18 nov 2012

Capítulo 5


Afuera todavía llovía pero no me importo estaba demasiado enojada. Camine sin rumbo fijo porque no sabia donde estaba ni como llegar casa. Nunca había venido por esta zona de Londres, parecía un barrio privado, no le di importancia y seguí vagando.
Estaba completamente mojada. Me percate de que no solo era agua lo que caía por mis mejillas. Estaba llorando, no entendía porque lo hacia pero no iba a permitir que un chico que apenas conocía me hiciera sentir mal.
Empezaba a desesperarme porque no sabía como volver, cuando escuché una voz, que me resulto conocida, gritando mi nombre. Trate de no mirar para atrás y apreté el paso, lo ultimo que quería era hablar con él. Pero Liam fue más rápido y me alcanzó, me tomo del brazo y me obligo a girarme para mirarlo.
-Emma perdóname yo no quise decirte esas cosas es que estaba muy…. Se detuvo en seco. - ¿Estas llorando?
-No, es que esta lloviendo ¿no ves? – le respondí de forma cortante.
- Ja, Ja- Rió sarcástico. - No soy tonto, estas llorando a mi no me engañas ¿Es por mi?
-Te digo que no estoy llorando – Dije casi gritando.
-Este bien, esta bien, ganaste,  no estas llorando ¿contenta?
-Un poco, ahora si me disculpas tengo que encontrar el camino casa- Comencé a girarme para continuar mi camino pero me detuvo.
-Emma espera por favor, por lo menos déjame llevarte a tu casa. Estas toda mojada y no quiero que te resfríes.
-Ah ¿así que ahora te preocupa mi salud? No gracias, puedo soportar un simple resfriado- Con un movimiento brusco lo aparté.
- ¿A si? Bueno eso si encontras tu casa, porque para tu información queda para el otro lado- Se burló con una sonrisa en su cara.
Mierda. Me quede parada en donde estaba y no dije nada, ¿Porque  tenia tanta mala suerte?
-Emm… yo podría llevarte en mi auto- Respondió casi riéndose. Me di media vuelta y camine hacia él.
-Esta bien podes llevarme a casa pero solo porque no se como llegar, todavía sigo enojada- Respondí a regañadientes.
-Okey, allá esta mi auto-Señalo un mini cooper negro que estaba estacionado en la otra cuadra ¿Cuánto tiempo abría estado siguiéndome? Comencé a caminar hacia el auto sin decir ni una palabra, entre en el y Liam hizo lo mismo. Arrancó el auto y salió rumbo a mi departamento.
Trate de no decir nada en todo el viaje pero al parecer mi ‘chofer’ no pensaba dejar las cosas como estaban.
- Te juro que no fue mi intención hacerte sentir mal es que estaba...- Pude ver como los músculos de su cuerpo se tensaban, le estaba costando mucho trabajo terminar la frase. –Estaba celoso- Soltó al fin.
 Me quede helada en mi asiento. ¿Era cierto? Liam Payne, ese chico con unos ojos hermosos, una sonrisa que puede derretir a cualquiera y una vos de ángel, ¿Estaba celoso?… ¿por MI?
-¿Celoso? ¡Ya te explique lo que paso!, aparte ¿Porque estarías celoso si no somos nada?- Dije a la defensiva.
-No lo sé- respondió y la sonrisa se borro de su cara.
Después de eso no hablo mas en todo el trayecto al departamento, el silencio era asfixiante, me pregunté si no estaría siendo muy dura con él, pero rápidamente borre esa idea de mi cabeza. Cuando llegamos me baje del auto y le di las gracias para luego salir corriendo a casa.
Entre en el departamento y me fui a sacar la ropa mojada. Mamá todavía no había llegado del trabajo puesto que me bañe y me fui a acostar sin tener que dar ningún tipo de explicaciones de por qué estaba toda mojada y llorando.
….
Al otro día me desperté temprano y me quede con mi  pijama de Coca-Cola puesto. Me lo había comprado una vez cuando había ido a USA  de vacaciones con mamá. Junto  con mis pantuflas de jirafa eran el conjunto perfecto para un día gris y lluvioso como aquel, parecía que mi humor controlaba el clima, no tenia pensado salir de casa. Fui a la cocina a buscar algo para desayunar  y allí estaba mi mamá con su uniforme del hospital lista para volver a su trabajo.
-Buenos días má- Dije suprimiendo un bostezo
-Hola hija ¿Queres que te prepare algo para desayunar?
-Oh, si, gracias- Sonreí. Me preparo el té y algunas tostadas para que coma.
-Emma ¿Tuviste otra pesadilla anoche?- Me interrogo preocupada
-No ¿Por qué?- Mentí
-¿Segura? Tenes ojeras y pareces cansada.
-No, no, enserio no me paso nada, debe ser porque anoche me acosté tarde, ¿Queres una tostada?- Cambié de tema rápidamente.
-No, esta bien gracias. Bueno me voy a trabajar, nos vemos a la noche- Besó mi mejilla y se fue. 
Lo cierto era que si había tenido un sueño algo raro que no me había dejado dormir bien.
