Revolvía la
comida de mi plato distraídamente cuando la abuela Lynn habló.
-Fenie no
probaste bocado, ¿Qué te pasa?- Se preocupó - ¿Es por Louis?-
-No importa
lo que haga abuela, él no me recuerda- Apoye los brazos sobre la mesa y enterré
mi cara en ellos- Ya no sé más que hacer.
La abuela,
cuya mirada era de compasión y tristeza, se colocó a mi lado y froto su mano en
mi espalda en un gesto de aliento
-Pronto se
va a acordar de todo y va a ser en el momento menos esperado- Predijo- Creé en
lo que te dice una vieja que tiene tanta experiencia como años de vida.
Esboce una
sonrisa sincera. Agradecí tener a la abuela conmigo en un momento así y no a
Suzanne o a Pam, ella de verdad me entendía.
Mi teléfono
sonó impidiéndome que siga imaginado lo que Suzanne me habría dicho.
Miré la
pantalla del teléfono y mi cuerpo se paralizo.
¿Por qué me
estaba llamando? ¿Acaso había recuperado los recuerdos?
Con manos
temblorosas marque contestar y me lleve el móvil al oído.
-Lo…Louis-
Tartamudeé.
-Hola
Fenie- Dijo con una voz cantarina. Sonaba contento- ¿Estas ocupada hoy?
-No-
Conteste. No sabía lo que Louis pretendía con la llamada pero no podía evitar
esperanzarme.
-Genial, pensaba
que podíamos seguir con eso de visitar los lugares a los que fuimos juntos ¿Qué
te parece?- Propuso.
Sonreí- Que
es una buena idea.
- Paso a buscarte
en media hora- Anuncio y me lo imaginé sonriendo al otro lado del auricular.
….
-¿Dónde
estamos yendo?- Pregunte. Louis había cumplido y en media hora estaba tocando la bocina de su
auto, ahora nos encaminábamos a alguna parte de Londres.
-En el
camino se me ocurrió que podríamos ir al London Eye- Sugirió.
Fruncí el
ceño-¿Cómo sabias que fuimos al London Eye?- Inquirí.
-No lo
sabía, es solo que pareces una chica que ama las alturas- No sabía si lo estaba
diciendo en serio o si era una broma. Opte por la primera ¿Cómo podría recordar
mi miedo por las alturas si había perdido la memoria?
-Te
equivocaste, odio las alturas, prefiero
la seguridad de la tierra firme- Enfatice la palabra ‘odio’ para que quedara
bien en claro.
-¿En serio?
¿No tendrás vértigo no?- Pregunto incrédulo.
Lo fulminé
con la mirada- Precisamente, tengo vértigo- Confirme.
Distraída
con la charla que estábamos teniendo no me percaté de que habíamos llegado.
Louis estaciono su auto en el mismo lugar donde lo había dejado la última vez
que habíamos venido y luego se dispuso a colocarse la peluca negra de siempre.
Todo me
resultaba tan familiar, como un deja vú, lo único que faltaba era la presencia
de Emma.
Mientas nos
acercábamos a la gran rueda comencé a arrepentirme, ciertamente la vista había
sido hermosa, pero no tenía muchas ganas de volver a estar a tanta altura de
suelo.
-Louis- Lo
llame.
-¿Si?
-Subí vos,
yo te espero abajo- Dije.
-¿Qué? No, no,
no, vos vas a subir conmigo- Camino hacia mí y me tomo del brazo- Vamos Fiona,
ya lo hiciste una vez ¿No es cierto?
Negué con
la cabeza – Una vez es más que suficiente-
-Por favor
Fiona, vamos, es divertido- Insistió.
-No puedo
Louis-
Su
expresión se ensombreció- No me hagas obligarte como la última vez.
Rodeé los
ojos cansada y me dirigí al banco más cercano. Sentía mi cuerpo muy pesado y
fue un alivio poder sentarme.
Louis se
acomodó junto a mí - ¿No hay forma de que cedas?
Mantuve la
vista clavada en el suelo, algo avergonzada por el miedo – No-
-Está bien
- A mi lado el chico suspiró-Pero por lo menos vayamos a comer a Nando’s-
Propuso- Se me antoja comer pollo.
-No como pollo,
soy vegetariana-
El chico
suprimió una sonrisa- Entonces podemos tomar un helado, además, me lo debes.
Suspire al
momento en que sonreía. Con Louis era imposible estar triste, siempre sabe cómo
sacarle una sonrisa a alguien.
Recorrimos
Jubilee Garden en busca de un carrito de helados, el parque por lo general
estaba lleno de ellos pero no podíamos encontrar ninguno. Estábamos a punto de
llegar a nuestro punto de partida cuando divise uno.
-¡Louis!-
Exclame haciendo que el chico girara repentinamente hacia mí- Allá hay uno-
Señale con el dedo índice, él siguió con la mirada hacia donde le indicaba.
-¡Vamos
antes de que se escape!- Me indico y ambos corrimos hacia el pobre hombre de
los helados, quién nos observaba acercarnos aterrorizado.
