Me quede ahí parada tratando de decidir si lo que estaba viviendo era real o no, ¿no
estaría soñando? Todavía estaba
deliberando, cuando los gritos del hombre de seguridad me indicaron que
siguiera al grupo, las fans ya se encontraban a unos metros de mí dirigiéndose
hacia donde estaban las estilistas. Mire a mi alrededor y sopese la posibilidad
de escapar, pero con tanta seguridad lo vi imposible, arrastrando los pies me
coloque ultima en la fila de chicas que esperaban ser maquilladas.
Me frote los ojos con las palmas de las manos lamentándome
por la situación, fue entonces cuando sentí dos manos sujetando mis brazos y
arrastrándome hacia un costado oscuro. Me contuve para no gritar, después de
todo con tantos guardias ¿qué podría pasarme?
Gentilmente me hizo girar para que viera su rostro, Liam me
sonreía.
-¿Me estas siguiendo o qué?
-¿Quién arrastro a la oscuridad a quién? Contrataqué
Observe como esa media sonrisa que ya conocía aparecía. –
Touché. Lindo uniforme por cierto.
Bajé la mirada y vi como la pollera azul oscuro flameaba
sobre mis piernas, con todo el apuro no me había dado cuenta de que todavía lo
tenía puesto.
-Filmar un video clip no estaba en mis planes exactamente.
- No sabía que eras fan.
-No lo soy.
-¿Entonces qué haces acá? Inquirió
Suspiré. –No tengo la más mínima idea.
Reímos juntos nerviosamente.
-¿Te vas a quedar?
-No creo tener otra opción.
-Sé que morís por verme cantar- Se burló.
-Pff, ya quisieras.
Baje la mirada porque sentía el color rojo subirme por las
mejillas.
Liam acercó su mano a la mía, pude sentir como el aire a nuestro alrededor se alborotaba.
-¿Dónde está Liam?- Escuche que alguien preguntaba.
Largue el aire que había estado conteniendo. - Creo que te están buscando.
-Eso parece- Contesto. Sin embargo se quedó allí inmóvil.
-Va a ser mejor que vallas.
-Supongo- Comenzó a girarse pero se detuvo en seco. –Voy a
ver que te consigan algo de ropa para cambiarte.
Lo vi alejarse y esperé unos minutos para asegurarme que
nadie sospechara de qué habíamos estado hablando. En cuento puse un pie fuera
de la oscuridad vi como un estilista me señalaba y me pedía que viniera junto a
él, en su mano derecha sostenía una pila
de ropa. Me entregó el montón y me señalo unos camerinos para que me cambiara,
fingí una sonrisa, le agradecí y me dirigí a quitarme el uniforme.
Cuidando de hacer el menor ruido posible entré en el pequeño
cuarto, la luz estaba encendida. Con
rapidez me cambie, estaba ansiosa por librarme del ridículo uniforme. Una vez
preparada decidí quedarme allí nos minutos más, con algo de suerte los
maquillistas se olvidarían de mí y no tendría que soportar un par de manos
extrañas sobre mi rostro. Estaba pérdida en mis pensamientos cuando sentí el
frío del metal de la puerta chocar contra mi cuerpo.
-Lo siento mucho- Dijo el morocho cuyo nombre era Zayn.
-No, este… - Dude en que decir porque me había tomado
totalmente desapercibida.- Está bien- Dije al fin.
-¿Todavía necesitas el camerino?
-No, ya terminé- Contesté señalando el uniforme que llevaba
entre mis brazos.
-Genial, igual solo venía a controlar mi cabello
Trate de contener la ría pero fue más fuerte que yo.
-¿Qué es lo gracioso?- inquirió con una media sonrisa es su
boca.
-No, no es nada conteste entre risas.
-Okey, pero al menos yo no llevo zapatos de escuela. –
contrataco señalando mis negros y gastados zapatos de gamuza.
-Ouch, eso dolió- respondí algo sonrojada.
-Oh, espera aquí un momento – dijo – creo que tengo algo que
puede servirte.
