Capítulo 21

-Seguí durmiendo, seguí durmiendo.  Me dije intentando ignorar el teléfono sonando. Me tape los oídos con la almohada pero no funcionó, no tenia otra opción.

-¿Diga? Conteste a regañadientes.

-¡Al fin! ¿Cuánto más ibas a dormir?

Bostece y me limpie las lagañas con la palma de la mano. -¿Qué hora es?

-Son las cuatro de la tarde Amy, no quiero ni pensar que habrás hecho anoche.

-Dormir Emma, eso hice. Conteste secamente.

-Hablando de anoche… Escuche que contenia una risa. -¿No hay nada que quieras contarme?

Puse los ojos en blanco, aunque sabia que ella no podia verme. –Como si él no te hubiera contado ya.

-No, no contó nada, al menos no cuando yo estuve ahí.

-¿No? Inquirí algo desconfiada.

-Nop, se dedicó a mirarnos a todos con una sonrisa de oreja a oreja.

Dejé que una media sonrisa se asomara en mi rostro, no es como si alguien se fuera a enterar.

-Bueno, ¿me vas a contar sí o no?- Mi prima estaba ansiosa por saber.

-No hay mucho que contar- Intenté parecer despreocupada.

-Amy… empezó a regañarme pero la interrumpí.

-Vamos a ir al Bowlling.

Tuve que alejar el celular de mi oreja porque sus gritos casi me dejan sorda.

-¿Cuándo?, ¿qué te vas a poner? ¿Estás nerviosa? ¿Querés que vaya a tu casa?

-Emma, Emma, no es para tanto- Traté de calmarla.

-¡Si es para tanto! No tenés ni idea de lo nerviosa que estaba yo en mi primera cita con Liam.

Mientras respondía me levanté de la cama y abrí  la puerta ventana que daba al balcón para dejar entrar la luz del sol. Era un cálido día de primavera y para mi sorpresa esta vez no había ninguna nube en el cielo. ¿Sería que por fin tendríamos un día sin lluvia en Londres?

-No, no tengo idea, porque alguien no quiso contarme- Le reproché.

Suspiró. -¿Otra vez con eso?

Guardé silencio, creo que esta vez me había pasado de la raya. –Perdón.

-Está bien- Respondió luego de unos minutos. –Como sea, quiero que sepas que estoy dispuesta a darte el apoyo emocional que yo no tuve.

Reí. –Gracias, pero no lo necesito- Me esforcé en que mi voz sonara firme. –No estoy nerviosa.

-Como quieras, ¿es hoy?

-Ajá- Ya estaba en el baño intentando cepillar mis dientes y hablando al mismo tiempo.

-¿Vas a tener tiempo de salir conmigo y Lucy? ¿O tu novio te tiene muy ocupada?

-No es mi novio- Me quejé aunque la pasta de dientes hizo que mi voz sonara distorsionada y chistosa.

Emma rió. – Ya tengo que irme. Que te diviertas en tu cita.

Colgó antes de que pudiera terminar de enjuagar mi boca y contestarle.

Con calma dejé el móvil sobre la mesita de luz y volví al baño.

Unos minutos más tarde ya estaba en la cocina buscando algo para desayunar, bueno, en realidad almorzar.

-Ya estás despierta- Dijo mamá desde el living.

-Buenos días- Contesté al mismo tiempo que me ponía de puntas de pie e intentaba alcanzar una de las tazas que estaban más altas.

-¿Te divertiste anoche?- Preguntó mientras pasaba el plumero por el mueble del televisor.

Decidí darme por vencida con la taza y simplemente tomé un plato con sobras de la heladera. –Ajá.

-No deberías comer esas sobras, son malas para tu organismo, ¿y si mejor te cocino algo?

La nutricionista hablando. Pensé

-Así está bien, gracias. Me mandé una gran cucharada de fideos recalentados a la boca.

-¿Qué tal la muestra?

-Bien- Era evidente que no iba a dejar de hablar del tema mi ‘cita’.

-¿Vas a volver a salir?

Tragué saliva. –De eso quiero hablarte…. Comencé a decir pero me arrepentí casi inmediatamente.

Mamá se acercó hacia la mesa de la cocina y tomó asiento frente a mí. Con delicadeza depositó el plumero en su regazo y me dedicó una sonrisa cálida. –Te escucho.

