruzo los brazos ofendida. –Claro, cuando me propongo hacer algo siempre termino.
-Está bien, está bien, perdón, no quise ofenderte- Mi amiga con el cabello ondulado suprime una risa.
Revoleo los ojos. –Adiós Amy- La salude en un español bastante decente.
-Nos vemos Lucy- Contesta y noto sorpresa en su voz.
Sin detenerme me dirijo a la puerta y por fin logro salir del Starbucks donde trabaja Amy.  En la hora de historia esa mañana habíamos decidido que pasaría a buscar mi libro de One Direction por su trabajo, ya que ella siempre olvidaba traérmelo.
El Cervantes Institute, al que asistía tres veces por semana de 6 a 7:30 pm, estaba ubicado a unos 9 minutos del Big Ben, o sea a unos 7 minutos de mi posición actual.
Tome Victoria Street con paso firme al mismo tiempo que daba un gran sorbo a mi Cappuccino.
Antes de lo esperado me encontré con el imponente edificio blanco. Por fuera conservaba su fachada antigua, con grandes y trabajadas aberturas pero, por dentro era bastante más moderno.
Me vi obligada a bajar el volumen de mi música porque las demás personas que entraban y salían del edificio comenzaban a mirarme algo extrañados. Tal vez mi grandes auriculares blancos llamaban demasiado la atención.
Sin detenerme en el hall, donde los estudiantes esperaban sentados en elegantes sillones me dirigí directamente a mi aula. 
Mi profesora, la Señorita Rodríguez me esperaba sentada en su escritorio como siempre.
-Lucy, puntual como siempre- Dijo dedicándome una sonrisa.
Haciendo uso de mis bueno modales le respondí la sonrisa.
Con cuidado colgué la bandolera de uno de los pupitres y me senté. La mujer esperó pacientemente a que sacara mis libros y mi cartuchera. Una vez lista me la quedé mirando.
Era joven, entre 30 y 40 años. Siempre vestía trajes elegantes de colores apagados, tonos marrones o grises y el maquillaje haciendo juego. Llevaba la cabellera castaña, larga y lisa prolijamente recogida en una media cola. Al principio me sentí desubicada yendo a clases con mis jeans viejos y mi cabello colorado atado en una simple cola, con el tiempo me fui acostumbrando.
-Vamos a esperar a nuestro nuevo estudiante-  Anunció sacándome de mis pensamientos.
-¿Nuevo estudiante?- Intenté disimular mi sorpresa. Dado que había empezado mi curso algo tarde era la única alumna.
-Si, te lo mencione la clase pasada- Tomo la taza humeante frente a ella y la revolvió.
-Oh, lo siento, a veces tengo la cabeza en cualquier lugar- Me excusé.
Ella estaba a punto de volver a hablar cuando un chico irrumpió en la sala.
-Oh James, ahí estás-La profesora le señaló el pupitre junto a mí. –Toma asiento, esta es tu compañera, Lucy Stevenson.
-Un gusto en conocerte Lucy-Dijo en un español casi perfecto.
-Lo mismo digo James- Respondí algo avergonzada ya que mi acento no era tan bueno.
Él era morocho, de estatura media y piel blanca, llevaba braquets transparentes que casi no se notaban. Lo que verdaderamente me intrigaban eran sus ojos, a simple vista me parecieron grises pero luego un destello azul se asomó, ¿usará lentes de contacto?
Creo que notó cuan fijo lo estaba mirando porque se revolvió incómodo en su asiento.
Tenés que controlarte Lucy. Me regañé a mí misma.
Clavé la vista en la pizarra, donde la señorita Rodríguez ya había comenzado a escribir. Sin embargo no pude concentrarme, definitivamente conocía a James, su rostro me era demasiado familiar.
-Bien, abran sus libros en la página 12, hoy vamos a repesar algunos verbos- Anunció la mujer.
Intenté centrar mi atención en la clase pero cada tanto miraba de reojo a James. Él golpeaba sus dedos en la mesa, parecía nervioso, ¿tan poco disimulada era?