-Camino hacia una mochila en la que logre divisar el logo de
una banda, Nirvana, y saco un par de zapatillas Nike blancas que combinaban con
el jean negro y el top gris que me había dado el estilista. Me las entrego para
que me las ponga.
-¿Te gusta? -Pregunte señalando la mochila.
-Se podría decir – contesto - ¿Por qué? ¿Te gustan?
-Son una de mis bandas favoritas- Igual no parecen de tu
estilo.
-¿Y mi estilo cual es exactamente?
Me quede pensando en que responderle cuando la puerta se
abrió y Liam entro.
-Zayn es hora de empezar- dijo algo molesto al notar mi
presencia. - ¿Estas bien Emma?
Empecé a responderle cuando Zayn me interrumpió – ¿Emma? ¿Se
conocen?
Mi ‘no’ resonó como un eco sobre el ‘si’ de Liam, quién me
miró un poco herido.
-¿Sí o no? Volvió a preguntar.
-Será mejor que nos apuremos los deben estar esperando- Me apresuré a decir y prácticamente los empujé
fuera del camerino
…
La filmación transcurrió tranquila, traté de aparecer lo
menos posible y las fans no tuvieron ningún problema en taparme durante las
tomas grupales, que eran casi todas en las que aparecíamos. Me crucé con Zayn
un par de veces en los minutos de ‘recreo’ que nos daban entre toma y toma,
conversamos, a decir verdad congeniábamos muy bien, éramos parecidos en muchas
cosas, incluso intercambiamos números. Por su parte Liam dedico el resto del día
a ignorarme, aunque podía sentir sus ojos clavados en mi espalda cada vez que
Zayn se acercaba a mí, juraría que cada
minuto que cantó durante el video me estaba mirando, no sé si lo hacía
apropósito o si solo era mi imaginación. Para cuando me di cuenta ya eran las
7pm, el sol se estaba poniendo, y pude
sentir la fresca brisa de verano chocar contra mi piel. Tan pronto como nos
dijeron que nos podíamos retirar puse camino a casa, no quería arriesgarme a
que se arrepientan y tuviéramos que filmar otra escena.
Llegué a casa antes de lo que pensaba, mamá ya estaba
preparando la cena y para mi suerte no pregunto dónde había estado. Luego de cenar me bañé, respondí los mensajes que Lucy había dejado
en mi Facebook sobre el viernes a la noche y me acosté.
…
A la mañana siguiente me levante y cuando fui a ponerme el
uniforme me di cuenta de que me lo había olvidado en el camerino, por suerte
tenía otro pero debía encontrar la forma de recuperarlo sin que nadie se
entere.
En la escuela me encontré con Lucy quien me taladro la
cabeza toda la mañana con los planes para esa
noche. No me atreví a decirle que no había podido alquilar la película,
ni lo del CD. El timbre sonó marcando el comienzo del fin de semana. Apenas salí
de la escuela me dirigí al video club evitando completamente el centro y sus
alrededores. También pase por una disquería y le compre un CD nuevo a Lucy.
Llegue a casa y mamá ya se había ido al hospital, sus dos
días de franco habían terminado y debía volver a trabajar. Era doctora.
Me tome mi tiempo para asearme y me vestí con un jean claro
roto y una remera musculosa blanca con una estampa que decía moustache, en los
pies llevaba una zapatillas Adidas blancas. Mire con recelo el montón de ropa y
las zapatillas Nike que todavía debía devolver. Pensé en llamar a Zayn en ese
momento pero justo sonó el timbre y corrí hacia la puerta, la abrí y me detuve
en seco.
-No pareces muy contenta de verme- Dijo Liam que se
encontraba allí parado con sus pantalones de jean oscuros, su campera roja y
una mochila al hombro.
-¿Qué estás haciendo acá ?– pregunte
- ¿No me vas a invitar a pasar?-Estaba a punto de negarme
cundo sentí unas voces femeninas al final de pasillo. Rápidamente Liam entro en
mi departamento y cerró la puerta tras de sí.
Nos quedamos en silencio hasta que las voces desaparecieron.
-¿Cómo supiste cual era mi departamento?- Le exigí que
respondiera.