-Queremos…-
Louis comenzó a hablar cuando llegamos, pero tuvo que detenerse a recuperar el aire
que había perdido durante la carrera - Dos helados.
El hombre,
quién tenía unos cuarenta y tantos, nos
dedicó una sonrisa apacible-¿De qué sabor?-
Louis me
miro esperando a que respondiera primero.
-Frutilla-
Dije sin vacilar, siempre había sido mi sabor de helado favorito.
-El mismo- Me
secundó él-
El heladero
nos entregó nuestros helados por los que pague yo, después de todo, le había
prometido que le iba a comprar uno.
-¿Y ahora?-
Inquirió Louis.
Suspire- No
sé, estoy cansada, mejor sentémonos a tomar nuestros helados- Sugerí. No estaba
dispuesta a continuar insistiendo porque lo único que iba a conseguir era
frustrarme más y más.
-¿Cansada?
– Se quejó - ¡No podemos quedarnos acá
esperando a que mis recuerdos vuelvan solos!
-Es que ya
no sé a dónde más ir- Me justifique.
-No hace
falta que vayamos a un lugar donde ya estuvimos- Dijo- Podemos ir a uno nuevo.
Lo mire
confundida.
-¿Pero…dónde?
-Ya vas a
ver- Tomo mi mano, la que no tenía el helado, y me arrastro por el parque hasta
su auto- Te va a encantar el nuevo lugar.
….
-¿Vamos al
London Bridge?- Inquirí
-Ajá –
Confirmó - ¿alguna vez habías venido?
-No que
recuerde – Respondí dubitativa - Tal vez vine con mis papas cuando era chica.
Louis
estaciono su auto negro en uno de los parques del estacionamiento más cercano
al puente. Luego de caminar un par de cuadras llegamos a destino.
-¿Estás
seguro de que se puede subir?- Pregunte al ver la gigante torre que se alzaba
frente a mí.
-Claro – Me
tranquilizó con un gesto de la mano – Está lleno de turistas-
Asentí.
Louis pago
por nuestras entradas e ingresamos a la torre. Ni bien pusimos un pie dentro de
ella nos encontramos con un grupo de turistas acompañados por un guía que les
relataba la historia del puente, cuándo y por qué motivos fue construido, sus
materiales y hasta hacían una pequeña demostración del funcionamiento del
mismo. Sin embargo, Louis no parecía interesado en nada de todo eso.
Prácticamente me arrastró escaleras arriba.
-¿Crees que
podes lidiar con 72 plantas? – Inquirió divertido a medida que avanzábamos con
paso firme-
Dado que
mis pulmones no tenían el aire suficiente para responderle me limité a asentir.
A pesar de que, interiormente, sabía que me desmoronaría en cualquier momento.
Mientras
subíamos los escalones pude observar algunas fotografías antiguas del puente en
distintos ángulos, tenían inscripciones con las fechas en que habían sido
tomadas y de más datos. Pero no pude prestarles demasiada atención, dada la
prisa de mi acompañante.
Por fin pude divisar algunos rayos de sol
indicando la superficie de la torre. Haciendo uso de todas mis fuerzas recorrí
los últimos escalones y prácticamente me desmoroné sobre el suelo al llegar.
Louis
recuperó el aliento mucho más rápido que yo y no tardó en comenzar a burlarse
de mi mal estado físico.
-Creo que el
yoga no está funcionando muy bien, ¿verdad? – Comentó con un deje chistoso-
Puse los
ojos en blanco y lo golpeé en el hombro – Cállate Tomlinson – Lo regañé aún con
dificultades para gesticular las palabras- ¿Y cómo sabes lo de la yoga?
-Vos me lo
dijiste – Se excusó algo nervioso - ¿No te acordas?-
Me quedé en
silencio unos instantes, pero no podía recordar haberle dicho eso. De todas
formas, con todo lo que había estado sucediendo en estos últimos días se me
podría haber pasado.
Louis se
puso de pie y tiró de mí para que lo siguiere hasta uno de los extremos de la
torre.
-Todavía
estoy cansada – Me quejé
El chico me
ignoró y continuó avanzando – El horario de visitas termina a las 6, y si
esperamos a que te recuperes no vas a poder apreciar la vista-
Sus últimas
palabras bastaron para que mis pies se clavaran con fuerza en suelo- ¡Ya te
dije que tengo vértigo!-
-Tenés que
enfrentarte a tus miedos – Me regañó pero luego suavizó un poco la mirada -
¿Por favor?
Negué una
sola vez con la cabeza.
Louis se me
quedó mirando expectante -¿Una oportunidad?
Noté que
los demás turistas en la cima de la torre nos miraban interesados. Después de
todo, estábamos montando un show bastante entretenido para ellos. La pareja de
locos que se pelea en el London Bridge. Creo que no estábamos haciendo un buen
trabajo en eso de pasar desapercibidos y no llamar la atención.
Opté por
dejar que él ganara. No quería que continuáramos arriesgándonos así. Además, si
me desmayaba Louis tendría que cargarme hasta el auto.
Suspiré y
tomé su mano, si iba a hacer esto por lo menos quería sentir que alguien me
acompañaba.
Louis me
sonrió y me ayudó a dar los últimos pasos que me separaban del borde.
Sentía la
adrenalina correr por mi cuerpo, en cierto punto creí que iba a ser capaz de
hacerlo, de enfrentarme a mis miedos por mí misma. Pero toda esa valentía
momentánea se desvaneció en el momento exacto en el que clavé los ojos en el
agua debajo de nosotros. Me acobardé e intenté dar un paso atrás por lo que
choqué contra él y terminé con la cabeza hundida en su pecho.
-No puedo –
Solloce – Tengo miedo-
Sentí como
acariciaba mi cabeza con delicadeza – Sí podes, vamos Fenie, en el London Eye
no te pasó nada-
-Por qué me
obligaste – Le recordé – Fue todo tan repentino que no tuve tiempo de
asustarme-
Louis dejó
escapar una carcajada – Cerrá los ojos-
-¿Qué? –
Pregunté confundida – Louis, ¿qué estás tramando?-
-¿Confías
en mí?-
Tal
vez había perdido la capacidad de
razonar a causa del miedo, o tal vez estaba demasiado drogada con el olor de su
perfume. Cualquiera haya sido la razón, decidí darle un voto de confianza el
chico de los ojos claros.
Cerré los
ojos con fuerza y dejé que él levantara
mi rostro y lo pusiera de frente al borde la torre.
Acercó su
boca a mi oído y me susurró – Ahora, a la cuenta de tres abrís los ojos,
¿lista?-
-No –
Admití aterrorizada.
-Uno- Dijo
ignorando mis comentarios-
Intenté
detenerlo, esto era una mala idea - ¡Louis, para!
-Dos-
-En serio,
no es gracioso –
-¡Tres!
–Gritó para tapar mis quejas, estoy segura de que los turistas tenían los ojos
clavados en nosotros.
Con un
esfuerzo sobre humano y más parsimonia de la necesaria, abrí los ojos y dejé la
vista me deslumbrara.
Desde
arriba el viento soplaba fuertemente enredándose entre mis cabellos. Primero me enfoqué en el horizonte, los
edificios parecían desdibujarse entre las espesas nubes. Las casas y los
peatones de Londres parecían hormigas desde dónde nos encontrábamos. Continué examinando el paisaje, incluso me
atreví a mirar hacia abajo, hacia el Támesis. Unos barcos avanzaban por debajo
del puente, totalmente ajenos a nosotros.
Louis apoyó
la cabeza en mi hombro y rodeó mi cintura con sus brazos - ¿Valió la pena?-
Asentí sin
saber exactamente qué decir – Es muy bonito-
-Esta vez
no tuve tiempo de leer el folleto – Admitió – Así que no voy a poder fingir que
soy inteligente-
Reí al
recordar cuando en el London Eye Louis había intentado impresionarme con sus
conocimientos en historia. Pero luego me percaté de algo más importante, algo
que venía sospechando pero que no quería creer por miedo a albergar falsas
esperanzas.
-Creí que
no recordabas nadas – Espeté con tonos suspicaz.
El chico
chasqueó la lengua – Sí, bueno, podes ser muy persuasiva a veces-
-¡Lo
sabía! - Exclamé victoriosa- ¿Cuánto
hace que estás fingiendo?-
-Desde el
beso en el parque – Admitió algo avergonzado.
Como pude
me volteé para golpear sus hombro - ¿Y no pensaste en decirme?, ¿Tenés una idea
de lo preocupada que estaba?
-Es que la
idea de molestarte un rato más era muy tentadora, además…-
Esperé a
que completara la frase pero no lo hiso- ¿Además?-
Louis ladeo
la cabeza – No me acuerdo… tal vez otro
beso me ayude a refrescar la mente-
Puse los
ojos en blanco- Sos imposible-
-Sí-
Admitió sin ninguna clase de conflictos – Pero te amo así que eso lo compensa-
Dejé que
una media sonrisa se escapara de la comisura de mis labios – Yo también te amo
– Convine y me acerqué más a él para unir nuestros labios en un beso pero no en
uno cualquiera, sino en un beso de
bienvenida a sus recuerdos y de
felicidad porque, después de muchos esfuerzos había logrado mi cometido. Sonreí
entre sus labios y lo abrase fuertemente, no lo iba a dejar escapar nunca más.
Para los que estén interesados o todavía no sepan, la supuesta sexta parte se vio reemplazada por un epílogo que le va a dar un cierre a la historia de las cinco parejas. El mismo lo vamos a publicar la próxima semana, junto con un par de noticias más, así que nos vemos el domingo que viene, espero :)
se acabó :( lloro, menos mal que queda el epílogo :D
ResponderBorrarEsta fic es y será una de mis favoritas por siempre jamás jajaj. De todas formas voy a seguir siendo vuestra lectora más fiel porque sé que vais a empezar nuevas ficsss BIENNNN!!
espero ansiosa el epílogo de la semana que viene, asique nos vemos el domingo :DD
love <3
OHHHHHHHHHHHHH
ResponderBorrarQUE BONIIIIIITOOOOOOO
pero no quiero que se acabe.... :(:(
Amo esta fanfict!!!!