-Lo estas espantando Lucy- Me dije. No quería que mi único compañero pensara que era una loca rematada.
Suspire tratando de relajarme. Basta de miraditas hacia el costado ¿Cuántas posibilidades hay de que en verdad lo conozcas? Posiblemente lo haya confundido con alguien más.
Aunque podría hacerle un par de preguntas cuando termine la hora, después de todo somos compañeros ¿Qué tiene de malo que nos conozcamos un poco?
-Lucy- La Sr Rodríguez estaba llamándome.
Revolví mi cabeza para poder concentrarme en ella- ¿Si?
-Te hice una pregunta- Contesto- ¿Te acordas cuál era o necesitas que te la repita?
El chico de al lado rió.
-Lo siento ¿Podría repetírmela por favor?
Después de responder a su pregunta en español  trate de no darles más vueltas al asusto del chico nuevo y concentrarme en lo que la profesora decía.
Cuando por fin la clase termino no pude llevar a cabo mi plan porque mi compañero, después dedicarnos un buenas noches en su envidiable español, salió corriendo de la habitación.
-Genial, espero que te guste estar sola,  acabas de espantarlo.  Dije para mis adentros.
….
Mi casa se encuentra en las afueras de la cuidad, apartado de prácticamente todo,  por eso, tomo lecciones de manejo. No puedo permitirme cuatro taxis diarios.
Cuando por fin logre abrir la puerta de casa me dirigí directamente al living para dejar mis cosas sobre la mesa. Will, mi hermanito de 9 años, estaba jugando a la play station. Con sigilo me acerque a él.
-¡Hola!- Lo salude poniéndome frente al televisor.
-Córrete que no me dejas ver- Se quejó mientras movía su cabellera rubia de un lado a otro tratando de ver la pantalla. Bajo los brazos derrotados- Estaba a punto de ganar- Me reprocho.
-Yo también te quiero- Dije ignorándolo. Me corrí de donde estaba para poder ir a la cocina.
-¡Le voy a decir a mamá!- Se escuchó que gritaba mientras yo me alejaba.
Puse los ojos en blanco- si claro- Susurre y una risita se escapó de mi boca.
-¿De qué te reís hija?- Pregunto intrigada mamá cuando entre en la cocina, creo que ya sé donde herede mi curiosidad excesiva- Espero que no estés molestando a tu hermano de nuevo.
-Em…
-¡Lucy!- exclamo.
-Él siempre me molesta a mí- Me queje.
Suspiro- Esta bien, ¿Cómo te fue hoy en español?- Pregunto cambiando de tema.
-Bien, tengo un compañero nuevo- Comente tratando de restarle importancia.
-¡Qué bueno! Así ya no tenés que estar sola- Su voz denotaba alegría, mamá era muy exagerada a veces.
-Si- Concorde con voz apagada porque mi mente volvía a divagar.
-¿Tenés hambre?- Pregunto mamá sacándome de mis pensamientos.
-¡Yo tengo mucha hambre!- Respondió Will, quién entraba por la puerta,  rápidamente se sentó en la silla a mi lado, no sin antes revolverme el cabello. Lo fulmine con la mirada.
-Will no molestes a tu hermana- Mamá lo regañó. Yo le saque la lengua.
-Papá no tarda en llegar, esperémoslo.
Cuando al fin papá llego de su trabajo comenzamos a cenar.
Comí muy rápido para poder ir a mi habitación, quería bañarme. Además tenía tareas que terminar para el día siguiente.
Después de un baño relajante y de haber terminado los deberes me acosté. Sin embargo, el sueño se negaba a llegar. Di vueltas en mi cama por lo que me parecieron horas. Finalmente mis ojos se cerraron y me quedé profundamente dormida.
…..
-¡Will te podes apurar voy a llegar tarde a la escuela!- Grite desde la entrada de casa.
-¡Ya voy, ya voy!- Exclamo mi hermano mientras intentaba ponerse la mochila.
-Cuando yo tenga mi permiso y mi auto no pienso llevarte- Dije con orgullo.
-Seguí soñando- Se burló.
-Chicos dejen de pelear y vamos- Nos regañó papá.