-¿Está bien si salgo otra vez hoy?

Esperé impaciente, dejando que me escudriñara con la mirada. Me concentré en mi comida.

-Claro, ¿a dónde te va a llevar Kurt ahora?

Di un gran sorbo a mi vaso de agua porque casi me atragante con los fideos.

-No voy a salir con Kurt…- Agaché la cabeza porque ya no soportaba más. –Otro… amigo me invitó.

Mi mamá arqueó una ceja. – Y este amigo... ¿tiene nombre?

-Zayn_ Respondí pero mi voz no sonó tan firme como hubiera querido.

-Zayn- Pronunció su nombre con especial lentitud. -¿De dónde se conocen?

Mierda.

-De… la vida- Fue todo en lo que pude pensar.

Mamá se revolvió en su silla incómoda. –Kurt y Zayn entonces ¿saben que salís con los dos?

Oh, genial, ahora mi mamá piensa que estoy jugando a dos puntas. ¿Mi vida no puede ponerse un poco peor?

-No estoy saliendo con ninguno de los dos- Sentencié.

Se me quedó mirando expectante.

-¿Puedo ir sí o no?- Inquirí intentando desviar el tema.

-No vuelvas tarde, mañana hay escuela- Respondió incorporándose. Volvió a tomar su plumero y mientras caminaba junto a mi me acomodó el cabello  detrás de las orejas. Puse cara de pocos amigos antes de volver a ponerlo en su lugar. Ambas nos miramos. Finalmente me dedicó una sonrisa y retomó su trabajo.

Rápidamente lavé los platos que había usado y me encerré en mi habitación. Una vez sola di un gran respiro.

Eso había salido bastante mal. Pero podría haber sido peor.

Revisé mi reloj, todavía tenía unos 40 minutos para prepararme así que decidí darme un baño.

…

La puerta, la puerta, tengo que abrir antes que…

Obviamente llegué tarde. Mamá se me había adelantado y sostenía la puerta. Me asomé por detrás de su espalda para dedicarle una mirada asesina a Zayn, quien le sonreía educadamente a mi madre.

Lo voy a matar por esto. Pensé.

-Oh, acá estás Amy- Dijo ella cuando notó mi presencia.

-Si, ya estoy lista, ¿nos vamos?- Insistí apresurándome a la puerta.

-Claro, un gusto en conocerla Stella- Zayn se las arregló para dedicarle una sonrisa a mamá.

-Lo mismo digo Zayn.

Ya habíamos cruzado el umbral de la puerta cuando sentí que su voz me llamaba.

-Amy hay algo que tengo que decirte.

-Ya es tarde má, después hablamos- Respondí a los gritos. Lo último que quería era escucharla regañarme en ese momento. Menos frente a Zayn.

Suspiró. –Que se diviertan.

Le dediqué una sonrisa amplia y sincera a modo de gracias, estaba a salvo, por ahora.

…

Estábamos en el auto negro de Zayn rumbo a un Bowling. Mis nervios iban en aumento cada minuto que pasaba, no podía dejar las manos quietas y las retorcía intentando distraerme.  ¿Dónde había dejado la calma de la tarde? Definitivamente se puede decir que este chico tiene un efecto en mi desconocido y nuevo, y debo descubrir  de inmediato cómo hacer para controlarlo.

Condujo en silencio, no hablamos más desde que salimos del edificio y sospeche que no era la única nerviosa en ese momento.

-¿A qué Bowling vamos?- Dije para aliviar un poco la tensión.

- Al All Star Lanes, siempre vamos ahí con los chicos.

-Oh, no lo conozco- Y no es raro porque creo que puedo contar con los dedos de una mano las veces que fui al Bowling.

-¿Sabes jugar?- Preguntó divertido.

-Claro, jugué un par de veces con Lucy y Emma pero siempre termina ganado Lucy, es muy buena-Comente.

-No creo que sea tan buena como yo- Alardeo

-Disculpa, no sabía que eras un profesional del Bowling- Lo desafié sarcástica.

-Si no me va bien con la música creo que podría dedicarme a eso- Sonrió seguro de sus dones para jugar.

Llegamos- anunció mientras estacionaba en una calle cercana al lugar.

Gire mi cabeza para poder observar mejor. Dos escaleras mecánicas daban acceso al lugar y en la cima de estas se podia divisar un cartel muy grande y luminoso que rezaba: “All Star Lanes Bowling”.

Absorta en mis pensamientos no me percate de lo que estaba haciendo mi compañero. Extrañada me vuelví para ver como peleaba con una peluca negra con rulos.

-¿Qué estás haciendo?- Pregunte entre risas.

-Me camuflo para que las fans no me reconozcan- Dijo mientras intenta ponerse la peluca. Después de varios intentos lo logró y yo siguia riendo como una tonta. Justo cuando pensaba que ya está listo sacó de la guantera unos bigotes a juego con la peluca.

-No me digas que también te vas a poner eso- Pregunte e intente contener la risa pero fue más fuerte que yo.

-Son parte del vestuario- Se los puso y esbozó una sonrisa burlona- ¡Vas Happening!- Gritó y me asuste.

-Creo que te volviste loco- Dije preocupada, él reia.

-Estoy entrando en el personaje, de ahora en mas no soy Zayn.

-¿No?

-No, ahora llámame… Deliberó un instante. - ¡Miguelito!- Exclamó y rompi a reír de nuevo.

-¿Miguelito?- Dije entre risas.

-Sí, basta, no te rías- Trató de ponerse serio, pero no pudo y comenzó a reír conmigo- Esta bien vamos que se nos hace tarde.

-No sé si quiero que la gente me vea con Miguelito- Bromee.

-Yo sé que Miguelito no es tan lindo como Zayn, pero tiene buen corazón,  deberías darle una oportunidad- Bajó del auto y abrió mi puerta.

Alcance a poner los ojos en blanco antes de bajar e ingresar al edificio.

Subimos las escaleras mecánicas y cuando llegamos arriba teniamos una vista panorámica del lugar. Dos pinos gigantes flanquean la entrada, a la derecha habia un espacio para jugar al pool, a la izquierda el bar y en frente la pista de Bowling. El lugar no estaba lleno pero habia mucha gente.

Nos dirigimos al mostrador para pedir nuestros zapatos y la gente miraba a Zayn, digo Miguelito, extrañados,  pero él no les daba importancia, yo intente disimular mi risa con poco éxito.

El encargado que me recordaba bastante a Jake nos entregó unos pares de zapatos desgastados por el uso. Le agradecimos y nos dirigimos a una de las mesas libres,  la más alejada posible, por supuesto.

A los pocos minutos estabamos jugando. Zayn me iba ganado por 28 puntos. La verdad es que no era muy buena en esto pero lo estaba llevando muy bien comparado con las otras veces que jugué. Al menos no me caí o algo así.

Cada vez que mi acompañante hacia una chuza comenzaba a hacer un baile extraño, todas las personas que estaban a nuestro alrededor lo miraban. Mientras yo me  limité a tapar mi cara para que no noten lo roja que estaba, parecía que lo hacia al propósito.

 Después de haberme ganado tres juegos consecutivos Zayn decidió que debiamos ir a descansar. Nos sentamos en una mesa del bar cercana a la salida.

-¿Eso te demostró que soy mejor que tu amiga?- dijo esbozando una gran sonrisa.

-Mm…- Dude- Todavía sigo pensando que Lucy te ganaría-

Él revolea los ojos.

- Tengo que ir al baño- Dije antes de que pueda reprocharme que me equivocaba y me levante.

Los baños se ubicaban cerca del mostrador dónde antes retiramos el equipo para jugar. El chico que se parecia a Jake estaba de espaldas a mi sumergido en lo que parecia una intensa conversación telefónica. Suspiré, definitivamente, igual a Jake.

Los baños no eran muy grandes pero están limpios y eran lindos. Estaba contestando un mensaje de Emma que me preguntaba como la estaba pasando cuando sentí unas voces que nombraban a One Direction. Agudice el oído y lo apoye en la puerta de mi cubículo  para poder escuchar lo que decían.

-Yo leí que mañana se van Suecia a grabar su segundo disco, estoy muy emocionada por escucharlo- Decía una de las chicas que parecía muy emocionada.

- Si yo también, ¿cuándo tiempo crees que se queden en Suecia?- Fue lo último que pude escuchar porque se fueron. Esperé unos minutos hasta estar segura de que volvía a estar sola antes de salir. Me dirigí a la mesa con Zayn, ¿se iba a ir sin decirme nada?

Cuando caminaba me percaté de que la canción que pasaban en el edificio en ese momento era la misma que Lucy tenía de tono de llamada en su celular. De One Direction, obviamente, What Makes You Beautiful o algo así.

-Volviste, yo pensé que te ibas a escapar y dejarme plantado- Comentó burlón.

Puse los ojos en blanco- Creo que me encontré con unas directioners

-¿Donde?, ¿se dieron cuenta de que estoy acá?, ¡Tenemos que irnos!- Dijo alterado.

-No  te estaban buscando solo las escuche hablar de ustedes.

-Ah- Se relajó- ¿Y qué dijeron? ¿Comentaban lo talentoso y lindo que soy?- Hizo una mueca arreglando su peluca.

-No, no hablaron de Miguelito- Respondí con sarcasmo -Mencionaron un viaje a Suecia para grabar un segundo disco.

-Ah si eso- Dijo Zayn tomando su bebida que debio haber pedido cuando estaba en el baño. Noté  que también me había pedido una, tome un sorbo y  continúe.

-¿Es cierto?- Trate de parecer indiferente pero la verdad es que me inquietaba mucho saber.

Suspiro- Si, nos vamos mañana temprano, te lo iba a decir hoy pero me olvide- Trato de justificarse.

-Está bien-  ¿Qué otra cosa podía decir?, no tenia que decirme a donde va ni que hace si solo somos amigos ¿O no?

Sonrió aliviado por mi reacción, ¿Qué esperaba que hiciera?

-Vas a tener que prometerme algo, así me quedo más tranquilo- Se puso serio.

Lo mire sorprendida- ¿Qué?

-Prométeme que me vas a responder los mensajes y las llamadas. Se removió en su asiento para acercarse más. –Y que me vas a extrañar, aunque eso no es muy difícil, ambos sabemos que no podes  vivir sin mí.

Puse cara de pocos amigos.-Claro.

Con delicadeza tomó mi mano sobre la mesa. -¿Me vas a prometer aunque sea lo primero?

Ahí estaba esa mirada otra vez, ¡no puede mirarme así y pedir que sea racional!

Suspiré. –Lo prometo.

¿Estás segura de que seguís siendo Amy Scott?- Escuche decir a mi cruel subconsciente.

Su rostro se iluminó y me dedico una sonrisa, aunque debajo de su falso bigote casi no se podía ver, pensar en eso me resultó gracioso y comencé a reír a carcajadas.

-¿Te estás burlando de mí?- Inquirió ofendido.

-No, para nada- Puse cara seria pero no me duro mucho.

Zayn bufó. –Bien, creo que va a ser mejor que vayamos por el helado ahora.

Asentí con la cabeza y antes de poder decir algo él tiró de mi mano y comenzó a salir del Bowling caminando hasta su auto.

…

Paramos en Freggo, una heladería que quedaba cerca del Starbucks donde trabajaba. Lo conocia bastante bien porque de pequeña solía venir a menudo con mi familia, cuando mamá y papá seguían juntos. Me traía buenos recuerdos.

Luego de comprar nos sentamos en una de las mesas de afuera, ya era bastante tarde así que prácticamente éramos los únicos en todo el local.

La temperatura había descendido bastante y una  brisa fresca soplaba. Intenté contener un escalofrío pero él lo notó.

-Tengo una campera en el auto- Dijo mientras se metía la cucharada en la boca.

-Estoy bien- Contesté restándole importancia. -¿Te podes sacar el bigote por favor?

Zayn abrió los ojos, definitivamente no esperaba eso.

-Me da mucha risa- Me excusé.

Se encogió de hombros y con cuidado lo despegó dejando a la vista su piel algo irritada. -¿Feliz?

-Ajá.

Mi compañero comenzó a acercarse más a mí. Me cuerpo se sentó y por un instante creí que me faltaba el aire.  Lentamente alzó la mano y me pegó el bigote que él había estado usando justo en el espacio entre mi labio superior y mi nariz.

-Estoy segura de que me queda mejor que a vos- Bromeé.

Zayn lanzó una carcajada. –Te falta la peluca.

-No la necesito- Espeté.

Se mordió el labio y volvió a aproximarse para quitármelo de la cara aunque se demoró unos minutos mirándome directamente a los ojos. Se me aceleró el pulso. Nerviosa me moví provocando que nuestros brazos de rozaran.

-¡Tenés la piel de gallina!- Me regañó

-No es para tanto.

Haciendo caso omiso a mis quejas se dirigió hasta su auto que estaba estacionado a unos metros de Freggo.

Un par de minutos más tarde reapareció con una campera en sus manos, la cual colocó sutilmente sobre mis hombros antes de volver a su lugar.

Puse los ojos en blanco.

-De nada- Respondió sonriendo.

Dejé que una media sonrisa se dibujara en mi rostro.

Escuché que mi celular sonaba, era Emma, otra vez. Decidí que lo contestaría más tarde, pero al tomar el aparato me di cuenta de que ya eran casi las doce. Si no volvía a casa pronto mamá se preocuparía.

-Ya es tarde- Comenté con un hilo de voz.

Zayn miró su reloj y luego asintió. –Vamos.

No estábamos demasiado lejos del edificio donde vivía, así que el viaje fue bastante corto, más de lo que me hubiera gustado.

Sentada en el asiento del copiloto me puse a examinar la campera. Era roja, con líneas blancas en los puños, similar a una chaqueta de beisbol, bordada en el costado derecho tenía la letra ‘Z’. Me acurruqué y absorbí mejor el aroma.

-¿Qué perfume usará?

Rápidamente eliminé esas ideas de mi cabeza, ¡a mí que me importa su perfume!

Por fin el choche se detuvo. Antes de que pudiera reaccionar él se bajo del auto y abrió mi puerta, ¿pensaba acompañarme adentro?

-No quiero que tu mamá piense que te dejo sola- Dijo como si hubiera estado leyendo mis pensamientos.

-¿Te preocupa lo que mi mamá piense?- Pregunté divertida.

-Por supuesto, es mi suegra.

Lo fulminé con la mirada a lo que respondió con una sonrisa.

Caminamos a través del hall, donde por suerte no había nadie- Zayn se quitó la peluca,  no creo que mamá lo reconociera de todos modos.

Bajamos del ascensor y avanzamos lentamente hasta la puerta.

-Bien… Empecé a decir pero  luego dude. –Que te diviertas en Suecia.

Estaba cómodamente apoyado sobre el marco. –Acordarte de tu promesa.

Bufé. –Si, yo siempre cumplo con lo que prometo.

Me acarició la mejilla. –Eso espero.

Algo atontada hice el amague de sacarme la campera y devolverla a su dueño pero este me detuvo.

-Quiero que te la quedes. 

-No puedo aceptarla.

-Es para que me recuerdes- Sentí como me examinaba con la mirada. – Además, me gusta cómo te queda.

-¿Mejor que a vos?

-Tampoco seamos exagerados- Bromeó.

Arqueé las cejas. –Me la voy a quedar, temporalmente, hasta que vuelvas.

Suspiró. –Testaruda como siempre.

Sonreí condescendiente.

-Está bien, hasta que vuelva, para nuestra segunda cita.

-¿Segunda cita? ¿Cuándo acordamos que iba a haber una segunda?

-¿El viernes está bien?- Siguió hablando ignorando mis quejas. –Podes elegir el lugar.

-Ah, gracias por tu consideración- Respondí con sarcasmo.

-¿Eso es un sí? Inquirió  y pude ver que se le iluminaba el rostro.

Después de deliberar unos minutos contesté. –El viernes.

-Genial.

Sin previo aviso se inclinó para besarme en la mejilla, demasiado cerca de la comisura de los labios. ¿Qué está haciendo?

Oí un par de voces al otro lado de la puerta, creo que Zayn también porque se apartó de mi rápidamente aunque no lo suficiente.

Tomé una gran bocanada de aire lista para enfrentarme a mi madre, no creía que fuera a regañarme, pero de todas formas sería incómodo.

-Amy hija, por fin llegaste, ya temía que tendría que volver a Alemania sin verte… Se  detuvo en seco al ver que no estaba sola - ¿Quién es él?

Mierda.

Tragué saliva. –Hola papá.