19 may 2013

Capítulo 38


-¡Vamos Kirsten levántate!- Insistió Amy, pero yo no tenía intención de levantar mi cabeza de la almohada, sabia cual eran las consecuencias de beber demasiado alcohol y no me sentía lista para enfrentarlas.
-¡Es tarde!- Exclamó con impaciencia- Tenemos que reunirnos con las chicas en una hora.
Bufe- Esta bien ya me levanto- Cedí, después de un rato.
Sin perder más tiempo despegue mi rostro de la almohada. La luz solar que ingresaba por el balcón me cegó, me tape el rostro con las manos. Además de la molestia en mis ojos el dolor de cabeza era insoportable y podía sentir las punzadas en mis pies, la desventaja de los zapatos de tacón.
Amy se percató de que no me sentía bien.
-¿Resaca?- Pregunto en tono burlón.
Le tire con el almohadón más cercano- No te rías, mi cabeza va a explotar.
-Voy a decirle a mamá que te traiga una pastilla, ya vuelvo- Dicho esto se puso de pie y camino hasta la puerta.
-Amy- La detuve. Me dirigió una mirada interrogatorio- No le cuentes a Stella… bueno, ya sabes, lo de anoche.
Mi amiga asintió mientras ponía los ojos en blanco –Por supuesto que no, ¿crees que soy tan tonta como para hacerlo?-Dio media vuelta y salió al pasillo.
Me tumbe en la cama nuevamente, aunque con demasiada rapidez porque sentí un gran mareo, cerré los ojos y me esforcé por calmarme. Finalmente Stella y Amy entraron en el cuarto.
Luego de someterme a un interrogatorio interminable la madre de mi amiga me extendió un vaso con agua y con este una pastilla.
-Deberías  tomártelo con calma a partir de ahora-Me aconsejó.
Abrí los ojos y la miré, lo sabía, era obvio, no se había tragado ninguna de mis mentiras-Yo…
-No es necesario que me expliques nada-Se apresuró a interrumpirme-Puede que no lo parezca pero yo también fui joven, sólo tené más cuidado la próxima.
Asentí una vez y luego me tragué la píldora sin chistar.
Una vez que Stella se fue tome un baño extenso, durante el cual Amy se la paso golpeando la puerta rogándome que me apresurara. Cuando la cabeza dejó de darme vueltas me vestí y luego fui a verme al espejo, sin saber con lo que me iba a encontrar. Trate de ocultar con el maquillaje las ojeras, hasta que me di por vencida y opte por usar lentes de sol, al fin y al cabo era verano.  Continuó inspeccionando mi cuerpo, todo parecía estar en orden, dejando a un lado unos moretones en mi rodilla derecha.
-Que raro-Me dije a mi misma-No recuerdo haberme caído.
Fue en ese momento en que me di cuenta de que en realidad, no recordaba nada de la noche anterior. Por lo menos no después del Vodka, ¿qué había hecho?
-Estás exagerando,  no es nada-Intenté calmarme.
Tomé unas cuantas bocanadas de aire, volví a mirar el espejo y forcé una sonrisa. Todo iba a estar bien. Una vez que abrí la puerta me encontré con la cara  enfada de mi amiga con cabello rizado.
-¿Ya está lista tu majestad?-Inquirió en tono sarcástico.
-Si plebeya, ya puedes llamar al carruaje-Respondí con el  tono más teatral del que fui capaz.
Las chicas nos estaban esperando sentadas en una mesa cercana a la ventana, por suerte estaban alejadas de la cocina, porque el humo que salía de ella seguramente dejaría un hedor horrendo en mi cabello. No necesitaba más cosas que arruinaran mi día, mi último día libre.
-Hola chicas- Las salude cuando llegamos a donde ellas estaban.
-Hola Kirsten- Respondieron ambas, se las veía de muy buen humor.
-¿Cómo te sentís?- Se interesó Lucy.
-Bien, la pastilla que me dio Stella hizo efecto rápido y ya no me duele más la cabeza pero…- Corrí los lentes de sol para poder mostrarle mis ojos- Estas ojeras son horribles y no hay maquillaje que las saque.
La colorada rio.
-¡¿Y por qué vos estas tan bien si también tomaste?!- Me queje.
-Porque yo me doy cuenta cuando es suficiente- Esbozo una sonrisa de autosuficiencia.
-Como sea-Solté una bocanada de aire-Es la última vez, mañana comienza la universidad, ya no voy a tener tiempo para estas cosas.
-Amy nos habló de eso, parece bastante exigente- Emma se unió a la conversación.
-Lo es, necesito impresionarlos, eso sí quiero que me contraten de forma fija para el Royal…
-Estoy segura de que sí- Acoto la chica de rizos-Deberías enseñarles como bailabas anoche.
Todas comenzaron a reír.
-Me imagino que debí haber bailado toda la noche-Dije sin poder contener la risa que me provocaba mi propia imagen bailando descontroladamente.