Gracias a mi hermano llegué justo cuando el timbre que anunciaba el comienzo de la primera hora sonaba.
Bufando entré en el aula y me senté en mi lugar al lado de Emma, ella y Amy cuchicheaban algo pero cuando llegue se callaron. ¿Hablaban de mí?
-¿Qué?- Las interrogue algo ofendida.
-Nada- Contesto Amy rápidamente.
-Saben que odio que me mientan- La escudriñé con la mirada mientras sacaba los libros de mi mochila.
A mi lado Emma suspiró. –No es el momento ni el lugar para hablar de esto.
Amy le lanzó una mirada asesina. –No le digas eso, ¡ahora se va a poner como una pesada hasta el viernes!
El profesor de biología irrumpió en la sala.
 -¡Yo no soy pesada! - Me crucé de brazos.
El maestro nos ordenó que abriéramos nuestros libros y resolviéramos una serie de actividades relacionadas con el sistema respiratorio. Las tres abrimos nuestros libros pero ninguna estaba trabajando realmente.
-¡Dejen de pelear y gritarse! – Nos regañó Emma.
Ambas nos quedamos mirándonos en silencio unos minutos. Por fin mi amiga ruluda rompió el silencio.
-Perdón.
Tomé una gran bocanada de aire. Estaba cansada y Will me había puesto de mal humor, mis amigas no tenía la culpa. Les dediqué una media sonrisa. –Está bien.
-Así está mejor - Emma se acomodó en su asiento.
-Entonces… ¿qué va a pasar el viernes?
Amy agachó la cabeza por lo que su prima se vio obligada a enfrentarme.
-Queremos presentarte a… -Dudo unos minutos. –Alguien.
Arqueé las cejas. -¿Alguien? ¿Es lo único que me van a decir? No pueden dejarme con la intriga tanto tiempo.
-Te dije que no le dijeras con tanta anticipación - Susurró la chica de rulos.
-¡Estoy harta de los secretos Amy!  - Se quejó Emma.
-¿Secretos? ¿Qué secretos? -  Inquirí  confundida.
-Es… -Otra vez la duda en su voz. –Complicado, de verdad va a ser mejor si hablamos de esto en un lugar más privado.
-¿Me pueden explicar por qué tanto misterio? ¿Acaso mataron a alguien?
Mis amigas rieron.
-El viernes, te vamos a responder todas las preguntas - Amy por fin tomaba cartas en el asunto.
Lo medité unos instantes. Luego suspiré y asentí con la cabeza. –Está bien, pero quiero que sepan que la duda me está matando… lentamente.
Amy puso los ojos en blanco. – ¡Que dramática!
Emma en cambio rió. –El viernes en mi casa, Amy tiene el día libre en su trabajo, ¿a las 6 está bien?
Negué con la cabeza. –Tengo clases de español a esa hora.
-Oh, entonces… ¿a qué hora estás libre?
Repasé mis horarios mentalmente. –Después de las 7:30.
-Señoritas quiero ver sus trabajos terminados sobre mi escritorio al final de la hora- Una voz masculina nos amenazó desde su escritorio.
Amy y yo le lanzamos miradas asesinas.
-7:30, en mi casa, el viernes-  Dijo Emma en un tono casi inaudible.
Ambas asentimos con la cabeza.
Ahora tenía dos cosas en que pensar, en  el chico que tan familiar me parecía de mi clase de español y el secreto tan importante que mis amigas me habían estado ocultando. ¿Tendría algo que ver con el chico misterioso de los mensajes de Emma?
-¿Cómo vas con el español? -Preguntó Amy, quién ya había terminado con su trabajo.
-Bien… - No estaba segura de cómo terminar la oración, me había tomado completamente por sorpresa. –Tengo un compañero nuevo.
-¿Cómo terminaste tan rápido? - Emma le arrancó el papel de las manos.
Ella se encogió de hombros. –Mientras ustedes  hablan yo escribo- Volvió a dirigir su atención hacia mí. –Compañero nuevo, ¿qué tal es?
-Está bien. Respondí pensando en James que tanto me intrigaban.
