-¡MAMÁ!, ¡me
voy y no sé a qué hora voy a volver!-
Grite desde la puerta del departamento.
-Bueno pero
que no sea muy tarde porque mañana es Pascua y vamos a comer de tu tía.
Respondió desde mi cuarto, que no había llegado a limpiar la noche anterior.
-Está bien,
nos vemos. Cerré la puerta y me apresure a llegar al ascensor, se me había
hecho tarde, últimamente me pasaba mucho tiempo en Twitter.
El elevador
paro y se abrieron las puertas. Apresuradamente salí y choque con alguien que
pretendía entrar.
-Lo siento es
que estoy apurada- Me disculpe.
-Sí, ya me
parecía que estabas llegando algo tarde- Levante la vista para encontrarme con
Zayn que llevaba su gorrito de lana y unos lentes Ray Ban.
-Perdón-
volví a disculparme- Es que no sabía que ponerme- Mentí ya que no creo que le
agrade la idea de que me había retrasado por causa de Twitter.
Zayn comenzó
a reír- Hey, ¿qué es tan gracioso?- Lo interrogue.
Luego precedí
a mirar mi atuendo, unos viejos jeans oscuros, mis Converse negras de todos los
días y una remera, holgada obviamente, que ni siquiera me había molestado en
elegir. Ni tampoco quise pensar en cómo se veía mi cabello.
-Nada, vamos
que ya es tarde- Dijo entre risas. Lo seguí en silencio ya que estaba molesta
por sus burlas.
Subimos al
auto negro. Como esta vez me encontraba un poco más relajada me dediqué a
observar mejor los detalles del vehículo.
Por supuesto era extremadamente lujoso, tomé una gran bocanada de aire y
respiré el olor a cuero proveniente del tapizado. También acaricié el
terciopelo de los asientos con mis manos.
Para mi
sorpresa Zayn no dijo una sola palabra en todo el trayecto, al contrario
parecía algo nervioso con los ojos clavados en la carretera.
Giré mi
cuerpo para mirar por la ventana. Ya era de noche pero aun así no pude
encontrar una sola estrella en el cielo, al parecer las nubes de la tarde
seguían allí. Casi como si hubieran
leído mi mente pequeñas gotas de llovizna comenzaron a mojar el parabrisas.
-Llegamos.
Nos
encontrábamos frente a un edificio bastante grande de color blanco. Nos bajamos
e ingresamos al vestíbulo corriendo para no mojarnos. Inmediatamente después de
entrar me di cuenta de que había subestimado la fachada del edificio. Si bien
por fuera parecía ordinario por dentro
parecía un hotel de lujo como esos que aparecen en las películas. Piso alfombrado, lujosos sillones esparcidos
por toda la plante, sin mencionar que todas personas que se encontraban ahí estaban vestidos como en la tapa de la
reviste Vogue.
Quise
quedarme más tiempo a observar el lugar pero
él parecía apurado. Al pasar
frente a la recepción un chico rubio me
dirigió una mirada extrañado. Pude sentir que mi acompañante se tensaba junto a
mí. Fruncí el seño. Una vez dentro del
ascensor pregunté.
-¿Estás bien?
No contestó,
al parecer estaba demasiado ido.
-¡Hey! Grité.
-No te
acerques a él.
-¿A quién?
Tragó saliva.
–Al idiota de la recepción.
-Pero si ni
siquiera… Comencé a decir pero me
detuvo.
-Solamente
prométemelo ¿sí?
Suspiré.
–Como quieras.
Me dedicó una
sonrisa y las puertas se abrieron. Sin darme tiempo a pensar me tomó de la mano
y me arrastró hasta que estuvimos parados frente a una puerta blanca, leí en
letra dorada el número B56.
El
departamento era fantástico justo como yo lo decoraría si tuviera uno. Cuadros
estilo vintage, un equipo de música junto a una gran cantidad de CD’s. Además era muy grande y espacioso. Tenía un
gran ventanal por el cual se podía observar la ciudad y el río Támesis. Se
podían ver todas las luces, era una imagen impactante. El único defecto era que
no tenía balcón.
-¡Wow! No
sabía que tenías buen gusto- Bromee.
-Hay muchas
cosas que no sabes de mí- Di media vuelta para poder verlo y suprimí la risa.
Había depositado el gorro y los lentes sobre una mesa frente al sillón.
Inmediatamente
pensé en el libro. Iba a contestar pero unos golpes en la puerta me
interrumpieron. Zayn fue a abrir para dejar entrar a Emma, llevaba unos jeans claros, una remera blanca
al cuerpo, zapatillas Nike del mismo
color y enroscado a su cuello un pañuelo colorido, se la veía muy feliz. Su mano tomaba la del
chico que tenía a su izquierda. Era castaño, o parecía que así era porque
estaba rapado, llevaba unos jeans y una remera gris. La verdad era muy lindo,
pero parecía más del tipo de Emma que mío.
-¡Viniste!-
Emma corrió a abrazarme- Perdón, te juro que no era mi intención mentirte es
que no sabía qué hacer ni como contarles, ¡PERDÓN!- Se disculpo
Me quedé en
silencio unos minutos, inexpresiva ante su contacto. En realidad no me había
puesto a pensar en que iba a decirle, era claro que la iba a perdonar, no podía
estar enojada para siempre, pero quería hacerla sentir culpable un rato más.
Alzó la vista
para dedicarme una mirada lastimera.
Suspiré-Está
bien, te perdono pero no me aplastes, ya hablamos acerca de los abrazos- Dije
tratando de zafarme.
Mi prima
aumentó la intensidad de su abrazo.
-¡Me estás
mojando! Me quejé.
-Lo siento.
Dijo mientras me soltaba.
Dejé que una
media sonrisa fugaz se dibujara en mi rostro, Emma fue lo suficientemente
rápida como para verla, se le iluminó la cara. Ya estábamos bien.
-Ejem... Nos
interrumpió Zayn, lo fulminé con la mirada.
Mi prima,
algo más educada, se apresuró a tomar la mano de su acompañante para acercarlo
a mí. –Liam, te presento a mi prima, Amy Scott.
-Encantado de
conocerte Amy. Dijo luego se inclinó para besarme la mejilla pero lo detuve extendiendo mi
mano.
-Un gusto
Liam.
Se me quedó
mirando extrañado, hasta que estrechó mi
mano, más por educación que por otra cosa.
Por el
rabillo del ojo vi a Emma poniendo los ojos en blanco y a Zayn suprimiendo una
risa.
-Deberíamos
pedir la comida ¿No? Comentó ella para
cortar con lo incómodo de la situación.
-Si, es
cierto. Se apresuró a afirmar Liam soltando mi mano.
-Tengo el
número de Firezza en un imán pegado en la heladera. Contestó el dueño de casa.
-Genial,
pidamos ahí, ¿les parece? Preguntó Emma.
Todos nos
limitamos a encogernos de hombros.
-Yo llamó.
Sentenció Liam y emprendió camino a la cocina.
-Te acompaño.
Agregó mi prima y lo siguió dejándonos solos en el living.
Todavía con
la risa burlona se acercó a mí.
-¿Qué?- Se
podía distinguir lo irritada que estaba.
Continuó
riendo sin decir nada.
Lo miré con
cara de pocos amigos.
Finalmente
logró calmarse. – ¿Qué fue eso de la mano?
-¿Nunca
estrechaste la mano de alguien?
-Si, pero, es
diferente. No voy a andar besando en la mejilla a otros chicos, es raro
Arqueé las
cejas. -¿Y yo tengo que ir besando gente por la vida? Eso es sexista.
Puso los ojos
en blanco. A lo que yo respondí con una sonrisa condescendiente.
-No dijiste
nada cuando yo te besé la otra noche.
Pude sentir
como mis mejillas ardían. –Yo no…
-Ya está… Nos
interrumpieron los chicos que volvían de
la cocina.
-Amy ¿estás
bien? Inquirió Emma. -¿Por qué estás roja?
-Si, yo… Toda
esa situación me estaba poniendo realmente incómoda, lo que provocó que mi cara
pasara de rojo a bordó.
Otra vez la
risa de Zayn. –Lo que pasa es que…
Le propiné un
codazo en las costillas. –Zayn es un idiota, eso pasa.
Ambos rieron.
-Si, te entiendo.
Dijo Liam entre carcajadas.
Seguimos
conversando con tranquilidad hasta que llego la pizza y comenzamos a comer.
Aproveche que todos estaban distraídos comiendo para comenzar con mi
interrogatorio, tenía muchas preguntas aún.
-¿Cómo sabía
Zayn que yo era tu prima? La lancé a Emma mientras ella le daba un mordisco a
su porción.
Espere a que
terminara de masticar y luego limpió su boca. –Vio una foto tuya en mi cuarto.
Liam rió y
Zayn lo fulminó con la mirada.
-¿Qué es lo
gracioso? Inquirí.
Zayn se puso
tenso. –Liam…
Mi prima
también reía ahora.
-Zayn dijo
que eras linda. Sentenció al fin su novio.
Por primera
vez, por imposible que fuera, vi que las mejillas de Zayn ponerse rojas, creí
que no tenía vergüenza.
Dirigí mi
mirada a él y arqueé las cejas, después de eso no lo dejaría mencionar lo del
beso nunca más.
-Amy también
dijo que Zayn era lindo. Me acusó Emma.
Le dediqué
una mirada asesina. –Mentira.
-Si, lo
hiciste. En McDonald’s, con Lucy.
-Ajá… Exclamó
Zayn frente a mí.
Liam y Emma
rieron, avergonzada bajé la mirada al suelo. Decidí dar por terminada mi
investigación, por el momento, ya no tenía ánimo para seguir hablando del tema.
Liam parece
un chico agradable, tiene buenos modales y sabe cómo tratar a las mujeres, pero
sobretodo se nota que de verdad ama a mi prima más que nada en el mundo. Además
es muy divertido.
-Esta pizza
está muy buena- Dijo Zayn con la boca llena.
-Zayn por
favor, no hables con la boca llena, estamos en presencia de damas- Lo reto
Liam. Emma y yo comenzamos a reír.
-Lo siento
señoritas- Se disculpó.
-No hay
problema- Contesto Emma aún riendo.
Iba a hacer
una broma al respecto pero mi celular me
interrumpió. Lo tome y pude observar que quien me llamaba era mamá. Rápidamente
conteste, nunca es bueno tardar mucho en responderle.
-Má ¿Que
paso?
-Hija ¿Dónde
estás?- Me interrogo preocupada.
-En casa de
Lucy, te lo dije antes de irme- Dije algo fastidiada por que sea tan
protectora.
-Bueno no
salgas de ahí porque se viene una tormenta muy fuerte.
-¿Una
tormenta?- Me asome a la ventana y, definitivamente, el cielo estaba poblado de
feas y grandes nubes grises, pude divisar en el horizonte un relámpago fugas y
me dio miedo. En seguida cerré las cortinas. -No te preocupes mamá, no pienso
salir a ningún lado.
-Entonces me
quedo más tranquila. Cuídate hija por favor. Te quiero chau.
-Chau má, yo
también te quiero- Dije finalmente y corte.
-¿Qué paso?-
Pregunto Emma preocupada.
-Mamá dice
que se aproxima una tormenta muy fea, y creo que tiene razón- Dije señalando la
ventana. Todos se asomaron por ella para comprobar lo que estaba diciendo.
-Parece que
no va a ser nada bueno, nos vamos a tener que quedar acá por un largo rato-
Observo Liam.
-Por mi
encantado de que se queden. Se acercó para susurrar en mi oído - Especialmente
vos Amy. Puse los ojos en blanco.
Nos
disponíamos a volver a la mesa cuando todo se volvió negro.
-¡¿Qué fue
eso?!- Dijo en un grito de pánico mi prima.
-Nada, solo
se cortó la luz cariño, quédate tranquila- Le explico Liam.
-Zayn ¿Por
qué no vas a buscar una linterna?- Lo aconseje.
-No tengo
linterna en el departamento.
-¿Cómo que no
tenés linterna?, ¿Ni siquiera una vela?- Trate de encontrar alguna otra
alternativa para no tener que quedarnos en la oscuridad hasta quien sabe qué
hora.
-¿Velas?, ya
nadie tiene velas. Estamos en el siglo XXI- Respondió sarcástico.
Volví a poner
los ojos en blanco y decidí no contestar nada respecto a su comentario.
-Muy bien,
entonces que hacemos ahora- Pregunto mi prima que aun parecía asustada.
-Yo tengo una
linterna en mi departamento- Comento Liam.
-Pero tu
departamento no debe quedar muy cerca que digas.
-En realidad
que da acá al frente- Dijo y parecía muy orgulloso- ¿Emma me acompañas?-
Pregunto a mi prima y puedo asegurar que esbozó una sonrisa cómplice.
-Si, vamos- Se
limitó a decir Emma y ambos salieron del departamento dejándonos a Zayn y a mis
completamente solos y a oscuras.
Me quedé
inmóvil en mi lugar.
-No te da
miedo la oscuridad ¿no? Su cercanía me ponía nerviosa.
-No. Contesté
y di un paso al frente.
-¿Segura?
Estás tensa. Sentí su mano sobre mi hombro.
-Ya, estoy
bien, ¿tenés que ser tan molesto siempre? Con movimiento rápido me alejé de él
Un rayo
iluminó el cuarto y pude ver la expresión en su rostro. Parecía triste. Sentí
algo de culpa pero rápidamente alejé ese pensamiento, no me iba a ablandar ante él.
-Lo siento.
Dijo tímidamente.
Las palabras
salieron de mi boca sin control. –Está bien.
Juraría que
sonrió. Para hacer algo me senté en una
de las sillas del comedor él se situó junto a mí en la otra silla.
-¿Supiste
siempre quién era yo?
Me miró
extrañado, mi pregunta lo tomó desprevenido. -En Starbucks cuando me llamaste
por mi nombre…
Asintió con
la cabeza. –Si, sabía exactamente quién eras, aunque no en la librería, me
costó tiempo recordar bien tu rostro, en la foto sonreías, para variar.
-¿Estás
diciendo que soy malhumorada?
-No, para
nada. Contestó sarcástico.
Me crucé de
brazos ofendida, otro refusilo. –Puedo ser simpática cuando quiero.
-Así que
dijiste que era lindo. Cambió de tema.
-En mi defensa
voy a decir que no había dormido bien la noche anterior, no sé qué es lo que
estaba pensando.
-¿Lo dijiste
o no?
Suspiré.-Vos
dijiste lo mismo de mí.
-Vos misma
reconociste que tengo buen gusto.
Reí. Creo que
los nervios me estaban afectando.
-Wow, logré
que sonrieras. Que orgullo.
-Guarda este
momento en tu memoria Malik, no va a volver a pasar.
Otro
relámpago y las gotas de lluvia comenzaron a caer, ¿por qué tardaban tanto Liam
y Emma?
-Eso está por
verse. Dijo y se abalanzó sobre mí para hacerme cosquillas.
Lo detuve
antes de que llegara a tocarme con fuerza lo empujé por la zona de las
costillas.
-Ouch. Se
quejó mientras llevaba sus manos a la zona dónde yo lo había tocado.
-¿Estás bien?
Intentó
disimular el dolor. –Si no es nada.
Lo miré
desconfiada. -¿Seguro?
Asintió.
-¿Qué tenés?
-Te digo que
no es nada.
Puse los ojos
en blanco. – ¿Siempre sos tan mentiroso o es solamente conmigo?
Resignado
caminó hasta cerca de la ventana, descorrió las cortinas para dejar entrar algo
de luz proveniente de la calle. Con calma levantó su remera para dejar un gran
moretón al descubierto.
Me acerqué
para verlo mejor. -¿Cómo te lo hiciste?
Desvió la
mirada avergonzado.
-¿Y bien?
-Te cuento si
prometes no reírte.
–Está bien, lo prometo.
-Me caí
bajando las escaleras la otra noche, cuando fui a verte.
-¿Cuándo
saltaste del balcón a las escaleras? No sentí ningún ruido.
-No, después,
bajando, mi pierna se enredó y caí de costado.
Estiré la
mano para tocar mejor la zona herida. -¿Solamente tenés este moretón?
Asintió con
la cabeza. – ¿No vas a hacer siquiera un
comentario sarcástico?
-¿Debería? Te
lastimaste, no soy tan cruel.
Sonrió
triunfante. –Te preocupas por mí.
-No es eso.
Me defendí mientras alejaba mi mano de él.
Él se
apresuró a tomarla. – ¿Y si te digo que valió la pena por verte otra vez?
Volví a reír.
–Sos tan cursi a veces.
-Otra
sonrisa, me estoy volviendo bueno en esto.
Puse los ojos
en blanco. El dio un paso para acercarse más a mí, aún sostenía mi mano. Quise
bajar la mirada pero no me dejo. Creo que estaba colorada otra vez. Mi cerebro
no paraba de gritarme que me moviera pero simplemente no podía hacerlo. Como lo
odiaba por hacerme eso.
Dio otro
paso, pude sentir el olor a su perfume.
Me dedicó una sonrisa tímida y acercó su rostro al mío. Yo sólo lo mire,
no estaba segura de lo que estaba pasando, ni de lo que sentía. Alzó su otra
mano y me acarició el rostro, me estremecí ante su tacto.
La puerta se
abrió.
-Encontramos
un par de linternas. Anunció Emma.
Siganlaaaa esta mas que genial :) gracias por subir el cap hoy.
ResponderBorrarah, me olvide de decirlo, lo subimos hoy porque llegamos a los 400 likes en Facebook wooooo :D
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