Afuera todavía llovía pero no me importo
estaba demasiado enojada. Camine sin rumbo fijo porque no sabia donde estaba ni
como llegar casa. Nunca había venido por esta zona de Londres, parecía un
barrio privado, no le di importancia y seguí vagando.
Estaba completamente mojada. Me percate
de que no solo era agua lo que caía por mis mejillas. Estaba llorando, no entendía
porque lo hacia pero no iba a permitir que un chico que apenas conocía me hiciera sentir mal.
Empezaba a desesperarme porque no sabía como
volver, cuando escuché una voz, que me resulto conocida, gritando mi nombre.
Trate de no mirar para atrás y apreté el paso, lo ultimo que quería era hablar
con él. Pero Liam fue más rápido y me alcanzó, me tomo del brazo y me obligo a
girarme para mirarlo.
-Emma perdóname yo no quise decirte esas
cosas es que estaba muy…. Se detuvo en seco. - ¿Estas llorando?
-No, es que esta lloviendo ¿no ves? – le
respondí de forma cortante.
- Ja, Ja- Rió sarcástico. - No soy tonto,
estas llorando a mi no me engañas ¿Es por mi?
-Te digo que no estoy llorando – Dije casi
gritando.
-Este bien, esta bien, ganaste, no estas llorando ¿contenta?
-Un poco, ahora si me disculpas tengo que
encontrar el camino casa- Comencé a girarme para continuar mi camino pero
me detuvo.
-Emma espera por favor, por lo menos déjame
llevarte a tu casa. Estas toda mojada y no quiero que te resfríes.
-Ah ¿así que ahora te preocupa mi salud?
No gracias, puedo soportar un simple resfriado- Con un movimiento brusco lo
aparté.
- ¿A si? Bueno eso si encontras tu casa,
porque para tu información queda para el otro lado- Se burló con una sonrisa en su
cara.
Mierda. Me quede parada en donde estaba y
no dije nada, ¿Porque tenia tanta mala
suerte?
-Emm… yo podría llevarte en mi auto- Respondió casi riéndose. Me di media vuelta y camine hacia él.
-Esta bien podes llevarme a casa pero
solo porque no se como llegar, todavía sigo enojada- Respondí a
regañadientes.
-Okey, allá esta mi auto-Señalo un mini
cooper negro que estaba estacionado en la otra cuadra ¿Cuánto tiempo abría estado siguiéndome? Comencé a caminar hacia el auto sin decir ni una palabra,
entre en el y Liam hizo lo mismo. Arrancó el auto y salió rumbo a mi
departamento.
Trate de no decir nada en todo el viaje
pero al parecer mi ‘chofer’ no pensaba dejar las cosas como estaban.
- Te juro que no fue mi intención hacerte
sentir mal es que estaba...- Pude ver como los músculos de su cuerpo se tensaban,
le estaba costando mucho trabajo terminar la frase. –Estaba celoso- Soltó al fin.
Me
quede helada en mi asiento. ¿Era cierto? Liam Payne, ese chico con unos ojos
hermosos, una sonrisa que puede derretir a cualquiera y una vos de ángel,
¿Estaba celoso?… ¿por MI?
-¿Celoso? ¡Ya te explique lo que paso!,
aparte ¿Porque estarías celoso si no somos nada?- Dije a la defensiva.
-No lo sé- respondió y la sonrisa se borro
de su cara.
Después de eso no hablo mas en todo el
trayecto al departamento, el silencio era asfixiante, me pregunté si no
estaría siendo muy dura con él, pero rápidamente borre esa idea de mi cabeza.
Cuando llegamos me baje del auto y le di las gracias para luego salir corriendo
a casa.
Entre en el departamento y me fui a sacar la
ropa mojada. Mamá todavía no había llegado del trabajo puesto que me bañe y me
fui a acostar sin tener que dar ningún tipo de explicaciones de por qué estaba
toda mojada y llorando.
….