-¿Qué?, ¿No te acordas?- Pregunto Emma.
-La verdad es que no me acuerdo de nada después del tercer vaso- Admití con algo de vergüenza.
Las risas se hicieron más fuertes y comencé a pensar que se habían vuelto locas.
-¿Por qué se ríen tanto? ¿Qué hice anoche?- Comencé a preocuparme.
Ninguna contestaba, solo se limitaban a mirarse la una a la otra.
-¿Amy?- Incite a mi amiga para que hable.
-Yo no sé, Zayn y yo estuvimos afuera para alejarnos un poco del ruido- Explico- la última vez que te vi estabas bailando con Louis y Harry en forma demasiado provocadora.
Mi estado de preocupación se transformó en temor.
-Chicas díganme que ustedes saben que hice anoche-Mire a las demás.
-Lo siento pero yo estuve toda la noche con Liam y unos amigos, vi que estabas bailando pero de un momento a otro desapareciste.  Me fui a dormir tranquila porque Lucy me dijo que te habías vuelto con ella y Niall.
-Entonces… ¿Lucy?- Era mi última esperanza.
-Perdón, pero me paso lo mismo que a Emma, estábamos bailando con Niall y podía verte hacerlo con Louis y Harry pero luego me distraje y cuando volví a verte ya no estabas. Te perdiste toda la noche, imaginamos que estabas con los chicos. Cuando estábamos por volvernos apareciste de nuevo y te llevamos hasta la casa de Amy.
Apoye la cabeza sobre mis manos frustrada. Como odiaba no poder acordarme, podría haber hecho cualquier cosa, ¿con quién había estado?, ¿se quedaron Harry y Louis conmigo durante toda la noche? Aunque de haberlo hecho no creo que hubieran servido de mucho, su estado era igual y casi peor que el mío. Necesitaba averiguarlo, terminar con la duda, no podía permitirme ese tipo de distracciones. ¿Pero a quien más podría preguntarle?
De pronto mi cerebro logró ordenar el desorden de pensamientos y una idea surgió en mi preocupada cabeza.
-¿Alguna me puede pasar el número de Louis o el de Harry?
-Yo tengo el de Harry- Lucy tomo su teléfono que se encontraba sobre la mesa- ¿Qué vas a hacer?
-Voy a descubrir que fue lo que hice anoche- Anuncie
Abrí el paraguas que Amy me había prestado para protegerme de la lluvia,  sería un pecado permitir que un Prada se arruinara con el agua. Revisé mi reloj, estaba llegando tarde, la puntualidad era importante para mí, denotaba responsabilidad.
-Responsabilidad-La palabra retumbó en mi cabeza con un eco burlón, ser responsable era lo último que había estado haciendo desde el minuto en que puse un pie en este país.
-Dios, ¿en qué estaba pensando?, emborracharme en mi primera noche en un lugar y con gente desconocida-Sacudí la cabeza-Frau Troffea estaría tan decepcionada.
Por fin me detuve frente al lugar que Harry había mencionado en su mensaje de texto, The Espresso Room.  Luego de intentar llamarlo al celular unas diez veces las chicas lograron hacerme desistir de mi misión.
-Tal vez está ocupado, ¿por qué no intentas más tarde?-Me animó Lucy.
-No te desesperes Kirsten, estoy segura de que no paso nada malo-Emma también había intentado calmarme.
Para mi suerte,  mientras Amy tomaba una ducha, de vuelta en su apartamento, a Harry se le dio por devolver la llamada. No pareció extrañarle que intentara contactarlo, hasta parecía contento. A todo esto había que sumarle el hecho de que no podía creer que recordara quién era yo. Me dio esperanzas, tal vez él si  estaba lo suficientemente sobrio para recordar lo que había pasado.
A pesar de que yo no estaba convencida de la idea, él insistió en que nos encontráramos para discutir el asunto. Decidí no contarle nada a mi amiga. Si Harry quería hablarlo conmigo cara a cara no podía ser nada bueno y no quería que ella o las chicas se enteraran de lo que había hecho. Fuera lo que fuera, moriría ahí, en ese café londinense. Así que dije que quería dar un paseo para despejar mi cabeza. Le pedí a Harry que me detallara la mejor manera de llegar al lugar y salí.
Me armé de valor y entré. Tardé unos minutos en reconocer la bola de rizos entre el gentío, oculta en la mesa más alejada del lugar.
-Pasando desapercibido, por supuesto-
Aceleré el paso y me senté frente a él. Mientras me dejaba caer en la silla me percaté de que había una taza de té frente a mí.
-Me tomé el atrevimiento de pedir por vos-  Dijo sin esperar que yo hablara.
-Gracias-Respondí con un hilo de voz.
-¿Y bien?, ¿de qué querías hablar?-Inquirió dando un sorbo a su tasa.