-El portero es un hombre muy amable, y más si estas
dispuesto a pagarle una buena propina- Puse los ojos en blanco. Ya más tarde me
encargaría de regañar a Arnold, el portero del edificio.
-Emm… yo vine a traerte el uniforme que te dejaste- Soltó sacando
la ropa de su mochila
-Oh, este, gracias –
conteste un poco sonrojada mientras estiraba la mano para tomarlo pero él no me
dejó retirarla, delicadamente me tomo y me obligó a mirarlo a los ojos.
Me quede allí conteniendo la respiración.
-¿Te gustaría salir conmigo? Inquirió.
-Sí, digo, no, perdón, no puedo. . . tengo planes con una
amiga- Con un movimiento brusco me aparté de él.
Observe como la sonrisa se borraba de su rostro y se me hizo
un nudo en el estómago. –Está bien pero…
Mi celular comenzó a sonar, era Lucy, me apresuré a atender
para evitar la mirada triste de Liam.
-Hey Emma, yo sé que te prometí que esta noche ibas a venir
a casa pero, surgió algo, Andy vino, se está sintiendo algo enfermo, y creo que
me voy a quedar con él hasta que mejore, ¿no podemos dejarlo para otro día?.
Suspiré.- No no, está bien, entiendo, otra vez será, ojalá
se mejore- Corté, en realidad no estaba de humor para escuchar otra de sus
excusas.
Me di vuelta para encontrarme con Liam sentado en mi sillón.
-¿Está todo bien?
-Si…
Dio unas palmaditas en el almohadón junto a él para
indicarme que me siente. – ¿Es idea mía o tus planes se acaban de cancelar?-
Inquirió mientras esa media sonrisa reaparecía.
-¿No te parece de mala educación escuchar conversaciones
ajenas?- Contra taqué.
-Bien, si estás libre entonces… eso significa que salís
conmigo, ¿tenes hambre? Porque Niall me hablo de un Nando’s no muy lejos, eso
si tenes hambre, sino, podemos ver una película o…
Escuché rugir a mi estómago y eso fue la respuesta que Liam
necesitaba.
-Nando’s será- Concluyó tomándome por la muñeca y
prácticamente arrastrándome fuera del apartamento.
Estábamos en el
ascensor cuando lo vi sacar una peluca rubia de su mochila y colocársela en la
cabeza, luego tomó un pote con maquillaje y se tapó su mancha de nacimiento, la
misma que me ayudó a reconocerlo el día anterior. Una vez listo dio media vuelta y rio.
-¿Qué tal?
-¿Qué estás haciendo?- Yo también reía.
-Me camuflo, no creo que quieras salir corriendo si alguien
me reconoce.
-No serás tan famoso- Dije algo sarcástica.
El ascensor se detuvo. –De verdad no tenes ni idea de quién
soy.
Salimos a la calle y caminamos en silencio, casi rozándonos,
las cuadras que nos separaban de Nando’s.
Entramos y el olor a comida me
abrió más el apetito, nos sentamos en la
esquina más alejada de todas, se suponía que estábamos pasando desapercibidos.
Yo pedí un Veggie wrap y Liam un Chicken Breast Fillet. Aunque suene extraño
para cuando la comida estuvo lista el estómago se me había cerrado de tal forma
que no creía poder tragar un bocado, casi nunca me pasaba solo cuando estaba
nerviosa pero eso sería muy estúpido ¿no?
Trate de actuar normal tomé mi Wrap y lo mordisquee. Para
empeorar las cosas Liam no dejaba de mirarme.
-¿Tengo algo?- Inquirí cuando la curiosidad fue más fuerte
que yo.
-No sé, prácticamente no te conozco, ¿cuál es tu color
favorito?
-¿Siempre haces preguntas así?
Esa sonrisa otra vez. –No, solamente cuando estoy muy
interesado en otra persona, ¿me vas a contestar?
-Anaranjado, ¿el tuyo?
-Morado, ¿banda favorita?
-Mmm… esa es difícil… McFly, ¿vos?
-N sync, ¿película favorita?