Al otro día me desperté temprano y me quede
con mi pijama de Coca-Cola puesto. Me lo había comprado
una vez cuando había ido a USA de vacaciones
con mamá. Junto con mis pantuflas de
jirafa eran el conjunto perfecto para un día gris y lluvioso como aquel,
parecía que mi humor controlaba el clima, no tenia pensado salir de casa. Fui a
la cocina a buscar algo para desayunar y
allí estaba mi mamá con su uniforme del hospital lista para volver a su
trabajo.
-Buenos días má- Dije suprimiendo un
bostezo
-Hola hija ¿Queres que te prepare algo para
desayunar?
-Oh, si, gracias- Sonreí. Me preparo el té
y algunas tostadas para que coma.
-Emma ¿Tuviste otra pesadilla anoche?- Me
interrogo preocupada
-No ¿Por qué?- Mentí
-¿Segura? Tenes ojeras y pareces cansada.
-No, no, enserio no me paso nada, debe ser
porque anoche me acosté tarde, ¿Queres una tostada?- Cambié de tema
rápidamente.
-No, esta bien gracias. Bueno me voy a trabajar, nos vemos a la noche- Besó mi mejilla y se fue.
Lo cierto era que si había tenido un sueño algo raro que no me había dejado dormir bien.
Lo cierto era que si había tenido un sueño algo raro que no me había dejado dormir bien.
En él
me encontraba sumergida en una especia de océano, pero por extraño que sueno no
me faltaba el aire, solamente flotaba, era bastante relajado en comparación con
mis pesadillas de siempre, hasta que siento que una gran fuerza comienza a
arrastrarme al fondo, intento luchar para ascender pero mis esfuerzos son
imposibles, me estoy ahogando. La superficie parece cada vez más lejana, la luz
comienza a desaparecer, cada vez me hundo más hasta que finalmente, llego al
fondo, durante unos segundos todo es oscuridad, de pronto una luz se enciende e
ilumina una única porción de arena, allí reposa tranquila una rosa roja, la tome con delicadeza pero eso no fue
suficiente, puedo sentir la espina clavándose en mi dedo cuando despierto.
Algo turbada me miro la mano donde debería
estar la marca del pinchazo, no hay nada. No sé que podría significar ese sueño
pero fue muy extraño.
Termine de desayunar y llame a Lucy para
preguntarle si quería venir a ver
películas conmigo, pero como siempre ya tenia planes para salir con Andy. Le
dije que no me importaba y que no se preocupe, luego me fui a mi cama y empecé
a hacer zapping para ver si encontraba alguna película interesante.
Como no encontré ninguna decidí dejar el
programa de Alan Carr, Chatty Man, me encantaba, siempre me hacia reír mucho, además cada tanto están invitadas algunas de mis celebridades favoritas, aunque
contadas veces.
Mientras revolvía el frizzer buscando
helado escuche que Alan hablaba de una banda que iba a estar en su programa
pero no pude escuchar quien era. Ni se me ocurrió que pudieran ser ellos, digo
¿cuánta mala suerte puedo tener?, hasta que los vi bajar por las escaleras no me
di cuenta de lo cruel que el destino estaba siendo conmigo, casi todos tenían unas sonrisas grandes en sus caras, parecían
felices, excepto uno.
¿Por qué no cambie de canal inmediatamente
después de que lo vi?, no sé, creo que soy algo masoquista después de todo.
Alan hizo sus chistes habituales, les
ofreció algo de beber y se acomodó en su sillón listo para empezar la
entrevista. La mayoría de las preguntas estaban dirigidas a los otros miembros
de la banda, así que Liam no era enfocado por la cámara muy a menudo, hasta que
llego la hora de la pregunta que menos me hubiera gustado que él contestara.
-Entonces, Liam- Comenzó a decir Alan.
Pude sentir puntadas en el pecho cuando
hicieron un primer plano de su cara, como el pinchazo de la espina, pero
multiplicado mil veces.