En él me encontraba sumergida en una especia de océano, pero por extraño que sueno no me faltaba el aire, solamente flotaba, era bastante relajado en comparación con mis pesadillas de siempre, hasta que siento que una gran fuerza comienza a arrastrarme al fondo, intento luchar para ascender pero mis esfuerzos son imposibles, me estoy ahogando. La superficie parece cada vez más lejana, la luz comienza a desaparecer, cada vez me hundo más hasta que finalmente, llego al fondo, durante unos segundos todo es oscuridad, de pronto una luz se enciende e ilumina una única porción de arena, allí reposa tranquila una rosa roja,  la tome con delicadeza pero eso no fue suficiente, puedo sentir la espina clavándose en mi dedo cuando despierto.
Algo turbada me miro la mano donde debería estar la marca del pinchazo, no hay nada. No sé que podría significar ese sueño pero fue muy extraño.
Termine de desayunar y llame a Lucy para preguntarle si quería venir  a ver películas conmigo, pero como siempre ya tenia planes para salir con Andy. Le dije que no me importaba y que no se preocupe, luego me fui a mi cama y empecé a hacer zapping para ver si encontraba alguna película interesante.
Como no encontré ninguna decidí dejar el programa de Alan Carr, Chatty Man, me encantaba, siempre me hacia reír mucho, además cada tanto están invitadas algunas de mis celebridades favoritas, aunque contadas veces.
Mientras revolvía el frizzer buscando helado escuche que Alan hablaba de una banda que iba a estar en su programa pero no pude escuchar quien era. Ni se me ocurrió que pudieran ser ellos, digo ¿cuánta mala suerte puedo tener?,   hasta que los vi bajar por las escaleras no me di cuenta de lo cruel que el destino estaba siendo conmigo, casi todos tenían  unas sonrisas grandes en sus caras, parecían felices, excepto uno.
¿Por qué no cambie de canal inmediatamente después de que lo vi?, no sé, creo que soy algo masoquista después de todo.
Alan hizo sus chistes habituales, les ofreció algo de beber y se acomodó en su sillón listo para empezar la entrevista. La mayoría de las preguntas estaban dirigidas a los otros miembros de la banda, así que Liam no era enfocado por la cámara muy a menudo, hasta que llego la hora de la pregunta que menos me hubiera gustado que él contestara.
-Entonces, Liam- Comenzó a decir Alan.
Pude sentir puntadas en el pecho cuando hicieron un primer plano de su cara, como el pinchazo de la espina, pero multiplicado mil veces.
-Eres uno de los solteros más codiciados de Londres, por no decir de todo el Reino Unido, pero, lo que todo el mundo se pregunta es ¿no hay ninguna chica especial en tu corazón?
-Oh, genial- Pensé en voz alta.
Liam se revolvió en su asiento algo incómodo, pude ver como Zayn lo miraba fijamente. –Bueno, en realidad hay una chica- Contesto.
El público en el estudio murmuraba.
-Aja, ¿se puede saber quién es la afortunada?- Se apresuró a preguntar Alan.
-En realidad no creo que ella quisiera que diga su nombre, además, está fuera de mi alcance.
-Sinceramente Liam no creo que ninguna chica pueda resistirse a vos ¿qué paso entre ustedes?
-Ella no es como las otras chicas, es especial- Vi como intercambiaba miradas con sus compañeros de banda. –Pero fui un completo idiota y arruine todo.
Gritos de decepción por parte de la audiencia.
-Oh, conmovedor. Aunque no creo que debas darte por vencido ¿qué tal si le dices lo que sientes? Con suerte estará mirando el programa en este momento, si es que tiene buen gusto claro está- Bromeó el conductor.
Liam dudo unos minutos algo inseguro.
-Vamos Liam, ¿Qué perdés con intentarlo?- Lo animó Zayn.
Plano completo de su cara otra vez, el dolor que hasta entonces sentía en el pecho se había esparcido por todo mi cuerpo, contuve la respiración.
-Ni se te ocurra- Le susurré a la pantalla.
- Si por esas casualidades estás viendo esto, quiero que sepas que de verdad lamento todo lo que dije, no sé que es lo que tenés pero desde la primera vez que te vi sos lo único que  ronda mi cabeza, Dios, anoche no pude pegar un ojo pensando en lo que estarías pensando. Se detuvo un momento para tomar aire, alzó la mirada directamente a la cámara y prácticamente pude sentir que me estaba mirando ahí sentada, echa un lío. –Sé que te decepcioné, pero por favor, solamente te pido una segunda oportunidad, si alguna vez siquiera sentiste lo mismo que yo, quiero que nos des una oportunidad. 
El público enloqueció, todos aplaudían.
-Ahí lo tienen, ¿no es tierno?, esperemos que esa chica sea capaz de devolverle el corazón a este enamorado. Lamentablemente no podremos averiguarlo porque se nos acabó el tiempo-  Alan se levantó para despedir a sus invitados, la pantalla se puso negra unos segundos y luego, comerciales.