-Yo conozco esa mirada… Emma alzó la vista de su cuaderno para mirarme fijamente. -¡te gusta!
-¿Qué? ¡No!. –Grité y todos se voltearon a vernos.
-¡Sh!  Amy me hizo señas para que bajara la voz. –No hacía falta que te pusieras tan nerviosa.
-No me puse nerviosa – Le regalé mi mejor cara de pocos amigos – Es que odio cuando inventan cosas.
-Está bien, está bien.
-¿Es por Andy?- Preguntó Emma sin nada de tacto.
-No quiero hablar de Andy ahora, ¿está bien?, pasado pisado –Sentencié. De verdad lo último que quería hacer era hablar de mi estúpido ex novio.
-Andy es un idiota, te mereces algo mejor- Comentó Amy.
-Aja- Convino la otra
Bufé. –Se llama James.
Emma me sonrió -¿El chico de español?, ¿es lindo?
–Bastante, aunque…  - Ladeé la cabeza en busca de una respuesta que las dejara satisfechas pero que no me comprometiera demasiado –Tengo la sensación de que lo conozco de algún lugar.
Ambas me miraron extrañadas por lo que me vi obligada a darle una descripción física detallada del intrigante chico. Luego de escucharme atentamente y meditarlo unos minutos ninguna de las dos supo darme una respuesta. Definitivamente ellas no conocían a James, ¿qué otra prueba necesitaba para conformar a mi necia intriga?
Después de que el timbre que anunciaba el fin de clases sonara a la velocidad de la luz tomé salí del colegio. Manteniendo el ritmo llegué a casa en menos tiempo del habitual. Verdaderamente tenía ganas de salir de ahí, más aún con tantas cosas dándome vuelta en la cabeza.
Abrí la puerta y el olor a comida recién hecha me impregnó la nariz. Mamá y Will me esperaban sentados en la mesa. Papá se asomó desde su estudio para saludarme.  Luego de tirar mi mochila en el sillón de la entrada me senté con ellos.
Una vez terminado el almuerzo  me dirigí directamente a mi cuarto para dormir. Tenía que recuperar el sueño perdido de la noche anterior. Me tiré en la cama y fue entonces cuando las preguntas reaparecieron en mi mente, ¿cuál era el secreto de Amy y Emma?, ¿por qué no podían decírmelo de una vez y ya?, ¿y qué hay de James? ¿Tendrá un hermano gemelo que yo conozco? ¿Mellizos separados al nacer?  Definitivamente este era un misterio y lo iba a resolver cueste lo que cueste.
 Clavé la vista en la pared frente a mí. Al igual que todo mi cuarto, estaba decorada con posters de mi banda favorita, One Direction.  Dirigí mi atención a una foto de Niall, el rubio, irlandés con ojos azules que me volvía loca. Era algo vieja, ya que todavía no tenía braquets.
-Braquets transparentes… -  Susurré. –James tiene los mismos.
Sacudí la cabeza a modo de negación.
-El segundo nombre de Niall es James- Me recordó mi conciencia.
-Niall habla español fluido… James también… Niall tiene ojos azules, ayer me pareció ver destellos azules en los ojos de James…
Me senté en la cama intentando organizar mis ideas. ¿Tan obsesiva me había vuelto?
Lentamente me levanté y me acerqué al poster. Si alguien me vía definitivamente iba a dudar de mi estabilidad mental… para ser sincera yo misma dudaba de mi cordura ahora.
-Estás loca - Monologué y volví a recostarme.

4 comentarios:

  1. Poco creible q siendo directioner no reconociera a Niall pero aun asi esta interesante =)

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    1. si es un poco no credible, pero ellos se disfrsan bien, bueno eso quiero creer jajajaja, me encanto

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  2. si parece obvio pero en realidad él esta muy bien disfrazado, ademas abría que admitir que hay muchas cosas improbable porque así es mas divertido el fanfic :) gracias por darnos su opiñon lo apreciamos mucho :D

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  3. no importa eso esta buenisima la nove solo que podrian subir capitulos mas seguidos

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