Suprimí una risa. -¿N sync? ¿De verdad?
Liam comenzó a cantar por lo bajo -‘Baby, when you finally
get to love somebody guess what ? It's
gonna be me’ son geniales, ¿película favorita?
-Si a vos te gustan. Toy Story, la trilogía.
-Bueno, al fin algo que tenemos en común.
Estuvimos así un rato largo, para ser sincera me olvide
completamente de la hora y para cuando reaccioné ya no quedaba nadie en el
local, lentamente nos pusimos de pie y salimos.
Camino a casa compré un helado, al parecer mis nervios se
había ido y mi estómago estaba ofendido por el warp a medio comer que había
dejado en Nando’s, le pregunté a Liam si quería pero dijo que no, algo sobre
una fobia a las cucharas, ¿qué tan raro es eso?
En la calle sin el aire acondicionado me di cuenta de que la
temperatura había bajado, me froté los brazos con las palmas de las manos para
calentarme.
-¿Tenes frío? Pregunto
-No, estoy bien-Respondí con menos convicción de la que
quería mostrar.
Sin darme tiempo a protestar se quitó su campera y
delicadamente me ayudo a ponérmela.
-¿Estás seguro de que no la necesitas?, no tengo tanto frío,
además no sea cosa que te enfermes y
después tenga que cargar con la culpa.
-Creo que puedo sobrevivir a un vientito- Dijo en un tono
burlón.
Le dediqué una media sonrisa. –Gracias.
Llegamos al edificio donde vivía antes de lo que hubiera
querido, con cuidado saque el móvil, que por cierto se apagó casi al instante,
de mi bolsillo, eran las 2 am, por suerte mamá no estaba en casa esa noche.
Cuando subíamos por el ascensor pude notar que Liam estaba
nervioso otra vez, prácticamente no hablamos
hasta llegar a la puerta de mi departamento.
Me puse a juguetear con las llaves solamente para concentrarme
en algo. – Bien… ya es tarde ¿no?
-Si bueno, será mejor que te deje, debes estar cansada y
eso.
-Sí, claro… - Me detuve pensado en que decir para no sonar
como una completa estúpida. - Gracias, la pase muy bien esta noche- Si bueno,
hablar no es lo mío.
Liam me dedico una amplia sonrisa. –Yo también.
-Entonces, nos vemos- Dije alejándome unos pasos para poder
abrir la puerta
-Nos vemos- Contestó y comenzó a caminar por el pasillo.
Estaba de espaldas colocando la llave en la cerradura cuando
sentí sus manos sobre mis hombros.
-¿Emma?
-¿Si?- Me volteé para asegurarme de que en realidad era él.
-De verdad me gustaría volverte a ver, ¿crees que podrías
hacer un lugar en tu ocupada agenda para mí?-
Tarde unos minutos en responder porque a mi cuerpo le estaba
costando trabajo respirar.
-Creo que puede haber un hueco para vos- Solté al fin.
La cara de Liam se iluminó y esa hermosa sonrisa que me
sacaba el aire se hizo presente una vez más.
-Genial.
Intercambiamos números, y prometimos ponernos de acuerdo
durante la semana. Él se inclinó para besarme la frente, si la frente, de
verdad era raro y con un tímido ‘nos vemos’ se alejó por el pasillo.
No estoy segura de sí pasaron 3 minutos o media hora hasta
que las manos me respondieron y logré abrir la puerta. Me fui directo a la
cama, con las emociones de lo que había pasado di un millón de vueltas hasta
que logré conciliar el sueño.
…
La mañana siguiente me desperté con un hilo de luz que
atravesaba mi ventana, con cuidado me senté en la cama convencida de que mis
últimos dos días habían sido un sueño extremadamente realista.
Me incliné un poco para ver en mi ropero la pila de ropa
sobre la que descansaban las zapatillas de Zayn, luego gire la cabeza y ahí
estaba la campera roja de Liam sobre mi mesita de luz, pruebas consistentes de
que todo era real.
Estaba todavía perdida en mis pensamientos cuando mi celular
sonó, era un mensaje de un número desconocido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario