4 ene 2013

Capítulo 16


-¡MAMÁ!, ¡me voy  y no sé a qué hora voy a volver!- Grite desde la puerta del departamento.
-Bueno pero que no sea muy tarde porque mañana es Pascua y vamos a comer de tu tía. Respondió desde mi cuarto, que no había llegado a limpiar la noche anterior.
-Está bien, nos vemos. Cerré la puerta y me apresure a llegar al ascensor, se me había hecho tarde, últimamente me pasaba mucho tiempo en Twitter.
El elevador paro y se abrieron las puertas. Apresuradamente salí y choque con alguien que pretendía entrar.
-Lo siento es que estoy apurada- Me disculpe.
-Sí, ya me parecía que estabas llegando algo tarde- Levante la vista para encontrarme con Zayn que llevaba su gorrito de lana y unos lentes Ray Ban.
-Perdón- volví a disculparme- Es que no sabía que ponerme- Mentí ya que no creo que le agrade la idea de que me había retrasado por causa de Twitter. 
Zayn comenzó a reír- Hey, ¿qué es tan gracioso?- Lo interrogue.
Luego precedí a mirar mi atuendo, unos viejos jeans oscuros, mis Converse negras de todos los días y una remera, holgada obviamente, que ni siquiera me había molestado en elegir. Ni tampoco quise pensar en cómo se veía mi cabello.
-Nada, vamos que ya es tarde- Dijo entre risas. Lo seguí en silencio ya que estaba molesta por sus burlas.
Subimos al auto negro. Como esta vez me encontraba un poco más relajada me dediqué a observar mejor los detalles del vehículo.  Por supuesto era extremadamente lujoso, tomé una gran bocanada de aire y respiré el olor a cuero proveniente del tapizado. También acaricié el terciopelo de los asientos con mis manos.
Para mi sorpresa Zayn no dijo una sola palabra en todo el trayecto, al contrario parecía algo nervioso con los ojos clavados en la carretera.
Giré mi cuerpo para mirar por la ventana. Ya era de noche pero aun así no pude encontrar una sola estrella en el cielo, al parecer las nubes de la tarde seguían allí.  Casi como si hubieran leído mi mente pequeñas gotas de llovizna comenzaron a mojar el parabrisas.
-Llegamos.
Nos encontrábamos frente a un edificio bastante grande de color blanco. Nos bajamos e ingresamos al vestíbulo corriendo para no mojarnos. Inmediatamente después de entrar me di cuenta de que había subestimado la fachada del edificio. Si bien por  fuera parecía ordinario por dentro parecía un hotel de lujo como esos que aparecen en las películas.  Piso alfombrado, lujosos sillones esparcidos por toda la plante, sin mencionar que todas personas que se encontraban  ahí estaban vestidos como en la tapa de la reviste Vogue.
Quise quedarme más tiempo a observar el lugar pero  él parecía apurado.  Al pasar frente a  la recepción un chico rubio me dirigió una mirada extrañado. Pude sentir que mi acompañante se tensaba junto a mí. Fruncí el seño.  Una vez dentro del ascensor pregunté.
-¿Estás bien?
No contestó, al parecer estaba demasiado ido.
-¡Hey! Grité.
-No te acerques a él.
-¿A quién?
Tragó saliva. –Al idiota de la recepción.
-Pero si ni siquiera…  Comencé a decir pero me detuvo.
-Solamente prométemelo ¿sí?
Suspiré. –Como quieras.
Me dedicó una sonrisa y las puertas se abrieron. Sin darme tiempo a pensar me tomó de la mano y me arrastró hasta que estuvimos parados frente a una puerta blanca, leí en letra dorada el número B56.
El departamento era fantástico justo como yo lo decoraría si tuviera uno. Cuadros estilo vintage, un equipo de música junto a una gran cantidad de CD’s.  Además era muy grande y espacioso. Tenía un gran ventanal por el cual se podía observar la ciudad y el río Támesis. Se podían ver todas las luces, era una imagen impactante. El único defecto era que no tenía balcón.
-¡Wow! No sabía que tenías  buen gusto- Bromee.
-Hay muchas cosas que no sabes de mí- Di media vuelta para poder verlo y suprimí la risa. Había depositado el gorro y los lentes sobre una mesa frente al sillón.
Inmediatamente pensé en el libro. Iba a contestar pero unos golpes en la puerta me interrumpieron. Zayn fue a abrir para dejar entrar a Emma,  llevaba unos jeans claros, una remera blanca al cuerpo,  zapatillas Nike del mismo color y enroscado a su cuello un pañuelo colorido,  se la veía muy feliz. Su mano tomaba la del chico que tenía a su izquierda. Era castaño, o parecía que así era porque estaba rapado, llevaba unos jeans y una remera gris. La verdad era muy lindo, pero parecía más del tipo de Emma que mío.
-¡Viniste!- Emma corrió a abrazarme- Perdón, te juro que no era mi intención mentirte es que no sabía qué hacer ni como contarles, ¡PERDÓN!- Se disculpo
Me quedé en silencio unos minutos, inexpresiva ante su contacto. En realidad no me había puesto a pensar en que iba a decirle, era claro que la iba a perdonar, no podía estar enojada para siempre, pero quería hacerla sentir culpable un rato más.
Alzó la vista para dedicarme una mirada lastimera.
Suspiré-Está bien, te perdono pero no me aplastes, ya hablamos acerca de los abrazos- Dije tratando de zafarme.
Mi prima aumentó la intensidad de su abrazo.
-¡Me estás mojando! Me quejé.
-Lo siento. Dijo mientras me soltaba.
Dejé que una media sonrisa fugaz se dibujara en mi rostro, Emma fue lo suficientemente rápida como para verla, se le iluminó la cara. Ya estábamos bien.
-Ejem... Nos interrumpió Zayn, lo fulminé con la mirada.
Mi prima, algo más educada, se apresuró a tomar la mano de su acompañante para acercarlo a mí. –Liam, te presento a mi prima, Amy Scott.
-Encantado de conocerte Amy. Dijo luego se inclinó para besarme  la mejilla pero lo detuve extendiendo mi mano.
-Un gusto Liam.
Se me quedó mirando  extrañado, hasta que estrechó mi mano, más por educación que por otra cosa.
Por el rabillo del ojo vi a Emma poniendo los ojos en blanco y a Zayn suprimiendo una risa.
-Deberíamos pedir la comida ¿No? Comentó  ella para cortar con lo incómodo de la situación.
-Si, es cierto. Se apresuró a afirmar Liam soltando mi mano.
-Tengo el número de Firezza en un imán pegado en la heladera. Contestó el dueño de casa.
-Genial, pidamos ahí, ¿les parece? Preguntó Emma.
Todos nos limitamos a encogernos de hombros.
-Yo llamó. Sentenció Liam y emprendió camino a la cocina.
-Te acompaño. Agregó mi prima y lo siguió dejándonos solos en el living.
Todavía con la risa burlona se acercó a mí.
-¿Qué?- Se podía distinguir lo irritada que estaba.
Continuó riendo sin decir nada.
Lo miré con cara de pocos amigos.
Finalmente logró calmarse. – ¿Qué fue eso de la mano?
-¿Nunca estrechaste la mano de alguien?
-Si, pero, es diferente. No voy a andar besando en la mejilla a otros chicos, es raro
Arqueé las cejas. -¿Y yo tengo que ir besando gente por la vida? Eso es sexista.
Puso los ojos en blanco. A lo que yo respondí con una sonrisa condescendiente.
-No dijiste nada cuando yo te besé la otra noche.
Pude sentir como mis mejillas ardían. –Yo no…
-Ya está… Nos interrumpieron  los chicos que volvían de la cocina.
-Amy ¿estás bien? Inquirió Emma. -¿Por qué estás roja?
-Si, yo… Toda esa situación me estaba poniendo realmente incómoda, lo que provocó que mi cara pasara de rojo a bordó.
Otra vez la risa de Zayn. –Lo que pasa es que…
Le propiné un codazo en las costillas. –Zayn es un idiota, eso pasa.
Ambos rieron.
-Si, te entiendo. Dijo Liam entre carcajadas.
Seguimos conversando con tranquilidad hasta que llego la pizza y comenzamos a comer. Aproveche que todos estaban distraídos comiendo para comenzar con mi interrogatorio, tenía muchas preguntas aún.
-¿Cómo sabía Zayn que yo era tu prima? La lancé a Emma mientras ella le daba un mordisco a su porción.
Espere a que terminara de masticar y luego limpió su boca. –Vio una foto tuya en mi cuarto.
Liam rió y Zayn lo fulminó con la mirada.
-¿Qué es lo gracioso? Inquirí.
Zayn se puso tenso. –Liam…
Mi prima también reía ahora.
-Zayn dijo que eras linda. Sentenció al fin su novio.
Por primera vez, por imposible que fuera, vi que las mejillas de Zayn ponerse rojas, creí que no tenía vergüenza.
Dirigí mi mirada a él y arqueé las cejas, después de eso no lo dejaría mencionar lo del beso nunca más.
-Amy también dijo que Zayn era lindo. Me acusó Emma.
Le dediqué una mirada asesina. –Mentira.
-Si, lo hiciste. En McDonald’s, con Lucy.
-Ajá… Exclamó Zayn frente a mí.
Liam y Emma rieron, avergonzada bajé la mirada al suelo. Decidí dar por terminada mi investigación, por el momento, ya no tenía ánimo para seguir hablando del tema.
Liam parece un chico agradable, tiene buenos modales y sabe cómo tratar a las mujeres, pero sobretodo se nota que de verdad ama a mi prima más que nada en el mundo. Además es muy divertido.
-Esta pizza está muy buena- Dijo Zayn con la boca llena.
-Zayn por favor, no hables con la boca llena, estamos en presencia de damas- Lo reto Liam. Emma y yo comenzamos a reír.
-Lo siento señoritas- Se disculpó.
-No hay problema- Contesto Emma aún riendo.
Iba a hacer una broma al respecto pero  mi celular me interrumpió. Lo tome y pude observar que quien me llamaba era mamá. Rápidamente conteste, nunca es bueno tardar mucho en responderle.
-Má ¿Que paso?
-Hija ¿Dónde estás?- Me interrogo preocupada.
-En casa de Lucy, te lo dije antes de irme- Dije algo fastidiada por que sea tan protectora.
-Bueno no salgas de ahí porque se viene una tormenta muy fuerte.
-¿Una tormenta?- Me asome a la ventana y, definitivamente, el cielo estaba poblado de feas y grandes nubes grises, pude divisar en el horizonte un relámpago fugas y me dio miedo. En seguida cerré las cortinas. -No te preocupes mamá, no pienso salir a ningún  lado.
-Entonces me quedo más tranquila. Cuídate hija por favor. Te quiero chau.
-Chau má, yo también te quiero- Dije finalmente y corte.
-¿Qué paso?- Pregunto Emma preocupada.
-Mamá dice que se aproxima una tormenta muy fea, y creo que tiene razón- Dije señalando la ventana. Todos se asomaron por ella para comprobar lo que estaba diciendo.
-Parece que no va a ser nada bueno, nos vamos a tener que quedar acá por un largo rato- Observo Liam.
-Por mi encantado de que se queden. Se acercó para susurrar en mi oído - Especialmente vos Amy. Puse los ojos en blanco.
Nos disponíamos a volver a la mesa cuando todo se volvió negro.
-¡¿Qué fue eso?!- Dijo en un grito de pánico mi prima.
-Nada, solo se cortó la luz cariño, quédate tranquila- Le explico Liam.
-Zayn ¿Por qué no vas a buscar una linterna?- Lo aconseje.
-No tengo linterna en el departamento.
-¿Cómo que no tenés linterna?, ¿Ni siquiera una vela?- Trate de encontrar alguna otra alternativa para no tener que quedarnos en la oscuridad hasta quien sabe qué hora.
-¿Velas?, ya nadie tiene velas. Estamos en el siglo XXI- Respondió sarcástico.
Volví a poner los ojos en blanco y decidí no contestar nada respecto a su  comentario.
-Muy bien, entonces que hacemos ahora- Pregunto mi prima que aun parecía asustada.
-Yo tengo una linterna en mi departamento- Comento Liam.
-Pero tu departamento no debe quedar muy cerca que digas.
-En realidad que da acá al frente- Dijo y parecía muy orgulloso- ¿Emma me acompañas?- Pregunto a mi prima y puedo asegurar que esbozó una sonrisa cómplice.
-Si, vamos- Se limitó a decir Emma y ambos salieron del departamento dejándonos a Zayn y a mis completamente solos y a  oscuras.
Me quedé inmóvil en mi lugar.
-No te da miedo la oscuridad ¿no? Su cercanía me ponía nerviosa.
-No. Contesté y di un paso al frente.
-¿Segura? Estás tensa. Sentí su mano sobre mi hombro.
-Ya, estoy bien, ¿tenés que ser tan molesto siempre? Con movimiento rápido me alejé de él
Un rayo iluminó el cuarto y pude ver la expresión en su rostro. Parecía triste. Sentí algo de culpa pero rápidamente alejé ese pensamiento,  no me iba a ablandar ante él.
-Lo siento. Dijo tímidamente.
Las palabras salieron de mi boca sin control. –Está bien.
Juraría que sonrió.  Para hacer algo me senté en una de las sillas del comedor él se situó junto a mí en la otra silla.
-¿Supiste siempre quién era yo?
Me miró extrañado, mi pregunta lo tomó desprevenido. -En Starbucks cuando me llamaste por mi nombre…
Asintió con la cabeza. –Si, sabía exactamente quién eras, aunque no en la librería, me costó tiempo recordar bien tu rostro, en la foto sonreías, para variar.
-¿Estás diciendo que soy malhumorada?
-No, para nada. Contestó sarcástico.
Me crucé de brazos ofendida, otro refusilo. –Puedo ser simpática cuando quiero.
-Así que dijiste que era lindo. Cambió de tema.
-En mi defensa voy a decir que no había dormido bien la noche anterior, no sé qué es lo que estaba pensando.
-¿Lo dijiste o no?
Suspiré.-Vos dijiste lo mismo de mí.
-Vos misma reconociste que tengo buen gusto.
Reí. Creo que los nervios me estaban afectando.
-Wow, logré que sonrieras. Que orgullo.
-Guarda este momento en tu memoria Malik, no va a volver a pasar.
Otro relámpago y las gotas de lluvia comenzaron a caer, ¿por qué tardaban tanto Liam y Emma?
-Eso está por verse. Dijo y se abalanzó sobre mí para hacerme cosquillas.
Lo detuve antes de que llegara a tocarme con fuerza lo empujé por la zona de las costillas.
-Ouch. Se quejó mientras llevaba sus manos a la zona dónde yo lo había tocado.
-¿Estás bien?
Intentó disimular el dolor. –Si no es nada.
Lo miré desconfiada. -¿Seguro?
Asintió.
-¿Qué tenés?
-Te digo que no es nada.
Puse los ojos en blanco. – ¿Siempre sos tan mentiroso o es solamente conmigo?
Resignado caminó hasta cerca de la ventana, descorrió las cortinas para dejar entrar algo de luz proveniente de la calle. Con calma levantó su remera para dejar un gran moretón al descubierto.
Me acerqué para verlo mejor. -¿Cómo te lo hiciste?
Desvió la mirada avergonzado.
-¿Y bien?
-Te cuento si prometes no reírte.
 –Está bien, lo prometo.
-Me caí bajando las escaleras la otra noche, cuando fui a verte.
-¿Cuándo saltaste del balcón a las escaleras? No sentí ningún ruido.
-No, después, bajando, mi pierna se enredó y caí de costado.
Estiré la mano para tocar mejor la zona herida. -¿Solamente tenés este moretón?
Asintió con la cabeza.  – ¿No vas a hacer siquiera un comentario sarcástico?
-¿Debería? Te lastimaste, no soy tan cruel.
Sonrió triunfante. –Te preocupas por mí.
-No es eso. Me defendí mientras alejaba mi mano de él.
Él se apresuró a tomarla. – ¿Y si te digo que valió la pena por verte otra vez?
Volví a reír. –Sos tan cursi a veces.
-Otra sonrisa, me estoy volviendo bueno en esto.
Puse los ojos en blanco. El dio un paso para acercarse más a mí, aún sostenía mi mano. Quise bajar la mirada pero no me dejo. Creo que estaba colorada otra vez. Mi cerebro no paraba de gritarme que me moviera pero simplemente no podía hacerlo. Como lo odiaba por hacerme eso.
Dio otro paso, pude sentir el olor a su perfume.  Me dedicó una sonrisa tímida y acercó su rostro al mío. Yo sólo lo mire, no estaba segura de lo que estaba pasando, ni de lo que sentía. Alzó su otra mano y me acarició el rostro, me estremecí ante su tacto.
La puerta se abrió.
-Encontramos un par de linternas. Anunció Emma.

2 comentarios:

  1. Siganlaaaa esta mas que genial :) gracias por subir el cap hoy.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ah, me olvide de decirlo, lo subimos hoy porque llegamos a los 400 likes en Facebook wooooo :D

      Borrar