Apoyé mi cabeza contra la almohada rogando que la cama me succionara y poder desaparecer de este mundo. Liam Payne acababa de dedicarme posiblemente el discurso más tierno del mundo, en televisión y ahí estaba yo, con un pijama viejo, un kilogramo de helado de chocolate y sin el valor suficiente para levantar el teléfono y llamarlo.
¿Cómo se atrevía a ser tan tierno cuando trataba de estar enojada con él? Lo odiaba, odiaba la forma en que me hacía sentir, odiaba que cada vez que estaba cerca me costara respirar, odiaba pensar en su sonrisa hipnotizante, sus hermosos ojos y esa marca de nacimiento tan tierna. Lo odiaba porque me hacia quererlo.
Frustrada me levante de la cama, camine hasta el televisor y prendí el DVD. No podía lidiar con todo eso ahora, no estaba emocionalmente preparada y sinceramente no tenía ni idea de que hacer. A lo mejor si actuaba como si nada todo pasaría, Liam me olvidaría y encontraría alguna chica famosa que encaje más con su mundo o tal vez una fan ¿quién sabe?, y yo, bueno, yo  encontraría a alguien también, algún día, o sino podría comprar un gato.
Puse el DVD de The Notebook y me senté otra vez en la cama colocando el pote de helado en mi regazo. Dije que lo iba a superar, nunca aclaré como.
...
Fueron unos fuertes golpes en la puerta los que me despertaron,  me había quedado dormida a mitad de la película, de verdad necesitaba descansar, las pesadillas me estaban volviendo loca. Frotándome los ojos con la palma de la mano me acerqué a la puerta. Mire a través de la mirilla, era tarde, nunca se sabe con que clase de loco te podes encontrar. No había nadie. Consideré dar media vuelta y volver a dormir,  quien quiera que fuera ya se había ido, sin embargo la curiosidad fue más fuerte que yo, me arme de valor y abrí la puerta.
La rosa estaba ubicada sobre la alfombra en la puerta de mi departamento,  tuve suerte de no pisarla. Con cuidado la tome,  ¿es  que alguien se estaba metiendo en mis sueños y después usándolos para torturarme?
Di unos pasos fuera de mi departamento, con sutileza me asomé lo que más pude para ver si había alguien en el pasillo. Nada, mi único acompañante era el carrito con los artículos de limpieza ¿quién podría limpiar a estas horas?
Extrañada volví a mirar la rosa, atado al tallo tenía un cartelito escrito con esa hermosa letra que yo ya conocía.
‘Perdón’
Intenté desatarlo, lo que fue una mala idea porque me pinché el dedo pulgar con una de sus espinas.
-Aw-Grite más por reflejo que por dolor.
-¿Ves? Te dije que la rosa era una mala idea- Escuché que una voz decía detrás del carrito.
-No es una mala idea, ella no tenía que desatar el cartel, fue su culpa, no mía.
Observé como Louis y Harry salían de su escondite y continuaban discutiendo.
-¡Hey miren!, encontré una de esas máquinas expendedoras de comida- Niall apareció por el pasillo cargado con un montón de barras de chocolate.
-¡Están arruinando todo el plan!- Zayn también había salido de su escondite para regañar a sus amigos.
-Este… ¿hola?- Interrumpí  tímidamente.
-Oh, creo que ya nos vio- Señaló Louis.
-No me digas ¿estás seguro?- Respondió Harry algo sarcástico.
-¿Qué están haciendo acá?- Pregunté.
-Ayudamos a Liam a recuperarte- Contestó un Niall con la boca manchada de chocolate.
- Si bueno, creo que no fue tan buena idea- Su voz sonaba algo sombría, más apagada que en televisión.
Me giré y vi a Liam parado detrás de mí.
-¿Te das cuenta lo desesperado que estoy ahora?- Una media sonrisa fugaz cruzo su rostro.
Di un paso para acercarme a él. –Un equipo bastante interesante-  Reí más por los nervios que por otra cosa.
Él se acercó ya un poco más animado. –Necesitaba toda la ayuda necesaria.
Nuestros brazos se rosaban. –Creí que no era tan importante- No iba a dejarle las cosas tan fáciles.
Un atisbo de tristeza volvió a sus ojos, lo que me hizo sentir inmediatamente culpable.
-No sé si estuviste viendo la televisión últimamente- Empezó a decir.
-Oh, si, creo haber visto algo sobre un programa, ¿Alan Carr puede ser el conductor?- Reí.
-El mismo- Alzó la mano para acariciar mi mejilla. –Todo lo que dije es cierto, lo siento Emma, de verdad, ¿no puedo tener una segunda oportunidad?
Nos miramos fijamente a los ojos por unos minutos.
-Puede ser… pero vas a tener que salvarme un par de veces más para eso.
-Todas las que quieras- Contesto.
-¡¡aww!!- dijeron al unísono los chicos.
Apenas unos centímetros separaban nuestros labios, podía sentir la sangre correr por mi venas a mil kilómetros por hora, ¿sería Liam capaz de sentir lo fuerte que me latía el corazón? Continuamos acercándonos. No sabia si era mi imaginación o qué pero la temperatura parecía haberse elevado de repente. Prácticamente podía sentir la respiración de Liam.
-Ejem…- Nos interrumpió Louis algo incómodo.

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