-Eres uno de los solteros más codiciados de
Londres, por no decir de todo el Reino Unido, pero, lo que todo el mundo se
pregunta es ¿no hay ninguna chica especial en tu corazón?
-Oh, genial- Pensé en voz alta.
Liam se revolvió en su asiento algo
incómodo, pude ver como Zayn lo miraba fijamente. –Bueno, en realidad hay una
chica- Contesto.
El público en el estudio murmuraba.
-Aja, ¿se puede saber quién es la
afortunada?- Se apresuró a preguntar Alan.
-En realidad no creo que ella quisiera que
diga su nombre, además, está fuera de mi alcance.
-Sinceramente Liam no creo que ninguna
chica pueda resistirse a vos ¿qué paso entre ustedes?
-Ella no es como las otras chicas, es
especial- Vi como intercambiaba miradas con sus compañeros de banda. –Pero fui
un completo idiota y arruine todo.
Gritos de decepción por parte de la
audiencia.
-Oh, conmovedor. Aunque no creo que debas
darte por vencido ¿qué tal si le dices lo que sientes? Con suerte estará
mirando el programa en este momento, si es que tiene buen gusto claro está- Bromeó el conductor.
Liam dudo unos minutos algo inseguro.
-Vamos Liam, ¿Qué perdés con intentarlo?- Lo
animó Zayn.
Plano completo de su cara otra vez, el
dolor que hasta entonces sentía en el pecho se había esparcido por todo mi
cuerpo, contuve la respiración.
-Ni se te ocurra- Le susurré a la pantalla.
- Si por esas casualidades estás viendo
esto, quiero que sepas que de verdad lamento todo lo que dije, no sé que es lo
que tenés pero desde la primera vez que te vi sos lo único que ronda mi cabeza, Dios, anoche no pude pegar
un ojo pensando en lo que estarías pensando. Se detuvo un momento para tomar
aire, alzó la mirada directamente a la cámara y prácticamente pude sentir que
me estaba mirando ahí sentada, echa un lío. –Sé que te decepcioné, pero por
favor, solamente te pido una segunda oportunidad, si alguna vez siquiera
sentiste lo mismo que yo, quiero que nos des una oportunidad.
El público enloqueció, todos aplaudían.
-Ahí lo tienen, ¿no es tierno?, esperemos
que esa chica sea capaz de devolverle el corazón a este enamorado.
Lamentablemente no podremos averiguarlo porque se nos acabó el tiempo- Alan se levantó para despedir a sus
invitados, la pantalla se puso negra unos segundos y luego, comerciales.
Apoyé mi cabeza contra la almohada rogando
que la cama me succionara y poder desaparecer de este mundo. Liam Payne acababa de dedicarme posiblemente
el discurso más tierno del mundo, en televisión y ahí estaba yo, con un pijama
viejo, un kilogramo de helado de chocolate y sin el valor suficiente para levantar el
teléfono y llamarlo.
¿Cómo se atrevía a ser tan tierno cuando
trataba de estar enojada con él? Lo odiaba, odiaba la forma en que me hacía
sentir, odiaba que cada vez que estaba cerca me costara respirar, odiaba pensar
en su sonrisa hipnotizante, sus hermosos ojos y esa marca de nacimiento tan
tierna. Lo odiaba porque me hacia quererlo.
Frustrada me levante de la cama, camine
hasta el televisor y prendí el DVD. No podía lidiar con todo eso ahora, no
estaba emocionalmente preparada y sinceramente no tenía ni idea de que hacer. A
lo mejor si actuaba como si nada todo pasaría, Liam me olvidaría y encontraría
alguna chica famosa que encaje más con su mundo o tal vez una fan ¿quién sabe?,
y yo, bueno, yo encontraría a alguien también,
algún día, o sino podría comprar un gato.
Puse el DVD de The Notebook y me senté otra
vez en la cama colocando el pote de helado en mi regazo. Dije que lo iba a
superar, nunca aclaré como.
...
