26 may 2013

Capítulo 39


Comencé a reír – Sí, claro, ahora, en serio, ¿qué paso?- Dije tratando de convencerme a mí misma de solo estaba jugando conmigo.
-Ya te conté lo que paso, no me hagas repetirlo- Harry se apoyó en el respaldar de la silla nervioso- Es tu decisión creerme o no.
Examine su mirada tratando de descubrir algún indicio de falsedad, algo que pueda indicarme que estaba mintiendo pero su expresión de preocupación, ansiedad y sobretodo miedo  era totalmente sincera. Era verdad.
Comencé a acalorarme. Esto estaba mal, muy mal.
-Kirsten ¿Estas bien?- Exclamo preocupado mi acompañante.
-Creo que va a ser mejor que me vaya.
-Te voy a llevar a casa de Amy, estas pálida- Sentencio.
-¡No!-Respondí con rapidez-No es necesario.
Harry suspiró-No hace falta que te pongas así, no fue la gran cosa.
Fruncí el ceño en un acto reflejo, ¿Qué mi beso no había sido la gran cosa?, ¿quién se creía que era para decirme eso?
-Sólo tengo dolor de cabeza Harry, no tiene nada que ver con vos-Dije a la defensiva.
Puso los ojos en blanco-Claro.
Lo fulminé con la mirada- ¿por qué debería afectarme? No es mi culpa que te hayas aprovechado de mí.
-Wow, Wow, ¿yo aprovecharme de vos?, créeme que fue de mutuo acuerdo.
-¡Sabías perfectamente que no estaba pensando con claridad!-Grité y volvimos a atraer las miradas de los comensales.
Harry parecía ofendido.-Me besaste porque quisiste, no intentes negarlo ahora.
Me crucé de brazos-¡Mentira!-
-¡Sh!-Volvió a callarme-¿Es que siempre sos tan gritona?
Suspiré frustrada-Como sea, lo que paso anoche no tiene importancia.
Me miró algo dolido-¿Entonces por qué de repente te incomoda mi presencia?
-Ya quisieras-Revoleé los ojos-Ni que fueras el primer chico al que besé.
-Probalo-Me retó mirándome fijamente a los ojos.  Con la emoción de la discusión me había notado lo cerca que estábamos uno del otro, podía sentir su respiración sobre mí.
Tragué saliva-Bien, ¿qué estás esperando? –Inquirí con brusquedad-Amy debe estar preocupada por mí.
Harry se encaminó a la puerta del restaurante y le dejó abierta para mí-Las damas primero.
Le dedique una sonrisa sarcástica pasé junto a él con la cabeza en alto.
Permanecí en silencio durante todo el camino y Harry tampoco aporto mucho. Después de un viaje que se volvió interminable llegamos a casa de Amy.
Baje del auto y cerré la puerta con brusquedad, si era como todos los chicos que conocía odiaría que maltratara a su precioso Audi R8.
-Lo siento-Dije con una sonrisa falsa mientras pasaba frente a su ventana-Gracias por traerme.
Él rechinó los dientes-No hay problema-Me giñó el ojo.
-Ay por Dios que hermosos ojos tiene- Sacudí la cabeza, ¡este no era momento para distraerse!
-Nos vemos Kirsten-Dijo y luego puso el auto en marcha.
Di media vuelta a penas terminó de habla y con rabia me encaminé al apartamento de Amy.
-¡Cómo me frustraba ese chico!-
Al entrar a la casa de mi amiga di un gran portazo. -¿Quién se pensaba que era?, ¿yo querer besarlo a él?, ni en un millón de años.
Amy, Lucy y Emma me miraron con preocupación.
-¿Kirsten estás bien?-Inquirió la última.
Me dejé caer  en el sillón junto a Amy y Lucy. Tomé uno de los almohadones, lo apoyé sobre mi cara y suprimí un grito.
-Kirsten, ¡para!-Amy me obligó a mirarla a los ojos.- ¿Qué paso?
-Harry me exaspera-Me quejé.
Lucy tocó mi hombro-¿Por qué?, ¿qué dijo?
-Dijo que mi beso ‘no había sido la gran cosa’, ¿cómo se atreve?
Emma, que estaba dando un trago a su vaso de jugo se atragantó-¡¿Qué cosa?!
Amy se acercó a Emma y comenzó a darle palmaditas en la espalda. Mientras Lucy manifestaba las preguntas de todas.
-¡¿Besaste a Harry?!
-¡Yo no lo besé!-Me defendí-Él me beso a mí y se está aprovechando de mi falta de memoria para culparme por eso.
Las tres chicas abrieron las ojos como platos- ¡¿Qué?!-Gritaron al unísono.
-Ay, no es la gran cosa- Intenté quitarle importancia-Ni siquiera creo que sea verdad
La chica de rizos termino de ayudar a su amiga y se acercó a mi-¿Cómo paso exactamente?
-¡¿Cómo es que nos lo perdimos?!-Insistió Lucy.
Amy se estiró para tomar un vaso con jugo de la mesa-¿Qué fue lo que dijo?
Tome aire dispuesta a contarles la historia y luego comencé a relatarla.
Me ahorre algunos detalles de la pelea que tuvimos antes de que Harry decidiera decirme la verdad y me fui directamente a la parte importante. Cuando finalice mi relato todas se quedaron mudas y me miraron con la boca abierta de par en par.
-¿Estás completamente segura de que no querías besarlo?-Inquirió Emma cuando asimiló la información.
-¡por supuesto que no Emma!-Respondí ofendida.
Lucy saltó a defender a su amiga- Estabas algo ida Kirsten y Hazza es bastante atractivo, no me parece una idea tan loca.
-Él ya te había echado el ojo desde el aeropuerto y cuando a Harry le gusta alguna chica esta difícilmente logra escapar de sus encantos- Aporto Amy haciendo comillas con las manos cuando pronunciaba ‘encantos’.
-Tal vez para el resto de las chicas sea así, pero yo no le veo la gran cosa.
-¿Ni siquiera sus hoyuelos?-Insistió Lucy.-Son tan tiernos
-No- Conteste con menos convicción de la esperada.
-¿Ni sus ojos verdes?-Emma se unió a su amiga.
-No…-Cada vez era más difícil sostener mi postura.
-¿Y qué hay de los rulos?-Amy se señaló su cabellera-No conozco una chica en todo Londres que no muera por uno de sus rulos.
Continuaron así nombrando los ‘encantos’ de Harry, estaban torturándome, prácticamente no podían contener su risa.
-Está bien, está bien, puede que si sea algo atractivo-Admití al fin.
-¡Aja!—Gritó la colorada victoriosa.
-Pero eso no le da derecho a ser tan engreído-Apoyé la cabeza en el espaldar del sillón-Que mi beso no fue la gran cosa, Pff-Concluí refunfuñando.
Las demás rieron.
-Creo que el problema acá es tu ego-Comentó Amy por lo bajo.
-¿De qué estás hablando?-Inquirí.
-Digo que te gusta Harry pero no querés admitirlo porque sos orgullosa.
Emma y Lucy convinieron con la chica de rizos. Yo sólo me limité a mirarlas con cara de pocos amigos.
….
A la mañana siguiente me levante muy temprano, debía estar en la academia a las 7 am. Luego de que Emma y Lucy se fueran anoche Amy y yo decidimos ir a dormir temprano, por mi gran día.
Tome un baño rápido,  termine de organizar mi valija, antes de lo esperado estaba tomando un taxi hacia The Royal Ballet.
La entrada estaba abarrotada de jóvenes que entraban y salían de las instalaciones. Esquivando a todos y arrastrando mi pesado equipaje llegue hacia la puerta principal y me detuve frente a ella. Tome aire, este paso era muy importante para mí, a partir de ahora comenzaría un nuevo desafío y estaba lista para enfrentarlo. Empuje la gran puerta para abrirla y pise por primera vez el piso del que sería mi nuevo hogar a partir de ahora.
A pesar de que el exterior del edifico parecía bastante antiguo, algo común en Londres, el interior era muy moderno.
En el hall me encontré con un grupo de jóvenes bailarinas, todas vestidas con sus calzas, mayas y pulcramente peinadas. Tan pronto como entré pude sentir sus miradas sobre mí. Alcé la cabeza y las dejé admirar mi atuendo. Agradecí haberme puesto mis nuevos zapatos Oscar de la Renta y mi vestido blanco de Prada. Definitivamente me daba un  aire de seriedad.
Una mujer de unos 30 años se encontraba sentada frente a un escritorio lleno de papeles. Me dirigí hacia ella.
-Buenos días soy Kirsten Hoppe- Me presente.
-Hola querida,  ¿Programa de adaptación?- Sonrió mostrando una hilera de dientes blancos que impactaban.
-Exactamente- Confirme
Pude notar que  el grupo de espectadoras me miraba con intriga, si tan sólo se molestaran en disimularlo.
Presionó un par de teclas en la computadora- Muy bien,  Kirsten Hoppe, Alemana, tenés una beca ¿correcto?
Asentí con alegría, esto era muy emocionante.
-Tu habitación es la 240, tercer piso- Me entrego una llave que saco de uno de los cajones del escritorio- Carrie será tu guía durante tu primera semana,  por favor toma asiento, ah y bienvenida al Royal Ballet.
Le dedique una sonrisa de agradecimiento para luego obedecer a sus órdenes. Me senté en una de las sillas que se encontraban junto a la pared derecha.
Paulatinamente las bailarinas volvieron a su conversación olvidándose completamente de mi presencia. Ya estaba comenzando a cansarme de sus risitas histéricas cuando Carrie llegó.
La chica parecía un par de años mayor que yo, tal vez dos. Tenía cabello rubio ceniza, rizado y unos ojos color miel. No llevaba mayas como las demás, sólo una calza y un buzo al cuerpo, además dejaba sus rebeldes rizos al aire.
Me mordí el labio… rizos, como los de Harry.
Muy amablemente se presentó, su nombre completo era Carrie Flones, tenía 18 años, era la encargada del comité de bienvenida y me ayudaría con mi orientación.
-Habitación 240- Anuncio cuando llegamos hasta lo que sería mi nuevo cuarto- Espero que te sientas cómoda.
-Gracias- Esboce sonrisa amistosa.
Con entusiasmo abrí la puerta de mi nueva habitación. Dentro todo tenía una tonalidad clara con las paredes y muebles de tonos pasteles, era hermoso. Fotos de jóvenes bailando llenaban el cuarto, era el espacio perfecto para cualquier bailarina. Había dos camas así que imagine que pronto tendría una compañera pero por el momento no había alguna señal de que la habitación este habitada por alguien más.
Carrie me indico el camino para llegar a mi primera clase y luego se marchó dejándome sola para organizar mis cosas. Respire el aire de la danza y comencé a desempacar lo mas rápido posible ya que las clases empezaban en unas horas.
….

-Me alegro que todo este saliendo bien hija- Decía mamá, comenzaba a lamentar a ver decidido llamarla. Estaba en Harrods haciendo lo que me gustaba llamar ‘terapia de compras’. Luego del ajetreo del pasado fin de semana y de todas las emociones en la academia de verdad necesitaba relajarme. Decidí usar la tarjeta de crédito que papá me había dado para usar en  caso de ‘emergencia’, claramente esta lo era. Algunas personas lidian con sus problemas comiendo, otras van a yoga, otras al psicólogo, yo sostengo que no hay nada que un par de zapatos de diseñador no pueda curar. Mi primer día de clases fue agotador, Frau Troffea no exageraba cuando decía que eran muy exigentes
-Tengo que dejarte la sección zapatos me está esperando- Mire con anhelo la vidriera donde se exponían todos los zapatos.
-Está bien te dejo, no exageres demasiado con los gastos. Ich liebe dich kínder.
-Ich liebe dich auch, mándale saludos a papá y a los chicos- Colgué el teléfono y me concentre en mi objetivo.
La tienda estaba atestada de mujeres totalmente locas por los distintos modelos de zapatos. Di una vuelta por el local mirando con atención cada uno pero ninguno me convencía. Estaba por darme por vencida cuando los vi. Allí descansando sobre una mesita blanca, sobresaliendo de los demás se encontraban un par de zapatos negro sin tacón, innovadores, seguramente de la nueva temporada, no había visto a nadie con unos como estos y eso los volvía más atrayentes.
-Tienen que ser míos- Me dije.
Con decisión me encamine a ellos pero cuando me dispuse a tomarlos otras manos se interpusieron en mi camino impidiéndome llegar a ellos. Clave una mirada asesina a la chica de cabellos oscuros como la noche. Ambas permanecimos observándonos desafiantes por un tiempo que me pareció una eternidad.
-Discúlpenme señoritas pero necesito esos zapatos- Un empleado nos distrajo de nuestro intercambio de miradas amenazantes.
-¿Esos?- Pregunte señalando al par de zapatos negros.
-Claro- Respondió y luego esbozo una sonrisa.
-¿Y para que los necesita?- Se apresuró a preguntar la morocha que se encontraba a mi lado.
-Ah, la señorita que se encuentra allí- Señalo a una mujer junto a la caja que llevaba un vestido muy elegante, debía tener mucho dinero- Pidió que se los llevemos.
-¡Oh!- Dijimos al mismo tiempo.
-Bueno chicas, tengo que llevar esto rápido- Volvió a sonreírnos y luego dio media vuelta hacia la caja con el par de zapatos en sus manos.
-Sólo espero que no sufran el mismo destinos que esas botas-Comentó la chica por lo bajo.- ¿Qué estaba pensando cuando las combinó con ese vestido?
Suprimí una risa.-Si es que a eso se le puede decir ‘combinar’.
Ella me miró y ambas reímos.
Suspiré-Supongo que es para mejor…
-¿A qué te referís?-Inquirió.
-De vedad me gustaban esos zapatos y parece que a vos también, hubiera sido una fea pelea.
-Cierto -La extraña volvió a reír- Sólo espero que no estés pensando en comprarte ese bolso Gucci rojo también, porque ya  empezas a agradarme.
-¿Leíste mi mente o algo así?-
Ella me miró preocupada.
-Sólo estoy bromeando, pero definitivamente tenés buen gusto, así que también comenzas a agradarme-Extendí mi mano para estrechar la suya-Soy Kirsten por cierto.
La tomó y me dedicó una sonrisa-Gemma, Gemma Styles.

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