Me revolví en mi asiento incómoda. De pronto sentí muchísima vergüenza, sea lo que sea lo que había pasado, Harry lo sabía, posiblemente me había visto y lo recordaba. ¿Qué pensaría de mí?
-Kirsten Hoppe, ¿desde cuándo importa lo que un chico como este piense?-Podía escuchar la voz de mi maestra regañándome.
Tenía razón, ¿por qué habría de importarme lo que Harry pensara de mí?, apenas si llevábamos un día de conocernos, además, su conducta tampoco era impecable, no era quién para juzgarme.
Sostuve el té en mi mano y di un sorbito, era de manzanilla-Quiero que me cuentes lo que paso anoche.
-Fuimos a Fabric-Contestó inmutable-Y tomamos Vodka.
Lo miré con cara de pocos amigos-¿Te estás burlando de mí?
-No-Continuaba inmutable.
-¡Harry ya basta!-Me queje-Esto es serio, ¡no recuerdo nada de lo que hice!
Él depositó su tasa sobre la mesa, el olor a café proveniente de esta me impregnó la nariz, lanzó una carcajada-¿Nada de nada?
-No te rías-Lo amenacé.
-Si  sos tan grosera no te voy a responder nada-Contraatacó.
Suspiré-Por favor Harry, ¿serías tan amable de relatarme los acontecimientos de la pasada noche?-Dije al fin en tono sarcástico.
-No lo sé, mi memoria está algo borrosa…-Se rascó la barbilla-Los recuerdos se me mezclan.
-Dämlich- Le dije en un incontrolable Alemán, estaba acabando con mi paciencia.
-¿Y eso que significa?
-Que sos un idiota-Respondí secamente-No puedo creer que me hayas hecho venir hasta acá para nada,  ¡por teléfono me dijiste que recordabas todo!
-Sh, baja la voz-Quiso calmarme porque comenzábamos a atraer la mirada de los demás comensales.
-¡No te atrevas a callarme!-Lo regañé poniéndome en mi mejor pose de nena consentida-¡¿Es que todo esto es un chiste para vos?!
-Yo...-Empezó a hablar pero no lo deje, estaba harta y la situación me había sobrepasado por completo. Estaba cansada, con resaca, confundida, atemorizada y tenía ganas de golpear algo.
-¡¿Tenés una idea de todo lo que me pudo haber pasado anoche?!¿Qué tal si me fui con alguien?-Apoyé la cabeza entre las manos-¡Ay por Dios! ¡¿Qué pasa si ya no soy virgen?!
Harry intentó contener la risa pero esta fue más fuerte que él, por lo que finalmente terminó cediendo.
Furiosa me levanté de la silla- ¡Esto es todo tu culpa!
-¿Y cómo es que tu irresponsabilidad es ahora mi culpa?-Se defendió-Estas bastante grandecita como para cuidarte sola.
Me sostuvo la mirada durante unos minutos. Podía sentir las lágrimas amenazando con salir de mis ojos, las contuve lo más que pude. No iba a llorar, no en enfrente de él, no podía darle ese lujo. Lamentablemente fue más fuerte que yo, una gota traidora escapó. Rápidamente la sequé con mi mano, pero enseguida otra la siguió y otra más, no podía controlarlo, no podía hacerlo parar. Me sentía avergonzada, frustrada y ya no podía con todo, no llevaba ni 24 horas sola y ya había cometido un montón de errores, Tal vez mamá y papá tuvieran razón, no estaba lista para esto.
-¿Kirsten estás llorando?-Harry se preocupó.
-No-Respondí sorbiéndome la nariz.
Puso los ojos en blanco y extendió su mano para rozar la mía.
-¡No estoy llorando!-Repetí con más avidez. Luego tomé mi bolso y me dispuse a marcharme, ya había sido suficiente humillación por el resto de mi vida.
-Podes calmarte un poco-Harry tomó mi muñeca y me obligó a volver a sentarme-¿Siempre sos tan histérica?
-¿Querés que me quede para seguir insultándome? Discúlpame si decido perdérmelo-Me crucé de brazos y sorbí una nueva lágrima.
Él suspiró abatido-Luego de que Louis se fuera te quedaste conmigo, toda la noche-Tragó saliva  y luego continuó-Bailaste y luego del cuarto vaso no te dejé tomar más porque parecías a punto de desmallarte, me golpeaste, me dijiste algún insulto en alemán que no pude entender y luego …
-¿Y luego?-Lo animé a que siguiera.
-Nos besamos- Alzó la cara para mirarme a los ojos-Pero estoy bastante seguro de que seguís siendo virgen, podes estar tranquila.
Abrí los ojos de par en par y sentí como el ardor subía por mis mejillas-¡¿Qué?!

3 comentarios:

  1. Hola me gusta mucho tu historia pero una pregunta, ¿Louis tiene ya pareja?, esque e visto que te falta la parte 5.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola! nos alegramos de que te guste y con respecto a tu pregunta, Louis aún no tiene pareja, todavía no publicamos, en realidad ni siquiera empezamos a escribir, la quinta parte. Primero vamos a terminar con la cuarta :)

      Borrar