Fueron unos fuertes golpes en la puerta los
que me despertaron, me había quedado dormida a
mitad de la película, de verdad necesitaba descansar, las pesadillas me estaban
volviendo loca. Frotándome los ojos con la palma de la mano me acerqué a la
puerta. Mire a través de la mirilla, era tarde, nunca se sabe con que clase de
loco te podes encontrar. No había nadie. Consideré dar media vuelta y volver a
dormir, quien quiera que fuera ya se
había ido, sin embargo la curiosidad fue más fuerte que yo, me arme de valor y
abrí la puerta.
La rosa estaba ubicada sobre la alfombra en
la puerta de mi departamento, tuve
suerte de no pisarla. Con cuidado la tome,
¿es que alguien se estaba
metiendo en mis sueños y después usándolos para torturarme?
Di unos pasos fuera de mi departamento, con
sutileza me asomé lo que más pude para ver si había alguien en el pasillo. Nada, mi único acompañante era el carrito con los artículos de limpieza ¿quién
podría limpiar a estas horas?
Extrañada volví a mirar la rosa, atado al
tallo tenía un cartelito escrito con esa hermosa letra que yo ya conocía.
‘Perdón’
Intenté desatarlo, lo que fue una mala idea
porque me pinché el dedo pulgar con una de sus espinas.
-Aw-Grite más por reflejo que por dolor.
-¿Ves? Te dije que la rosa era una mala
idea- Escuché que una voz decía detrás del carrito.
-No es una mala idea, ella no tenía que
desatar el cartel, fue su culpa, no mía.
Observé como Louis y Harry salían de su
escondite y continuaban discutiendo.
-¡Hey miren!, encontré una de esas máquinas
expendedoras de comida- Niall apareció por el pasillo cargado con un montón de
barras de chocolate.
-¡Están arruinando todo el plan!- Zayn
también había salido de su escondite para regañar a sus amigos.
-Este… ¿hola?- Interrumpí tímidamente.
-Oh, creo que ya nos vio- Señaló Louis.
-No me digas ¿estás seguro?- Respondió Harry
algo sarcástico.
-¿Qué están haciendo acá?- Pregunté.
-Ayudamos a Liam a recuperarte- Contestó un
Niall con la boca manchada de chocolate.
- Si bueno, creo que no fue tan buena idea- Su voz sonaba algo sombría, más apagada que en televisión.
Me giré y vi a Liam parado detrás de mí.
-¿Te das cuenta lo desesperado que estoy
ahora?- Una media sonrisa fugaz cruzo su rostro.
Di un paso para acercarme a él. –Un equipo
bastante interesante- Reí más por los
nervios que por otra cosa.
Él se acercó ya un poco más animado.
–Necesitaba toda la ayuda necesaria.
Nuestros brazos se rosaban. –Creí que no
era tan importante- No iba a dejarle las cosas tan fáciles.
Un atisbo de tristeza volvió a sus ojos, lo
que me hizo sentir inmediatamente culpable.
-No sé si estuviste viendo la televisión
últimamente- Empezó a decir.
-Oh, si, creo haber visto algo sobre un
programa, ¿Alan Carr puede ser el conductor?- Reí.
-El mismo- Alzó la mano para acariciar mi
mejilla. –Todo lo que dije es cierto, lo siento Emma, de verdad, ¿no puedo
tener una segunda oportunidad?
Nos miramos fijamente a los ojos por unos
minutos.
-Puede ser… pero vas a tener que salvarme
un par de veces más para eso.
-Todas las que quieras- Contesto.
-¡¡aww!!- dijeron al unísono los chicos.
Apenas unos centímetros separaban nuestros
labios, podía sentir la sangre correr por mi venas a mil kilómetros por hora,
¿sería Liam capaz de sentir lo fuerte que me latía el corazón? Continuamos
acercándonos. No sabia si era mi imaginación o qué pero la temperatura parecía
haberse elevado de repente. Prácticamente podía sentir la respiración de Liam.
-Ejem…- Nos interrumpió Louis algo incómodo.
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